Partida Rol por web

Ubim se interpone entre las ratas y sus compañeros. Las docenas de laceraciones sangran por sus pantorillas y sabe que es posible que no resista otra vez a las ratas pasando por encima de él. Apelando a los dones de su Dios, canta un plegaria en tono grave para que sus heridas sanen con magia divina.

Las ratas, algunas de las cuales siguen ardiendo y muriendo, avanzan hacia Ubim.

Delilah recarga su ballesta, dispara a la ratedumbre y se retira...

Ubim sigue aplastando ratas con su maza mientras suelta maldiciones más típicas de un carretero que de un clérigo de Moradin.

La maza de Ubim demuestra ser mucho más efectiva que la ballesta de Delilah. Mientras, unas cuantas ratas se siguen quemando y parece que ya quedan bastantes menos.

Las pocas ratas que quedan siguen avanzando hacia vosotros. Cuando comienzan a ascender por las piernas de Ubim, el clérigo asesta un nuevo mazazo que aplasta media docena más. Este último golpe parece disuadir a las que quedan, que emprenden la huida y se escabullen por los múltiples agujeros.

En la sala de las ratas no hay nada. Pero llega a la orilla del estanque de sangre, en el fondo de la enorme caverna. Y parece que al otro lado se ve un pasillo con columnas.

-¡Cazco! Noztaréiz penzanden cruzarlo a pata, ¿verdá?

Antes tendríamos que saber si cubre mucho...

Aunque seguro que hay algún zombi en el fondo...
 

¡Un momento, por las barbas de mi abuelo!

Dice el enano reclamando la atención del resto del grupo.

Creo que deberíamos reconsiderar la estrategia en estos túneles. Por que yo estoy agotado, todos estamos más o menos heridos y los favores que puedo pedir a Moradín son limitados.

Elenano busca el apoyo de su compañero barbudo, aunque parece que las ratas zombies lo han dejado tocado.

De verdad, deberíamos armarnos bien, pues he observado que apenas habéis podido enfrentaros con los horrores que aquí moran. Propongo descansar y si es necesario, salir, armarnos y volver a entrar.

¿Y si estas criaturas se multiplican cuando nos vamos?

Con el ceño fruncido y la boca ligeramente torcida, me llevo a una mano para pasármela por la barba

La verdad es que esta zona es condenadamente peligrosa, y quizás no podamos investigarla toda durante este día. Quizás, si echamos mano a algunas pociones podríamos tirar un poco más, aunque si mi hermano dice de volver otro dia más preparados, por mí estupendo

-¿Volverotro día?--se horripila la mediana--¿Eztamoz locozo qué? Zi queréiz, dezcanzamoz un ratitaquí. Pera mí no memetéiz otra vezen zemejante brete.