Partida Rol por web

-Entiendo por tu cara que este no es el resultado que buscabas. Lo siento. De todas maneras, creo que deberíamos ir hacia el hangar. La capitana Gonzales ha requerido nuestra presencia.

Cuando el joven brasileño le hace el gesto de "llamame", ve que la periodista, en un gesto rapidísimo, se muerde ligeramente la parte inferior del labio con los dientes y hace un guiño imperceptible, antes de salir corriendo para cubrir la salida del grupo.

No pasa nada, vamos reunirnos con los demás.

Busco a mis compañeros hasta encintrarlos y al llegar lanzo un saludo.

Aparezco por detrás de vosotros:

Hola mortales, ¿que me he perdido?

Instantes después de la entrada de Vulcano al hangar, ingresa caminando lentamente Unidad, que se demoró hablando con Eke.

-Capitana, compañeros. ¿Qué tenemos?

El psíquico no terminaba de entender del todo la hostilidad que provocaban sus sondeos. Oh, sí, desde el punto de vista intelectual y lógico podía hacerlo perfectamente, pero habiiéndose criado como mentalista, con mentalistas y entre mentalistas, la psiconáutica era para él algo natural y, por tanto, el concepto de "intimidad" mucho más diferente que el de cualquiera de las personas de la sala. Podía llegar a ser incómodo, pero no traumático, e incluso la incomodidad acababa diluyéndose. Y con eso y todo las normas de la etiqueta mental paliaban esas cosas entre los suyos, sentido común. Proyectó el mensaje en la mente de los encargados de seguridad más destacables y de unos cuantos de otros que le convencieran por sus patrones mentales.

Señores. Mantengan vigilado al Senador. Con la mayor discreción posible, por supuesto, y por su propia seguridad, pero que no quede sólo. Se les hará responsables.

-Señores. Carla -saludó. Luego vio a Vulcano- Nada demasiado importante, el detalle de que la mayoría de la gente puede sentirse molesta si se dirige a ellos como "mortales" -comentó sonando como si personalmente no le diera importancia, y así era- Qué tal su día.

Decepcionante a ser sinceros, la creación de mi espada ha sido un fracaso, no he conseguido que se adapte a  energia de Unidad. Por cierto si alguien quiere un arma que me avise que se la construiré.

Tras juguetear con el ordenador un rato me puse mi traje, me ajuste el aturdidor en el cinturón y coloque el visor en posición. Con una pulsación, el visor activo el teclado virtual, una simulación tridimensional de un teclado en la lente del visor que permitía operar manualmente. El visor identificaba los movimientos de mis manos comparándolos con las posiciones del teclado virtual para obtener los comandos y ordenes que debiera ejecutar, mientras desde fuera parecía que mis manos se movían en el aire sin razón.

Utilizando la conexión del visor en los ordenadores de la base continúe investigando y profundizando en los expedientes de los periodistas, tratando de encontrar toda la información sobre sus trabajos anteriores, residencias, familiares, altercados con la justicia, y cualquier otro dato independientemente de su verdadero interés.

Sin detenerme en mi labor me volví hacia Nate.

¿Listo?

Mientras Nathaniel miraba de reojo cómo Dolores se enfundaba el traje ajustado que sabía había arrebatado más de una exclamación, él se había dirigido hacia el Avatar y había tecleado la subrutina de inicio con una serie de comandos que sólo su compañera y él conocían. Inmediatamente, con un sonido neumático de los servomotores, el pectoral del Avatar se abrió como si fuera una grotesca criatura de ciencia ficción y Nate extendió los brazos hacia arriba para que los sistemas de la armadura le subieran a ella. El joven científico sonrió para sí recordando la cantidad de calibraciones que habían tenido que hacer, y los previos ensayos con muñecos para evitar que fuera desmembrado por un fallo.

Su cuerpo sintió la ingravided mientras los brazos mecánicos lo levantaban en el aire y lo introducían en las entrañas de uno de los sistemas automatizados más avanzados creados por el hombre. En el momento en que su trasero se posó en el cómodo asiento, una voz femenina preguntó firmemente:

- Identificación Vocal, por favor.

- Coño, Dolores. ¿Has puesto una voz de tía en la IA? ¿Qué ha sido del modulador que habíamos puesto?

- Identificación Vocal confirmada, bienvenido Doctor Schneider - respondió la voz automatizada.

Al segundo, decenas de pantallas surgieron frente al joven investigador, como si se encontrara en un gigantesco panel de mandos. Sus manos se aferraron a los controles y realizó una serie de pruebas para asegurar la estabilidad de los sistemas, el armamento y demás equipamiento.

Con un chasquido, los tubos de refrigerante se desengancharon y el Avatar comenzó a andar hacia el centro de la sala con un sonido neumático mientras el frontal de la cabina se cerraba como unas fauces sobre Nate. El Avatar estaba listo.

- Vamos allá, pequeña.

Dolores sonrío ante el comentario de Nate.

Vamos, no puede gustarte en serio aquel: I den ti fi ca ción Vo cal. Dijo imitando el antiguo programa de voz. Necesitaba un toque femenino, como tu.

Ajusto las últimas cintas y comprobó que los sistemas de camuflaje de su traje funcionasen bien. Con todo listo cogió la pistola y adoptando una pose al estilo de la princesa Leia respondió.

¡Estoy lista!

Algunos minutos después de que Vulcano, Shasha y Murúa hicieran acto de presencia en la sala, las enormes puertas abrieron paso a un titán blindado que ya todos conocían de sobra. A su lado, enfundada en su traje de combate, iba Dolores Pearson, aún más atractiva que de costumbre. El Avatar caminaba lentamente, como si le gustase que sus pasos resonaran en el suelo reforzado. El blindaje brillaba como si lo hubieran pulido a conciencia, y los visores del casco emitían un fulgor contínuo y azulado.

- Hola señores... ¡Hola Carla! ¿Alguien te ha dicho lo sexy que estás hoy? - resonó la voz distorsionada de Nathaniel por los altavoces de la armadura - Mira, ¡si Vulcano nos honra con su presencia! 

La lava sale a borbotones de mi cuerpo incandescente hasta transformarme.

Hola pequeño, ¿como te va?

Sin inmutarse siquiera por la transformación, el robot de combate ladeó ligeramente la cabeza y se cruzó de brazos.

- Yo bien, ¿y tú? - dijo, para luego señalar al grupo de gente que tenía a su lado - Yo que tú tendría cuidado, que a mí no me preocupe no quiere decir que ellos no puedan acabar... ¿cómo lo llaman por aquí? ¿A lo churrasco?

Murúa entró en la habitación arreglandose el saco y caminando rápido, tratando de alejarse lo más posible del circo político. Luego de escuchar atentamente a Carla se pone a analizar la situación para tener algunas hipótesis. Centra su concentración en el tiempo, su mayor obseción. ¿Cuanto han recorrido en cuanto tiempo según las últimas señales? ¿Que tan lejos pueden estar, yendo a esa velocidad? Entonces ingresan los músculos del equipo. Sin dejar de mirar las pantallas responde.

- Vulcano, en nuestras "formas" actuales vos sos mucho más mortal que yo.

Al Doctor Murúa no le convencía en lo más mínimo la teoría del dios encarnado y no podía esperar para poder derrumbarla. El ruido de la entrada de Nathaniel en el Avatar tampoco perturba su concentración.  

Tranquilo voy con cuidado, es lava sólida y a no ser que yo quiera no queda líquida.Durante un instante su mano se derrite dejando caer un par de gotas de lava sobre el suelo, hasta que solidifica de nuevo.Yo sin embargo estoy decepcionado por no haber podido terminar bien la espada de Unidad, ¿quieres algún arma mágica en especial.

Contestando al Doctor:

Jajajaj, los dioses somos muy rencorosos y no nos gusta que alguien sea más grande que nosotros, cometería un acto de Hibris.

La armadura de combate avanzó hacia las pantallas que mostraban toda la información pertinente mientras dejaba a un lado a Vulcano.

- No gracias - dijo, con un ademán de la mano - La magia y yo... ya sabes... Ciencia...

En cuanto llegó junto a Murúa, se cruzó de brazos y observó todo con atención.

- Carla, ¿hay alguna información fiable acerca de las fuerzas de las FARC que podríamos encontrar?

Vuelvo a mi forma normal