Partida Rol por web

La puyita de Melker le resultó divertida, para qué negarlo. Ella le recordaba de que debían ser precavidos y a la par, podía pecar de incauta, y no era para menos, estaba acostumbrada a hacer su vida por independiente, ir a todas partes sola con la tranquilidad de no ser atacada, pero tras los últimos acontecimientos eso debía cambiar. No ir a Hogsmeade sola iba a ser su primera prueba de fuego, aunque a decir verdad no le molestaba nada la idea de estar acompañada por él. Melker mostraba un carácter agradable, de fácil trato, a la par sabía hacerle reír y darle conversación. No había conectado tan bien con nadie del castillo hasta ese momento, y quería seguir conociéndole.

- Vale, prometo ser una buena chica y no ir sola nunca más a Hogsmeade..., pero eso sí, cuando me lleves tendrás que comprarme una rana de chocolate en Zonko... - le guiña el ojo en actitud bromista -...o mejor un paquete, cuando de chocolate se trata no tengo fin.... Pero tranquilo, compartiré contigo si te portas bien.... - le retira un mechón de cabello del rostro a Melker denotando que aumentaba su confianza hacia él. -... así mejor...

Cyllene no hizo más comentarios sobre el juramento inquebrantable. Sabía que la manera de librar al hombre de su compromiso era matando precisamente a la que antiguamente había sido su pareja, y ella no se planteaba esa posibilidad, jamás había dañado a nadie y menos hasta el punto de quitar la vida, algo que no solamente no contemplaba su moralidad, sino que estaba seguro, él jamás aprobaría. Sin embargo sí tenía algo que decir sobre la mejora de la seguridad mágica de su negocio.

- Tú eres especialista en Defensa Contra las Artes Oscuras..., probablemente puedas aconsejarme sobre los hechizos a realizar allí, quizás si unimos nuestra magia podamos hacer que el lugar sea seguro de verdad.... Me gustaría que algún día me acompañaras..., es un sitio pequeño pero bastante acogedor..., de hecho hay veces que no he pernoctado en el castillo sino en el negocio..., además de la parte de atención al público hay una habitación con aseo y un salón con chimenea, lo hubiera hecho mi hogar si no llego a trabajar en el castillo... Nunca me han gustado las casas enormes, terminan siendo en exceso frías y huecas..., sobre todo si no tienes a nadie para compartirlas....

Pensar en las visiones de Francis, en los sucesos acontecidos que eran explicados por parte de Melker y uniendo todo aquello con su propia experiencia hicieron determinar a la mujer de que era un momento idóneo para hacer una reunión de profesores, o ¿quizás debieran esperar alguna otra señal?

- Francis recién acaba de tener las visiones..., supongo que Dumbledore estará ya trabajando en ese asunto.., lo que puedo hacer es comentarle lo que nos ha sucedido en Cabeza de Puerco y que él considere si es buen momento o no para reunir al claustro...., al fin y al cabo parte de los profesores se encuentran fuera apoyando al Ministerio...., aunque si decides que es buen momento para que hablemos, ya sabes que voy a tu lado... Siempre... - aquella última aseveración fue remarcada con seguridad y con aquella mirada felina tan intensa que la mujer tenía. Y es que tenía muy claro algo, en aquella lucha, acababan de encontrarse como fieles aliados.

Melker no quería parecer un controlador al aconsejar a la bella docente que no acudiera a Hogsmeade sola, y en realidad él mismo tenía que aplicarse el consejo, ya que ahora también era un posible objetivo de Yaxley y sus aliados. - Si te sirve de consuelo, haré caso a mi propio consejo y tampoco iré solo a Hogsmeade Dijo sonriedo levemente. Algunos comentarios de Cyllene le hacía gracia, sobre todo por que rompía con la idea que tenía de ella nada ás conocerla - No te tenía por una fan de las ranas de chocolate, ¿Es por los cromos? Dani me regaló una el otro día, pero aún no la abrí. Si la quieres, es toda tuya. Nunca había sido muy fan de esas ranas, pero si que le gustaba el chocolate, sobre todo el caliente en un frío día de invierno.

Estaba claro que la Profesora Foxier necesitaba ayuda para colocar mejores defensas en su negocio, y Melker no le negaría esa ayuda a una compañera de trabajo en peligro como ella - Cuenta con mi ayuda para proteger mejor tu negocio. También podrías pedir ayuda al Profesor Rowle, seguro que conoce alguna buena planta guardiana. Y Scamander podría aconsejarte sobre alguna criatura mágica que puedas usar para reforzar la seguridad. Cyllene volvió a sorprender a Melker al comentar que no le gustaban las casas grandes, ya que el Profesor de defensa contra las artes oscuras se la imaginaba en una enorme mansión de colores claros o en un ático gigantesco en el centro de una gran ciudad como Paris o New York - Cuanto más pequeña la casa, más te puedes arrimar a la persona con quien la compartas. Melker opinaba lo mismo sobre las casas, que lo mejor era algo más pequeño. Siempre se había visto a sí mismo en una pequeña cabaña de madera dentro de un bosque con un lago cerca.

Quizá esperar más tiempo a que ocurriera algo para convocar una reunión no era una buena idea, o eso pensaba el Profesor Westerberg - Yo voto por reunirnos cuanto antes. Dumbledore debería saber lo que ocurrió en Hogsmeade ya que además del pelirgo que podamos recibir nosotros, los alumnos de tercero en adelante pueden ir allí. Yaxley y sus aliados podrían intentar reclutarlos aprovechando su vulnerabilidad juvenil y así podrían filtrarse dentro del colegio.

Cyllene asiente al profesor ante el hecho de que ella no iría a Hogsmeade sola pero él tampoco lo haría, dando una clara muestra de su prudencia, que en ese caso, bueno era serlo.

La mujer sonríe abiertamente a Melker con el comentario sobre las ranas de chocolate...¿Había alguien en el mundo a quien no le gustara?... Era algo impensable...

- En realidad más que por los cromos es por el chocolate en sí..., nunca me dio por hacer una colección de magos famosos..., pero debo reconocer que el cacao que emplean en ese dulce es magnífico..., y me encanta.... ¿A ti no te gusta?... - le sorprendía que le ofreciera el dulce que le había entregado el alumno, matizando una broma posteriormente-... te recomiendo que nunca comas nada que te ofrezca uno de los estudiantes, nunca se sabe cuando puede estar buscando la manera de intoxicarte... - ríe divertida.

Cuando la conversación derivó a la defensa mágica de su negocio la mujer se dejó asesorar, asintiendo cuando le indicó que podía pedirle ayuda a sus compañeros de Hogwarts.

- Scamander me dijo que intentaría conseguirme una criatura mágica..., pero no había caído en la cuenta de pedirle ayuda a Rowle..., a veces tiendo a subestimar el poder de las plantas..., un craso error por mi parte... - mantiene la mujer, siendo bastante autocrítica consigo misma -...y sí..., es como dices..., una casa pequeña para poder estar más cerca de la persona que quieres..., si tienes la suerte de encontrarla...., algo en lo que debo decir, no he tenido demasiada suerte..., o también el fallo puede que sea yo..., no lo descarto del todo... -indica ella, y es que había tenido pocas relaciones, no era particularmente enamorariza, y las veces que cayó en el juego del amor había salido muy malparada.

- Tienes razón..., los alumnos de tercero pueden ser un blanco perfecto para estos magos tenebrosos..., y créeme, muchos podrían caer, hay algunos alumnos cuya moralidad es bastante... difusa..., y podrían ser carne de cañón..., aunque para serte sincera..., muchos de nuestros alumnos son potencialmente peligrosos, hijos de mortífagos y con ideologías muy extremas..., créeme que el enemigo de una u otra manera, ya está dentro...., muchos son de Slytherin.... - mantiene la mujer con un rictus de seriedad -...deberíamos ir a ver a Dumbledore ya..., no perdamos tiempo..., mañana podemos seguir practicando..., me gusta este tiempo que sacamos para nosotros... - le mira a los ojos y le tiende la mano mientras iba hacia la puerta, decidida a ver al director de la escuela.

Domingo tarde (29/09/1991)

Tras haber renunciado públicamente al club de duelos Kayla tuvo unos cuantos días para pensar que si no mejoraba sus hechizos o aprendía algunos nuevos estaría perdida frente al resto de sus compañeros de casa, los cuáles parecían ir muy por delante suya en la práctica de hechizos. En el club de coleccionistas había aprendido a hacer un Flipendo mucho más consistente y potente que el demostrado en la sesión de duelos, cuando determinó que Sinclair era mucho mejor que ella.

La pelirroja caminaba hacia el despacho de Melker aún sabiendo que el profesor tendría unas palabras con ella, aunque a decir verdad, fue bastante amable acompañándole en el trayecto hacia el despacho del director, al menos allí no le hizo ninguna demanda por su comportamiento, permaneciendo impasible ante la actitud de la pequeña.... ¿seguiría igual en su proceder ahora que iba a estar en privado con él?.... No podía negar que estaba nerviosa y en parte era porque no tenía contra argumento por su actitud.

Kayla llega a la puerta del despacho y llama a la misma, cuando recibe el permiso para entrar lo hace con suavidad, deslizándose al interior de la estancia, como si de una serpiente se tratase.

- Buenas tardes profesor...., venía para hablar con usted sobre mis..., habilidades mágicas..., y poder aprender un hechizo nuevo que me gustaría conocer.... - dice ella con suavidad y educación, nada parecido al estallido de genio de unos días antes.

Melker estaba descansando en su despacho después de una mañana muy ajetreada practicando hechizos con la Profesora Foxier y después reuniendose con Dumbledore en su despacho. Había cogido la postura perfecta en su sillón y la siesta le estaba sentando de maravilla cuando el sonido de alguien llamando a la puerta le despertó. En parte agradecia que lo hubieran hecho, ya que si no habría sido capaz de dormir toda la tarde y después se habría desvelado por la noche.

Bebió un vaso de agua antes de hacer pasar a quien fuera que llamara y se pasó los dedos por el cabello para peinarse un poco, o por lo menos intentarlo - ¡Adelante!

Quién entró en el despacho fué la joven Kayla Silver, que quería hablar con el Profesor Westerberg sobre sus cualidades mágicas. Después de su renuncia al Club de Duelos, esa petición le sorprendió ya que pensaba que la joven había desistido durante un tiempo sobre el tema de los hechizos. - ¡Buenas tardes señorita Silver! ¿Cuál es el hechizo que había pensado? A punto estuvo de comentar que no necesitaba hechizos para escabullirse de las bromas, pero pensaba que era mejor mantener las formalidades con ella por ahora.

Kayla no sabía que había despertado al profesor de la siesta, y desde luego si lo hubiera sabido jamás se habría atrevido a molestarle, y menos en la situación delicada en la que se encontraba, era poco probable de que cualquier otro docente quisiera enseñarle nada, y es que sus formas dejaban mucho que desear en ocasiones.

La voz alegre del profesor le sorprendió, ella esperaba alguna reprimenda nada más empezar, pero por lo visto el docente no iba por esos lares en esta ocasión, por lo que la pelirroja se confió y entró al despacho con mayor seguridad, tras cerrar la puerta del mismo y ganar intimidad.

- Me gustaría aprender Expelliarmus..., quizás sea un poco joven para aprenderlo, pero es uno de los hechizos que más me han llamado la atención desde pequeña..., y quizás con su ayuda pudiera ser capaz de ejecutarlo... Si no pudiera ser me gustaría poder efectuar un Protego... - explica ella con detalle denotando un par de cosas, cuando se esforzaba sabía ser muy educada, pero lo mejor era la petición que le hacía, la niña no quería aprender una maldición o un hechizo ofensivo que provocase mucho daño, sino uno defensivo que eran de los más inocuos. Quienes realizaban esos hechizos no iban a provocar el mal, tan solo desarmar a un adversario o a proteger a los suyos de cualquier daño que pudieran provocar sobre ella o la gente a la que quería.

Quizás lo comentarios de Cyllene sobre la niña fuesen ciertos y la pequeña tuviera mucho más remedio teniendo en cuenta quien era su abuela. O puede de que la profesora experta en pociones exagerara la figura de Andrómeda Selwyn.... Al caso era el mismo, Kayla Silver allí estaba pidiendo algo nada extremo y con las formas adecuadas... Pero claro, ahora no estaba bajo presión, su comportamiento disruptivo aparecía en determinadas situaciones donde ella no podía controlar la situación... ¿se daría hoy el caso?

Que los jóvenes de primero se acercaran a su despacho para solicitar aprender hechizos de cursos superiores ya era algo normal para el Profesor de DCAO, así que la sorpresa inicial de Melker pasó a comprensión una vez que la joven Silver explicó el hechizo que quería aprender y la razón.

Melker pensó durante unos segundos, recordando las conversación sobre Kayla que tuvo con la Profesora Foxier esa misma mañana y decidió probar a acercarse a ella para así intentar que la joven no acabara muy influenciada por su abuela. - Tengo entendido que enseñaremos el hechizo Expelliarmus en el Club de Duelos, pero entiendo que después del problema con el Profesor Snape no quieras volver. Supongo que podría hacer una excepción en tu caso y enseñártelo en privado. Imaginaba que eso causaría controversia entre varios alumnos, pero teniendo en cuenta que la mayoría que le habían pedido aprender hechizos en privado estaban en el Club de Duelos, esperaba no tener ningún problema con ellos. - Eso sí, espero por su parte una actitud madura y compromiso al cien por cien. Añadió debido al carácter explosivo de la joven.

Cuando el profesor indicó que iba a enseñar ese hechizo en el club de duelos la niña se mordió el labio, mostrando su rostro algo similar al arrepentimiento. La muchacha casi esperaba un no rotundo cuando Melker comentó que podía hacer una excepción en su caso, asintiendo la pequeña con seriedad, compromiso gestual que fueron acompañadas de palabras.

- Me equivoqué en el club de duelos, no me tenía que haber comportado de esa manera... - indica la niña aceptando que el error había sido suyo, mostrando un lado bastante más humilde del que tuvo en el evento -... tengo mucho genio..., mi madre siempre me ha dicho que es uno de mis peores defectos..., cuando algo me enfada a veces no me sé controlar..., y hago cosas pues..., como la que hice..., y no es que no desee estar en el club, pero no creo que Snape quiera verme de nuevo por allí, no parece una persona muy dada a las segundas oportunidades...

El profesor Westerberg marcó sus exigencias sobre madurez y compromiso, gesto que la niña no dudó en asentir. Le resultaba fácil hablar con aquel docente a pesar de que en cierto modo era uno de los que más le imponían. 

- Le doy mi palabra de que me comportaré, profesor..., no tendrá queja de mí..., ni aunque falle el hechizo... - le responde ella con seguridad, mostrando su lado más dulce y afable.

Melker escuchó atentamente las palabras de la joven Kayla Silver sin sorprenderse cuando le confesó que su madre le decía que su peor defecto era su mal genio. El profesor siempre había creido que el mal genio de los jóvenes solía ser por una falta de disciplina desde pequeños, y pensaba que quizá la joven Silver había estado muy protegida desde siempre por su abuela, o por lo menos había llegado a esa deducción al hablar con la Profesora Foxier y al observar los comportamientos de la señorita Silver.

- Snape es profesor de Hogwarts, y estoy seguro de que no tendría ningún inconveniente en aceptarla de nuevo en el Club... Bueno, casi ningún inconveniente. Si deseas volver al Club, podría hablar con él para que no ponga ninguna traba a su reincorporación. Melker creía que lo mejor para la joven era continuar en el Club para enfrentarse a jóvenes de su nivel y así socializar más con otros alumnos, pero respetaría la decisión de la joven si finalmente quería recibir clases en privado. - La decisión es suya. Si quiere volver, hablaré con el Profesor Snape, pero si prefiere aprender en privado, buscaremos una buena fecha para iniciar las clases particulares.

Lunes 30/09/1991

Hasta ahora no me había presentado por estar bastante ocupado pero finalmente estaba frente a la puerta del despacho de Melker recordando aquella petición que le hice... Toque la puerta, dos toques secos y con energía. Espere su respuesta antes de hacer cualquier cosa aunque estaba muy impaciente por ver como eran las clases particulares con el profesor y ver si realmente podía mejorar con ellas lo suficiente.

El Profesor Westerberg se encontraba jugando con Nyfiken cuando alguien llamó a la puerta dos veces y de forma enérgica. Antes de contestar, Melker devolvió al hurón a su transportín para que descansara un poco y regresó a su asiento dónde se preparó para recibir a quién estuviera llamando. - ¡Adelante por favor!

La pelirroja observaba al profesor cuando comenzó a hablar. Cuando le dijo que Snape no pondría impedimento a readmitirla en el club iba a dar una contra respuesta negativa, pues la cría era consciente de que el profesor Severus hacía honor a su nombre y pondría todos los inconvenientes del mundo. Pero confiaba en Melker y si le aseguraba que convencería al amargado profesor de pociones, probablemente así fuera.

- Sí me gustaría volver...., aunque no sea demasiado buena con los hechizos... - indica Kayla suspirando -... si no le importa me gustaría mejorar independientemente de seguir en el club..., en el caso de que consiga que me readmitan..., aunque sinceramente..., creo que va a ser algo complicado... ¿verdad?.... - la niña no era tonta y sabía que al docente le iba a costar lo suyo -...¿Es muy difícil el Expeliarmus?....

Sería complicado que la volvieran a admitir, pero no imposible. Por supuesto, el Profesor Westerberg no le dijo eso a la joven para no desanimarla, y hablaría con el Profesor Rowle para que juntos convencieran al Profesor Snape de que readmitiera a Kayla en el Club de Duelos. - Usted déjeme la readmisión  a mí y ya verás cómo el próximo día estarás allí junto a tus compañeros.

- ¿Difícil el Expelliarmus? No en exceso. Lo difícil era mantener la calma en un enfrentamiento a vida o muerte y poder lanzarlo antes que el rival pudiera lanzar una maldición imperdonable. Pero eso no se lo diría a la joven - ¿Te gustaría intentarlo? Lo único que pido a cambio es que no diga a nadie que lo ha aprendido hasta que el resto de sus compañeros lo aprendan en el Club de Duelos. ¿Le parece bien?

Kayla tenía fe ciega en Melker y que él apostara por su inclusión era como decirle que seguro iba a volver al club de duelos. La pelirroja asiente a su profesor, dando conformidad a que dejaba en sus manos la posibilidad de regresar, aunque intuía que iba a tener que ser muy convincente con Snape, el profesor más desagradable del mundo.

- Le doy mi palabra de honor de que si aprendo el hechizo no se lo diré a nadie.... - le dice la niña con un tono de voz solemne, dejando claro de que iba muy en serio -....estoy deseando intentarlo..., ¿cómo debo poner la varita?.... - saca su instrumento mágico de la túnica y sonríe abiertamente totalmente emocionada, mostrando una disposición más animada de las que solía mostrar en clase, donde su forma de actuar suele ser más seria y callada -... ¿Por qué se hizo profesor de DCAO, señor?.... ¿era la asignatura que más le gustaba o la que mejor se le daba?.... - pregunta invadida por la curiosidad

Entonces abro la puerta y sonrío al profesor antes de cerrar la puerta tras de mi. Camine justo hasta estar de pie frente al escritorio.

- Profesor, estoy aquí por las promesa que me hizo de enseñarme a ser auror... desde la última que estuve aquí tengo aún mas razones para serlo y he pensado que tal vez un buen punto para empezar sea los duelos, la última vez perdí frente a Artemis y aunque luego conseguí la revancha no quiero volver a perder.

Saque la varita de mi bolsillo y la agarre con ambas manos, si Melker se fijaba podría notar que miraba la varita con una determinación extraña en un chico de mi edad e incluso odio puro.

La joven Silver parecía decidida y entusiasmada en aprender el hechizo, así que Melker no se entretuvo más y sacó también su varita para enseñarle los pasos para ejecutar el hechizo. - Mira, primero es un movimiento descendente recto y a continuación tienes que dibujar una espiral al contrario de las agujas del reloj Comenzó a decir mientras realizaba suavemente el movimiento.

- Es muy importante visualizar en tu mente lo que quieres conseguir con el hechizo. Explicó para que se centrara en hacerlo bien - No sirve de nada hacer el movimiento y gritar el conjuro mientras estás pensando en que vas a cenar. Así que quiero que en tu mente te veas a ti misma desarmandome ¿Entendido? Melker se puso en posición de duelo para que la joven se lo creyera más - Si lo consigues te contaré por qué me hice profesor de DCAO, aunque creo recordar que algo te conté hace un tiempo.
 

Quién apareció por la puerta fue el joven Alen Ryder, que caminó hasta el escritorio de Melker con paso decidido para seguidamente pedir al profesor de DCAO que cumpliera su palabra de ayudarle a ser Auror. Melker no lo esperaba tan pronto, pero aún así escuhó atentamente al joven y se fijó en su curiosa forma de sujetar su varita - Buenas tardes joven Ryder. Es una lástima que me perdiera su segundo combate contra el Señor Flamel, estoy seguro de que fue un gran combate, pero tuve que irme por un asunto urgente. En parte le preocupaba esa forma de mirar su varita, ¿Qué le pasaría por la cabeza al joven Ryder? - Digame, ¿Por qué tiene ahora más razones para ser Auror? Tampoco le había pasado por alto el último comentario sobre que no quería perder nunca más - No debería preocuparse por perder, ni mucho menos ahora que está empezando su primer año. Perder nos ayuda a aprender y a mejorar, siempre y cuando no perdamos la vida, cosa que no pasará durante los duelos en el Club.

Asentí ante su suposición de nuestro segundo combate, realmente había sido de los mas interesantes de ver aunque la balanza estuviera totalmente inclinada hacia un lado y dejaba claro la sana rivalidad que habría entre nosotros dos. Pero como no podía ser de otra manera me pregunto por mis nuevas razones y me di cuenta de que había notado que algo me pasaba, no podía dejar de pensar en el tema desde que lo vi y me estaba consumiendo por dentro.

- ¿Puedo llamarle Melker? Es que hace unos pocos días hable con el Director y el me pudo mostrar los últimos instantes de vida de mi padre... el era un auror, Matthew Ryder, había sido capturado y estaba siendo torturado... pude ver el rostro de quien le causaba tanto daño y escuche dos nombres... ellos buscaban dos doblones y uno de ellos lo tenía yo aunque ya se lo entregué a Dumbledore, le consiguieron sonsacar a mi padre donde estaban los doblones e incluso amenazaron de muerte a mi madre y a mi... así que es muy probable que mi vida corra peligro por lo que si pierdo contra estudiantes no tengo ninguna posibilidad frente a un mortifago, debo mejorar para poder protegerme, no solo para ser auror... -se notaba que me costaba hablar del tema, de hecho aún no se lo había contado a nadie realmente y al ser la primera vez que soltaba mis preocupaciones se me hacía aún mas duro

Estaba claro que las razones de Alan Ryder para aprender a defenderse eran fuertes, pero el Profesor Westerberg dudaba que estuviera en peligro viviendo en Hogwarts - Ante todo, me gustaría que siguiera llamándome Profesor. Nunca hay que perder la buena educación y ya habrá tiempo de que nos tuteemos. Aunque sus palabras pudieran parecer duras, su tono era afable al igual que su semblante. - Lamento mucho lo que le ocurrió a su padre. No puedo llegar a imaginar lo duro que habrá sido para usted ver esas imágenes. Estoy seguro de que el Director Dumbledore hará lo imposible para proteger ese doblón que le ha prestado, al igual que hará todo lo que esté en sus manos para protegerle a usted. En Hogwarts estará protegido en todo momento, así que por eso no se preocupe. Si en verdad unos Mortífagos iban a por él, poca cosa podría enseñarle Melker hasta el final de curso, cuando no estaría protegido por los muros del castillo. - Le enseñaré lo que pueda, pero no piense que será suficiente para enfrentarse a Mortífagos experimentados. Lo mejor será que usted y su madre estén bajo protección del Ministerio de Magia.

Me limite a asentir con la cabeza agachada cuando dijo que le siguiera llamando profesor aunque no estaba en esa postura por ese hecho, ya sabía que Dumbledore protegería ese doblón mejor que nadie literalmente no había absolutamente nadie mejor para guardarlo que el y claro que sabía que no podría ser rival para un mortifago, era solo un crió y ellos había derrotado a mi padre el cual para mi era como un héroe invencible.

- Lo se, se que no seré rival para ellos pero quiero mejorar lo mas rápido posible ya que no siempre podrán otras personas garantizar nuestra seguridad y de hecho no quiero que sea así por que algún día quiero dejar de ser la presa y convertirme en el cazador. Por eso quiero ser auror y por eso quiero sus clases... ayúdeme con eso por favor Profesor.