Partida Rol por web

La ruina del Hombre

Viento oculto entre las hojas (Fajssel, 3 de Numa del 471 d.T.)

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08/10/2007, 18:32
Director

- De vuelta a la ciudad, diría yo, aunque evitó el camino, pero le seguí con la vista un buen rato hasta que se perdió...y o vive en la cascada alta o tuvo que subir por algún lado.

Sin decir más, el padre pasó el trapo a Iluubra. Estaba grasiento y olía a burra en celo, quizá estuviera hecho con su piel, ya que bien pudiera haber sido cuero en lugar de tela de lo seco y cuarteado que estaba.

Cuando lo abrió, entre la suciedad, vio un dibujo hecho con carbón muy fino, o algo parecido. Representaba una muralla con guardias en ella. Casas grandes y bien definidas arriba y otras casas, más pequeñas y de trazo más irregular debajo. Una gran calle perpendicular atravesaba esa muralla. línea nacía de la muralla y bajaba, siguiendo la gran calle hasta desviarse por la cuarta casa a la derecha, y luego otra vez se desviaba a la izquierda dos casas más, hasta una cruz.

Iluubra aún estaba mirando cuando sintió como si dos ojos junto a ella le taladraran la nuca.

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12/10/2007, 00:20
Iluubra Senra

Notas de juego

Hola, jefe.

Siento mucho el retraso por asuntos de trabjo que se alargará hasta el domingo por asuntos personales. Prometo ponerme al día antes que nada con esta partida el mismo domingo.

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14/10/2007, 17:27
Iluubra Senra

Iluubra frunció el ceño y miró a los otros tres, doblando el trozo de tela y metiéndolo dentro de su calzado. -No sé qué sandeces hay aquí pintadas, pero me vendrá muy bien como suela. Este empiezo a tenerlo desgastado. Además, aunque quisiera ayudarle, sabe la Voz dónde andará; espero que sea recompensado por el favor que me hizo y que esta noche se regale con alguna cosa que le ofrezca otro buen ciudadano.-

Sonriente, intentó cambiar de tema de inmediato, desviando la conversación hacia lo que su madre iba a hacerles de comer y a que Redd bien podría ayudarla a recoger huevos de las galinas. De esta forma, cuando ambos estuvieron en la parte posterior de la casa junto al gallinero, fuera de la vista y los oídos de sus padres, Iluubra adoptó un aire de misterio y se acercó a Redd, susurrante.

-Escucha, Redd. Creo que la persona que trajo ese cuero y que quería verme está detrás de algo importante. He tenido que mentir a mis padres para que me dejasen tranquila, pero ahora debemos encontrar la excusa para volvernos hacia la ciudad en cuanto terminemos de comer. ¿Se te ocurre algo? Ya te contaré todo más tarde...- añadiendo a esta última parte una caricia en el brazo de Redd, en absoluto sensual o invitadora, pero sí cargada de confianza.

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17/10/2007, 00:28
Director

Redd recibió la piel de Iluubra con un ligerísimo escalofrío y sonrió mientras se encogía torpemente de hombros.

- Seguro que podemos arreglar algo. Ven conmigo.

El chico entró en la casa seguido por ella. Su madre cocinaba en un perolo un buen caldo con hierbas olorosas y un buen hueso. También le había echado zanahoria, patatas y todo lo que se le había ocurrido, que no sería poco, dada su habitual imaginación.

Su padre miró a Iluubra con una sonrisa bromista. Normalmente, no tendría reparo en recordarle que algún día se le acabaría la suerte y sus afamados mejunjes harían vomitar al pobre diablo que tuviera la mala suerte de probarlos. Sin embargo, él confiaba en la mujer, y sabía que en un momento como aquel no arriesgaría como otras veces, por más que le gustase, y que tendrían una buena comida todos sin duda, aunque no dejara de ser poco...convencional.

Redd carraspeó.

- He comentado a vuestra hija que un artesano amigo mío busca alguien que limpie su taller mientras trabaja. Es un hombre de confianza, se llama Milaan Herveêr. Su trabajo llega a oídos de la misma dama Lunay. Me tomé la libertad, a modo de compensación personal por el error de su detención, de recomendar a Iluubra. Después de comer, Milaan me ha dicho que podría verla...Puede que incluso, si le gusta, comience a trabajar hoy mismo.

Los padres de Iluubra miraron con ojos sorprendidos, incluso su madre se volvió y abandonó su experimento frutal. Se miraron entre ellos sin decir nada, hasta que el padre habló.

- Hija mía, podría ser una estupenda oportunidad. Madre y yo podemos encargarnos de la tierra haciendo un esfuerzo, y tú mientras podrías...bueno, estarás en la ciudad...¿alta, quizá?

- Oh, sí, sí, por supuesto. Cerca de la muralla, donde muchos artesanos llevan a cabo su minucioso trabajo. El adarve precioso, llaman a esa sección de muralla que da a la calle donde decenas de orfebres trabajan en armonía a mayor gloria del esplendor de la ciudad. Sin duda, es un buen lugar, y podría incluso dormir en su casa, en habitación propia. Como digo, es un hombre ejemplar de la mayor confianza y no justo en dineros, precisamente.

La madre de Iluubra miró a su hija con un brillo en la mirada.

- ¿Has visto, niña mía? Después de un horrible día desaparecen las nubes y vuelve a salir el Sol para nosotros.

Notas de juego

Ningún problema, compañero. Hemos ido lentos por el puente y, además, hasta ahora la página ha ido un poco a rastras...

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18/10/2007, 10:19
Iluubra Senra

Iluubra simuló protestar un poco por la situación: "oh, siete años de aprendiz antes de poder trabajar por mi cuenta, qué tortura". Pero luego simuló igual de bien ser una joven comprensiva y obediente, feliz por lo bien que habían salido las cosas en el fondo. Se terminó su comida engulléndola a manos llenas ("la comida de prisión es muy mala") y tan pronto hubo terminado se puso en pie.

-Bien, será mejor que nos pongamos en marcha. No quisiera que maese Herveêr se molestase por mi tardanza. Dejadme que coja algo para el camino.-

Previsora, Iluubra se aseguró de llevar encima todo lo que creía necesario, incluyendo el cuchillo que había pasado a tener tanta importancia para ella, enrollado en el mandil. -¿Nos vamos?-

Notas de juego

Mi idea es llevar todo el equipo que tengo en la hoja de personaje, renovando lo que perdiese en mi aventura de anteanoche.

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18/10/2007, 19:21
Director

Ambos progenitores fueron comprensivos, aunque la madre no pudo reprimir un cierto malestar al volver a perderla después de la alegría inesperada del reencuentro. Su marido la abrazó mientras sonreía y les despedían. Iluubra echó un vistazo y aspiró con fuerza el aire fresco y vivo de su tierra, su porción de mundo al amparo del montecito, junto a un camino que la devolvía a donde comenzó todo.

Se alejaron de nuevo, con el estómago lleno. Redd era de buen comer, y por cierto que apenas había desayunado como un buen hombre debía hacer. Esta vez no habló tanto, aunque sus ojos la buscaban inquietos, no demasiado seguro de hacia dónde se dirigían, aunque era evidente que era a la ciudad. Cuando saludaron al primer control y comenzaron la lenta y pesarosa ascensión, se animó a hablar.

- Iluubra...yo debo presentarme en mi puesto dentro de poco. No sé qué buscas, pero yo no conozco a ningún Milaan Herveêr, así que una vez lleguemos a tu destino tendré que dejarte. Dime qué estás tramando. Si es peligroso, no voy a dejarte hacer una locura.

La altura revelaba el extraordinario paisaje del camino del Milrríos por Los Prados hasta el Paso. Su inicio se perdía en la lejanía, donde se podían intuir montañas y algún bosquete aquí y allí. Su reflejo de plata acompañaba el verde y la luz y era plácido como el trinar de un ruiseñor en la mañana. Había paz, después de todo...a pesar de todo.

Notas de juego

Hecho :D

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19/10/2007, 14:12
Iluubra Senra

Iluubra no se detuvo en la contemplación de un paisaje que después de todo para ella era casi prosaico.

-Está bien. Tú ve a lo tuyo. Pero en serio si tienes tiempo para llevarme cerca de...- miró a un lado y otro antes de agacharse a sacarse el trozo de cuero de la planta del pie. Lo abrió y le mostró el dibujo a Redd.

-...aquí. Esto creo que es una dirección que aquel hombre me da para encontrarnos. No debes preocuparte por mí, porque no me haría daño. Incluso mucho bien me ha hecho, créeme. Quiero agradecérselo al menos con buenas palabras. Tú también me has ayudado, pero tienes mi amistad, que no es poca cosa.- dijo guiñándole un ojo a la vez que reanudaba el camino. -Él... sólo es un pobre desgraciado.-

Como tú, pobre zagal. pensó Iluubra. No le importaba mentir a Redd; ya había mentido a gente mucho más importante para ella. Pero los demás ya conocían su temperamento; intuía que este, Redd, era el primero que se quedaría de piedra de saberlo.

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20/10/2007, 17:17
Redd

- De acuerdo - asintió Redd - pero me siento responsable ante los tuyos. No tengo tiempo de desviarme más de la ruta hacia mis obligaciones. Dejarte aquí sóla no es inseguro, y más aún con el aumento de patrullas que se ha ordenado como medida de precaución. Sin embargo...

El muchacho dudó, luego miró al suelo, o a sus pies, y se encogió de hombros.

- En fin, Iluubra, ya sabes dónde encontrarme. No eres asunto mío. Así están las cosas. Procura sólo no buscarte más líos.

Y entonces, sin mucho más que una mirada algo pesarosa, se dio la vuelta y se fue.

Notas de juego

Lo dejo aquí por si quieres decirle algo. No siendo así, el camino es sencillo, como unos callejones estrechos y húmedos, frescos pero no fríos. El lugar de la cruz corresponde a una pequeña plaza con una minúscula fuente entre un par de árboles medio muertos :)Postea eso si quieres y yo continúo.

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21/10/2007, 13:23
Iluubra Senra

-¡Eh, Redd!- le dijo Iluubra cuando el chico ya se estaba alejando. -Tú sí que eres en parte asunto mío. Cuídate.-

Pensó un poco si era la culpabilidad la que le había llevado a aquel exabrupto, pero no tuvo mucho tiempo de darle vueltas. Aquellos callejones, incluso a la luz del día, no le gustaban. Otra vez transformada en un blanco fácil por no llevar un hombre a su lado, caminó por el centro de la calle, con la mano atenta al tacto del cuchillo todo el rato. Al salir a la plaza indicada por la x en el mapa, se sintió un poco más tranquila. No avanzó hacia el centro, sino que prefirió pegarse a una pared, lejos de las esquinas y desde allí observar el sitio y buscar con la mirada la corpulencia y la magnífica melena oscura que el disfraz de Mydôyrn de Nyrr no podía ocultar del todo.

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22/10/2007, 18:55
Hombre borracho

Y en la sombra relativa de uno de los árboles maltratados del centro, reposaba la figura imponente de un hombre grande cubierto por harapos. Aún con la capucha calada, Iluubra creyó advertir un guiño y una sonrisa recubiertas de suciedad, y una señal con el dedo, para que guardara silencio. Tranquilamente, se levantó y llegó hasta ella, y se sentó en el suelo, al lado, con los ojos puestos en el centro "arbolado" del lugar.

- Nadie cuida lo que tiene, ¿verdad? Lo mismo podría decirse de mí, o de todo este lugar. De la gran capital, por mejor que sea el trabajo de sus regentes, gran parte es desperdicio, basura.

Pero la basura habla, ¿sabes? Lo he descubierto hace poco...y eso tiene valor, mucho valor en nuestro cometido.

¿Sabes por qué lo sé? Porque en el palacio, esta misma noche, han matado a un hombre. Un hombre llamado Rannedh, y han apresado a un noble, alguien a quien le ha dado la misma locura. Alguien cuyo nombre no me dice nada, que nunca me había cruzado antes, estoy seguro... Y antes aún que eso, en la noche anterior a la nuestra, hubo un ataque en la taberna El Ocaso, allí en lo alto, en la plaza más solicitada por los que pasean al atardecer. Al menos un loco muerto y dos o tres sirvientes más. Una estupenda desbandada. El loco se llamaba Kenneth, era un trovador de la ciudad baja con bastante éxito, uno de los afortunados que atravesaba las puertas de la muralla hacia arriba, ¿entiendes lo que digo?

Jugaba con una rama de un verde amarillento. Joven pero ya caída, quizá como un recuerdo para él de su propio hermano. Aún así su voz parecía inalterable, firme y segura.

- Curiosamente, siguen buscando por aquí, por la ciudad baja. Mejor dicho...sobre ella. Cuando yo creo que la verdad más valiosa se fue flotando bajo ella, quizá hasta el río, o saben los espíritus...

Dime, ¿Iluubra, sabiendo todo esto...para qué podría yo haberte llamado esta vez?

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23/10/2007, 10:19
Iluubra Senra

Al acercarse Mydôyrn, Iluubra le tuvo que dar la bienvenida a sentimientos tan recientes como bien asentados. Sentimientos que no acababa de racionalizar pero inequívocos. Latidos fuertes, ahogo momentáneo, deseos de ser mucho más espontánea de lo que la distancia entre ambos le permitía.

-Sin duda porque os soy útil, Se...- se mordió la lengua, mirando de reojo a su alrededor. -Quizá porque conozco los caminos y los meandros del río. Quizá porque no podéis tener ojos en todas partes y necesitáis unos aquí en la ciudad baja, donde vos no podéis invertir tanto tiempo. O quizá... quizá necesitáis a alguien más con vos allí arriba. Quizá necesitéis una criada fiel que conozca lo ocurrido, dispuesta a mantener la boca cerrada y que vigile... que esto no os pase a vos. Si no es nada de esto, que me aspen si lo sé.-

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27/10/2007, 17:25
Hombre borracho

El hombretón sonrió debajo de la capucha.

- Pues bien me alegra que menciones el silencio por tu parte. No espero menos de ti en ese aspecto.

Dejó de jugar con la rama y la tiró indolente con un breve movimiento de muñeca, como si ya no fuera momento de juegos.

- Te he llamado, Iluubra, porque mi hermano no fue el único en sufrir esa...locura - Iluubra notó cómo el hombre apretaba los puños mientras hablaba -. Hay más...algunos primero, otros después. Y el primero de todos, hasta donde sabemos, es ese trovador...un hombre de la ciudad baja. ¿Comprendes? Si él fue el primero...

Alargó la palabra y miró a la chica con intensidad, esperando sin duda que fuera ella quien terminara la frase.

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28/10/2007, 10:53
Iluubra Senra

-...alguien que estuvo con él pudo habérsela pegado como unas purgaciones. Pero es un trovador, luego podría venir de cualquier sitio. ¿Queréis acaso que averigue sobre él? ¿Que descubra de dónde vino y con qué personas tuvo trato aquí?-

Iluubra tuvo que tragar saliva, al recordar su propio miedo a contagiarse de aquella enfermedad y cómo sólo pudo vencerlo acompañada por este hombre y por el miedo a ser ahorcada.

-Lo haré, si es vuestro... perdón- cayó en la cuenta de que había estado hablando de más usando la forma servil -Lo haré, "hermano".-

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30/10/2007, 18:49
Hombre borracho

El hombretón permaneció mirando los árboles, ya sin nada con lo que jugar. Y asintió.

- Lo harás, claro que lo harás.

Sólo entonces la miró a los ojos, y ella, desde el interior de la capucha, creyó entrever un brillo intenso en la mirada del de Nyrr. Por fin se revelaban sus facciones, aunque poco.

- Y será peligroso, no voy a mentirte. Me has seguido hasta el túnel de mierda de ayer, así que ya sabes lo que puedes esperar a mi lado. Lo que importa ahora es ese tal Kenneth, y qué le sucedió, dónde y cuándo.

La última vez que vi a mi hermano fue la tarde anterior a ayer...y estaba bien. Había estado en el interior de las murallas del palacio todo el tiempo...aunque ya no sé qué creer.

Kenneth era viejo conocido de la guardia. Le vieron entrar unas horas antes de lo sucedido, y parecía normal, aunque normalmente estaba de buen humor y en ese momento no intercambió chistes, sino un breve saludo. Parecía disgustado, es lo que dicen. Por aquí era conocido también...y envidiado, por supuesto, aunque tenía buenos amigos. Yo no he investigado más allá de la muralla. Eso es cosa tuya. Ve a mercados, tabernas, qué se yo...serás quién decide... y no pierdas el tiempo.

Se levantó con tranquilidad.

- Yo daré contigo si te necesito. Pero cada noche vendrás aquí, es una zona razonablemente segura.

Por si acaso...toma esto.

De entre los jirones, el hombretón extrajo una bolsita sucia de la que surgía un sonido metálico.

- Ocúltala y asegúrate de que no anda gente mirando si quieres ver qué contiene. Ahora, si no tienes más preguntas, adios.

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30/10/2007, 20:44
Iluubra Senra

Iluubra repasó mentalmente toda la información un momento y asintió, dando así por zanjada la conversación.

-Por vuestra parte y en lo que sea vuestra tarea, suerte.- le deseó Iluubra, como única excusa que encontró para sonreirle, olvidando de nuevo el tuteo necesario en este momento y dándole la espalda sin más. Se separaron.

La joven inició la vuelta hacia zonas que conocía mejor de la ciudad, pensando por el camino en la manera y forma de realizar la tarea que se le había encomendado.

Notas de juego

Veamos, tengo varias preguntas:

¿Doy por sentado que se me permite inventar, a efectos narrativos, algunas cosas? Por ejemplo a quién conozco en el mercado, dónde está la calle de los que trabajan con tripas o el nombre de alguna posada...

¿Hasta qué punto se me conoce en esta villa? ¿Hasta qué punto sería una locura hacerme pasar por quien no soy? En caso de ser demasiado conocida, tengo plan B, tú tranquilo... ;)

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01/11/2007, 12:40
Director

Las calles tienen secretos ocultos, e incluso otros a la vista, pero que muchos no ven porque no quieren...y quizá hacen bien.

Iluubra se dirigió a la calle principal, pensativa. Tenía que aclarar sus ideas y considerar por donde empezar a buscar. A su lado la gente pasaba con la mente en sus cosas, por pobres y simples que fueran, y apenas reparaban en ella. Eran los guardias sin duda quienes ponían más sus ojos en ella, pero no la molestaron. Había un cierto silencio sutil en el movimiento cotidiano. Algo que podía flotar en un aire ya de por sí bastante denso.

Notas de juego

Por tu ocupación conoces a gente, y dejo a tu discreción quiénes pueden ser tus contactos. Te dejo incluso la posibilidad de conocerlos más o menos "íntimamente". En un principio deberías conocer a casi todo el mundo del comercio de melones de oídas :D, y más personalmente a algún subordinado con quien tratas directamente.

En este mundo hay mucho comerciante con ínfulas, vamos, que enseguida se montan "empresillas" y sirven como una especie de burgueses de pacotilla.

Hay propietarios de almacenes donde dejar cosas, hay pequeños organizadores de mercados, que son como publicistas para atraer a la gente a adquirir determinados productos...etc.

También existen "mafias", claro, aunque no es muy común. No hay asociaciones de mercaderes, tampoco, ni siquiera a ese nivel tan bajo.

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07/11/2007, 19:19
Iluubra Senra

Iluubra aprovechó el paseo para mentalizarse y ponerse en el papel que pensaba interpretar. Se adecento lo mejor que pudo y se recogió el pelo de tal manera que pareciese una criada de alguna casa de dinero, aunque no necesariamente noble. Aceleró el paso para simular dirigirse a un encargo importante e incluso estar algo enfadada u ofendida.

Paró en varios sitios; sobre todo calles comerciales dedicadas a un negocio u otro, por donde el paso de gente fuese frecuente. Su objetivo eran los músicos y malabaristas callejeros, a los que se dirigió en busca de respuestas, lanzando a todos la misma historia.

-Oh, mi señor tiene un enfado soberbio. Está medio sordo, pero insiste en que vaya a actuar ese tal Kenneth, el trovador, para él. Ayer debía haberse presentado, pero... No, no insistas, pardiez, de verdad que no quiere a otro. Bueno... si supieses dónde está durmiendo la borrachera ese tal Kenneth... entonces quizá podría convencer a mi señor de que deberíais actuar justos por la ayuda que me has prestado... ¡Cómo! ¿Muerto? ¿Loco? Sabía que estaban ocurriendo estas cosas, pero no sabía que él... ¡Pero el caso es que mi señor pagó por adelantado una suma! ¡Já! No, ese avaro sin corazón no perdonará la deuda. ¿A quién podría reclamársela? ¿Tenía familia? ¿Dónde dejaba caer la testa para descansar?-

Notas de juego

Bueno, mi speech está basado en varias suposiciones, así que ya sabes...

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08/11/2007, 18:28
Músico callejero

Fueron varios los músicos que Iluubra encontró por el camino. Muchos de ellos aún ebrios por la fiesta de la noche, e incluso incapaces de levantarse, hablar o mirar recto a nadie. Entre muchos de ellos, juntos y hermanados, evitaban el pillaje a los más perjudicados, y los pocos serenos velaban por la seguridad de todos, recompensados con alguna porción de queso y pan no muy pasados.

La chica notó rápidamente las diferencias entre aquellos trovadores de la ciudad alta, tan borrachos como cualquiera, seguro, pero con ropas de calidad, colores aún más vivos e instrumentos afinados. Muchos de los que ahora veía tuvieron mejores tiempos, quizá, pero ya veían escapar la juventud, y otros que sí eran jóvenes verían sin duda peligrar su futuro al amparo de semejantes maestros.

Así se vio ella también envuelta entre ellos, y lo que al principio les pareció una furcia de fácil acceso les terminó por resultar un engorro para el dolor de cabeza. Los más jóvenes aún intentaban llamar su atención, más pacientes o más calientes, quizá ambas cosas, pero los viejos y ya borrachos eran los que podían contestar mejor, y los que sin duda menos ganas tenían de hacerlo. Así ella recibió una buena ristra de palabras, más o menos organizadas, de las que se desprendían consas como:

- Puesh a mí ni cosa de esho, muchasha. Yo...burp...no me codeo con los oros y las platash...a lo más una de bronce grande...que me tiene que durar semanash...

- Shí, además ese Kenneth está criando malvash...¿no lo sabíash? Ya...yo me acabo de enterar...

- Essh un fiambre...

- Un deceso...

- Un madero a la deriva, listo para encontrarse con su hacedor.

- remonta el Turry como una balsa hasta la Grieta...allá va...

- rodeado del coro invisible...

- ¡Ha fallecido!

- Tirado por ahí, si no le hubieran quemado estaría ahí criando malvas.

- ¡Kenneth es un ex-juglar!

Luego hubo risas descontroladas. Sólo unos pocos mantuvieron cierta calma.

- Noshotrosh éramosh shu familia, mujer. Él vivía en una penshión, el hijoputa. Cerquita de la muralla. Al principio tenía mujer...vamosh, una amante fija...e igual tiene algún bashtardo, qué shé yo...pero vamosh, que casi shiempre andaba...burp...solo por ahí. Como ya le llamaban másh de arriba que de abajo.

- ¡Qué shuerte tenía el cabrón!

- La penshión se llama "La Luna siesa", ¿no?

- No jodas, por Tadayr. Era "La lira tiesa".

- Estáis borrachos y gilipollas. Chica...es "El lirón careto". El propietario es un tipo muy raro, de ahí el nombre.

El último en hablar era uno de los más sobrios, aunque también más cansado, que no se había levantado siquiera del suelo, donde reposaba tumbado.

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12/11/2007, 11:13
Iluubra Senra

Iluubra devolvió una divertida reverencia al grupo de músicos, recordando el tiempo en que estuvo a punto de unirse a uno de sus grupos itinerantes. Junto a la muralla, ¿verdad? La joven se dirigió a la parte más cercana del muro y esperó un poco. Cuando vió pasar a un carnicero, la pieza de ternera al hombro sobre su correspondiente y obligatorio paño blanco, le supuso lo bastante despierto para preguntar por la posada. Lo hizo rápido, no quería entretenerle, pero el hijo de su señor faltaba de casa desde anoche y seguramente estaría durmiendo la mona en uno de esos tres lugares que un compañero de juergas había balbuceado: El Lirón Careto, La Lira Tiesa o la Luna Siesa.

Tan pronto Iluubra se informó de cuál sería el único verdadero o el más cercano de los tres, molestando brevemente a algún ciudadano más, se llegó hasta la pensión. Desde la acera de enfrente la observó un poco y se hizo una idea del barrio en que se encontraba.

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13/11/2007, 18:44
Director

No podía ser mal lugar uno que esté cerca de la muralla que separa "las ciudades". El adarve alto aseguraba cierta tranquilidad, y estaba además bien iluminado por la noche, sin duda, como indicaban los hacheros clavados en las paredes de barro de las casas.

Entre esas paredes, algunas casas eran de piedra, de las pocas que podría haber en la ciudad baja que no fueran tabernas o almacenes o plazas de fortaleza para la guardia o cosas así. Uno de esos sitios era el que le habían señalado, el gordo carnicero la miró en un principio con desconfianza a pesar de estar en una calle abarrotada y ser tres veces la joven Iluubra. No habría llegado a bueno en su oficio sino tuviera emboscadas o engaños en cualquier lugar.

Afortunadamente, también sabía oler la verdad a pesar del aroma a carne que casi abrió el apetito de Iluubra. La posada era "El lirón careto", y era bastante grande y bastante ostentosa incluso para un lugar privilegiado de la ciudad baja.

La distancia a la muralla, unos diez metros, hacía que fuera una calle amplia, incluso la tierra estaba allí mejor pisada y más cuidada en general, sin grandes agujeros ni demasiada suciedad, excrementos o residuos ponzoñosos. Los que se movían, que eran muchos, parecían gente de buenas dedicaciones, comerciantes de alguna holgura, artesanos, alguno quizá incluso artista o comediante. Al asomarse, cerca de la puerta de la guardia que ya comenzaba a conocer, dedujo que en la lejanía no habría pocas posadas más, todas como esa que ahora vigilaba, aunque quizá menos importantes al estar más alejadas de la puerta.

El Sol ocupaba su lugar en lo alto. Algunos de los viandantes llevaban un tipo de chapeo barato, pero al ser decorativo, algún dinero había de sobrarles. Se movían con cierta elegancia, a la par que prudentes, y saludaban a las damas muchos de ellos como si hubieran recibido algún tipo de educación.

La posada, vista más de cerca, era grande, con tres pisos desde el suelo, de techo afilado y un establo en la parte de atrás, con buena salida a la calle principal. Era sólida y parecía incluso de reciente construcción. Sólo vio salir a una persona, un hombre de mediana edad que se movía con garbo y ropas limpias, y entrar a otros dos, uno de ellos un guardia, robusto y alegre, y el otro con pinta de músico.