Partida Rol por web

La ruina del Hombre

Un descubrimiento casual (Ecthel, 1 de Numa de 471 d.T.)

Cargando editor
07/08/2007, 10:23
Robehr de Bordefronda

Roberh contemplaba la lejanía en silencio. El bosque parecía quieto tranquilo, pero desde el día de hoy ya no le parecía su método de vida. Siempre había sido un lugar cruel, fugaz y mortífero, ahora se tornaba siniestro o algo peor.

Pensando con frialdad había poco que hacer, Ranagris podía ser viejo, pero era perro viejo y no había llegado a sus años solo por mera suerte. Roberh podía justificar que su corazón joven era más idealista o tal vez cualquier otra excusa.

- Lo siento viejo RanaGris, sabes que te respeto en gran medida. Pero no puedo seguir obviando esto una vez que nos has contado esas historias.

Puede que el bosque nunca se lleve más gente y que la sombra no descienda, pero el otro dia fue Lecyyr, mañana puede ser mi hermano pequeño o mi sobrino.

No me gusta que me acechen y menos si encima desconozco el qué me da caza. -

Cargando editor
08/08/2007, 20:30
Ranagrís

Ranagrís ignoró el comentario de Níbias como si nunca lo hubiera escuchado, o como si le diera igual lo que decía. Sin embargo sí miró a Robehr y sus ojos congelados se vidriaron mientras respondía.

- Y qué hará, Robehr. Podes quedarte o irte. No tú, digo. Todos lo que tamos aquí. Somos de ehta misma tierra que nos ama y nos mata, y ar finá no poemos hacé otra cosa. Son sus putah leyes, coña, y estaba ella ante que nohotro...

Joder, si tuviera veinte año meno, yo mimo agarraría la azaá y tiraba pallí, pa que se me llevara como hace con tós, pero ya estoy bien, seguro que la oscuridad me traga y mescupe. Soy carne seca.

Hacemo lo que podemo. Hablamos con la guardia y que en la ciudad decidan, coño, que para eso son lo que son, y nosotros...nosotros estamos aquí, pa servir de alimento al bosque. Es su ley...su precio...

Hablaba como el viento, como si estuviera de paso y de él ya no quedara nada por rescatar. Cansado, agotado de repente. Ya no era su momento.

El vacío de la boca desdentada de Ranagrís tembló con pena infinita, abarcando una mayor soledad que la que impone la certeza del ritmo de las cosas. Sus ojos seguían fijos en otro lugar, en otra parte...

- Podéi hablar también con los guardia y contarle. Yo es lo que haría. Y si les convencéis de que ello también corren peligro, mejó...así moverán antes el culo. Nosotrs hogueras y ojos abiertos...eso hasta que la sombra se sacie...o nos deje en paz otro ratito.

Cargando editor
14/08/2007, 10:07
Níbias Roblefuerte

Hogueras y ojos abiertos.... !y resignación! No es la forma de vivir que querrían mis padres, no es la mía y no es la forma de vida que quiero legar a mis hijos.

Níbias juguetea con unas piedras, a las que hace bailar por el aire con su mano derecha en un malabarismo inútil pero que a él le supone una descarga de tensión, mientras piensa en la situación que se plantea ante él.

-Gracias por tus palabras Ranagrís. Probaré con la guardia, al menos de momento. Como primer paso no se me ocurre otro, quizás sea tan bueno o tan malo como cualquiera, o quiás de igual. Robehr, ¿Qué dices?

Cargando editor
15/08/2007, 13:51
Robehr de Bordefronda

- Me esperaba un dia tranquilo, no viejas fábulas sobre sombras que acechan en la noche. Supongo que si no era a nosotros les habría tocado a otros.

Tengo mis dudas sobre los guardias, no creo que distinguieran sus propias huellas si se adentran en la espesura... probemos fortuna, no nos queda otra, aunque tal vez sería mejor que nosotros buscáramos al que desapareció. -

Cargando editor
16/08/2007, 18:50
Director

Ranagrís queda atrás, aunque no su recuerdo ni sus palabras. El tiempo pasa para todos, y el viejo cascarrabias no es una excepción. Sin embargo, las cosas son así en las aldeas. Todos conocen su lugar, y saben que los sueños y las esperanzas son cosas para otros.

Los batidores se alejaron de la aldea hasta un camino cercano, abierto a base de patearlo. Recorrieron la vega de un pequeñísimo arroyo y luego unos campos silenciosos, verdes, que entonaban una melodía propia y sin otra pretensión que el acompañar al tiempo en su marcha, y quizá hacerle más llevadero el camino.

Y ese tiempo pasaba, y la tarde se hizo dueña del cielo. Tiempo justo para ver la fortaleza elevada sobre un buen montículo apartado de las demás colinas, un lugar suficientemente alto como para vislumbrar lejos, aunque también de fácil acceso para cualquiera, pero las fortalezas de guardia no estaban pensadas para resistir asedios, sino para vigilar.

El pabellón del Donner, una espada dentro de una corona negras con fondo blanco, ondeaba con tristeza en el escaso viento. Toda la construcción era de recia madera negra, la muralla no muy alta, una empalizada, un adarve y dos torres de vigía altas era lo que podía verse desde el exterior.

Pronto fueron avistados por un guardia, aunque antes había pasado junto a ellos una patrulla de cinco hombres ligeramente armados, sin detenerse.

El hombre sobre la torre más cercana les dio el alto. Era un hombre joven, con aspecto de estar terriblemente aburrido, armado con cota y espada al cinto, y un casco sin visera que parecía molestarle terriblemente.

- ¿Qué buscáis, vosotros? Es tarde ya y no esperéis que os vayamos a dar cobijo aquí.

Notas de juego

Cuando dice tarde se refiere quizá a las 6 p.m. El trayecto es largo. No es que sea muy tarde, pero la vuelta al poblado más cercano (que no es de donde venís) puede llevar dos horas, y si os entretenéis mucho podría anochecer antes de llegar. Los pueblerinos tienen por costumbre no acoger a nadie después del anochecer, por si es un demonio.

Cargando editor
20/08/2007, 17:15
Níbias Roblefuerte

Níbias sacudió de lado a lado la cabeza visiblemente contrariado. Nunca dejaba de sorprenderse de la condición humana, era así de ingenuo.

Esto sí que es hospitalidad, si señor. Ayudémonos los unos a los otros, así conseguiremos hacer un mundo mejor – pensó sarcástico.

-No venimos buscando cobijo, venimos a informar – dijo finalmente, y su tono de voz sonó más molesta de lo que era su intención -. Hemos sido testigos de extraños acontecimientos que nos gustaría poner en conocimiento de la guardia… y si puede ser de forma breve mejor.

Cargando editor
21/08/2007, 10:53
Robehr de Bordefronda

Era evidente que Nibias no era un habitual de esos lares, sino no estaría contrariado por la fría bienvenida del guardia. En el fondo Roberh lo comprendía, en ciertas ocasiones la hospitalidad era algo que brillaba por su ausencia.

Dio un par de palmadas en el hombro del gigantón mientras hablaba en voz baja.

- Tranquilo Nibias, esto es normal aquí, estás invitado a reposar en mi casa por muy lejos que nos quede. Solo estamos cumpliendo con nuestro deber. -

Finalmente Bordefronda levantó el rostro hacia el guardián antes de hablar para corroborar la historia de Nibias.

- La sombra de la montaña crece cada vez más, y es solo tiempo que acabe cubriendo la vecindad. Hemos visto extraños sucesos y peleado contra un lobo de proporciones enormes rara vez vista. Pero no añadiré más detalles acerca de nuestros descubrimientos sino es ante alguno con más autoridad. -

Cargando editor
21/08/2007, 12:32
Director

- Joder, otros con lo mismo - dijo el guardia sin importarle ser escuchado. Lo cierto es que más que hastío, en su voz podía notarse una cierta preocupación -. Esperad aquí y veremos si se os permite el paso, aldeanos.

Entonces desapareció como si la fortaleza lo hubiera tragado con sus afilados dientes de madera negra. Pasado un rato que se hizo largo, ambos batidores pudieron dar cuenta de la excepcional vista que se ofrecía desde aquella pequeña elevación. A pesar de la más apagada luz de la tarde, los infinitos prados de hierba podían verse salpicados de agua fresca, custodiados por la roca que es su amparo y también su ruina, sembrados de pequeñas casas y campos, por caminos recorridos, grandes y pequeños. Todo era una hermosa red de vida, un viento amable que animó sus corazones ahora que dejaban el bosque oscuro y su sombra a la espalda.

En estas el mismo guardia salió de la puerta y les hizo una señal para que se acercaran. Añadió un gruñido cuando llegaron a su altura y señaló una caseta grande antes de volver a su puesto en lo alto, subiendo una escalera sencilla apoyada en el muro.

La caseta era de barro y madera, con el techo afilado también cubierto de barro. En el patio, no demasiado grande, había espacio para otra caseta un poco mayor, unos establos y una herrería sencilla. Debía contener a unos veinte hombres, todos con los colores del Donner.

La puerta de la caseta, recia y oscura, estaba abierta, y una luz parpadeaba, dorada, en en interior. Al acercarse, una voz algo aguda, pero autoritaria, habló.

- Adentro, maldita sea. Y espero que todo esto que venís contando estos días no sea más que una puta sarta de mentiras pueblerinas.

Quien lo dijo vestía como todos, pero además en sus colores había una banda roja que caía en diagonas, ajustada al peto. Debía contar casi cincuenta años, pero se conservaba vigoroso y era grande. Un bigote algo antiguo compartían las mismas canas que su cabello blanco y negro. Sus ojos eran un par de rendijas azules, que miraban a Níbias y Robehr con intensidad a través de la puerta.

Cargando editor
22/08/2007, 11:04
Níbias Roblefuerte

Níbias se inclinó al entrar en la caseta para pasar por la abertura de la puerta. Quizás no le hiciera falta en esta ocasión, pero era una costumbre que había adquirido a base de golpes en la cabeza.

Se adentró en la estancia con aire sereno y calmado, mientras miraba fijamente al hombre que se hayaba frente a ellos.

-Somos cazadores, no pueblerinos - anunció mientras se apartaba de la puerta para dejar paso a su compañero, aunque con un tono de voz relajado -. Estamos habituados a una vida dura en los bosques y nos asustamos por una mera sombra o historia para niños. Lo que venimos a contar no es, sin duda, un cuento de aldea.

Cargando editor
23/08/2007, 11:32
Robehr de Bordefronda

Roberh se apoyó en unas de las paredes mientras miraba distraído a su alrededor, cualquier muro que no fuera su hogar o la normalmente concurrida taberna no le agrada, se sentía como un animal enjaulado. Demasiado acostumbrado a la caza al aire libre del bosque.

- No hemos venido a escupir ponzoña, son noticias serias que nos han ocurrido hoy mismo por la mañana. Estábamos cazando nuestras respectivas piezas y nos adentramos en los bordes del bosque, lo que mi compañero vivió no es en absoluto un buen presagio. -

Cargando editor
24/08/2007, 17:50
Director

El capitán les miró con cierta ira contenida. Recogió unos legajos que estaban sobre la pequeña mesa junto a la pared y los dejó en un arcón que cerró con una llave de bronce.

- Ya decidiré yo lo que traen vuestras palabras. Así que habéis estado esta mañana muy cerca de la colina, ¿eh? ¿Y por qué os sorprende que os ataquen cosas? Esas cosas han estado siempre ahí, aunque veo que ahora dejan escapar a más imprudentes con vida. La verdadera pregunta, lo que yo no acierto a entender, es por qué en los últimos tiempos sois tantos los que os dirigís hacia zonas de caza tan cercanas a las colinas. ¿Es que ya no quedan buenas piezas en el resto del bosque?

Su mirada fue glacial, aunque existía una auténtica duda en ella. Era difícil distinguir si su irritación se debía a su hastío sobre el asunto o a que lo tomaba verdaderamente en serio.

Cargando editor
28/08/2007, 11:47
Níbias Roblefuerte

-¿Acaso sea ese el motivo de vuestra preocupación? ¿Es la generosidad de la caza en el bosque lo único que os quita el sueño, señor? ¿El verdadero problema es que nosotros nos acercamos a las colinas? – las preguntas de Níbias resonaron en la pequeña estancia respaldadas por su vozarrón grave – No hay más ciego que aquel que no quiere ver. Miremos para otro sitio, hagamos como que no hemos escuchado nada, entreguemos la cuota habitual en forma de vidas y pensemos que es normal, que únicamente se trata del precio que hay que pagar… cuando quiera hacerse algo ya será tarde y la sombra estará a las puertas de nuestros hogares, reclamando una cuota de vidas aún mayor.

Cargando editor
29/08/2007, 16:44
Robehr de Bordefronda

Roberh frunció el ceño ante el sarcasmo hiriente del capitán, lo compadecía, había que estar fuera rodeado de la espesura para aprender a no frivolizar con esos temas, puede que muchos vinieran con cuentos para no dormir pero ni Nibias ni él habían recorrido todo el trayecto para obtener burlas.

- ¿Imprudentes?. Fuera en la espesura un paso en falso nos haría terminar en las entrañas de cualquier bestía, los únicos imprudentes son los que desprecian las noticias que se traen de los bosques.

Nos adentramos en la colina, si ciertamente, pero lo más correcto por mi parte es que me atraían hacia ella. Siempre he dicho que los animales tienen una cierta astucia instintiva, pero el puto corzo pensaba mejor que el mejor intrigante de la corte. Se movía entre la oscuridad, perdiéndose entre el follaje, pero dejando siempre su rastro, pero de repente tan fácil como había sido seguirlo se esfumo como una cerveza fresca en plena festividad.

Desconozco si habrá o no un paso o sendero oculto, tal vez sea un camino natural o hecho con algún propósito pero explicaría muchas cosas.

Pero Nibias encontró algo y puedo dar fe de ello, hay algo allí, una especie de camino tapizado, pero eso no ha sido creado al azar, sin duda alguna mano lo ha puesto allí por algún propósito y puede que fuera ser encontrado.

Desaparecen algunos y no vuelven, pero los que lo hacen han perdido el juicio, sea lo que sea moré en la sombra se toma muchas molestias para encontrar a un caminante perdido en la espesura, y siempre lo consigue, más intrigante es, estando cuerdo te pierdes, ¿cómo demonios retornas estando loco?

La situación no sera soportable por más tiempo, Lecyyr el hijo del "Verruga" uno de los vecinos lleva diez días desaparecido, su hermano pequeño fue a buscarlo y volvió con el rabo entre las piernas, como un cachorro asustado. -

Cargando editor
29/08/2007, 18:12

El capitán dejó que su rostro se fundiera entre sombras y parpadeo de luce titilante, preocupado.

- Sí - asintió -. Ya me lo han hecho saber.

Permaneció pensativo un rato, con la vista fija en los papeles curvados de su mesa. Luego pareció despertar de su letargo.

- Ya hemos mandado mensajeros a Colmillo Sur. Hace dos días, pero las palabras son cuanto menos...es posible que no nos escuchen, y están celebrando, como siempre, la fiesta del primer día de verano.

Su mostacho comenzó a moverse a uno y otro lado.

- Bien, bueno. Ya está hecho. La constestación y nuestras órdenes llegarán pronto. Quizá envíen a alguien. Mientras tanto, esperaremos. En estos temas nuestro conocimiento son los rumores, y la gente ve cosas influido por lo que oye. Tenemos que hacer esto bien. No quiero brotes de enfermos gritando que ven sombras y que terminen como locos. No en mi distrito.

Eso significa que cualquier agitador hasta que llegue la respuesta...será castigado. Por lo demás voy a prohibir de forma expresa cualquier internamiento hacia las colinas. Llevaré a un grupo de exploradores seleccionados personalmente con la misión de impedir que nadie se acerque.

No irán a rescatar a nadie, si es lo que estáis esperando. Todo lo que atraviese el límite por un lado o por otro...

Volvió a callar para que el silencio hablara por él.

- En vuestro caso, quiero saber dónde encontraros, por si se os necesita. Así que decidme dónde estaréis y no os mováis de allí. ¿Entendido?

Cargando editor
30/08/2007, 13:23
Robehr de Bordefronda

- Estaré por el bosque ganándome el sustento, no me gusta permanecer quieto como otros, seguramente esos exploradores seleccionados personalmente serán capaces de dar conmigo.

Me importa un carajo la opinión sobre Nibias o sobre mi, pero si admite un consejo que esos exploradores estén preparados para dispararse entre si, nadie esta a salvo, ni vos ni ellos. Que vuestra conciencia esté tranquila. -

Cargando editor
31/08/2007, 08:14
Níbias Roblefuerte

Níbias asentía con la cabeza totalmente conforme con las palabras de Robehr y se dispuso a salir tras él de la estancia.

Al llegar a la puerta se volvió y se dirigió a su interlocutor.

-Nosotros no tenemos una asignación en plata al finalizar la jornada, señor. Hemos de ganarnos día a día cada pieza que nos llevamos a la boca. Si no hay caza, no hay comida. ¿Donde voy a estar? Si realmente quiere saberlo, allí donde esté la caza, donde quiera que ésta me lleve.

Cargando editor
31/08/2007, 12:49
Director

El capitán tornó su cansancio en rabia con un parpadeo de sus ojos antiguos.

- Vosotros aseguraos de seguir siendo el cazador y no tanto la presa, y no estorbéis el cometido de los que os guardamos. Recordad que las piedras raramente se mueven a menos que alguien las empuje, y que finalmente todos los que han des... vosotros mismos fuisteis allí, hacia lo incierto. Que no vuelva a suceder.

En el exterior, la sombra se adueñaba del cielo, lenta pero inexorablemente. El campamento mostraba otro tipo de actividad. Se empezaban a encender antorchas y algunos guardias salían hacia el perímetro a encender otras antorchas algo más lejos, hacia la base de la pequeña elevación.

En el centro se hicieron un par de fogatas y empezaron a acercar comida. Todo el mundo parecía cansado, pero más relajado. Daba la curiosa impresión de que nadie había estado ocioso en un par de días, por la cara que traían los hombres.

Cargando editor
03/09/2007, 10:26
Robehr de Bordefronda

Había faltado poco para terminar en una pelea de taberna. Tal vez hubiera sido lo mejor, al menos Roberh se habría podido desahogar a gusto, no había sido así, no era justo, nunca lo era ni nunca lo sería, es ley de vida.

Rebuscó su maltrecha pipa entre sus muchos bolsillos, había visto realmente tiempos mejores, llena de arañazos, golpes, desgastes y aun así cumplía con su cometido. Apenas le quedaban hierbas pero le vendría bien para olvidar el mal trago.

- No pienses mal Nibias, mucha gente vive feliz en su propio desconocimiento, yo no les culpo, si tuviera hijos me gustaría que crecieran sin temores a lo que mora en la espesura y a la sombra de la montaña.

Pero este oficial se ciega y se engaña a si mismo. Veremos que aficionados habrá enviado a la espesura, eso va a afectar a la caza. Seguramente algunos serán muy buenos otros no tanto. -

Notas de juego

Ignoró si hay pipas con sus correspondientes hierbas, pero suele ser un detalle de casi todos mis rastreadores.

Cargando editor
03/09/2007, 19:25
Níbias Roblefuerte

-Las cosas no se ven de la misma forma cuando estás detrás de una mesa y sentado en una silla confortable, con el calor de la chimenea calentando tu espalda - responde serio el cazador -. No digo que ese oficial sea peor ni mejor que el resto, de hecho, es una tentación bien común mirar cada cual por uno mismo.

Nuevamente el corpulento hombretón volvió a juguetear con las dos piedras lanzándolas al aire y recogiéndolas con la misma mano. Había llegado a adquirir cierta práctica en ese jueguecito... por otro lado bastante inútil, que tan sólo conseguía revelar su nerviosismo.

-La cuestión es qué vamos a hacer nosotros ahora. Podríamos volver a nuestras cabañas, hacer como si nada hubiese ocurrido, mas creo que para mí ese bosque ya nunca será igual. No me malinterpretes Robehr, no es miedo lo que marca mi voz, pues volvería a aqueña peña ahora mismo si con ello fuese a resolver algo. Es más bien desconcierto y confusión. ¿Qué podemos hacer?

Cargando editor
04/09/2007, 19:12
Director

Notas de juego

Sí, compañero, hay pipa. aunque la habrás conseguido como un regalo o un premio por algo, porque no son baratas. Normalmente, los pobrecitos mastican el tabaco, no lo fuman.

Espero a que decidáis una acción antes de continuar :)

Tranqui, Níbias, sé bien lo difícil que es a veces...