Partida Rol por web

Kiddo había permanecido callado, pues el sólo hecho de estar frente a la bella princesa Zelda lo había dejado mudo. Los acontecimientos fueron rápidos y de repente el pequeño Deku, que daba claros signos de ebriedad, intentó atacar al Kokiri farfullando una palabras Kiddo había permanecido callado, pues el sólo hecho de estar frente a la bella princesa Zelda lo había dejado mudo. Los acontecimientos fueron rápidos y de repente el pequeño Deku, que daba claros signos de ebriedad, intentó atacar al Kokiri farfullando una palabras initelegibles.

El Kokiri lo esquivó y lo empujó de su lado. ¡No era educado empezar una pelea frente a la princesa!

Kupi calló hacía atrás y todo la comitiva los mirós, y en ese mometo las palabras del Deku tomaron forma en su cabeza. Y con claros signos de vergüenza grito pegando un salto.

-¡YO!- y miró a Fael, rojo com un tomate..

El Kokiri lo esquivó y lo empujó de su lado. ¡No era educado empezar una pelea frente a la princesa!

Kupi calló hacía atrás y todo la comitiva los miró, y en ese momento las palabras del Deku tomaron forma en su cabeza. Y con claros signos de vergüenza grito pegando un salto.

-¡YO!- y miró a Fael, rojo como un tomate.

Sonríe al ver lo animados que están algunos.

-Entonces, haré que preparen unas habitaciones para vosotros y hoy cenaréis con nosotros. Espero que aceptéis acompañarnos.

Mira a Alhana.

-Alhana, por favor, acompáñales a sus habitaciones y que no les falte de nada.

Vuelve a mirarles.

-Podéis ir a dar una vuelta a la ciudad si lo deseáis.

Quedó enormemente boquiabierta tras tan desorbitada invitación. ¡Aquí en el castillo! Pensó en voz alta y nuevamente hubo que llevarse las manos en la bocaza que tenía, pues le hacía avergonzarse continuamente de su espontaneidad. Pasó entonces a asentir con una correcta reverencia a sus últimas palabras y asentir con un gemido agudo a tan apetecible sugerencia. 

Se acercó rápido a Alhana con ese nervioso entusiasmo reprimido que afloraba en su piel. Seguro que luego me perderé en el castillo, o incluso en la ciudad, ¡no te separes de mí! Finalizó cogiéndose a su brazo con una tímida sonrisa en su rostro.

La pequeña hada baja hasta posarse en el suelo donde realiza una reverencia a la princesa.

- Muchas gracias majestad. Es todo un honor.

Luego se gira hacia el grupo emprendiendo otra vez el vuelo.

- Yo... esto... queria rondar los jardines de palacio... por si queriais venir... y no os molestaba...

-¿Los jardines?- pregunté entusiasmado por la idea. -Por qué no vamos a la ciudad? ¡Seguro que hay juegos por todas partes!- sentencié con una sonrisa de oreja a oreja.

Cogí a Fael para que me siguiese.

-Vamos, vamos.- apresurandome a la puerta. -¿Quién viene?-

Me levanto, aun mareado y con dolor de cabeza para encontrarme solo en el lugar

"(pi-) ¿pero a donde han ido todos?" *eructo* <> pienso mientras que con dificultad me levanto tambaleante.

Volteo hacia la mesa, buscando con ojos perdidos el preciado liquido y preguntandome si debería rellenar mi cantimplora "¿por que no" digo al final y sin vacilar me dirijo a la mesa del banquete.

Una vez lleno de provisiones me dirijo hacia las voces que se oyen a lo lejos, con rostro melancólico doy un último sorbo a la bebida antes de apresurar el paso <>

El diminuto poderoso mago contempló todo aquello sin decir esta boca es mía. ¿La planta se acababa de emborrachar delante de todo el mundo y una reina? ¡Vaya, eso era hablar de una futura resaca divertida!

"¿Cenar? Mmmmpujjjjj, no gracias"

-Ummm -dijo, inclinándose- Es mucha bondad por su parte.
 

Hubiera preferido ver los jardines (después de lo del "bosque" sentía mucha curiosidad por grandes grupos de plantas), pero la ciudad... la ciudad seguramente estuviera abarrotada, no tenía más que ver a los que habían salvado, y vivían en una ciudad chiquita. En la capital de un reino tenía que ser una de gente desorbitada, y aunque no tenía miedo seguía sin sentirse del todo cómodo con la idea. Los subrosios no estaban hechos para ignorar el espacio personal que digamos.

-Vengaaaa -dijo, espoleando a Kupi. No hizo ningún comentario sobre rellenar, debía ser etiqueta arribita- Que nos están esperandoooo...

¿Sabes? (pi-) Tu me caes bien, no como es.. esos Kokiri. Solo porque una de ellos es una Sabria, Sa... Saria se cren muy importantes. Mi raza me doy un golpe en el pecho esta más en armo.. armo... afin con la turaleza. Nosostros deberíamos tener hadas de acompañantes y ser cuidadivozos del... ¿C-como se llamaba el viejo arbolote? no recuerdo su nombre pero del Arbol ese.

Una mirada de desprecio se marca en mi frente Seguro que por culpa de esos duendes verdes que no se cuidan solos, el arbol enfermó...

Te digo (pi-) si el Reino Deku y el Rey Scrub estuvieran a cargo de prot-hic-ger loooo, nada de esto hubiera pasado

¿Como dices que te llamas, amigo mio?

La princesa se despide de ellos. Les ha dado permiso para pasear por los jardines, ir a la biblioteca si prefieren o ir a la ciudad. Sus guardias siempre les dejarán pasar cuando quieran volver. Lo primero que hace Alhana es guiarles hacia sus habitaciones. Están todas en la misma ala y conectadas por una puerta interior que da a un baño.

Tras eso, Alhana queda a su disposición para cualquier cosa que necesiten.

¿Y ahora tenía que guiar a alguien que parecía claramente intoxicado por légamo viscoso? ¡Bueno! ¡Ya dicen que el camino del héroe es INESPERADO!

-Sí, no me cabe duda, no me cabe duda... -empezó a tranquilizarlo mientras lo guiaba un poco, pero se detuvo, genuinamente confuso- ¿Afín con la naturaleza? ¿A qué te refieres? Tú eres una planta, y ellos son, bueno... -buscó las palabras, porque "topillos" no le pareció adecuado, aunque fueran lo más parecido- ¿Animales? ¿No es lo mismo?

La verdad es que nunca se le había ocurrido que unos fueran más cercanos a la naturaleza que otros. ¡Tenía que documentar aquello! ¡En los anales de las crónicas nunca había escuchado nada similar!

-Wizzrobe. Me llamo Wizzrobe, ¡y soy un mago! -dijo, inflándose un poco de orgullo. En casa podía haber sido un simple aprendiz, pero allí era un mago hecho y derecho- Deberíamos buscar a los demás, y... um... esto... ¿por qué necesita un árbol que lo defiendan? 

Recordaba los bosques que había visto por el camino, no se le había ocurrido que necesitaran protección: habían sido como una colina, un riachuelo o una planicie, un sitio más. De haberlo sabido lo hubiera mirado mucho más a fondo. La idea de que alguien se pusiera a proteger vetas o volcanismos le parecía ridícula hasta lo absurdo, pero quizá el mundo de Arriba era un sitio donde algo así tenía sentido. ¡Qué extraño y fascinante!

Cuando Kupi y Wizzrobe se unieron a ellos Kiddo los miro con maldad.

-Qué bien que os hayáis unido a nosotros. Nunca va mal tener una planta y una almohada cerca, por si nos entran ganas de hacer pis o echar una siesta.- dijo a Fael lo suficientemente alto como para que todos lo oyerán.

-Vamos a la ciudad. ¡He oído que hay bombas con forma de ratón!- dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

-O comprar un escudo. O flechas. ¡O UNA POCIMA!- se iba poniendo nervisoso mientras hablaba. -Tenemos rupias?!-

Fael hincho los mofletes.

- ¡Sr. Kiddo! ¡Porfavor disculpese ahora mismo!

Era cuanto menos comico ver a la pequeña hada tirando de la tunica de Kiddo para que se girara.

- ¡Esa no es manera de hablar a la gente!

Mi vista se fija en Kiddo, por unos instantes hay un silencio incómodo que es roto por la suave voz de la hada Fael (que no había cambiado mucho aun y cuando sus palabras sonaran a enojo)

- (Pi-) ¿Me debo sentir mal? - Me encojo de hombro en señal de que no me importa lo que el Kokiri diga - Al menos mi pueblo aun no ha caído como lo ha hecho TU "Sabía del bosque", Kokiri que fue intimidado por un conejo - Esas últimas palabras llebaban un tono burlesco.

- Wizz(Pi-)be porque no vamos por unos mapas, me serviran para plantear una estrategia y se ve que eres de libros, quiza encontremos algo más-

A... ¿¡ALMOHADA!?

-Erm... ¡eh! ¡Un momento! -dijo hinchándose el pecho- ¿A quién llamas almohada, so... so ARRIBITA? ¡Vas vestido como el Héroe y te crees que eso te da derecho a hacerte el don importante? -el manto se agitó- ¡Si tu gente se espanta a la vista de un poco de LAVA! ¡Vuelve a insultarme y te fulminaré como un guijarro!

Los ojos tras la túnica se habían iluminado y revelaban cabreo por todo aquello. Las gracias del pueblo del bosque no le conmovían lo más mínimo, a lo que quizá algo tuviera que ver el que de donde venía no hubiera bosque en absoluto.

-¡Y además, tú-! -se detuvo antes de tiempo- ...¿mapas? ¿De la zona? Y quieres que vaya a comprarlos yo... nnnnooo no no nonono. Mejor... ¿vosotros? Conocéis más a la gente, ¿verdad? Yo no sabría que decir, yyyy...
 

La regañina del hada avergonzó a Kiddo. Cabizbajo miró a los objetos de decoración a Kiddo y Wizzrobe y se sintió mal. A veces también los Kokiri se burlaban de él y, pese que se desentendía, le dolía igual.

- Vamos, vamos. Era una broma!- dijo sonriente y rascandose la nuca. -Dejáis de mapas (que ya lo tenemos en la esquina de abajo) y vayamos a divertirnos un rato. Se nos presenta una ardua misión. Quién sabe cuando se nos presentara otra oportunidad para divertirnos y reír.

Quizá sea racista pero no orgulloso, y el Kokiri tenía razón ¿Tendríamos otra oportunidad de divertirnos? Si algo había aprendido de la naturaleza era que los simples juegos de las crias no eran mas que un entrenamiento para su vida adulta (forcejear, perseguir y atrapar se convertirían en pelear, huir y cazar)

(Pi-) Hubiera preferido ir a la biblioteca real, pero creo que será más fácil buscar lo que necesitamos con la luz de la mañana. Cabisbajo pienso en las opciones que tenemos -Está decidido - miró al Kokiri - Vamos al pueblo, y Kiddo, dejemos las bromas de mal gusto a un lado para mejor demostrar en uno de esos juegos de que estamos hechos - y aprovechar para medir nuestras fuerzas y debilidades. - pienso con una "sonrisa" pícara, pues era la primera vez que experimentaba estar al mando o al menos ser el líder de un grupo

De camino a sus habitaciones, parecía que los pequeños del grupo parecían divertirse conociéndose un poco más. Sólo con intuir la curiosa expresión del subrosiano bastó para compartirle su empatía. Aunque no te lo creas, en estos reinos hay todo tipo de criaturas fascinantes y peligrosas de distinta naturaleza, que a nosotros mismos nos sorprenden... seguro que en las profundidades tampoco estáis solos y todo parezca de otro mundo para nosotros. 
Tras una mueca continuó maravillándose con la magnitud y cuidado de cada rincón del castillo. Para entonces una serie de bromas rompieron tan cordial presentación, sumado a tremendas ansias por comenzar la aventura, que animaron a la joven Sheikah a proponer algo más relajado. Calmaos muchachos, aprovechemos para visitar la ciudad tranquilamente y reservad esas energías para cuando nos hagan falta. Su sonrisa pronto quiso ocultarse en otra dirección, pues entre tanto ser de mediana estatura, casi parecía una madre intentando ordenar a sus desbocados hijos. Por suerte ahí estaba Alhana para suplir ese vergonzoso papel. ¿Qué os apetece ver? Preguntó finalmente ante la propia incertidumbre de por dónde empezar.

A Wizzrobe no le quedaba más que valorar a las mujeres como las más importantes del grupo, después de aquello. Bueno, suponía que eran mujeres, pero preguntarlo hubiera sido inconveniente, por decirlo poco. Después de todo, ¡él leía libros! Conocía cosas como las reglas de educación incluso en parajes tan lejanos.

-Hum -meditó- Bueno, tenemos los goron.

Y ya está. No se le ocurría más. No había la abrumadora diferencia que Arriba... y ahora que estaba lejos de su casa, cuando no tenía para comparar, tenía que admitir que ya estaba bien así. Era una vida tranquila y apacible en la que uno podía elegir cuándo contactar con otros (i.e. probablemente nunca).

-Que nos... ¡um! Una casa por dentro.

Alhana les guía hacia la ciudad tras haberles enseñado las habitaciones. Aun tienen un rato antes de que se sirva la cena en el castillo y tengan que presentarse ante los Reyes Hylians. Salen del castillo y entran en la ciudad Hylian. Las tiendas aun están abiertas y la gente aun está comprando las cosas que necesitan. Hay música por las calles y también muchas risas de los niños.

Algunos se quedan parados al ver a Wizzrobe o a Kupi... nunca han visto un Deku o a un Subrosio. Es más, es más raro encontrar un Subrosio.

-Bueno... ¿qué queréis visitar?