Partida Rol por web

Abandonas al grupo mientras tus compañeros entran en la casa. En cuanto cruzas la calle y llegas hasta el templo de Colleron, lo primero que te llama la atención es que la puerta está cerrada, y atrancada.

Olaff regresa con el grupo tras haber perdido al ladronzuelo. Cuando llega a donde están los demás, observa con los demás el interior del edificio a oscuras. Cuando vuestra vista se acostumbra al interior en sombras podéis ver una sala en la que no hay más que algunas mesas y sillas. Ni siquiera hay una barra en la que servir bebidas. Ni una miserable botella. Esta habitación parece ocupar toda la planta baja del edificio. Al fondo de la sala hay una puerta de madera y unas destartaladas escalera que Klaxtor, que ya se encontraba dentro del edificio está subiendo rápidamente.

Empiezas a subir las escaleras y vacilas un momento. Están en muy mal estado y podrían derrumbarse en cualquier momento. Sin embargo empiezas a subir y, aunque cruje amenazadoramente, resiste tu peso. No oyes ningún ruido ni ves ninguna luz más arriba. Cuando llegas a lo alto de la escalera, en un descansillo, hay dos puertas. Las dos están cerradas con llave y parecen más resistentes que la principal. Es dificil decirlo por la falta de luz, tu visión en la oscuridad no es tan precisa, pero asegurarías que la puerta de la derecha lleva cerrada muchos años, pero la de la izquierda se usa con cierta frecuencia. La cerradura, e incluso la misma puerta, parece más cuidada que la otra.

Aprovecho ala que subo para tomar algo de carrerilla y cargar contra la puerta que parece estar en mejor estado.

Compruebo si Klaxtor ha atado mi burro a la entrada y busco alguna luz para iluminar la sala. Sino hay salgo y de mi equipaje tomo la linterna y tras ponerle aceite la enciendo y vuelvo a entrar.

¿Cerrado? Pero si estaba abierto hace sólo unos minutos...

No pudiendo ya discernir si se trataba de su imaginación o de un temor fundado, Naurnes aporrea más que llama a la puerta del templo.

¡Abridme, por todos los dioses, está pasando algo maligno y necesito ayuda! -dice la elfa, que en realidad desconoce lo que realmente está pasando, pero cuya voz alterada sí deja traslucir la parte de "está pasando algo". Y pese a todo, con toda su inocencia y buena fe, Naurnes sigue esperando que realmente su imaginación le esté jugando una mala pasada. Preferiría quedar como una asustadiza aprendiza antes que ver con sus propios ojos una matanza más.

Olaff enciende una lámpara, lo que os permite ver con más claridad la habitación, sin embargo, la nueva luz no revela nada que no hubieseis visto antes. Mientras echais otro vistazo a la sala y decidís qué hacer, podéis oír un fuerte golpe, de algo que se rompe, en el piso de arriba. Parece ser que Klaxtor ha derribado otra puerta.

Esta puerta, aunque un poco mejor que la que había en la entrada, no es rival para ti y cede al primer intento. No hay luces en la habitación y la poca luz que entra por la ventana abierta no es de ninguna ayuda. Por suerte para ti, estás acostumbrado a la oscuridad.
La habitación en la que has entrado parece un cruce entre almacén y... lo que sea. Hay un escritorio con velas, muchas de ellas consumidas (todas apagadas, claro) y material de escritura. Así como una silla. Tanto el escritorio, como la silla, así como cada palmo de suelo y de la pared están cubiertos con pergaminos o papeles o papiros, o puede que de todo ello. Al no haber luz no puedes pararte a leer lo que puedan poner esos papeles, pero de todas formas hay cientos, puede que miles, por toda la habitación.

Ante el insistente aporreo de la puerta y los alarmantes gritos abro la puerta, asustada.
Por los Seldarine, ¿que es lo que pasa?

Entonces veo a la joven que llamaba a la puerta y la reconozco como de mi propio pueblo, así que le hablo en nuestra lengua, con la que me siento más cómoda.

Decidme, ¿que es lo que ocurre?

No hay nadie en la habitación, ni tampoco ves otras puertas. Al echar un vistazo por la ventana compruebas que es la misma por la que salió el chico.

Después de no encontrar nada que explique el incidente de ladrón oigo el ruido en el piso superior.

- ¿Klaxtor que ocurre? – Mientras vuelvo a empuñar el hacha y me dirijo hacía el origen del estruendo.

Sube con el yo buscare aquí abajo

--"Auris, te cubro... esto no me gusta."

Elessar no se separa mucho de la puerta de entrada... quiere cerrar el paso a cualquiera que quiera escapar.

-¡En el local del unicornio pintado, donde nos había enviado Caranthir, hemos encontrado un pilluelo que ha escapado con algo y, es más, dentro del local no contestan. Me temo lo peor. Mis compañeros han entrado, pero si acude la guardia podrían acusarlos de lo que haya sucedido en el interior cuando lo que pretendíamos era ayudar. Por favor, os lo ruego, avisad a Caranthir y acompañadme! -dice atropelladamente la bella elfa, en un tono de "dama en apuros" como pocas pueden lograr.

Que no sean ciertas mis imaginaciones, por todos los dioses, que no sean ciertas...

Olaff sube rápidamente para ver lo que ha causado ese ruido. - ¿Klaxtor que ocurre?

Al llegar al descansillo ve lo vio Klaxtor, dos puertas, una a cada lado, salvo que una de ellas ya ha sido reventada. La luz de la lámpara del clérigo ilumina una pequeña habitación en la que se encuentra Klaxtor. La habitación, con la ventana abierta, sólo contiene una mesa, una silla, algunas velas (apagadas) y cientos, puede que miles de pergaminos, papeles y papiras repartidos sin orden ni concierto por la habitación. Sobre la mesa, por el suelo e incluso por las paredes. Los papeles están todos escritos en unos símbolos que os son extraños a ambos, puede que un alfabeto que desconocéis. Pero a simple vista, todos los papeles están escritos en el mismo lenguaje.

Olaff se va al piso superior llevándose consigo su lámpara, la única luz que había en la sala. Auris, utilizando la poca luz que viene del exterior nocturno, trata de encontrar algo que explique lo que está pasando. por desgracia, lo único que descubre es que parece que hace tiempo que nadie usa este lugar.

Tranquilízate por favor, habla más despacio. Lo que dices no tiene sentido. Ese edificio del que hablas lleva años abandonado, y no conozco a ningún Caranthir.

Trato de tranquilizar a la joven elfa. Me encantaría poder ayudarla, pero no entiendo de lo que está hablando y no creo que pueda ayudarla en nada.

Salvo papeles no veo a nadie, miremos en la otra sola... los papeles dudo se muevan de su sitio. Dicho esto me dirijo hacia la otra puerta y pruebo a abrirla por las buenas. Si está cerrada le espera el mismo destino que a las anteriores.