Partida Rol por web

Entre los soldados de la compañía ECO y GAt el trabajo que los mandos nos habían encomendado para terminar de montar la base fue terminado con diligencia, quizás demasiada velocidad. Puede que tuviéramos ansias de entrar en combate y dejar el "trabajo de oficina" para otros. Fuera como fuera una vez realizado, no tuvimos un segundo de descanso y fuimos llamados para regresar a los Geckos. Me despido de los compañeros junto a los que he estado trabajando y corro a reunirme con mi unidad.

Algunos de mis camaradas, sobretodo los mas alejados de los transportes ya se dirigían hacia ellos con celeridad. Ya montados ocupo uno de los asientos vacíos y empiezo a pensar en lo que será volver a primera linea de batalla. Miro a un lado y luego a otro, aunque sea agorero puede que sea el último viaje que haga con ellos.  

McAllen estaba ayudando con el centro de mando cuando recibió una petición por parte de la consejero táctica de la Gatling- intentaré comunicárselo a la sargento -fue lo único que contestó, pero su grupo fue uno de los que más tardó en realizar sus labores y, cuando hubieron terminado, ya habían terminado todos los demás- vaya, lo siento, no tuve tiempo de informar, pero tranquila, durante la batalla estaré más rápido y tendré a la sargento más a mano -contestó a Mia.

Tras terminar todo intentó recuperar el aliento, pero los geckos ya volvían y no había tiempo para nada, por lo que optó por asegurarse de que llevaba todo- que te vaya todo bien, Frost -se despidió mientras se encaminaba al camión de la Eco.

Buscó a la sargento, la que tenía que estar a mano y, también, su compañera de binomio para sentarse cerca de ella en el vehículo- yo quería más munición para la escopeta -se quejó el consejero táctico de la ECO.

El trabajo estaba hecho... y no se habían demorado demasiado en terminarlo pero, como si aquello no fuese una ventaja contra lo que fuera a venir (que no estaba segura de que realmente lo fuera) regresó junto al resto de la ECO lo más rápido que pudo, subiendo al Gecko  para retomar la posición que había ocupado antes del pequeño caos organizado.

Un gran trabajo Eco, como recompensa volvemos al frente. Eso si nos llevan no os podeis quejar de que no nos cuidan ni nos tratan bien.

Asi que avanzo con sus compañeros hacia el vehiculo y se quedo al lado como de costumbre para esperar a que subiera toda la unidad.

Nunca se tenia que dejar atras, por lo menos mientras estuvieran vivos.

Miller se quedó mirando al Teniente Hammer con ganas de meterle el machete por el culo, unas palabras de agradecimiento a la tropa no caerían nada mal y el tipo daba por supuesto que Los Guardianes de Sirius se dedicaban a la construcción en sus ratos libres.

La Eco parecía baja de moral pues normalmente harían chistes hasta de su propia muerte y ahora se metían en el Gecko como reses al matadero, tal vez estuvieran cansados o tal vez fuese por ir a primera línea, pero aquello no era normal, apenas se escuchaba una voz más alta que otra dentro del transporte.

Si disparamos la mitad de bien que hemos ensamblado paneles, los putos bichos se pueden ir cagando de miedo. Solo nos ha faltado decir guarrerías a las chicas al pasar para ser auténticos obreros. Pero si hasta estoy pensando que cuando vuelva de esta maldita guerra voy a montar una empresa de construcción... Estructuras & Demoliciones Miller, con dos cojones, suena bien, ¿no?

Con que lema?

Ethan asintió hacia Macreidi por la ayuda prestada...."Gra..gra...gracias.....somos un..e..equipo.....je..je...", le dijo, chocándole la mano al terminar el trabajo. 

Con la sensación de haber hecho algo útil además de pegar tiros, volvió a su sitio, reuniéndose con el resto mientras el Teniente y el Capitán conversaban. El Capitán parecía contento, pero el Teniente, con su cara de pizarra electrónica donde pocas emociones se reflejaban, no parecía ni una cosa ni la contraria. 

Al poco rato, todas las especulaciones que pudiéramos estar haciendo se acabaron rápidamente. Nos mandaban de vuelta al frente...nuestro sitio natural. Subimos al Gecko envueltos en el mayor silencio que había escuchado hasta el momento...supongo que cada uno combatiendo sus demonios interiores antes de la masacre, pero se hacía raro no oír bromas por parte de "Brocheta" McAllen o de "Ojo Biónico" Sam...los miré interrogativamente mientras me subía al transporte y ocupaba mi hueco, asegurando las cinchas y comprobando que llevaba todo mi equipo. Los únicos que parecían tener algo que decir eran el Cabo y la Sargento. 

"A..a....apúnteme en n....n...nómina Jefe....." contesté a Miller...."¿Al....al...alguna instrucción ex...extra...Sargento?" le dijo a Alex, conforme llegaban al lugar de desembarco...

Los trabajos de construcción fueron muy relajados, todo lo relajado que puede ser un trabajo manual cuando te escaqueas. Me entrenaron para ser discreto y matar bichos, no para montar paneles Le dijo a un par de pilotos mientras el resto de la undiad se dejaba el lomo pegando carreras arriba y abajo, De todos modos no parecen necesitar mi ayuda. Cuando llamaron a formar filas acudió como si nada y se colocó con el resto, tras las arengas subió al gecko como si nada.

Colocado en mi sitio, agarrando el cañón del rifle con las manos y la culata apoyada en el suelo, entre las piernas. El Gecko dando tumbos, pienso en lo que se avecina. Ahora sí se ponía serio, directos al fregao. Es reconfortante tener un arma entre las manos.

El frente se mostraba distinto con respecto a la última vez que lo habían visto, y eso que solo habían pasado cerca de 30 minutos.  Gran cantidad de tropas se encontraban reunidas entorno a la línea del frente de batalla, en su gran mayoría, infantería de la federación. Había una amplia línea de infantería que seria la primera en avanzar y de entre la cual se encontraban ahora ubicados ambos contingentes de la compañía Sirius, tras ella había un par de contingentes de infantería que sin duda también verían acción. Algo más atrás se podía ver a las poderosas fuerzas de la artillería de la infantería móvil en la que se podían distinguir a la par de posiciones de disparo fijo (que presumían una gran variedad de armas), vehículos Gecko pesado y los ruidosos MLRS. Por lo pronto no se podía ver a ningún Marauder aunque seguramente los tendrían entre las líneas de reserva, justo detrás de las fuerzas de apoyo logístico.

Y de este modo, los infantes podían girar la vista a su izquierda o a su derecha lo único que veían era una interminable lista de infantes posicionados para la batalla. Cientos de tropas se encontraban allí reunidas en lo que hasta donde recordaban, debía conformar una fuerza cercana a los 10000 efectivos.

De lo primero que los infantes pudieron darse cuenta fue de que ambos escuadrones no pelearían juntos, había un par de escuadrones de fuerzas de asalto aerotransportado de la flota justo en el centro de la línea de combate. Por lo que habían oído apenas llegar, ciertos rumores apuntaban a que la flota había sido necia hasta el cansancio en que sus tropas fueran puestas en el centro en la primaria línea de combate a fin de demostrar su efectividad.

A la par de aquellas fuerzas de la flota, los infantes de la compañía Sirius combatirían con amplios contingentes de la infantería ligera y otros pesados que podían ubicar también en los alrededores. Justo frente a los escuadrones Eco y Gatling se encontraban también escuadrones ligeros del mismo nombre procedentes también de Sirius los cuales eran parte de los ya conocidos Gladiadores de Sirius. Así mismo los escuadrones pesados de Alfa y Beta del primer pelotón de la compañía Sirius también les hacían compañía siendo separados de los escuadrones Eco y Gatling solo por un respectivo escuadrón de infantería ligera.

Las voces de los soldados que intentando olvidar el nerviosismo inundaban los alrededores producían un efecto de tranquilidad y camaradería, el cual incluso los hacia sentir como si solo estuviesen practicando un simulacro, aunque lo cierto que todos eran concientes de lo que sucedería pronto.

Frente a ellos todo parecía tranquilo, a la distancia se podía ver a obreros y guerreros que merodeaban el frente vigilantes pero que no se atrevían a avanzar. Y esto más que nada era por la presencia de los Stalwart Bug Fiel Generator que hacían la función de una inmensa barrera de energía invisible que freiría a cualquier bicho que se acercase e incluso freiría a cualquier infante incauto que olvidara el poder de esas armas defensivas.

Aparentemente la barrera defensiva no tenía mucho de haber sido encendida en su totalidad pues apenas cuando los infantes de ambos escuadrones descendieron de los Geckos los tenidos estaban guardando sus herramientas de trabajo y ultimaban detalles menores. De hecho, justo ahora se les veía alejarse a pie entre las líneas de infantería móvil despidiéndose con cierto pesar ante la noción de que muchos de esos infantes no sobrevivirían.

Algunos momentos depuse, ya para cuando los infantes habían formado filas y se encontraban relajados conversando y comprobando el terreno ligeramente rocoso que se presentaba frente a ellos, se escucho el fuerte rugir de las maquinas de guerra que parecían anunciar su despertar. El teniente Hammer, ubicado momentáneamente justo detrás de los escuadrones de asalto de la flota procedió a taparse los oídos casi por instinto, tal como si supiese exactamente lo que iba a pasar.

Unos pocos segundos después, apenas 5minutos después de la hora pactada para el inicio de la ofensiva que tendría que haber sido a las 21:30 horas, el estallar de los disparos de toda la artillería de la federación allí presente se hizo sentir con toda su fuerza. El suelo crujía y temblaba a sus alrededores mientras que la artillería continuaba con sus poderoso concierto cuyos desafortunados espectadores no eran otros mas que los bichos del imperio arácnido. En poco tiempo, tan solo la artillería terminase de descargar todo su poder la infantería seria lanzada al ataque para acabar con todo enemigo sobreviviente y avanzar hasta la zona B tal como se había planificado.

La ventisca parecía haber amainado ligeramente pero algunos copos de nieve seguían cayendo de forma errática hasta chocar con la Stalwart, el muro de energía que les separaba del infierno como unas chisporroteantes puertas del Inframundo. Los bichos se movían al otro lado como bestias enjauladas y a Miller eso lo estaba poniendo de los nervios.

Afianzó sus pesadas botas sobre la nieve y maldijo entre dientes. Sólo era un soldado, pero al ver aquel despliegue uno se sentían orgulloso de ser un engranaje más de aquella despiadada máquina de guerra que se alimentaba de sangre y odio. Daba igual de quién, o lo que corriese por las venas de los bichos...

¡Escuadra Eco, atentos que empieza la juerga! Mantened la línea cuando avancemos y... ¡leña al mono!

Las andanadas de artillería comenzaron a retumbar haciendo saltar enormes surtidores de nieve, bichos y hielo. Incluso dentro de la armadura se podían sentir las detonaciones hasta el punto que se aceleraba el corazón tratando de seguir el ritmo del bombardeo.

Miller elevó su Morita y comenzó a buscar objetivos. 

Los transportes Gecko nos dejaron en el frente de batalla. Allí ya nos esperaban las máquinas de artillería y las largas lineas de infantería del resto de las fuerzas que nos acompañarían a la reconquista de este mundo. Unidades de infantería ligera y infantería pesada lucharían en este día, los soldados de la flota con deje de petulancia habían ocupado el centro de la formación...pobres bastardos, no saben lo que les espera.... Ocupamos nuestro puesto en la nieve junto al resto de unidades, entre nosotros y los de la Gat habría una buena distancia como para saber que de ellos sería difícil recibir ayuda.Al otro lado de la valla de energía los guerreros arácnidos guardaban las distancias con respecto a nosotros. Estaba claro que la barrera servía para amedrentarlos. 

El cabo Miller gritó dando las últimas instrucciones antes de que todo empezara. En el ambiente ya se encontraba esa sensación, solo tendrían que darnos la señal para que saliéramos a terminar con los insectos. Y entonces las máquinas de asedio rugieron, las explosiones empezaron a impactar en las posiciones arácnidas. Las figuras de los guerreros y trabajadores eran impactadas por los proyectiles que les hacían saltar por los aires. La fuerza de los disparos y el poder de los impactos hacía que me dieran ganas de gritar.  

- ¡Si señor!. Chicos mirad como vuelan. 

Preparo la morita apoyando la culata contra mi hombro y buscando con la mira algún guerrero que no haya sido derribado, esperando que nos den la señal de avanzar.

McAllen estaba ligeramente nervioso por lo que les iba a tocar aguantar ahora hasta que llegaran al punto B y ver como se las gastaban en esa ocasión las malditas chinches. Tenían una buena posición tomada y sabía que si solo tuvieran que aguantar tendrían muchas más posibilidades que en el fuerte, pero al menos empezaba la misión en tierra y no con un descenso en mitad de la batalla.

En esa formación uno se sentía insignificante, pero sobre todo el problema era que no podía ver a los de la Gatling pues estaban separados por otros escuadrones. Eso le hizo ponerse en marcha y calibrar el comunicador para que mantuviera un canal preparado para hablar con la Gatling y otro con el centro de mando, así solo tendría que cambiar de canal preparado a canal preparado.

-Bueno, creo que empezamos tar... -dijo al ver que la hora pasaba pero le cortaron los estruendos de las armas de artillería. 

La batalla acababa de comenzar, así que alzó la morita y se dispuso a confiar en esa barrera de energía que tenían montado, lo que le preocupaba eran los malditos rippers.

Tras bajar de los Gecko, formamos detrás de nuestra Sargento y nuestro cabo, esperando órdenes. La danza que se estaba interpretando a nuestro alrededor era impresionante. Aquello era una casi perfecta maquinaria de guerra...y nosotros sus engranajes.

Ver tantos hombres dispuestos a pelear, dispuestos a verter su sangre por la Federación, para defender nuestro sistema, para defender a los nuestros, hizo que la carne, dentro de mi armadura de combate, se me pusiera de gallina. Respiré hondo mirando alrededor y sonreí durante unos momentos, sintiendo orgullo de formar parte de aquello.

Al ver a tanta ligera y a la fuerza naval que querían su parte del pastel, no pude si no negar con la cabeza mientras una pequeña bola se comenzaba a instalar de nuevo en mi estómago....¿cuántos de aquellos muchachos, tan jóvenes como yo o más, perderían su vida? Yo mismo podía perderla...y no encontrar a mi padre, que era para lo que me había alistado..."Definitívamente....ésto no es lo que yo pensaba que sería....." pensé mirando mi arma y repasando que todo estuviera en su sitio. Justo en ése momento la artillería comenzó su canción.....las explosiones de los proyectiles en la lejanía se podían sentir a través de las botas de nuestras armaduras....no quería ni imaginar lo que sería estar allí.

El cabo comenzó a gruñir y a escupir órdenes....le miré y asentí una sola vez, alzando mi Rifle....giré la cabeza y dediqué una última mirada a Sam y a Brocheta, mis primeros compañeros...los que se la habían jugado a mi lado tirándose desde la nave y que juntos, nos habíamos encargado de cubrir el culo a varios de los que ahora estaban a nuestro lado. Ví a Brocheta alzar su arma hacia el cielo, mientras otros la levantaban hacia la muralla electrica...."bu...buena idea...bro..."

Levanté mi arma también, buscando enemigos en lo alto....
 

Aplastó toda la incertidumbre metiéndola bajo la alfombra del aplomo aterrorizado y apoyó el rifle contra el hombro ajustándose a la formación.

-Tiro al plato, señores, quien dé a tres se lleva la muñeca chochona, a dos el perrito piloto y el que le dé a uno pone el culo-masculló con media sonrisa acallando con su voz la inquietud interna.

el soldado camina junto a Baron, al ver las chispas de la cerca, se escucha una risa en el comunicador, la competencia sana siempre le había parecido un tanto motivante, así que acomodo el rifle y comenzó a buscar un buena diana de tiro para esta fiesta invernal.

ve a la guerra sera divertido decían, jajajaja ¿quien dijo miedo? replicaba macreidi cuando comenzó a escuchar las detonaciones, manos a la obra, que comience la fiesta replica mientras trata de recordar alguna cancion de batalla,

Alex tenia perdida la vista al horizonte, o donde creia que estaria, no se podia ver mas alla del rango de los visores.

Nada mas que decir al cabo, chicos listos recordar equipo A a los aereos equipo B a los terrestres, somos muchos y no dudeis con el fuego de supresion.*

Alex no fue la primera, pero rapidamente levanto el rifle y puso el dedo en el selector y lo quito, fuego automatico.

Eco listos?

Allí estábamos en la explanada, rodeados de soldados como nosotros, veteranos y novatos, todos juntos y unidos para dar por culo a los bichos, y así empezó, dando por culo al planeta haciéndolo temblar con cada explosión de artillería.
Entonces se dieron las ordenes, buscariamos objetivos en el cielo, asi que levante el rifle atento por si antes de dar la orden de avance aparecia algun ataque.
A la vez digo:- Señor, si señor.

Hay momentos en la vida en los que un hombre tiene que hacer lo que un hombre tiene que hacer, y, aunque Bill estaba más versado en el arte de la exploración, siguiendo los pasos de su admirado cabo Miller, hoy tenía que ser uno más de los soldados de linea.

La orden general de prepararse no tardó en llegar y Bill la recibió silencioso. Una orden general no merece la pena ser respuesta. Solo genera ruido y los bichos te oyen, le decía su instinto de zapador.

Tiró de la corredera de su Morita, para que el primero de sus proyectiles se metiera en la recámara, y preparó el selector de disparo a ráfaga.

-Que les den.

Murmuró preparándose mentalmente para el combate. No se sabe muy bien dirigido a quien, si a los bichos contra los que se iban a enfrentar o a los mandos que tan despreocupadamente mandaban tropas a enfrentarse a los arácnidos, casi rozando las mismas tácticas que su enemigo, al mandar hombres, en número, en vez de intentar aprovechar al máximo los recursos, ya fueran de formación, logísticos o materiales.
 

El fuego de artillería se intensificó hasta provocar que la sensación de frío se disipara por completo. Con una duración superior a los tres minutos y el apoyo orbital de la flota, el bombardeo fue de tal intensidad que parecía imposible que algo hubiese salido de allí vivo, y eso sin pensar en si estaba entero o no.

Y a pesar de todo ello, una considerable cantidad de bichos aéreos surgieron desde detrás de la ardiente columna de humo para lanzarse sobre sus posiciones. Las moritas estaban listas para entrar en acción y la barrera de energía seguía dándoles cierta protección, aun en aquellas circunstancias. El rugir de intensos motores se escuchó entonces en los cielos, los cazas Thunderbolt de la flota habían llegado en el momento justo para prestarles la cobertura aérea necesaria.

El bombardeo había terminado y la hora de avanzar había llegado, en segundos la barrera de energía se apagaría y entonces llegaría su turno.