Partida Rol por web

Al regresar junto al grupo, Aeneas y Alkaeius notan el inminente ataque de las furias. Aeneas descuelga su escudo de la espalda y lo utiliza para cubrirse la cabeza. Con cierta dificultad por los ensordecedores gritos de las creaturas sigue con la vista la maniobra distractora de Anthea y posteriormente el hechizo de luz de Alkaeius. Corre detrás del grupo con intenciones de ocultarse tras un árbol torcido con el fin de poder reagruparse y armar alguna estrategia de pelea antes de que sea demasiado tarde. El llegar a refugio a tiempo le resulta más difícil de lo que suponía, pero lo logró. Con una barrida pasa por debajo del tronco del árbol torcido y se esconde tras él. Busca con la vista a los demás y ve que Anthea y Cassandra están a corta distancia. 

No puede ubicar con la vista a los ladrones ni al comerciante, por lo que supone que han de haberse ocultado. 

Sosteniendo firmemente la lanza aconseja a las mujeres cercanas: ¡Intenten aprovechar la distancia en caso de pelear! Si pueden refugiarse en lugares de difícil acceso, mejor. 

Buscando seguir su propio consejo, Aeneas ubica un árbol algo más alto cercano y corre hacia él con el fín de trepar y ocultarse entre sus ramas. 

Con veloces movimientos, el joven miceno se aferra al tronco del árbol y sube a la parte central rodeada de hojas. Se concentra entonces en la situación en espera de los furias que aún los perseguían o de algún suceso que requiriera su atención. 

Priapo! No iba a dejar a su compañero atado a un árbol a merced de las furias. Corre hacia él lo desata y huye hacia los arboles, bbuscando un arbol con frondosas copas donde no puedan meterse las furias que atacan desde el aire. Su idea es que si atacan tengan que hacerlo no desd arriba si no a ras del suelo com la esperanza de que esto las desanime

Todo se volvió de pronto un batir de alas y chillidos, Alkaeis y Aeneas volvian, gritos, los rebuznos del pobre asno atado, Zéfiro afe...zéfiro!!?? maldito pajarraco vuelve en este momento y quedate a pelear como hombre!!...no...incluso los animales no son estúpidos, ellos no harian cualquier cosa que atente contra su vida no son como los humanos, se iba con el estómago lleno para ponerse a salvo, Anthea lanzó una flecha incendiaria para distraer a las Furias.

-Anthea no!, hay que movernos Malco y Axys tienen razón.- Cogí todas mis cosas lo mas pronto que pude, con el golpe agasapado al suelo, aprovechando los maravillosos dones que Alkaeius poseia, auxiliado por el padre de los dioses Zeus, un rayo calló y fue la señal para que yo me pusiera en movimiento también, apague la antorcha. Y corrí, corrí como el diablo...o mejor dicho como el hades ya que aun no existe el diablo en nuestra época, pero estos bobos que no pueden ver al futuro jamás lo comprenderían si se los explicara.

Me moví hacia donde Alkaeius nos lo indicaba, una zona arbolada, si sería un buen sitio para escondernos, un grupo de arbustos bajos se levantaba a escasos metros de iniciada la zona arbolada, me heché encima las ramas sobre mi cuerpo, y me puse el capuchon oscuro de mi capa de viaje negra sobre la cabeza, para envolver mi cuerpo aun mas en las sombras y guarde silencio respirando agitadamente, observando a mis compañeros esconderse intentando esquivar el ataque de las furias, esto se habia puesto bastante denso en tan solo unos momentos.

Mientras me encontraba cubierta por aquellos arbustos, dirigí una mirada a mi alrededor, buscando cualquier signo extraño que pudiera haber, no me fiaba de este pantano en lo absoluto, agudicé todos mis sentidos, para tratar de percibir las cosas que me rodeaban.

¡P-Pero es que no me dejarán terminar este delicioso trozo de cordero!... Lo siento Cass...  yo ya cené y ya es hora de buscar un buen lugar para dormir que no sea el estomago de unas de esas feroces cosas!...

El ave emprende el vuelo antes de que el primer embate se dé.

¡Si sales viva de esta, te comunicaré lo que vea desde las alturas, que la bendición de Hécate te acompañe... suerteeee!

Cassandra escucha en su mente la curiosa voz del halcón alejandose.

Los horribles chillidos de 3 Furias rasgan el silencio de la noche encima del pantano Helias, sobrevuelan el área en espera de las demás criaturas que se han alejedao al seguir la flecha señuelo de la amazona, casi en la entrada del pantano 5 Furias se reponen de la descarga eléctrica que recibieron de parte de Alkaeius.

La noche cubre a los héroes que intentan pasar desapercibidos luego de ocultarse entre la maleza y árboles retorcidos del fétido pantano.

el aleteo de la furias lo pueden sentir sobre sus cabezas explorando la zona tatando de localizarlos, mientras los espeluznantes chillidos obligan a cubrirse los oídos de cualquiera que las escuchase. (Explorar)

Desde el cielo una de las Furias detecta un leve movimiento cuando por mala suerte un stornino emprende el vuelo delatando la posición de Malco, la terrible criatura lanza un chillido y se lanza en picada hacia la posición del ladrón.

Las aturdidas Furias que se encuentran en el suelo sacuden la cabeza y baten las alas pero no emprenden el vuelo, las enormes y poderosas garras que tiene por pies arañan la tierra podrida al avanzar olfateando la entrada al pantano, la que se encuentra más adelantada detecta el olor de la adrenalina del desafortnado comerciante quién apenas había alcanzado a desatar a su asno y se había oculto detrás de un enorme tronco seco y retorcido muy a la entrada del pantano.

Desde el aire otra de las Furias pasa rozando la copa del árbol donde se encuentra oculto el embaucador, un terrible chillido que hace que el joven Miceno pierda el control al escuchar el agudo sonido de la criatura que taladra su oído medio, al querer sujetarse de otra rama se desliza y rompe algunas hojas haciendo el ruido suficiente para que el feroz monstruo volador volteé y regrese en picada chillando horriblemente.

La amazona corre hacia la entrada del pantano y al adentrarse se pone de espaldas tras un enorme tronco con su arco y las tres flechas punta de hierro todavía listas para disparar una dela furias aturdidas sacude su enorme cabeza y bate las alas si levantar el vuelos, comienza a olfatear mientras ágilmente y en cuatro patas se escurre directo a la entrada justo por donde acaba de pasar la amazona, al llegar a los primeros árboles comienza a olfatear insistentemente, luego lanza un terrible chillido y se dirige directo al tronco donde del otro lado se encuentra Anthea respirando agitadamente tratando de pasar desapercibida.

Cassandra se oculta con su capucha y algunos arbustos para tratar de pasar desapercibida, una de la furias desciende aleteando fuertemente y chillando, uniendoseles a las que fueron derribadas en la entrada del pantano mueve la cabeza y a cuatro patas comienza a olfatear entrando en el pantano, lentamente recorre el mismo camino que Cassandra siguió al buscar un lugar para ocultarse, la furia abre su terrible boca mostrando varias hileras de afilados dientes, mientras su lengua viperina comienza a chasquear haciendo unos terrorificos sonidos, su enorme y musculosa cola latiguea de un lado a otro como si fuera un felino que ha encontrado a su presa, Cassandra dirige una mirada a su alrededor agudizando todos sus sentidos, para tratar de percibir las cosas que la rodean.

De pronto ya no escucha nada, ni siquiera los sonidos nocturnos tan característicos en un pantano, en medio de la oscuridad gira su cabeza lentamente y  justo frente a ella se abre una asquerosa boca babeante, llena de varias hileras de pequeñas navajas afiladas de un claro amarfilado, un chasquido de una lengua viperina le hace estremecer al grado de casi perder el conocimiento por la impresión.

Afuera del pantano a lo lejos una bandada de furias regresa depués de que el efecto del señuelo se disolviera en medio de la noche.

Ahirom ante el ataque de la furia decide arrojar la lanza con la esperanza de derribarla desde lejos. Tira su lanza impactando sobre la Furia con un gran golpe.

maldito bicho alado!!! ahora probarás el acero de Samotracia

Y diciendo esto desenvaina su espada corta listo para hacer frente a la bestia alada. 

Pájaros estúpidos, no me esperaba en absoluto esa complicación, mucho tiempo estando fuera de la naturaleza tiene sus repercusiones, con esa cosa sobre mi no tengo otra opción más que atacar, aprovecho mi habilidad para escalar e intento dañar a la furia... lo cual no fue para nada una buena idea, mi inexperiencia en combate me hace una muy mala pasada y e fallado completamente el golpe, un muy mal inicio para el viaje y un muy mal inicio en mi experiencia de combate.

Cuando pasan estas cosas solo vez los sucesos pasar muy lentamente ante tus ojos, esta cosa no me va a dar un abrazo y un golpe de "buen intento" necesito ayuda, la más rápida que conozco... HERMES, PADRE MIO TE NECESITO, NECESITO TU PODER, NECESITO PODER ELIMINAR ESTAS COSAS POR MI CUANTA DE AHORA EN ADELANTE, PERO MI ACTUAL PERSONA NO PUEDE, NO ESTOY HECHO PARA ESTO, NECESITO TU AYUDA, QUE PARTE DE TU PODER FLUYA POR MI...

A espaldas del enorme tronco puedo percibir la desagradable presencia de la Furia buscandome, silenciosamente guardo en mi carcaj dos de las tres flechas punta de hierro y dejo la que definitivamente acabará de una vez por todas con esa terrible amenaza, escucho la garras del monstruo acercandose, acechandome sin saber que la cazadora soy yo.

"En nombre de Artemis maldigo esta flecha atrayendo la oscuridad del bosque a todo lo que toque la punta de esta saeta"...

Maldigo la flecha para que cause más daño al impactar y la coloco en posición para dispararla. (6+ de daño)

Aún de espaldas al tronco tenso mi arco de batalla hasta que los dedos se tornan blancos por la presión de la cuerda en ellos.

Despejo mi mente y sólo dejo la cabeza de la furia cómo mi único pensamiento, debo concentrarme para obtener un disparo seguro, no hay nada más, no siento ni escucho nada más que a esa criatura acercandose.

Cuando estoy lista salgo y me planto frente a la Furia, apunto firme y directo enmedio de sus ojos, suelto la flecha que se incrusta en la cabeza de la furia atravesandola.

La furia cae pesadamente inerte mientras un charco de sangre negruzca se derrama sobre el pestilente fango del pantano.

Todo se redujo a este momento...el silencio, me habia ocultado, pero al parecer una de aquellas bestias aladas, esas furias, me habia encontrado, por que al voltear el infierno yacía ante mi, senti mi corazón acelerarse,  mis labios se abrieron pero estaba aterrada y ningun sonido brotó de mi garganta, pude sentir el fetido y nauseabundo aliento de la bestia, mientras sacaba su lengua, y abria su boca horrible con esos colmillos al mas puro estilo Alien...ah si, recuerden, veo el futuro, asi que no entenderían si les explico que cosa es un Alien.

Pero la furia habia elegido mal a su presa, por que esta presa tenia garras y mordía, despues del fuerte impacto e impresión que me habia llevado, la mas incontenible ola de locura inundo mi cuerpo, pegué un potente grito lleno de furia, el cazador se iba a convertir en la presa.

Desenfundé mi cuchillo, y lo hundí en la barbilla del animal, senti su sangre caliente que inmediatamente comenzó a borbotear, le habia atravesado la traquea con mi cuchillo con la misma facilidad con la que entra el cuchillo caliente en la mantequilla, el animal lanzo un agonico ruido, y entonces sali del arbusto, poniendo todo el peso de mi cuerpo para empujarlo al suelo, quedé con las rodillas hundidas sobre su vientre y el animal lanzando arañasos para intentar lastimarme, pero la locura se habia apoderado de mi cuerpo, pronto los gritos de mi garganta superaron en fuerza a los de las mismas furias, mientras mi cuchillo se habia undido dos veces en su horrible rostro.

Despues comenzé a clavar el cuchillo varias veces en el pecho, estaba segura que una de las puñaladas que lanzaba se habia hundido en su corazon, no lo sabia, a cada nueva puñalada, borbotones de sangre negruzca salian del ajado y mutilado cuerpo del animal, mientras en mi rostro se comenzaba a dibujar una expresión sadica y perversa, estaba disfrutando la carnicería, una ultima puñalada la dirigi entre los ojos, mientras el grito frenetico que lanzaba se convertía en una carcajada perversa...la clásica risa de una bruja diabólica desatada. Sentia las manos de Hécate guiando el cuchillo para clavarse en medio de los ojos de la bestia.

Entonces con la mano que tenia libre, sujete la lengua que se movia fuera de la boca de la bestia y comenzé a tirar de ella, cortandola con el cuchillo, mis dedos con garras se hundieron en los horribles ojos del animal, extirpandolos, mis manos se habian llenado de sangre pero no era sangre mía, y entonces comenzé a balbucear mitad gritos freneticos, mitad una voz estremecedora que intentaba serenarse.

-TE GUST...TA...GUS...TAA...ESPANTAR VERDAD...CASI ME BAJA LA MENSTRUACION DEL SUSTO...ELEGISTE MAL...A ...LA PRESA...ASQUEROSA...CRIATURA...HIJA D....HIJA DE LA ...GRAN PUTA...QUE TE ABORTO.- Habi dejado el cuchillo de lado, estaba torturando a la bestia hundiendole mis garras en sus ojos, regodeandome con la sensación...estaba loca...Atenea habia elegido molestar a una hija de Hécate, puta favorita de Poseidón, y encima...demente.

Perdiendo su general calma, el pelirrojo susurra un improperio cuando el chillido de la furia le hace perder el equilibrio. Sumado a ese ruido, dió un manotazo a una rama para evitar caer al suelo y ser presa fácil para esa mortífera bestia. 

La suma de esos ruidos atrajo al monstruo instantáneamente al árbol donde Aeneas estaba refugiado. 

El árbol comenzó a sacudirse violentamente ante el intento de la Furia de llegar a Aeneas con sus garras. 

Al pelirrojo no le gustaba la violencia, pero menos aún le gustaba la idea de ser comido por aquella cosa (con suerte).

El joven miceno inspiró y se asió fuertemente de una rama más gruesa. Con su mano libre empuñó la lanza y atacó con fuerza hacia el bulto oscuro que estaba agitándose frente a él. 

El lanzazo golpea a ciegas y hace impacto en el abdomen del monstruo alado, quien reduce su velocidad y aleteo al sentir el ardor de la punzada.

Aeneas sintió que la Furia frenaba su ataque y caía de a poco hacia el piso. Por un momento sopesó la posibilidad de bajar del árbol y terminar la batalla ahí mismo; pero desde el árbol no podía ver con claridad la situación de las demás Furias. Por lo que él sabía, bien podrían estar cerca, esperándolo. Pero tampoco podía desperdiciar esa oportunidad. 

Poniendo un pie en una rama más baja, Aeneas comenzó a asomarse fuera del árbol mirando a su alrededor tratando de detectar cualquier peligro que pudiera presentarse. 

Axys observa desde la rama contigua como su mejor amigo falla con la reluciente espada espartana y la criatura esquiva facilmente la estocada preparandose para lanzarse en picada con sus enormes y afiladas garras por delante, El ladronzuelo saca a relucirlas las espadas cortas que forjó Hesperión y prepara a lanzarse en ayuda de Malco, de pronto de la nada una enorme bandada de murciélagos sale furiosamente de entre la copa del árbol donde se encuentran los ladrones, golpeando fuertemente con sus cuerpos a la Furia que se cubre con los brazos el horrible rostro lanzando fuertes chillidos al sentir sus alas siendo atravesadas por cientos de colmillos que la obligan a desviarse y tratar de huir de la enorme banda de quirópteros que la siguen muy de cerca.

Axys no puede creer cómo la suerte de su amigo cambia a cada instante, guarda una de sus espadas y sin dejar de ver a la lejanía el borrón de la Furia seguida por la bandada de mucielagos, le hace señas en voz baja. -"pssst.. Malco... vámonos... la banda de Furias no tardará en arrasar esto... ocultemonos allá abajo..."- Axys se descuelga hasta tocar las enormes raíces podridas dejando su macuto a un lado esperando al ladrón desender del árbol.

Alkaeius observa cómo la lanza de bravo comerciante se le incrusta en el brazo izquierdo a la criatura alada lanzando un terrible chillido, más no se detiene y se lanza en contra de Ahirom.

Sin perder tiempo Alkaeius se lanza en contra de la Furia saltando en el último momento y con una estocada debajo de la clávicula la atraviesa hasta la empuñadura partiendo el corazón de la criatura, quién comienza a lanzar chillidos ahogados en su negruzca sangre, las garras de sus manos se enredan alrededor de su cuello y cae de rodillas, Alkaeius da un giro y le corta la cabeza de un limpio tajo, aún con la espada goteando sangre negra se dirige a Ahirom.

-¡VÁMOS ADENTRÉMONOS MÁS EN EL PANTANO!... le grita al comerciante quién sujeta las riendas del asno que pareciera entender la situación pues no ha emitido ningún rebuzno desde el último ataque.

Encima de ellos se puede escuchar el aleteo de una inmensa bandada de murciélagos que pasa velozmente siguiendo a otra Furia herida.

Esto es algo casi indescriptible, no se si es lo que pedí a Hermes, aunque quería algo más explicito que me diera alguna habilidad, pero no niego que me siento feliz de seguir con vida. -Gracias..

Axys me despabila de mi incrédulo postura a lo que acaba de ocurrir  y me guía hacia otro punto en el cual podamos ocultarnos, tiene razón, debemos movernos, esas cosas no tardaran en reiniciar su ataque. Mientras sigo a Axy puedo ver que a los demás no les fue tan mal como a mi... y esto tan solo es el inicio, a este paso puede que no vaya a ser uno de los que termine con vida.

Después de lo sucedido en mi mente quedan pocas dudas y mientras me muevo voy hablando bajo, casi para mis adentro, para mi ser, casi no podía sentir que me estaba moviendo solo lo hacía, sentir el movimiento de lo que te rodea y al mismo tiempo la presencia de un dios caminando a tu lado.

-Hábil Hermes, mi padre, protector y guía, quiero me otorgues el una parte de tu poder, un ápice tus movimientos, soy tu servidor y herramienta a quien el don de tu salto le será una gran bendición, buscaré el seguir tu camino y atenderé a tu voz... Soy tu servidor y herramienta.

En medio del oscuro pantano comienzan a escuchar el dulce sonido de una flauta, una melodía suave y tranquilizadora que contrasta con los aleteos y chillidos que se escuchan acercandose, la melodía pueden casi tocarla de tan perfecta ejecución, pareciera señalarles el camino a seguir, casi sin darse cuenta la hipnotizante musiquilla los ha llevado hasta la orilla de una de las tantas lagunas pestilentes, llenas de insectos y alimañas propias de los pantanos, cómo si fuera un sueño observan una figura humanoide de una estatura casi enana, delgaducho y de apariencia senil con unas puntiagudas orejas que sobresalen por su delgada melena blanca y crespa.

La melodiosa tonada los envuelve en un confortable sopor, los parpados les pesan y algunos comienzan a cabecear mientras el misterioso personaje sonríe maliciosamente y continúa ejecutando su hipnotizante tonada.
 

Hay algo en el ambiente algo pesado aunque también algo embriagante que llama con una melodía, una sensación melosa, que hostiga... termina por molestarme y no querer seguir su orden. Quien esté ejecutando esto es alguien experimentado que querrá, podría intentar aparentar y ver a donde lleva esto puede ser de gran utilidad, ¿es algo sabio o algo tonto hacer esto? creo que lo sabré muy pronto. Observo a mis compañeros ¿como se sentirán? 

La melodía continua sin parar, son una serie de tonadas continuas y repetitivas... cuanta insistencia.

Undí el cuchillo una ultima vez en la carne de la furia, y acontinuacion clave mi mano en la herida abierta de su pecho, el animal habia dejado de moverse y entonces exclame con una voz llena de locura.

-SALVE POSEIDON SEÑOR DE LOS MARES, CREADOR DE LOS TERREMOTOS Y LAS OLAS GIGANTES QUE ARRASAN CON LAS CIUDADES, BENDICE A TU FIEL SIERVA, ACEPTA EL CORAZÓN DE LA BESTIA QUE LA DIOSA QUE EN LOS PRINCIPIOS DE LA HISTORIA SE ATREVIO A DESAFIARTE, TU ANCESTRAL ENEMIGA, LA HIJA DE ZEUS Y LA MEMORIA, HA ENVIADO EN UN INTENTO POR IMPEDIR LA EMPRESA DE TU SIERVA, HAZLE SABER QUE NI MIL ESCUDOS DE ACERO, PODRÍAN DETENER LA FUERZA DE TUS MAREAS, Y QUE DEL MISMO MODO NINGUNO DE TUS SEGUIDORES DETIENE SU CAMINO ANTE NADA.- Elevé una de mis manos con el corazón caliente de la criatura entre mis manos y lanzé una risotada al aire, deposité con cuidado mi ofrenda al lado del cadaver de la furia, haber eliminado a una bestia enviada por Athena, sin lugar a dudas sería bien visto por Poseidón...y también por Hécate.

Me quedé contemplandome fijamente en silencio mis manos llenas de sangre, avanzé a tropezones hasta donde estaban mis cosas, cogí el tridente, estaba a punto de usar una de las cantimploras para lavarme la sangre cuando una melodia llegó a mis oidos, muy similar a la que mi amado solía tocar en su aulos.

La tocaba un hombrecito que bien podria parecerse al fauno sileno o alguno de esos patitas peludas, pero este monigote lo unico que tenia peludo era la barba y quizá el pene, la musica era relajante...bastante relajante...

Me senté cerca de la orilla del agua con una extraña sensacion de tranquilidad, el cuerpo me pesaba, lo mismo que los brazos, los ojos se me cerraban, y el tridente calló de mis manos...