Partida Rol por web

La ruina del Hombre

Como de un sueño, despierta...(Fajssel, 3 de Numa del 471 d.T.)

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20/07/2008, 23:28
Director

Una mañana cuyo fruto crece, concebido en la noche anterior. Y de la noche sólo caben penumbras.

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20/07/2008, 23:30
Director

Jayrah despertó sudorosa, como si una honda preocupación le sacudiera el alma. Respiraba agotada y frágil, y se volvió a sentir débil como la mañana anterior, febril y sin hambre. La luz del Sol de una mañana luminosa entraba discretamente por la ventana, pero incluso con las cortinas suavizando la luz, los ojos de Jayrah se irritaron.

Era una mañana algo más fresca, lo notó con un escalofrío, cubierta como estaba de un sudor que se enfriaba por momentos.

Todo estaba tranquilo. No se escuchaba nada en el exterior ni tampoco parecía haber movimiento cerca de su habitación, al menos. Como si de repente todo se hubiera detenido. Era de esperar. El baile habría concluido tarde, y hoy sólo la servidumbre poblaría las calles hasta algo más tarde, limpiando sin hacer ruido hasta que los hombres y mujeres de poder decidieran que ya habían descansado suficiente sus excesos.

Notas de juego

No te encuentras muy enferma, sólo peor que ayer por la noche. "Griposa" sería una buena definición moderna.

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21/07/2008, 18:22
Jayrah Ydhûn

El mareo, el malestar había persistido. Aunque no le extrañó. Todo cuanto había visto, vivido mejor, ayer, era como para dejar al más recio de los hombres hecho polvo. Y ella era una mujer frágil...

Se vistió, y salió en dirección a las cocinas, como solía hacer. Iría en busca de un bocado de pan, con un sorbo de agua. No más, no se sentía con ánimos de comer un desayuno normal. Y luego saldría, se haría llevar por el carruaje a la Casa de las Savas. Si, eso era importante. Tenía que contar con algún aliado. Además de Noro, desde luego.

Notas de juego

Ando pillada, roleo corto, pero dejo la acción descrita. Ah, y estoy ya muy cerca de mis vacaciones, estos días andaré a trancas y barrancas, y el 25 me voy hasta el 4. De modo que o me aparcas o me pnjotizas!
:)

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28/07/2008, 23:05
Director

La comida apenas tenía sabor. Quizá por eso terminó pronto. El agua hacía dificil de tragar el pan, pero ayudaba a sentirse llena comiendo poco.

Su carro estaba listo cuando había terminado. Kyssyll se había dado prisa en ello. No lo llevaba él, sino el joven Paaddall, un chiquillo con cara de no estar seguro de nada, pero obediente y callado. La calesa era para una persona, con un caballo blanco manchado, macho, llamado Heroll. Noro lo respetaba mucho. Según decían, era la calesa de su mujer fallecida, y hacía ya años que sólo lo usaba Jayrah. Al fin y al cabo, era la única mujer que quedaba en la casa, y la ornamentación de la calesa era de azul muy claro y oro, propios de condición femenina entre bordados y filigranas.

El viaje resultó molesto, ya que el traqueteo no congeniaba con el ligero dolor de estómago de Jayrah, pero aguantó hasta llegar a la casa de sanación, a la sombra del palacio... oscura la casa como si no trajera esperanza, sino todo lo contrario, fría y con el olor extraño de siempre.

Notas de juego

Ningún problema. Es posible que en breve hagamos un parón para dejar que os vayáis de vacas y así no se líen mucho los tiempos, ahora que más o menos está la cosa organizada :D

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05/08/2008, 00:35
Jayrah Ydhûn

Bajó de la calesa, y le indicó al chico que la esperara, o esperara sus órdenes. Que sólo debía recibir de ella misma, en persona. Si alguien le decía que regresara, que su ama ya no le necesitaba, debía pedir verla en persona. Y si eso le era negado, debía hablar con el Señor Noro, y explicarle bien cuanto ella le había indicado, y todo lo sucedido después.

Jayrah estaba recelosa. No necesariamentre de las savas, y mucho menos de la Dana. Pero dadas las circunstancias, nada en la ciudad era diáfano.

Entró en la Casa, sumiéndose en su oscura calma, y preguntó por la sava Dana. Solicitó audiencia privada, antes de que la examinaran de nuevo y decidieran si debía seguir siendo tratada. No, lo primero era el espíritu, y quizá, cuando liberara su losa de su alma, sería más fácil liberar a su cuerpo del... ¿veneno...?

Notas de juego

Ya me tienes de nuevo aquí.
:)
Un abrazo!

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11/08/2008, 23:25
Director

La noche fue dolorosa, pues el hombro y el cuello no tenían ganas de sufrir un sueño pesado, y aún así, Hans Peloreon durmió como si fuera la últimas de las noches sobre la Tierra, antes de que, según las antiguas creencias, la Niebla del Norte se liberase de los muros de las montañas y lo devorase todo.

El hombre se despertó dolorido, con el hombro como si lo hubiera golpeado contra la dura piedra de la pared, y la cabeza abotargada. La luz de la mañana era tenue aún, resultaba difícil abrir los ojos, así que se vistió en la penumbra y al salir, tras tomar un desayuno con pan y miel envió a un joven sirviente a ver el trabajo del herrero. Aún tardaría en volver, de manera que podría dedicarse a lo suyo y luego regresar. Mientras recorría los pasillos recordó que el mismo Donner había dejado encargado que le entrevistaría pronto, posiblemente ese mismo día. Quizá eso aceleró su paso, a pesar de los dolores.

Decidió ir andando a la casa de curación, no estaba lejos. Cuando alcanzó la puerta, el ruido de una calesa cuyas ruedas golpeaban el suelo rítmicamente le hizo girar la cabeza. Sufrió un poco por el cuello, pero la imagen era hermosa. Una calesa de azul y oro tirada por un caballo blanco manchado de gris, y dirigido por un chico de aire inocente. Se paró frente a él...o frente a la puerta, que ambos casos eran ciertos, y de él asomó la imagen de una Jayrah incómoda y visiblemente desmejorada, con algunas ojeras delicadas en su rostro de porcelana, y gotas de sudor en la frente. Su mano se tocaba el vientre como si le molestara.

Notas de juego

Bien, incluye a Jayrah en tus mensajes de ahora :D. Como me pediste, no he cerrado la anterior escena.

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11/08/2008, 23:32
Director

La calesa se movió implacablemente, bien dirigida, sin embargo, haciendo que un dolor lacerante subiera y bajara del estómago a la cabeza. No había nauseas, pero sí un sudor frío y algún escalofrío al entrar en la zona de la sombra. Tras pasar por las calles, los sirvientes aparecían aquí y allá, luciendo los colores de sus casas, afanosos en sus tareas. Jayrah vio hombres y mujeres de los Hallaff, de los Tyrr del Norte, de los Mydoweyss y los Odhfyll, vestidos de verde y oro unos, de rojo cuervo en campo de azur, de panocha de maíz de gules en fondo de marrón y verde...y así unos y otros, colores, casas, piezas y juegos. Pero ellos eran peones, y los peones no saben nada, sólo se mueven y, quizá con suerte, alguno se transforme en reina.

Pero eso sólo sucedía en el tablero.

La calesa se paró, y Jayrah vio el edificio gris y sintió algo más de frío en su interior. Sin embargo, quizá por casualidad, entre su ella y la casa de curación estaba parado el señor Hans Peloreon, con cara de sorpresa y cierta molestia en el cuello. Sin duda tampoco tenía buena mañana.

Notas de juego

Bienvenida!!! Por favor, incluye a Hans en los mensajes a partir de ahora :D.

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12/08/2008, 17:06
Jayrah Ydhûn

Dejó la calesa al cuidado del muchacho, después de cruzar con él algunas palabras, y se dirigió a la puerta de la Casa de Curación. Miraba con curiosidad no exenta de preocupación a la figura que había parada justo delante. Cuando llegó a su altura le saludó, sin perder el matiz de sorpresa que bailaba en sus ojos.

-Mi Señor Peloreon... extraña coincidencia volver a encontrarnos. Tanto en tan poco tiempo, y nada anteriormente. Decid, ¿algo nuevo os trae a la serena paz de las Savas? Espero que no os hayáis sentido mal... después de los ocurrido anoche.

El aspecto de la muchacha no era radiante, al contrario. Parecía estar sufriendo, aunque disimulaba con mesura y orgullo a partes iguales su trastorno. Sonreía levemente, de modo puramente cortés, pero con la cortesía aprendida en la Corte, que debe mantenerse incluso por encima del propio estado de ánimo.

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18/08/2008, 22:56
Hans Peloreon

Sus extraños ojos recibieron, tímidamente sonrientes, a la recién llegada… la dama Ydhûn. Sonrisa que se tornó en preocupación nada más percatarse del desmejorado aspecto a pesar de los esfuerzos de ésta por disimularlo; sin lugar a dudas la corta noche y su adquirido mal no habían sido clementes con ella… al igual que con el joven Pelóreon pero en menor grado.

Tras un segundo de torpe indecisión, el noble avanzó para ayudar a la mujer a descender de la hermosa calesa, pretendiendo hacer halago de su cortesía y buena alcurnia…

Sin embargo, el desconcierto inicial le había privado de la oportunidad brindada… y aquello tiñó levemente de rubor sus mejillas.

De igual forma, una vez iniciado el paso, la fue a recibir… recibiendo primero el caudal de voz que navega acompañando a aquella curiosa mirada que le escruta disimuladamente… y a la gentil sonrisa que contrasta con la desmejorada esfinge.

-. Mi señora…- Evidenciando muda preocupación en su extraña mirada, pero nada más expresó con su voz al respeto… viendo los esfuerzos de la mujer por mantener la frágil y transparente máscara de bienestar. -. A decir verdad, mi señora…- Prosiguió el menor de los Pelóreon. -… un torpe accidente acontecido hace dos lunas me trae aquí de vez en cuando para afianzar el vendaje de mi magullado hombro.- Bajo el cuello de la camisa asoma, como bien dijo, una parte el mencionado vendaje. - Nada serio, mi señora… Sin embargo, esta mañana me trae además el propósito de averiguar algo más acerca la maldición de la sangre… si ésta es una dolencia o un veneno, quizás la Mayor sepa aportar algo de luz en este inquietante misterio… quizás reconozca sus síntomas y sus signos…- Silencia, retornando su extraña mirada a la entrada de aquella construcción. -… y como tratarla.- Y nuevamente a los cansados ojos de la mujer. -. Permitid que sea yo, mi señora, quién llame a la puerta de este bendito lugar.-

Dicho lo cual, se encamina junto a la mujer hacia la puerta… haciéndola sonar, en última instancia, con el bronce que pende de ella.

Notas de juego

Siento la demora, estoy medio de vacaciones... intentaré recuperar el ritmo hasta septiembre, mes en el que todo se normalizará. Un saludo.

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23/08/2008, 15:27
Sava

Una pausa de apenas unos segundos permitió disfrutar el cadencioso eco del metal sonado. Su tintineo se perdió en la distancia con suavidad y ternura, como un trino de primavera. La paz inunda los corazones que escuchan, era uno de los rezos más comunes en los oficios.

Luego, como si esperara a que ese eco se perdiera finalmente, la puerta se abrió y un joven de dorados cabellos apareció en la fresca penumbra. Sonrió con cautela y su voz aguda hizo música en aquel lugar.

- Mis señores, ¿venís por sanar vuestras dolencias? Entrad entonces y permitidme guiaros a ver a vuestros sanadores.

Notas de juego

Corto pronto por si queréis añadir algo ahora :D

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25/08/2008, 21:54
Jayrah Ydhûn

Jayrah sonrió al Pelóreon, asintiendo a sus palabras. Nada añadió, pero su actitud, su gesto, confirmaron todo lo que el noble parecía haber adivinado. Ella seguía con su dolencia aún, y aunque esa era la razón que justificaba su desplazamiento hasta la Casa de las Savas, en realidad su intención era ver a la Dana, y hablarle de la enfermedad y lo que sospecharon a la terrorífica vista de los hechos de ayer.

Cuando la joven novicia les abrió, ella se apoyó en el brazo de Hans, y avanzó hacia la suave y fresca calma del lugar. Dejó que la sava les mostrara el camino, aunque ella lo conocía ya bien. Y murmuró entonces:

-Llevadnos a ambos a ver a la Sava Dana. Tenemos una consulta común que hacerle, luego atenderemos nuestros particulares trastornos.

Y se giró hacia él, para averiguar a través de sus ojos si estaba dispuesto a sincerarse con ella, a revelarle aquello que había quedado ayer entre ambos, en suspenso, sin ser pronunciado. Alguna teoría, alguna sospecha que bailaba en la cabeza del noble... quizá ya era el momento de compartirlo...?

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26/08/2008, 18:22
Hans Peloreon

La recia puerta se abrió, emergiendo de la penumbra una joven de cabellos dorados... una joven que, por la expresión del menor de los Pelóreon, podría resultarle familiar...

Por la voz!!!... ¿será ésta la misma hermana o será otra?... No penséis que el joven Pelóreon es un atolondrado... a su favor, debo decir que, para aquel que no preste especial atención, podría resultarle complicado discernir a una Sava de otra, pues sus atuendos carentes de distinciones son semejantes... y parece que las más jóvenes comparten el mismo angelical rostro. El confuso noble se limitó a sonreir cortésmente a la béndita mujer, con las mejillas ténuemente ruborizadas... esperando ver en ella algún indicio de que le reconocía.


Cita:

- Mis señores, ¿venís por sanar vuestras dolencias? Entrad entonces y permitidme guiaros a ver a vuestros sanadores.-

El menor de los Pelóreon asintió silenciosamente... y antes de que hubiese terminado el gesto, sintió el brazo de su inesperada acompañante buscar apoyo en el suyo. Su cuerpo jovial se estremeció... se espigó por el contacto, y dio gracias a la voz de que, una vez dentro del lugar, la penumbra velase su creciente rubor.


Cita:

-. Llevadnos a ambos a ver a la Sava Dana. Tenemos una consulta común que hacerle, luego atenderemos nuestros particulares trastornos.-

Sintió entonces como la intencionada mirada, afilada... interrogante, de su acompañante se entornaba hacia sus extraños ojos intentando enredarlos... ojos que se mostraron esquivos... ojos tímidos bajo el preciado manto proporcionado por el flequillo pardo.

-. Sí... sí eso es posible en estos momentos.- Apuntilló nervioso, falto de saliva, intentando desviar la atención de la mujer que caminaba sustentanda sobre su brazo... brazo que mantuvo firme.

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03/09/2008, 15:29
Sava

La Sava asintió, solícita.

- Nuestra Dana es humilde y puede curar vuestras heridas al tiempo que aliviar vuestras dudas. Acompañadme.

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03/09/2008, 15:30
Director

La Sava siguió un pasillo que se torció a la izquierda. Había poca luz y hacía un frío agradable. La pulcritud y la sobriedad del lugar era absoluta, sin suciedad ni adornos superfluos, sólo piedra gris y suelo oscuro hasta las escaleras que llevaban al lugar donde la Dana, la primera de las savas, consultaba un libro de los muchos que tenía allí mismo, en estanterías o sobre la mesa.

La puerta estaba abierta, y la Sava había entrado sin mediar palabra. La Dana sonrió a los recién llegados y con un gesto afable la joven Sava se retiró.

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03/09/2008, 15:33
Sava Dana

- Habéis vuelto, y no parecéis sanos. ¿Qué es lo que os impide sanar? Mucho me temo que no veo reposo en vuestros ojos...y reposo es la primera sanación que da nueva vida a un cuerpo dolorido.

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11/09/2008, 12:38
Hans Peloreon

El joven Pelóreon, acompañado de la afectada dama Ydhûn, son guiados por la cálida Sava a la presencia de la mayor... de la primera de ellas. El sobrio trayecto discurrió en respetuoso silencio, cada cual inmerso en sus propios pensamientos.

Finalmente, llegaron a una estancia que presumía de la misma sobriedad que el resto de la construcción. La puerta estaba abierta como si aquel sitio estuviese ajeno a la intimidad y se adentraron en el lugar sin anunciar su presencia... interrumpiendo a la Sava Dana que consultaba uno de aquellos múltiples tomos. El menor de lo Pelóreon tragó saliva por la intromisión, esperando recibir una severa reprimenda por aquel descortés acto... sin embargo, se encontró con una sincera sonrisa de bienvenida.

La joven Sava, de nombre confuso para el despistado noble, se retiró tras un afable gesto... gesto recíproco por parte de él. Poco después, la primera, reclamó atención con sus palabras... su ceremoniosa presencia había dejado algo intimidado al menor de los Pelóreon.


Cita:

- Habéis vuelto, y no parecéis sanos. ¿Qué es lo que os impide sanar? Mucho me temo que no veo reposo en vuestros ojos...y reposo es la primera sanación que da nueva vida a un cuerpo dolorido.-

Tras titubear e intercambiar algunas miradas con la dama Ydhûn, se decidió a hablar...

-. ¿Cómo reposar mi señora?...- En tono apesadumbrado con el mismo reflejo añadido en sus extraños ojos. -. ¿Cómo reposar con lo que sabemos que está ocurriendo?... horribles sucesos que nos han traído hasta aquí además de nuestras respectivas dolencias.- Alargó el misterio, pero no por hacerse el interesante sino más bien para encontrar la palabras adecuadas. -. La ciudad, mi señora, está amenazada por un terrible mal... un mal que afecta a algunos de sus individuos sea del origen que sean, privándoles de todo raciocinio... de toda humanidad... convirtiéndolos en seres retorcidos que se dejan arrastrar por el instinto más primario, el hambre.- Al joven noble se le veía visiblemente afectado. -. Atacan a sus semejantes sin hacer distinción de amigos, enemigos, familiares... con sus propias manos... a mordiscos... como animales salvajes, peor aún. No parecen sentir dolor, su resistencia aumenta, las heridas mortales que se les infringe no les invalidan... y sólo la muerte, tras muchas de ellas, puede detenerlos... poner fin a su aberrante existencia.- Se toma un pequeño respiro antes de continuar. -. Sus ojos... lo ojos de aquellas personas... cambian... adquieren un extraña coloración... de color verde brillante... inhumano.- Se aproximó a la Sava Dana, con la mirada fija en ella. -. Las autoridades está investigando estos sucesos con total discreción, nosotros, la dama Ydhûn y yo mismo, colaboramos con ellos. Mi señora, ¿reconoce los síntomas y los signos de los que le hablo?... el cuerpo forense está trabajando en los cuerpos de los afectados... buscando residuos de algún veneno. Nos preocupa la posibilidad de que sea transferible... contagioso... como la maldición de la rabia. ¿Ha vivido alguna vez algo semejante?.- Terminó por decir, esperando recibir una respuesta afirmativa de ésta.

Los extraños ojos, jade y ocre, brillaban con cierta esperanza bajo el pardo flequillo...
 

Notas de juego

Siento la demora.

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15/09/2008, 19:27
Director

Notas de juego

Ningún problema, caballero, ¿te importa que esperemos a Dama? Creo que mañana ya estará. Así aporta su granito. Si quieres que le demos candela, dímelo y sin problema tampoco :D.

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17/09/2008, 00:30
Jayrah Ydhûn

Jayrah asintió a cada comentario que el noble joven iba haciendo, otorgando con su silencio y su gesto su soporte y aquiescencia a lo que él exponía. No le interrumpió, pero cuando hubo finalizado, miró con cálida confianza a la Sava, y añadió:

-Vos sabéis, Señora, de mis temores en mi propio caso. Hay venenos extraños, y muy potentes, eso no se me oculta. Pero esto... lo que hemos visto sobrepasa cualquier cosa que hubiera podido llegar a imaginar la mente más retorcida. Esa... conversión es algo fuera de este mundo, creedme. Y lo que me extraña... es que el joven que me acompañó... mutó sus ojos y sin embargo se comportó conmigo con cortesía y corrección. Lo que ocurrió después, eso fué lo más horrible. En un callejón se encontró con uno de esos enfermos... y allí fué atacado... y vencido. El otro murió, pero él tampoco sobrevivió al ataque...

La muchacha siguió contando a la Dana toda su experiencia, tal como ya la había relatado al Principal, y como ya la conocía el Peloreon. Seguía sintiendo que los hechos no encajaban... que algo estaba mal, incluso enmedio de lo peor...

Notas de juego

Ya estoy aquí, disculpad la parquedad de mi intervención, pero voy entrando poco a poco en mis partidas.

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23/09/2008, 18:39
Sava Dana

Por primera vez para ellos, y seguramente también para la propia mujer en muchos años, la expresión de la calmada Sava Dana se nubló, incluso pareció estremecerse levemente, como si su rostro tardase en recordar aquella expresión de espanto que debió haber sido mucho más veloz, y sin embargo pareció formarse sólo con esfuerzo. Su voz sonó menos indiferente que siempre.

- Decís...algo he oído. Y nada tiene que ver con vuestros males respectivos. Quiero decir, al menos no en vuestro caso, joven dama. No creía que estuviérais implicados en esta locura, pero... en todo caso, no puedo ser yo quien rompa mi voto con mi palabra, y por mucho que quisiera tranquilizar vuestros pensamientos, sólo debo ayudar a reposar vuestras mentes.

Se acercó a su nutrida biblioteca y arrugó la frente.

- Puedo deciros, sin embargo, que la mayoría de las locuras, de los venenos y de las enfermedades, que en el fondo vienen a ser lo mismo, vienen de la tierra, y que la tierra es...La ruina del Hombre - añadió insegura -. La antigua religión ya lo percibía, y la condenación por el justo juicio del Gran Espíritu de entonces, el que ahora llaman Woolg, el Bufón, en el Norte, fue un destino merecido para esos herejes, pero no nos libró a los demás de sufrir su inquina.

La mujer hablaba como en sueños, casi más para sí misma que para ellos, pesarosa y algo inquieta.

- En mis viajes he oído demasiadas cosas para una larga vida, y sé bien que la mayoría no son ciertas. Sin embargo, en ocasiones la tierra nos recuerda que nos da la vida y nos la quita, y la Voz es la llave que abre la puerta de sus enigmas. Si queréis saber algo más, hablad con un hombre de expresión dura y que parece siempre malhumorado. Se llama Casyyr, y es frÿlle, aunque sus méritos pudieron hacerle mucho más dentro de la Orden. En fin, hablad con él, pero no diréis mi nombre, o nada os responderá y a mí me haréis gran daño.

Luego pareció calmarse, como si pudiera quitarse esa preocupación tan rápidamente como se limpiaba el polvo de la túnica.

- Bien, dejad ahora que mire vuestras heridas. Tenéis que respetar vuestra curación, o vuestros pasos no podrán seguir nunca a vuestras ideas.

Notas de juego

Lamento mucho el retraso. Tengo unos proyectos en mente y me llevan tiempo y, sobre todo, memoria. Lo lamento, pero en fin, ahí va el post :)

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26/09/2008, 16:23
Hans Peloreon

A tenor por el aire taciturno y pesaroso de la mayor de las Savas, el joven Pelóreon pudo averiguar, con gran inquietud, que la mujer sabía de propia mano de lo que le había confesado. Sus extraños ojos, ocre y jade, la acompañaron en cada gesto durante su escalofriante ensoñación... su viaje por los recuerdos.

Muchas revelaciones brotaron de esos delgados labios castigados por los años... muchas verdades... algunas incomprensibles aun para un joven como el Pelóreon.

-. La Tierra es la Ruina del hombre... nos recuerda que nos da y nos quita la vida... y la Voz es la llave que abre la puerta a sus enigmas.-

Nada más podía compartir la mujer con los desconcertados jóvenes, pero sí dio el nombre de aquel que podría hacerlo, Cassyr, bajo una petición... petición a la cual asintió, el menor de los Pelóreon, con la cabeza y, por si no fuera suficiente, con la voz. -. Sin duda mi señora... su buen nombre no será mencionado.- Expuso con total sinceridad justo antes de entregarse a los cuidados de la anciana... grabando en su mente el sabio consejo final.
Sus extraños ojos se cruzaron con los de la joven mujer, la dama Ydhûn, buscando algo más que su conformidad.

Notas de juego

No te preocupes jefe, tampoco es que nuestro ritmo sea alarmante. ;).

Una duda, sin con los datos revelados Hans no sabe en dónde hallar a Cassyr se lo preguntará directamente a la Sava. Es posible que lo del titulo (frÿlle) le de una idea de donde poder empezar... que por cierto. ¿Qué viene siendo?.