El tema era bastante escabroso. En esta ocasión, Giovanni había optado por escuchar, más que hablar. No en vano, las palabras y las acusaciones de unos y otros se entrecruzaban en la sala oscura que parecía oscurecer no solo las paredes, sino también los corazones de los presentes. Cualquier teoría era digna de ser escuchada, aunque estaba claro quien se contradecía y quién no. Cuando oyó su nombre de boca del malhablado Cid, intervino.
- Escuse, signiore Cid Ruy Díaz. Io e explicato la mia habilidade e per consiguienti, supuse que entenderían por qué acusé a quieni acusé, io me explico. Usé la mia habilidade con signiore Duque de Bastión Carmesí, espiándolo une momento donde pude ver que se reunía con otros... Para mi fue sumamenti sospechosi, después de todo, los infectatos se reunían de alguna forma entre ellos. Fue por eso que lo señalé a él y no a otro. - Terminó explicando el buen doctor.