Partida Rol por web

La ruina del Hombre

El principio de la madeja (Nactas, 2 de Numa del 471 d.T.)

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23/08/2007, 13:25
Rikke

Aquella sangre…lo más probable es que fuera de algún animal, aunque no era la época de matanza, de todas formas mi mente se negaba a echar un vistazo, demasiado por hoy, y tanto que demasiado…mi curiosidad se había agotado, prefería vérmelas con la vieja Fleêr…

Entro en la estancia dejando atrás la última visión, apartándola de mi mente…con pasos algo trémulos entro en la habitación, casi deseando no hacerlo, finalmente suspiro y me dirijo a la mujer, he pasado por cosas muchos peores hoy mismo, no me voy a acobardar ante ella…

Fleêr, me manda Annyrr, dice que necesitas ayuda aquí… a pesar de todo mi voz un suena lo firme que me gustaría, pero me esfuerzo por intentar sonreír y parecer amable, aunque ambas sabemos que solo es una fachada, pero de todas formas, a pesar de todo, no soy demasiado rencorosa…

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24/08/2007, 18:24
Fleêr

La gorda Fleêr parecía sorprendida. Seguía bien entrada en carnes y tenía unos ojos distraídos en apariencia, aunque Rikke sabía bien que no debía creer las apariencias. Era una mujer despierta que utilizaba como nadie cualquier situación en su beneficio.

A su lado había varias ayudantes. A algunas, como a Mytha, a Junyrr o a Heltha, las conocía, y no eran malas chicas.

- Ya - digo pensativa, sin ocultar un cierto disgusto -. Bueno, puedes empezar trayendo agua del pozo. O mejor, ya que estás, limpia esta ropa. Un idiota ha estado matando un animal en las piedras y hemos manchado una buena tela por la mañana. Cuándo me harán caso y nos dejarán usar los pozos que nadie más toca.

Fleêr mostró un cesto de mimbre con varios montones de distintos colores. Desde su posición podía verse que estaban ciertamente manchados. Con los conocimientos de Rikke, era evidente que muchas de esas manchas nunca saldrían del todo. Era un encargo para quitársela rápidamente de enmedio.

En todo caso, para lavar tendría que ir hacia el lavadero, que estaba junto a los pozos, en medio del patio de armas, y prepararse para una dura e inútil tarde.

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26/08/2007, 17:55
Rikke

Con gesto contrariado asiento a las palabras de Fleêr, siempre me cargaba con la peor parte, en realidad no entendía porque la tomaba conmigo, ya que a pesar de todo lo que había tenido que tragar por sus mentiras…no había abierto la boca en su contra…

Recojo el cesto de mimbre con alguna dificultad pues es pesado…no le digo nada aunque sonrío a las demás chicas mientras salgo al patio, tras una parada consigo llevar la ropa al lavadero, y allí comienzo a extenderla…busco el jabón y me dispongo a comenzar la tarea, para ello tengo que traer agua del pozo…voy a buscarla y por lo menos el estar ocupada ocultará los recuerdos del día…

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28/08/2007, 10:29
Director

Un día que pasa lenta y sudorosamente, entre el jabón y el agua. El atardecer se dibujaba sobre los muros con un pincel opaco, entre el azul moribundo y el rojo amoratado. Las nubes seguían ausentes sobre la ciudad, y el aire corría agradable, sin prisa, permitiendo que el polvo del patio continuara posado.

Toda la ropa quedó limpia entre los muchos viajes que la joven y agotada Rikke hizo hasta que no quedó más por hacer.

Fleêr de vez en cuando gruñía ocupada por toda respuesta a sus escuetas preguntas, señalando los lugares con movimientos de cabeza. Los fuertes brazos de Rikke agradecieron el descanso, y finalmente, al anochecer llegó el momento de ir a recibir el oficio del primer día del verano.

Era Nactas, la mitad de la semana, y el oficio era al atardecer, ya había escuchado dos de las tres campanadas de aviso, separadas unos minutos entre ellas. Normalmente, en los diez días que conformaban la semana, dos de ellos eran de presencia obligada en el vatinheir, señal de fidelidad a la Voz, de observancia de sus preceptos. Nadie era tan idiota como para no asistir a menos que tuviera un muy buen motivo. Los ojos de los corregidores eran ágiles y afilados, y también lo eran sus juicios de fe.

Rikke levantó la vista hacia las últimas ventanas de la torre en cuya base se abría la puerta del lavadero. Hizo un poco de memoria, de situación. Aquella ventana que asomaba en lo alto, pequeña pero aún visible, era la misma donde había entrado a dejar el anillo, la misma donde encontró una lengua ensangrentada en el suelo, donde unos pasos veloces se dirigían entre maldiciones y amenazas de mayordomo.

Rikke fue entonces a reunirse con los demás. A su paso encontró a muchos señores que se dirigían al gran vatinheir de Colmillo Sur, el mayor y más sagrado, a recibir su propio oficio de alta cuna. Ella, con los demás de su clase, bajarían a uno mucho más pequeño que apena podía contenerlos, asfixiante, negro y húmedo, dentro de las murallas para asegurar que recibían la palabra y estaban de vuelta para seguir trabajando lo antes posible.

Tras la tranquila procesión de ricos vestidos de luz apagada, joyas, cuidadas y aromatizadas barbas, gorros, botas y sonrisas, la joven encontró su lugar. La fila de sirvientes llevaba su propia dirección. Allí encontró a Annyrr, quien le sonrió y señaló a su madre, algo por delante. Era curioso, ya que las dos mujeres siempre marchaban juntas. Annyrr no parecía distinta de siempre, sonriente y animada con sus enormes ojos verdes brillantes incluso en la penumbra.

- Mira, mi niña. Ahí está tu madre. Ten cuidado al tratarla, parece estar triste. Quizá se acuerda de vuestro padre. Ya sabes, le ocurre siempre en estas fechas.

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28/08/2007, 11:41
Rikke

La visión de la ventana de la torre me arrastra a pensamientos evitados por la actividad de la tarde…mi mente comienza a divagar por oscuros caminos, los cuales, a pesar de estar ocultos y tener demasiadas curvas, confluyen a un destino que nada bueno presagia…de repente, todo se me hace más frío y solitario, me parece ver sombras en todas las esquinas mientras me dirijo a los oficios…

La última campanada hace que apriete el paso, esquivando a los señores y sin tiempo para haber descansado unos instantes, mi estampa no era demasiado buena, las manos rojas por el jabón, el pelo aún húmedo, mezcla del agua y el sudor de la dura tarde, y mi espalda dolorida que me hace caminar con paso desigual, pero a pesar de todo mis ojos danzan vivaces buscando rostros conocidos con los que cruzar una sonrisa…

Es Annyrr la que encuentra los míos con esos preciosos ojos que parecen ver a través de la oscuridad, agradecida por la información le devuelvo la sonrisa con sinceridad, aunque la mención de mi padre me entristece, a pesar de que apenas tengo recuerdos de él…busco con la mirada la figura de mi madre, y tras localizarla me dirijo hacia ella, no si antes no poder evitar pensar en donde andará mi hermano, él quizás podría ayudarme…aunque prometí no contarlo…

Madre digo con dulzura cuando llego a su altura, un cariñoso beso en la mejilla mientras me agarro a su brazo, como cuando era más pequeña, siento su calor, buscando la protección de la familiaridad… la advertencia de la sabia mujer calla mis palabras, a veces basta con la sola presencia…

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29/08/2007, 08:11
Director

La mujer pareció tan sorprendida que apartó el brazo con brusquedad y miedo. Entonces, tras una mirada de ojos muy abiertos y rostro contraído, reconoció a su hija a su lado, y sólo entonces la tensión pareció dejar paso a un llanto contenido.

- Hija mía - dijo, casi sin respiración, con voz rota -. Te he estado buscado.

La abrazó con fuerza, aunque Rikke notó un ligero quejido de dolor en ella. Uno de sus brazos apenas la apretaba, mientras el otro parecía aplastarla con toda su fuerza. Luego se retiró despacio.

- Vamos, tenemos que entrar al oficio. Ya sabes cómo se pone si no encontramos rápido un buen lugar. Tu hermano vendrá después. Seguramente tendrá que quedarse fuera.

A pesar de los esfuerzos por parecer fuerte, la madre de Rikke temblaba como una hoja mecida por viento frío.

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29/08/2007, 17:39
Rikke

El rechazo de mi tacto me deja sin habla momentánea, después la voz de mi madre y su posterior abrazo hacen encoger a mi corazón…ella no, por favor, hoy ella no…este pensamiento egoísta me hace sentir culpable…devuelvo el abrazo con suavidad al notar su quejido…

Madre, he estado ayudando a la prima y luego lavando…dime… unos segundos de pausa, levantando mis ojos azules hacia ella, como cuando era niña y quería hacer un a pregunta complicada, una cuestión que sabía de antemano que era mejor no nombrarla, y al final siempre bajaba la cabeza…pero ahora era distinto, yo ya no era una niña y estaba preocupada por ella… ¿Qué te sucede? la rodeo con mi brazo dejando que se apoye en mi, no solo físicamente, intento demostrar toda la fortaleza que soy capaz…

Le sonrío con dulzura mientras entramos en la agobiante estancia y logramos encontrar un sitio decente…espero a que estemos sentadas para volver a mirarla directamente a la cara, esperando una contestación…demasiadas cosas han pasado ya hoy, podré soportar una más…

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29/08/2007, 19:09
Director

La madre miró con ternura a su niña. Aunque ya era una mujer, ella la sentía como una pequeña. Aunque ya sabía moverse sóla por el palacio y por la ciudad alta, ella la seguía viendo como una inocente e indefensa criatura.

- No pasa nada, hija mía - sonrió cansada -. Estaba asistiendo a dom Veeryn en sus aposentos. Parecía indispuesto. Yo...tropecé...y me golpeé con el borde de un arcón en el brazo. Duele mucho, mi niña, perdona que me haya apartado antes. Te quiero tanto...

Reprimió un sollozo. Estaba temblando, pero luchaba por sobreponerse. Un vistazo más cuidadoso reveló a Rikke que su madre tenía una venda limpia en el brazo, hasta casi la misma muñeca. Sus ropas tenían lo que parecía un pequeño desgarro manchado de sangre.

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30/08/2007, 00:48
Rikke

No, no entendía nada, no entendía porque mi madre me mentía, debía dejarlo estar, pero no podía, ya no podía, puede que estuviera diciendo la verdad, pero los sucesos de hoy me hacían dudar de todo, es como si el castillo se hubiera convertido de la noche a la mañana en un pozo de maldad…supongo que el paso de los días cambiaría todo esto de nuevo…

Miro fijamente a mi madre, hay ternura en mis ojos, pero también incredulidad, finalmente la primera sensación, quizás mas asentada en mi cabeza se impone… Yo también te quiero madre el sollozo es contagioso, no sabía muy bien porque…quizás por el recuerdo de mi padre…

Dejo que pasen unos minutos, dándole un tiempo de descanso que parece necesitar, pero al aguijoneo de la duda es incesante en mi cabeza, necesitaba confirmar, últimamente todos mis seres queridos guardaban cosas que contar… Madre, por favor, ya no soy una niña, solo me preocupo por ti, si me dices que de verdad paso eso que cuentas, te creeré, pero recuerda que soy tu hija, y te quiero…y que lo que te duele a ti me duele a mí… siento un dolor agudo en el pecho, nunca he hablado así a mi madre, espero que no le haga más daño sugestionada por el siniestro día…

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31/08/2007, 13:30
Director

Rikke aguantó la mirada de su madre, mordiéndose ligeramente los labios. Sabía que había mucho más.

Ella la apartó del grupo, mientras miraba alrededor. Cuando quedaron solas arropadas por la oscuridad de la noche, en medio del patio de armas junto a uno de los pozos donde Rikke había estado trabajando por la tarde, ella le habló.

- Claro que sé que has crecido. Mira mi niña, ya una mujercita. Y sé que es ahora cuando mis peores temores de siempre pueden hacerse realidad. De esos temores quiero librarte siempre. Porque...¿es que tú me lo cuentas siempre todo, Rikke? Ya empezarás a tontear con chicos, y no me lo contarás, te empezarán a suceder cosas que quieras dejar para ti, o para tus amigos...

Pero tienes razón. Debemos intentar evitarlo, y ser sinceros. Fui a ver al señor, y el dom Veeryn me requirió cuando pasé junto a su habitación. Lo tenía todo revuelto y pensé que quería que lo limpiase. Estaba bien vestido, como para asistir al oficio y luego al baile. Pero...pero no quería eso. Decía que buscaba comida, que necesitaba comida. Me lo repitió muchas veces. Yo le dije que iría a por comida, y entonces...entonces saltó sobre mí...gritando como un loco...parecía un loco, con ojos enormes y brillantes...y me mordió.

Retiró la manga del vestido para que Rikke viera la venda blanca, sin duda cosa de las savas.

- Me hizo mucho daño y empecé a sangrar. No me soltaba, pero logré golpearle con algo metálico que encontré por el suelo. Luego...pfff...corrí, lloré...pero no te preocupes. Las savas me han curado, ya estoy bien...se lo dije a ellas, lo que pasó. No me atrevo a hablar con ningún noble, ya sabes lo que pasa. Si me quejo de cualquiera...ni siquiera creo que quisiera...

Ven aquí, hija mía. Ven y abrázame.

Notas de juego

Por cierto, ¿tu mami tiene nombre?

Las savas son una especie de orden religiosa menor de la fe. Sólo se dedican a curar, y casi todas son mujeres, que van de blanco. Los pocos, muy pocos hombres que hay se dedican a temas administrativos y logísticos, y siempre van de negro.

Las savas son completamente imparciales y no emiten opiniones. Curan y punto.

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01/09/2007, 18:11
Rikke

Las primeras palabras de mi madre me llenaron de culpabilidad, estaba segura de que sabía que le ocultaba algo, siempre lo había sabido desde que era una niña…el infalible instinto de una madre…

Pero las siguientes me asustaron, y mucho, mis ojos se abrían cada vez más mientras escuchaba la sorprendente y extraña narración de mi madre…la abrazo como me solicita al terminar de hablar, con fuerza, y no entendía nada, mis lagrimas empezaron a brotar del azul de mi mirada, que se escondía entre los bastos pliegues del vestido de mi progenitora…

Yo, yo…madre, a mi también me han sucedido cosas muy extrañas y horribles hoy…siento no habéroslo dicho, lo siento, nunca volverá a pasar… sollozo mientras la culpa se acrecentaba en mi estómago… hoy, fui a ver a la prima, y ella…ella estaba muy asustada, había tenido algún problema con un noble llamado Rannedh, me pidió que devolviera un anillo a su habitación, algo que he hecho sin demasiados problemas…pero…pero vi algo en aquella habitación, algo horrible,…una len..lengua cortada, con rastros de sangre…pero no había nada más, fue después de dejar el anillo donde me indico prima… aquel recuerdo parecía acosarme…cada vez pasaban cosas más extrañas…

Después Eddick llegó, pero no me vio, escape, y luego regrese con la prima…y ella estaba más calmada, prometí a tío que no lo contaría, pero tu eres mi madre…lo siento…cada vez pasan cosas más raras, tengo miedo… intentaba controlar mi llanto mientras me aferraba al cuerpo de mi madre….

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01/09/2007, 18:47
Director

La mirada aterrada de la mujer no pudo ser mucho consuelo para Rikke. Volvió a mirar a uno y a otro lado, libre de lágrimas en los ojos por el miedo que de repente ardía en ellos.

- Hija mía...¿Yyridda dices? Mis pobres niñas...Rannedh...ese hombre negro...Eddyck ha informado de su muerte al mediodía. Dijo que fue en su misma habitación. Una fea enfermedad, dijo...quizá fuera una maldición. Ese hombre estaba siempre en su habitación, siempre con velas de cera de flores de fuertes olores. Pero era amable con nosotros, aunque nos diera miedo su piel pálida, su pelo negro y su ropa también negra.

Si fue por un anillo...por la Voz. No sé si decirte eso. Se rumoreaba que Rannedh era un hechicero, un hombre que juega con la tierra, el agua y el aire y crea plagas, fabrica venenos y torna unas cosas en otras. El donner lo protegía mucho, pero siempre ha tenido enemigos. Un anillo, nuestra familia involucrada. Por la Voz, hija, nadie debe relacionarnos...pero...pero tienes que hablar con tu tío de esto. Ese hijoputa de Gyll ¡y su puta ambición que el Woolg confunda! Tenemos que alejarles de él...o prevenirles...oh, Rikke...todo esto es tan horroroso.

La mujer, normalmente fuerte y segura, parecía a punto de desplomarse sobre la arena. Allí unidas, Rikke notaba su corazón latir desbocado y su brazo sano apretarla contra ella como si fuera a asfixiarla.

Los demás ya estaban, la mayoría, dentro del pequeño recinto para escuchar el oficio. Algunos de ellos, los más viejos y torpes, y alguno que se encontrara débil, esperaban fuera, con las puertas abiertas, haciendo lo posible por escuchar algo cuando finalmente empezaran las palabras del fryllë.

Notas de juego

Un fryllë es un preste que se dedica a los oficios y a los asuntos de la gente menor. Una especie de sacerdote de la clase pobre (que, por ende, son la inmensa mayoría).

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01/09/2007, 19:36
Rikke

Las noticias se sucedían una tras otra sin dar tiempo a ser asumidas…Rannedh muerto…en su habitación, y yo había estado allí, y mi prima, y esa sombra…y ese grito, y el loco mordiendo a mi madre…y mi madre…abrazada a mi, sosteniéndose en mis brazos, me mantengo erguida, levanto mis ojos hacia ella, y logro sonreírle, no es mucho, quizás no sea lo apropiado…pero mi corazón así me lo pide, no puedo soportar verla así…

Madre, yo avisaré al tío, estáis herida, no quiero que os pase nada, y nadie se enterará de todo esto, nadie me vio, estoy segura… mi voz ahora apenas es un ligero susurro…el lugar se esta llenando y los oficios están a punto de comenzar…Pero ahora debemos permanecer calladas…ya no soy una niña madre, todo saldrá bien… se me hace demasiado extraño ser yo la que diga esas palabras a mi madre…

Callo, pendientes de las primeras palabras del fryllë, sabiendo con toda probabilidad que son las únicas a las que prestaré atención, demasiados cosas dan vueltas en mi cabeza con para atender a los oficios…me intrigaba lo que decía mi madre del hechicero…realmente Rannedh era un hombre extraño, pero agradable con nosotros…

Notas de juego

Se me olvido antes lo del nombre...uhm...Damnya??

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03/09/2007, 17:49
Director

Ella asintió despacio, y ambas volvieron al grupo, al final de la formación que ya no podía entrar en el pequeño lugar reservado para escuchar la palabra de la Voz.

Tampoco vieron gran cosa. En verano, era más la gente que se quedaba fuera, pero en invierno, en invierno había habido incluso incidentes. Era mucho el tiempo que uno podía pasar escuchando las palabras de un fryllë, y éste en particular, Lyynyrr, era de los que hablaba mejor.

Su voz les llegó aflautada, aunque difícil de entender. Con una música que parecía acompañado por una lira, lo que si estuviera más cerca habría hecho incluso que Rikke olvidara sus preocupaciones actuales, el buen hombre se refirió a algo como el tiempo y la prudencia. La Voz anunciaba bonanzas, pero todo tenía un precio. Aquel que despilfarraba blablabla... No era fácil escucharle, y quizá por eso las palabras perdían interés y significado.

Notas de juego

Damnya me parece bien...aunque conste que en inglés tiene un inquietante parecido con "maldito" :D

Por cierto, el que le atacó, dom Veeryn, debe ser dom Veeryn de Hyss, un hombre justo, muy serio y correcto, de unos cincuenta años. Calvo y con bigote hasta las patillas. No muy alto, delgado y con ojos duros de los que cuesta mirar.

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03/09/2007, 18:47
Rikke

La duración del oficio se me hace larga y pesada, demasiado tiempo para pensar en cosas en las que no quiero...intento imaginarme que está sucediendo en el palacio...desde luego, las cosas son muy extrañas ultimamente...

Supongo que cosas así han sucedido siempre, pero ahora que las he vivido en primera persona se me hacen aterradoras, mucho mas que cuando me contaban antiguas historias de monstruos o fantasmas en el castillo....

Aferrada a mi madre y deseosa de que termine el oficio sigo pensando e intenta averiguar que esta pasando, pero es mejor mantenerse lo más apartada posible, aunque me duele ver lo que le ha sucedido a mi madre o a mi prima...pero ¿que puedo hacer yo?, solo soy una hormiga para ellos, me aplastarian sin ningun remordimiento...

Espero que no haya mucho trabajo despues del oficio...empezaba a estar cansada y aunque debia hablar con mi tio, me aterraba la idea de bajar al pueblo de noche....

Notas de juego

nah, pero no hablamos ingles, asi que tranquilo...

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04/09/2007, 19:34
Director

Terminó el oficio, aunque para Rikke bien pudiera no haber existido nunca. Aún así, la presencia de algún Corregidor hizo que aparentase prestar atención en algún momento.

Cuando la gente comenzó a salir, todos se distribuyeron de nuevo según sus tareas. Damnya pareció reconfortada por las palabras del fryllë, fueran las que fueran, y le habló a su hija con más entereza.

- Sabes que ahora comienza el baile del verano. La sala está lista y todos los mayordomos, los cocineros, ayudas y mozos estarán hasta tarde. Nosotros tendremos suerte, ya hemos cumplido por hoy. Vamos a dormir ahora, hija mía, a no perturbar la noche, que no es nuestra, y mañana esperemos que todo haya sido un mal espejismo...

No parecía convencida en absoluto de sus palabras, pero quizá sí resignada a ellas, como tantas veces. A su alrededor, en silencio, todos se movían mientras fuera de las murallas se comenzaba a intuir un murmullo que anunciaba la cercanía de los hombres que sí poseían la noche...y que también eran dueños del día para ellos.

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05/09/2007, 18:13
Rikke

¡El baile de verano!, casi lo había olvidado, y a pesar de todo lo sucedido la parte infantil que habitaba en mí, un poco más pequeña tras los sucesos de hoy, deseaba ver a las damas engalanadas con los bonitos vestidos que solían estrenar para este acontecimiento…

No era mi lugar, y como mucho tendrías que conformarme con espiar desde algún lugar oculto, o permanecer en la cocina escuchando los acordes que, aunque lejanos, aún se distinguían lo suficiente para que pudieran ser bailados…quizás acercarme unos momentos aliviara mi mente de los oscuros sucesos del día, tenía miedo de enfrentarme a la noche…

Madre, déjame que vaya un rato a la cocina, a ver si consigo ver a alguna de las demás chicas casi al instante me arrepentí, no quería dejarla para que fuera a dormir sola… No, no importa, regresaré contigo e iremos a acostarnos, me he dado cuenta de que estoy cansada, he estado toda la tarde lavando ropa… el recuerdo de las manchas de sangre en la ropa…preferiría no saber el origen…

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24/09/2007, 22:05
Director

Damnya miró a su hija con gran ternura. Tomó su cara entre las manos, aunque una de ellas debió dolerle, y la besó dulcemente en la frente.

- Mi pequeña. Mi mujercita. No te preocupes por mí. Ya ha pasado todo. Ve a las cocinas, pero ten cuidado, y recela, recela como siempre te he enseñado. Ya sabes cómo son los hombres cuando beben. La belleza es un don de los nobles, en nuestras manos, en las tuyas, hija mía, es más una maldición. Ve ahora, disfruta y relájate.

La noche arropó el palacio y Rikke quizá imaginó la algarabía o llegó verdaderamente a escuchar acordes en lo alto, entre risas y suspiros. Quizá fuera el viento, algún espíritu de la Voz que daba señal a los hombres, pero al que casi nadie comprendía. Era una noche agradable. En el interior de su "salón" particular, en el dormitorio de la servidumbre, en ese sótano, haría algo de calor.

Notas de juego

Qué buenas son las mamis. Como tú veas, libertad absoluta...

Cargando editor
25/09/2007, 13:09
Rikke

Miro agradecida a mi madre, realmente me preocupaba dejarla sola, pero la idea de acostarme pronto en un día de fiesta no me gustaba, y a pesar de los acontecimientos vividos, la noche se presentaba agradable…un pequeño apretón en la mano de mi madre, aquella que no estaba herida, y este hecho hace más reales los consejos de mi madre…Guardaré cuidado madre, lo prometo dos pasos en dirección a la puerta cuando regreso y doy un abrazo a mi madre y un beso en su mejilla...

Con una sonrisa ahora si me alejo en dirección a la cocina, estaba hambrienta, no había comido nada desde el mediodía en casa de mi prima…me pregunto como seguirá, mañana intentaré conseguir un rato para ir a verla…

Canturreando alguna canción e incluso atreviéndome con algún intricado paso de baile durante mi recorrido, por unos instantes permanezco ajena a todo, dejándome acunar por la brisa nocturna, a pesar de todas las reticencias de mi madre, a mi me gustaba la noche…

Notas de juego

si...me deja salir a la cocina y no me pone hora de vuelta...

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25/09/2007, 18:34
Director

La cocina era cálida y luminosa...y llena de agitación. Los sirvientes sudaban copiosamente mientras cocinaban, traían y llevaban agua, preparaban los ingredientes, vigilaban el estado de la cocción, cuidaban las lumbres y todas las múltiples tareas que unos y otros desempeñaban según lo que les tocase.

Había al menos...diez chicos llevando encargados de llenar continuamente cubos de agua. Luego otros veinte cocineros, todos ocupados, y entre los demás, serían quizá cincuenta, yendo y viniendo, los que ocupaban la enorme estancia con cuatro mesas enormes hechas con maderos y patas que podían desprenderse.

Entre todos, que estaban en lo suyo, Rikke distinguió al buen Frevreel, encargado de observar los platos para que fueran entregados en el orden correcto y con el aspecto adecuado. Era un hombre gordo con cara bonachona rubricada por un mostacho blanco y de extremos rectos y afilados. Su voz, como su risa, era atronadora, y se escuchaba por encima del chisporroteo y de los pasos apresurados.

Rikke también conocía a tres de los chicos que andaban con los cubos. Uno de ellos, Joryrr, un joven fuerte y atractivo. De los demás, todos se conocían, sin duda, pero quizá sólo Hunnass, la mujer amiga de su madre que se encargaba de preparar los ingredientes junto con sus discípulas, y que en otros momentos cuidaba el gran huerto que crecía tras el palacio, era otra de las personas con quien había cruzado palabras y saludos.

En ese momento, nadie reparaba en ella, pero ahí estaba Fionnass, la delgada mujer que se las daba de antepasados nobles, dando órdenes, pues ella se encargaba de que todo aquello tuviera sentido y ritmo.