Partida Rol por web

La ruina del Hombre

Viento oculto entre las hojas (Fajssel, 3 de Numa del 471 d.T.)

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14/11/2007, 17:45
Iluubra Senra

-¡Oh, amigo!- se dirigió Iluubra al músico, interceptándolo en la puerta de la posada antes de que entrase.

-Te ruego que me ayudes. Mi señor necesita hacer un pago y su reputación frente a los músicos está en juego. Cierto es que no sois la más atendida de las profesiones, pero él necesita a su vez de vuestra atención para divertir a sus invitados y se teme que rechacéis a un cliente que tenga fama de no pagar. Es a Kenneth el trovador a quien debía pagar, pero ha muerto. Te lo ruego, ayúdame a buscar a la mujer que se amancebaba con Kenneth y le hablaré especialmente bien de tí como sustituto de él en la ciudad alta.-

Notas de juego

Oye, cuando creas necesaria una tirada de algo, ya sabes... o igual estás tirando tú en secreto. ;)

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19/11/2007, 19:33
Evaan de Fleeck

El hombre mudó un momento su sonrisa y compartió una mirada dura con el soldado. Con ropajes elegantes e incluso algo ostentosos, parecía luz y sombra la pareja. Bien mirado, el otro actuaba como tal, callado y algo apartado, aunque con orejas bien fijas en la conversación.

- Buena prisa se da tu señor en enmendar sus yerros. Y es oportuno, igual que tú no te quedas corta para saber tan pronto de la muerte del buen Kenneth. Lo tienen por asesino, y cuentan barbaridades, pero yo que lo conocía bien sé que era incapaz de eso que cuentan. Y como veo que las habladurías no corren solas, también tengo que atajarte en lo que dices. Kenneth no tenía amante, su famosa oratoria inteligente y fina era lo único que se acercaba a la provocación. Su lengua sólo tentaba el seso, que no otras cosas que no nombraré, y no ostentaba manceba alguna. ¡Pues claro que no! Ahora bien, jovencita, si tan rauda quieres hablar con alguien y así nos dejas con nuestros asuntos, bien, habla con Yriss, su mujer. Solía visitarlo cuando se hospedaba aquí, que era a menudo, para que no estuviera solo. Una buena mujer. Pregunta por ella al tabernero, él sabrá dónde cómo dar con ella. Y déjanos ahora, chica, que pierdo el hilo de mis palabras.

El soldado tenía una ligera sonrisa en la boca. Era joven y había dedicado la mayor parte del tiempo a observar a Iluubra, mientras que la vista del que hablaba más bien se perdía alrededor, aunque con discreción, y también en el mismo soldado, con aire inquisitivo, como si buscara algo.

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22/11/2007, 23:26
Iluubra Senra

-Acabamos de enterarnos, pero...- empezó a responder Iluubra, pero se dió cuenta de que allí ya sobraban las explicaciones. Saludó con una sonrisa y una humillación leve de la cabeza y se metió en la taberna.

No se esperaba un olor tan acre y aferrado a las maderas, el olor de la cerveza derramada. Sin duda a los hombres les gustaba ese olor, tan parecido al sudor de los viejos amigos. Es el puro olor del recuerdo de las noches pasadas, todas tan parecidas, todas tan ahogadas en el olvido del licor.

El tabernero limpiaba la única parte del lugar que derramaba menos de ese olor, la barra. Por alguna razón la prefería tan escrupulosamente limpia como impregnado el resto.

-Tabernero, hazme una merced si no te molesto demasiado ahora mismo. Más tarde necesitaré aprovisionarme de algo de tu comida para mi señor, pero antes necesito encontrarle a alguien. Su nombre es Yriss. ¿Dónde puedo encontrarla?-

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26/11/2007, 18:19
Ofreyn

El tabernero no podría definirse como un todo, sino como la suma de sus partes.

Por su tamaño y su rostro, parecía un oso, o como mucho un cazador de osos tras una buena campaña en los montes. El pelo le caía en rizos alocados por la misma cara, donde una barba de pocos días dibujaba una sonrisa imposible, por contener en ella la mejor colección de dientes blancos y perfectos que uno pudiera ver, al menos en alguien de ese lado de la muralla. Sus ojos estaban ligeramente arrugados, y era moreno de piel. Sus manazas estaban llenas de heridas pero las uñas estaban cuidadas y brillaban como las de una cortesana que las cuidara con esmero. Vestía impecablemente un atuendo para el que habrían que tenido que despojar a un barco de su velamen. Una camisa blanca limpísima, un chaleco de verde atornasolado, de calidad sobrada. Los pantalones parecían oscuros, pero lo demás se perdía ya al otro lado de la barra.

Tras la pregunta de Iluubra se detuvo un momento, la miró un poco extrañado del tipo de pregunta que hacía una chica como la que tenía delante y rió con absoluta naturalidad. La taberna estaba casi vacía, sólo algunos hombres tranquilos de cierta posición la ocupaban, tomando cerveza o vino dispersos entre las mesas, en silencio.

- Joder, no sé. Pues donde todas las putas, ¿no? En un lupanar o con algún cliente. Aquí no, eso sí. No sé, si me haces pensar, quizá esté en La Roseta, la casa de putas que sigue esta calle hacia el risco, junto al dique, ya sabes. Es donde trabaja.

No me meto en tus asuntos, moza. ¿Pero a ti de qué te va eso?

Efectivamente, no parecía concederle al hecho demasiada importancia, ya que volvió a limpiar sobre él, cerca del techo, unas hermosísimas jarras de vidrio que debían valer su buen precio, por lo visto, en las que no había reparado antes.

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28/11/2007, 13:23
Iluubra Senra

-A mí el asunto no me lleva nada. Asuntos de mi señor, más bien.- dijo Iluubra, añadiendo un guiño para dejar en el aire toda una serie de cosas sin confirmar ninguna.

Tan rápido como entró, se marchó directa a La Roseta, un lugar que sí conocía bien en su ubicación, como lo conocían todos los chicos de las granjas cercanas a la suya. Movía los brazos con impaciencia al caminar, levantando un poco el vuelo de su falda al correr de esquina a esquina.

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28/11/2007, 21:14
Director

La Roseta era grande y discreta. Se acercaba mucho al risco casi vertical que guardaba el lado sur de la ciudad. Un lugar de sombra apreciado en verano, con el correr de un riachuelo conducido por un dique ya maloliente, pero del que no pocos recogían agua para ensuciarla un poco más.

La calle se fue haciendo oscura y terminó en tres distintas. Iluubra tomó la más alejada de la muralla, y se internó en un lugar que todos olvidaban al salir. La casa era antigua pero estaba bien cuidada. Dineros muy altos, decían todos. Muy altos sin duda.

En la puerta gruesa había un hombre sentado que no tenía nada de vagabundo. Ocultaba de mala manera varios aceros entre ropas oscuras y algo sucias ya. Su pelo aceitoso caía por suerte sobre un rostro feo y de mirada aviesa. Iluubra acentuó esa mirada, y le hizo levantarse.

Su voz sonaba a vino y licores fermentados de patata, fruta o mierda misma. Y sus dientes podridos se abrieron en una mueca asquerosa.

- Quieta ahí, perra. Qué vienes a buscar aquí. No queremos invertidas dentro, ni nadie que no venga a chupar o a que se la chupen. ¿Vienes por trabajo?

La suposición hizo que mirase a Iluubra de otra forma, y la sonrisa se tornó más inquietante.

- Si es así, perra, pasa por la otra puerta, no por ésta que es para clientes. Y si no tienes suerte ya puedo verte yo por mi cuenta, que ibas a quedar satisfecha.

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01/12/2007, 03:26
Iluubra Senra

-Perdón, veo que me he equivocado. Gracias por la oferta, pero creo que lo consultaré con mi señor, que más atrás me espera.- sonríó Iluubra no con picardía, pero sí mostrandose poco dócil y poco inocente. Ya había visto en el pasado como el miedo puede ser un gran afrodisiaco para estos animales.

Sin más, retrocedió por el callejón, sin dejar de mirar al guardia hasta estar cerca de la entrada del mismo...

Notas de juego

Bueno, si salgo del callejón sin más incidentes mi idea es irme a la otra puerta a esperar que salga o entre cualquiera de las chicas e intentar hablar con ella. Si ocurre algo que me impida salir... bueno, ya me cuentas y ya reacciono yo, pero creo que echaría a correr sin más, no creo que quiera alejarse mucho de su puesto.

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03/12/2007, 18:23
Director

Aquel ogro siguió con la vista a Iluubra, acompañando a sus ojos con una sonrisa divertida y desagradable. Sólo cuando dobló la esquina respiró hondo y se detuvo un momento, en silencio, para asegurarse de que ese mastuerzo no había decidido seguirla.

No lo hizo, al menos no los primeros momentos, seguramente convencido de que ella iba a probar suerte como "puta". ¿Por qué no? Muchas jovencitas aún hermosas se daban cuenta del valor de su cuerpo cuando nada más en su vida valía ni una de "y medio".

El callejón donde se había detenido era como la vida para esas chicas, oscuro, húmedo y sin más salida. También le recordaba otro, muy parecido, quizá algo más profundo, desde donde había nacido una criatura, como en un parto maldito, entre vapores malsanos, dentro de un pasaje en la pared a modo de coño. Ese ser, como todos, había nacido con hambre. Era un recuerdo espantoso que, sumado al lugar oscuro al que regresaba, provocó en Iluubra los deseos de vomitar.

Sin embargo, justo entonces se abrió un portón oscuro, sudado, del que salió una mujer joven, sólo quizá algo mayor que ella, o ni eso, pero lo aparentaba bien con un vestido ligero de calidad aceptable. A Iluubra se pareció muy rico, aunque era evidente que no lo ostentaba una señora.

La chica era rubia y salió al callejón andando con cierta altivez, aunque se notaba que estaba cansada. Tenía el pelo revuelto se tapaba con los brazos como si, de manera imposible, tuviera frío.

Entonces reparó Iluubra en el calor. No era exagerado, pero sí agobiante, quizá por la humedad. Costaba un poco respirar. La chica se dirigió hacia la salida del callejón y, por tanto, hacia Iluubra. Le dirigió una mirada algo curiosa y bastante neutra, como si nunca antes hubiera visto a una chica allí quieta, pero tampoco le importase.

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07/12/2007, 12:59
Iluubra Senra

Qué lugar. Más de una vez pensó Iluubra en lugares como este en el pasado, como una oportunidad más de entre las muchas que había barajado para salir de la granja. Hace tiempo, antes de saber que estos sitios no tenían nada del brillo cortesano que les atribuía. Sólo eran sitios donde se desahogaban quienes aún sentían algo de reparo en metérsela a su prima o su hermana.

-Hola, ¿eres Yriss?- preguntó Iluubra directa pero con modestia. -Necesito hablar con ella, es sobre Kenneth.-

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12/12/2007, 20:04
Meretriz

La mujer se detuvo, sin ocultar una cierta sorpresa en su mirada.

- ¿Yriss? ¿Quién pregunta por ella? No soy yo, desde luego. Así que no la conoces y no estamos en momento de presentar a desconocidos. ¿Qué intenciones traes tú? Kenneth...ya sabemos todo lo que había que saber de Kenneth.

Parecía cansada de repente, como si algo no terminara de irse de ella por más que se lo sacudiera. Su mirada intentó dar la vuelta a la esquina, pero se quedó fija en una sombra y luego tomó una decisión.

- Dime lo que vayas a hablar con ella, pero no creas que me engañarás fácilmente. Según lo que digas se lo haré saber o incluso la verás, y esto no es negociable. Creeme, es la mejor oferta que vas a encontrar por aquí.

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14/12/2007, 21:39
Iluubra Senra

Iluubra, algo cansada ya de tanta arrogancia entre gente con tan pocas razones para tenerla, decidió cambiar un poco su actitud. Quizá fuese más eficaz, quizá no, pero algo empezaba a picarle allí donde uno guarda... precisamente la arrogancia.

-Mira, si Yriss no es tonta, si se entera de que te lo he contado todo, primero me arranca la lengua a mí y luego a tí. Baste decirte que por si no lo sabes Kenneth ha palmado, que ha palmado de la Luz sabe qué pestilencia de los cojones y que hay quienes querrían saber dónde la cogieron sus cojones. Sabiendo esto, quizá Yriss quiera hablar conmigo, porque sé otras cosas que le podrían hacer la vida más fácil. Déjale claro que tiene la suerte, ella y las demás, de que la haya encontrado yo primero.- y acercándose un poco más a la mujer, se llevó el dedo a los labios y susurró, sin apartarlo de allí -Pero por ahora, esto entre tú, ella y yo.-

"Como mentar la liendre en el prostíbulo" recordó Illubra que reza el refrán.

Notas de juego

Permiso expreso para usar el refrán con otros pnjs en otras escenas si te ha gustado ;)

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16/12/2007, 11:17
Meretriz

- Ya veo. No estaba segura de eso que dices, aunque aquí tampoco nos engañan tan fácilmente. Lo que algunas hermanas nos dijeron, por boca de algún cliente poco cauto era que Kenneth había sido arrestado por provocar un altercado en la cantina donde trabajaba. Según decía, llegó borracho, medio loco, y buscando algo que comer. Luego atacó a los sirvientes y a todo el que intentó contenerles. Pero pudieron reducirle, por lo visto, y se lo llevaron.

La mujer hizo una pausa que acompañó a una mirada incómoda al exterior del callejón.

- Yo misma conocía a Kenneth. Se emborrachaba como cualquiera, incluso cuando estaba con Yriss, y en alguna ocasión se había quedado dormido mientras follaban. Era...un hombre como cualquiera -
la mujer se detuvo un instante, al fallarle levemente la voz -, pero nunca se habría emborrachado cuando tenía que tocar en ciudad alta. Hablaba mucho de su destino, y de que cuidaba sus actuaciones como mimaría un buen potro. Decía que algún día traspasaría esas murallas para siempre y me... me lo creía.

Al reflejo de una luz traicionera sobre el rostro de la mujer, una lágrima pareció resbalar furtivamente sobre su empolvado pómulo.

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21/12/2007, 16:49
Iluubra Senra

-Ya veo.- dice Iluubra sonriendo un poco para mostrar simpatía por su compañera de género -Puede que Kenneth estuviese en otro sitio antes de ir a la posada y lo que quiera que cogiera lo cogiese allí. Creo que voy a tener que hablar con Yriss de todas formas para saber eso. A menos... ¿tú sabrías decirme a quién o quiénes veía Kenneth últimamemente que no fuese de sus habituales? ¿Sitios donde antes no iba? Te lo aseguro, te conviene alejarme de este sitio si no queréis pasarlo mal todas con las preguntas de quienes vendrían después de mí.-

Notas de juego

sooorry de nuevo. you know, life sucks.

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03/01/2008, 10:40
Meretriz

- Kenneth es...era, un hombre de costumbres. Venía aquí tres veces por semana, nos contaba sus proyectos y sus historias y solía ser justo antes de ir a tocar a la ciudad alta. Decía que joder bien le animaba a tocar y estaba más alegre.

Cuando hacía eso...bueno, su trayecto era sencillo, llegaría desde aquí a la muralla, el camino más seguro, y luego pasaría la puerta Sur hacia donde fuera que tocara. Yo no conozco nada después de la puerta. Él decía que había preciosas casas en el camino, perladas de cristalería de color en las ventanas y de piedra tallada cuidadosamente. Hablaba de las calles adoquinadas y de una hermosísima tienda de telares que llevaba un hombre ya mayor, con gran barba blanca y ojos más pequeños que los de las agujas que utilizaba. No sé...cosas así...luego se repartía por las distintas tabernas. El Ocaso era una que le gustaba mucho, junto a una plaza desde donde se veía la amplia Irrfall...Yo nunca lo he visto...

La mujer se movió incómoda, mirando a uno y otro lado. El comentario de Iluubra acerca de otros "curiosos" le hizo mirarla con cierto desprecio.

- Aquí estamos bien seguras, chica. Somos putas. Somos más necesarias que el pan o que el agua. Nosotros cuidamos de gente de quien la gente tiembla al oír su nombre...y ellos cuidan de nosotros. Ya veremos quiénes vienen y qué quieren - se detuvo un momento -. No sé aún qué interés especial tienes en esto para que tanto te importe. Deberías decirme ahora el por qué si quieres algo más. ¿No serías otra de sus...amantes?

Los ojos de la mujer relampaguearon un instante, y luego volvieron a su frialdad oculta en sombras. Estaba tranquila, pero su pecho de generoso escote la traicionaba con una respiración más honda que al comienzo de la conversación.

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05/01/2008, 11:04
Iluubra Senra

-¿Amante? No, qué va.- Iluubra esbozó una sonrisa cínica ante este comentario y el de lo seguras que estaban las prostitutas. No confiaba tanto como ella en que un poderoso no fuese a cansarse de inmediato de su juguete si lo sabía estropeado. Una vez vió a una vaca enfermar, hasta el punto de dar leche amarilla. Su dueño, convencido de que la habían maldecido, la sacrificó, quemó el cadáver y enterró las cenizas. Su vaca favorita.

-Te he dicho la verdad. Aunque te parezca mentira, hay quien está interesado en averiguar qué le pasó a Kenneth. Alguno lo está de una manera más brusca que otro y no se andaría con preguntas. Incluso si estáis protegidas, a nadie le gusta tener un toro bravo en el salón, aunque sea un rato.- Iluubra suspiró internamente. No estaba segura de si esta conversación le llevaría realmente a algo más o no. Incluso sospechaba que podía estar hablando con la misma Yriss. -Dime si voy a poder hablar con Yriss o no. Si no, me marcharé y dejaré de incordiarte.-

Notas de juego

Cita:

Lo del señor con lo del dinero no debería llevarte tan lejos...

¿Ein? Creo que estás confundiendo a la meretriz con otro pnj al que le haya contado esa milonga, porque con ella usé una excusa distinta...

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05/01/2008, 13:16
Meretriz

La mujer dejó pasar los ojos tras Iluubra, como si con ello cogieran fuerzas para posarlos en ella de nuevo con más entereza. Desde luego, parecía dar resultado, pues la mirada que le regaló fue dura, y aún así, no amenazaba.

- Nadie se preocupa de quien no conoce por nada. ¿Qué es lo que te interesa a ti tanto del asunto y quiénes son esos interesados? De algo tendrás que conocer a Kenneth, o a alguien. No digo que tus palabras no sean verdad...ya hemos oído cosas. Sólo quiero asegurarme de que su recuerdo no se tiñe con el calabozo o con los azotes. Ya sé cómo las gastan algunos del otro lado de la muralla. Lo sé bien. Si vienes a advertirnos, gracias, ya has cumplido. Si vienes por más información, quisiera saber por qué.

Suspiró e hizo una pausa.

- Y aún así, si tú me has contado la verdad, yo tampoco te he mentido. Todo lo que sé es que esta última tarde la pasó aquí, incluso comió aquí, y luego se fue a la taberna, precisamente esa que llamaba "El Ocaso". Comió lo mismo que muchos aquí, e Yriss...ella tampoco estuvo ni ha estado enferma, ni mucho menos de hambre. No bebió vino, eso nunca. Él jode antes de cantar, pero no bebe, sabe que le perjudicaría. Lo que fuera que le pasara...qué se yo...sería en el camino de subida, ¿no?

Y no te preocupes por hablar con Yriss. No te hace falta. No sabrás por ella más que lo que he dicho yo.

Notas de juego

Tienes razón...perdona...será el exceso de glucosa por la Navidad, Navidad, dulce Navidad. Ya lo he quitado.

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07/01/2008, 01:07
Iluubra Senra

Iluubra dió dos pasos atrás y miró hacia la calle, haciendo ver que pensaba marcharse ya. -No venía más que a por la información que me has dado, muchas gracias. Los motivos de quien me envía son suyos y no te los puedo dar. Pero creo que estaréis a salvo. Perdona que me marche de esta manera, pero debo irme.-

No tiene sentido seguir aquí. Si sabe algo más, no puedo arriesgarme a darle más pistas sobre lo que hago aquí para conseguirlo. Seguiré la ruta de Kenneth hasta la muralla y veremos si algo me llama la atención...

Notas de juego

Si la chica no me detiene, allí que voy. Mi idea es fijarme durante la ruta que me han señalado hasta la puerta que da al barrio alto si hay tiendas o casas de aspecto siniestro, abandonado o simplemente con gente extraña o inusual (no quiero decir delincuentes, sino cosas aún más raras).

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08/01/2008, 18:44
Director

La prostituta respondió encogiéndose de hombros sin mucho esfuerzo, y luego posó la vista en Iluubra un rato, hasta que la joven se perdió por el camino junto a la muralla.

Sin duda no eran la única mirada que la seguía. Algo le avisaba de que aquel cerdo de matón estaba igualmente atento en la puerta, desnudándola y follándosela en su minúscula mente de mierda.

La inquietud desapareció en la calle de la muralla, o quizá más bien simplemente cambió de motivo. Los guardias sobre el adarve la miraban de vez en cuando, pero no mucho. Ella era joven y razonablemente hermosa. Algo fantástico entre la nobleza, pero no tan bueno en la ciudad baja. A su lado otros hombres también reparaban en ella, pero ninguno llegó a decir nada.

La calle era larga y ancha, eso ya lo sabía, la había recorrido antes porque era, además, el camino más seguro y mejor iluminado. Ahora que se obligaba a reparar en los detalles, observó la mejor factura de las construcciones, se detuvo en el número ingente de tabernas y posadas, y casas particulares de aquellos a quienes no iba demasiado mal.

Sin darse cuenta, tropezó casi con el mismo hombre que le señaló "El lirón careto" como el lugar donde el trovador amancebaba a la esquiva de Yriss. Salía precisamente de esa posada, esta vez solo, sin el soldado joven con el que había hablado, y parecía algo menos ocupado. No reparó en Iluubra, simplemente se rascó la oreja haciendo menear un bonito pendiente de perla en forma de lágrima, y echó a andar hacia la puerta de la ciudad alta. Del interior le llegó la voz rotunda del enorme posadero, quien sí pareció ver a la joven, y quien estaba a punto de salir con un cubo muy grande con el que cualquier hombre fuerte no hubiera podido sin al menos dejar su rostro sudoroso y la mandíbula dolorida por el número de maldiciones entre dientes.

- Vaya, chica. ¿Diste con la puta?

Su pregunta parecía bastante inocente, como si tal cosa. Bajó el pequeño escalón y pareció haber crecido después de ello, ahora que estaba a la altura de la chica. Se apartó junto al sombrío callejó que había al lado de la taberna y descargó allí el líquido, con tal fuerza que cualquiera hospedado en una habitación cercana hubiera pensado que llovía.

En el resto de la calle la mejor vista y más cuidado de la joven no distinguió nada más que la sonrisa de despedida del tabernero, surcada por perfectos dientes blancos, y el estilo desconocido de construcción de dos de las casas. Una de ellas era muy alargada, con un techo cuadrado y libre de tejas, más bien como si hubiera un balcón en lo alto. Unos maderos surgían de la pared, oscuros sobre el blanco encalado de la piedra. Las puertas eran también de madera clara. Sin duda, su dueño era un hombre poderoso y de gustos extraños. Esa era la casa que estaba junto a "El lirón careto"...en cuyo hueco...otro oscuro callejón. Iluubra notó un calor repentino que le subía, y recordó el olor a meados y a sangre y a miedo. La negrura parecía acercarse a ella, pero no era cierto, sólo era su propia congoja. Volvieron los sonidos del paso de la gente y sus miradas...y fue entonces cuando Iluubra vio que, entre lo que el tabernero había mirado, había un trozo de tela basta manchada de lo que sin duda era sangre seca, a pesar de estar húmedo el tejido por el agua con que el hombretón lo había transportado.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Tirada: 1d10+3
Motivo: Descubrir
Dificultad: 10
Resultado: 7+3=10

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13/01/2008, 15:34
Iluubra Senra

Iluubra se limitó a asentir para responder al tabernero, sin sonreir ni mostrar demasiado interés, mientras se distraía observando la hermosa casa contigua al Lirón Careto. Sin duda si estaba habitada por una persona notable, podría haber requerido los servicios de un trovador más de una vez. ¿Y qué mejor que los de uno que estuviese bien a mano, acostumbrado además a subir a la ciudad alta y tratar con gente de buen nivel?

El trapo manchado llamó su atención dos veces. La primera vez, sólo para sugerirle que sin duda la esposa del posadero debía estar manchando como cada mes. La segunda vez, para pensar que las casualidades sólo le serían útiles si las comprobaba. Así que esperando a que el posadero se hubiera marchado, se acercó un poco al callejón para observar mejor la tela.

Notas de juego

Perdón por la ausencia. He estado sin conexión desde el jueves...

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14/01/2008, 18:09
Director

Era lana de muy mala calidad. Típica ropa de invierno de un tipo de mala añada hecha jirones. Con eso no se limpiaba una la sangre lunar. Era quizá una túnica de abrigo, a lo sumo, o lo que quedaba de ella. Aún húmeda se notaba deshilachada y muy manchada. Por supuesto no tenía más tinte que las muchas cosas que se habían vertido en ella, entre las últimas, sangre, y reciente, aunque ya estuviera seca.

El callejón invitó a Iluubra a un viaje al pasado reciente. No olía ni mucho menos tan mal, aunque la cercanía del trozo de vestidura le traía recuerdos. La casa encalada desprendía un aroma agradable, dulce y amargo a un tiempo. Quizá mezcla de cosas, como era mezcla ver tal edificación junto a las demás. Las puertas estaban cerradas y las contraventanas también. Algo raro en un lugar como aquel. Sin embargo, en lo alto parecía que había sonidos, juegos y risas.