Partida Rol por web

La ruina del Hombre

Viento oculto entre las hojas (Fajssel, 3 de Numa del 471 d.T.)

Cargando editor
13/06/2008, 18:30
Iluubra Senra

-Eh... hace un momento... debe haber algo ahí que nos hace ver... vuestra... tu cara...- bloqueada por la sangre fría de aquel hombre, se decidió a seguirle, despacio, detrás, vigilándole todo el rato y tocándose su propia cara, temiendo que ella misma hubiera sufrido también, a los ojos de él, aquella transformación cimbreante de retazos de sombre y tumoración.

Por el camino, se obstinó en mantenerse en silencio a la espera de una explicación, pero preparada ante cualquier cosa que la hiciera saltar. De repente, pensó en aquel niño que la atacó, el hermano. ¿Acaso no había cambiado él también? ¿Sería posible que hubiera matado a un inocente por una ilusión? No, el chico la atacó.

Iluubra buscó en su memoria, buscó en las palabras del chico una pista sobre cuándo o dónde podría haberle pasado aquello. Quizá sería buena idea ir a ver el callejón donde le encontró y...

-Perdón.- dijo acercándosele un poco, pero manteniendo aún la distancia -¿El nombre de Syrra te dice algo? Fue una de las últimas cosas que dijo... el niño. Antes de atacarme.- se mordió el labio. Pensó que probablemente se había ganado un nuevo golpe en la cara.

Cargando editor
15/06/2008, 13:09
Hombre borracho

- ¿Syrra? - rememoró el hombre -. Joder, ya casi la había olvidado. La joven y muy puta Syrra. La amante de nuestro padre cuando madre murió. Una zorra sureña, ya te digo, pero muy lista. Se ganó a mi hermano porque le convenía...pero sabía que conmigo no iba a funcionar... quizá por eso nos metió en este embolado.

Así que mi hermano la nombró, ¿eh? Maldita puta. Bien hondo le calaron sus palabras adornadas.

Se alejaron lo suficiente para que nadie les viera, al menos nadie de la guardia, y entre las calles estrechas y húmedas, el hombre se sentó, sobre una piedra suelta y pulida, con un quejido.

- Te voy a contar algo, porque quizá merezcas ese lugar que me pides entre los míos. Y espero que sepas guardar un secreto, o ya sabes cómo las gasto.

El señor de esta tierra, vuestro Donner, quiere acceso a unas tierras nuestras. No valen demasiado, pero se ha empeñado en negociar. Resulta que rebuscando un poco hemos sabido que hay unas minas abandonadas, muy antiguas, que siempre hemos creído vacías. Es lo único que puede interesarle, no se me ocurre más, porque no hay otros recursos ni es un lugar estratégico contra nada, a pesar de controlar un paso en las montañas del Norte... bueno, de unas tierras lejanas para ti, en los límites de vuestra región de Los Prados.

Estoy seguro de que Syrra tiene algo que ver, porque esto es muy de su estilo...lo que no sé es qué mierda le importa. Es una mujer noble a medias, de una casa menor cerca de ese lugar que quiere el Donner, por eso sospeché...bueno, por eso y porque siempre está tocando las pelotas de una u otra manera. Pero ella no ha venido con la comitiva...eso es lo que no entiendo. Me consta que es conocida aquí, pero ni mi padre ni ella están interesados en que se conozca su relación. Lo de mi padre tiene que ver con los votos que hizo a la familia de su mujer en su tierra... lo de ella...no tengo ni idea.

Joder, chica. Me duele la cabeza con este olor a miel podrida.

Cargando editor
16/06/2008, 19:49
Iluubra Senra

Así era el mundo de la nobleza al que ella quería agarrarse para salir de otro más mundano, pero mientras que no le daba miedo en un momento dado tener que rebuscar en los calzones de uno de ellos, tener que pensar a su manera la despistaba. Sin embargo, había una conexión obvia sobre la que al menos podría opinar. Una obviedad, pero que la haría parecer aún más útil.

-Una zorra sureña, ¿eh? Esos que viven en la casa pegada al callejón son también sureños. Gente muy rara que no parecía querer visitas; incluso me he ofrecido como criada, pero me han dicho que me vaya a paseo. Puede ser sólo un azar, pero la tal Syrra podría haberse metido en esa casa como forma de esconderse con facilidad aun estando en la villa.-

Cargando editor
19/06/2008, 20:13
Hombre borracho

El de Nyrr observó a Iluubra y pareció reflexionar.

- Quizá, ¿por qué no? Los del Sur son vanidosos y se cubren de seda e hilo de plata. Muchas mentiras se visten igual, y ¡qué coño! Algo tendrá que ser cierto en medio de esta bruma. Llevo poco aquí para conocer sus gentes, y está claro que un borracho no lograría nada de ellos. Pero quizá un hombre de cierta posición sí que pueda.

La idea pareció infundirle fuerzas, y se levantó, aunque todavía un poco dolorido.

- Me has dado algo que hacer, joven mujer. Bien traída tu idea. Creo que te reservaré un nuevo reto en este empeño. ¿Qué crees que valdría un puesto entre mi servidumbre? Tus artes aquí abajo podrían servir también arriba, más allá de esta muralla estúpida. No te lo ordeno, y bien podría, pero has de saber que es un mundo por el que no te moverás tan liviana. No quiero otorgar a la que mató a mi hermano un trato injusto, para que no me acuses de vengativo y me obligues a matarte por la ofensa, ahora que empiezas a resultarme amable.

Cargando editor
20/06/2008, 10:16
Iluubra Senra

Iluubra podría no saber mucho de la nobleza, pero sí de buenos, malos negocios y regateos y sabía distinguir entre un halago y una negociación por lo que en seguida se dió cuenta de que este hombre pretendía conseguir un buen precio. Auque a corto plazo aún podía permitirle usar la excusa de haber matado a su hermano, se prometió a sí misma, aparte de aprovechar bien la oferta, que llegaría el momento de intentar saldar esta cuestión y hacer que la deuda, basada en un interesado equívoco, desapareciera.

-Sólo pido tres cosas. Lo que ya tengo pero me dan otros: alimento y alojamiento. Lo que necesito pero no tengo: ropa digna de estar a vuestro servicio. Y lo que deseo pero no puedo pagarme: algunas monedas para ahorrar o gastar a mi gusto, de vez en cuando. Quizá grande y medio a la semana.-

Notas de juego

Iluubra está intentando no ser muy ambiciosa. Pide lo que de todas formas deberían darle si tiene que seguir a este hombre a todas partes (no espera buenas comidas ni habitaciones individuales, supone que comerá más de una vez sobras y que dormirá en colchones de paja junto a otras criadas) y un extra para pagarse una comida agradable de vez en cuando, aunque probablemente lo ahorrará. Supone que de otras maneras y por otros méritos conseguirá más, pero eso ya dependerá de ella. Si cree estar pasándose pedirá menos y si se está quedando tremendamente corta, lo aumentaría un poco, por lo que tu consejo me vendría bien a menos que creas que no voy desencaminado, en cuyo caso prefiero que no me digas nada y vivir la excitación de la incertidumbre.

Por cierto, descuida que me va a encantar divertirme interpretando el defecto de mi pj al otro lado de la muralla. Me voy a llevar una de sopapos... XD

Cargando editor
22/06/2008, 20:30
Hombre borracho

- Por tu madre que parecías haber buscado esto desde hace mucho. Es curioso cómo los espíritus eligen a quién insuflar un hálito especial. Cualquiera esperaría esta actitud tuya al otro lado de las cosas...

El hombre se levantó y por fin pareció un señor en su porte, estirado y digno, aun vestido con harapos y rostro cubierto por la capucha.

- Todo eso lo vas a tener de sobra, no temas. Y más aún, ya que quien ataca mis colores me ataca a mí. Pero recuerda que tus deberes conmigo son igualmente perdurables, y que espero lealtad hasta el mismo final, y obediencia. Allí arriba, tras las murallas, veremos a quienes darán sentido a todas estas palabras. Y ahora recuerda bien todo lo vivido aquí, porque nos será bien útil. Ven conmigo.

Notas de juego

Me detengo sólo para que tengas ocasión de recular o lo que quieras, en cuanto des conformidad, avanzo.

No te digo más que el de Nyrr acerca de las condiciones que planteabas, por no privarte de esa excitación :D.

Cargando editor
22/06/2008, 20:53
Iluubra Senra

Al cambiar el hombre su pose, ella cambió también su tono al dirigirse a él. A medio camino entre la dignidad y la farsa, hizo una leve reverencia para decir -Bajo estas condiciones os seguiré, señor.-

Notas de juego

Adelante.

Cargando editor
28/06/2008, 21:02
Director

El hombre se escabulló con Iluubra y observó los callejones, oscuros y húmedos. Eligió uno y lo siguió, bajó de nuevo, acercándose, si Iluubra no recordaba más, a la casa de putas donde había hablado con aquella mujer.

Después de buscar recodos y tomar una u otra dirección, llegaron a un lugar algo parecido a una plaza, con un pozo central. Iluubra lo conocía de haber pasado alguna vez por allí. El agua no era fresca, pero sí era buena. El hombre rebuscó entonces en un recodo y encontró lo que buscaba allí, bajo un oloroso montón de mierda.

Retiró las boñigas de animal junto con el pedazo de madera que había debajo.

Cargando editor
28/06/2008, 21:06
Hombre borracho

- Estate atenta, chica. Que nadie se asome mientras me lavo.

Cargando editor
28/06/2008, 21:07
Director

No era fácil que lo conocieran, en todo caso. Cuando se quitó los harapos, ni siquiera juraría que era el mismo hombre noble que encontró por primera vez en las mazmorras.

Desnudó casi todo su cuerpo, alto y fuerte, y sacó agua del pozo para lavarse.

Luego sacó una bolsa que había bajo la plancha de madera. Era una bolsa grande de cuero negro. La abrió y extrajo unas ropas más propias de su alta condición, de tela liviana, blanca y negra, adornada con perla de agua dulce en forma de lágrimas en la tela negra, y con ópalos redondos en la tela blanca. Se vistió rápido y se recogió el pelo en una coleta sencilla, aún mojado. Luego se abrochó el cinturón tachonado con una espada corta, de hermosa factura. Dejó las botas para el final. Era la única parte de su vestimenta que había mantenido con él mientras jugaba a ser un pordiosero. Miró a Iluubra cuando terminó y sonrió.

Cargando editor
28/06/2008, 21:12
Mydôyrn de Nyrr

- Todo lo que sepas ahora lo guardarás contigo, o yo me aseguraré de que no tengas lengua ni manos para contarlo - dijo, divertido -. El tamaño de mi polla es algo que no mucha gente necesita saber, ni qué hago para guardar las apariencias o la ropa. Ahora subiremos y serás tú quien tendrá que abandonar esos andrajos.

Notas de juego

Post de transición. No necesitas responder si no quieres. En un par de días completo la "ascensión". :D

Gracias por el transporte de ayer.

Cargando editor
29/06/2008, 17:25
Iluubra Senra

Iluubra asintió igual de humorosa a las palabras de su nuevo señor, pensando en dejar para mejor ocasión la notica para sus padres. Después de todo, ya pensaban que iba en busca de un trabajo y sospecharían que estaría ocupada. Su padre no se alarmaría hasta pasado uno o dos días más. Y su madre... bien poco importaba si su madre era capaz de darse cuenta de las cosas.

Cargando editor
03/07/2008, 23:23
Director

El camino comenzó al salir de las callejas sucias para desembocar en la calle principal, adoquinada y algo más salobre, que ya había recorrido antes para salir a visitar a sus padres. Parecía que hubiera pasado una vida, pero no había sido más que un día, un día largo y no exento de locura, algo que no hubiera pensado cuando apenas dos mañanas antes su mayor gozo residía en menear los melones frescos frente a las abotargadas caras de sus clientes.

Ahora, el de Nyrr era una alta compañía de blanco y negro llamativo y desafiante. La guardia que patrullaba la calle no era mucha en ese tramo, pero la puerta estaba cerca, la puerta de la muralla de la ciudad alta, una puerta que para ella siempre había estado cerrada excepto cuando la llevaron presa y pensó que la vida se reía de ella por dejarle pisar el suelo de los poderosos sólo para pudrirse en sus mazmorras, o algo peor.

Al llegar a la puerta, todo fue muy distinto. El de Nyrr miró a los guardias con suficiencia y éstos hicieron una señal respetuosa que les permitía el paso.

La visión de la ciudad alta devolvió a Iluubra cierta consciencia del lugar y el momento en el que estaban, y sintió hambre. El sol había alcanzado el cénit hacía ya rato, y estaba descendiendo, pero no se había dado cuenta de ello hasta ese momento. Una parte de la ciudad, al fondo, parecía un buen nido para cuando el dorado círculo descendiera. La calle que les recibió era enorme, como un campo de piedras sembradas, pulidas y cómdodas al pisar incluso para las calzas sencillas de la muchacha.

Torcieron a la derecha para adentrarse por calles más pequeñas donde gentes de variada condición escudaban la mirada, pero no la apartaban, de la joven. Algunos tenían cortes de pelo humildes y expresión servil y avengonzada, sobre todos los más jóvenes, y vestían con colores propios, sin duda, de las casas que los mantenían. Comenzaron una ligera ascensión que se fue acentuando a medida que se acercaban al edificio mayor de todos, rodeado por una muralla propia, como una tercera ciudad, más rica que todas las demás. Una enorme construcción de piedra de al menos cuatro pisos sin contar las altísimas torres que se elevaban como lanzas que buscaban el cielo.

Llegaron a las puertas de esa muralla, y eran negras y de metal brillante, posiblemente el que llamaran plata. Los soldados también les dejaron pasar, y entonces vio Iluubra el amplio patio de tierra en el que los soldados entrenaban, los herreros y otros artesanos bastos trabajaban, y los sirvientes iban y venían cargando comida, fardos o encargos. Y algo hacia su derecha se abría el imponente palacio, de piedra clara como las murallas y como sus torres, como la misma colina que lo sostenía, lleno de ventanas amplias divididas por parteluces tallados, con filigranas de estucados reforzados y balcones colgadizos en torres o en algunas de las plantas. Desde esa distancia nada podía ser más grande en todo el mundo, más enorme y más pavoroso.

Cargando editor
18/07/2008, 13:50
Iluubra Senra

Allí donde había recibido las cachetadas días antes puso Iluubra todo su humildad. Por esta vez, intentaría pasar desapercibida, cabizbaja, manos por delante reposando en el vientre, siguiendo a su señor con pasos rápidos para no perderle pero no acercándosele tanto que no llegase a ver una parada brusca. Ya tendría tiempo de sobra para admirar todo aquello con detenimiento si era necesario.

Observó lo que otros pies hacían por allí y el comportamiento sobre todo de los más humildes, los que eran como los suyos, tomando buena noat de cómo se apartaban al paso de los nobles y de cuánto tiempo de inmóvil respeto prestaban antes de volver a su trabajo.

Cargando editor
20/07/2008, 23:46
Director

La ciudad alta era de un color gris claro, como la muralla y la roca de la colina donde nacía todo Colmillo Sur. Las paredes de las casas eran muchas también de piedra y en las anchas calles había largos senderos empedrados, donde los hombres andaban. Iluubra vio que los que parecían señores pisaban la piedra, mientras que los que parecían servidores apenas la rozaban para acortar trayecto.

Muchos de ellos vestían colores propios de las casas donde servían o a las que pertenecían, aunque algunos otros vestían ropas sin color, o eran prestes con bastas túnicas con capuchas teñidas según su vocación. Incluso en el verano los prestes vestían aquel horno de tela, y muchos se movían con cierto sufrimiento al Sol que ya cedía al tiempo y anunciaba la noche. Muchos decían que los prestes salían más en invierno que en verano porque los impíos vientos del Bufón soplaban más fuertes con el mal tiempo, de quien se decía era responsable. Sin embargo, no faltaba quien pensaba, aunque se guardaba de hablar más de la cuenta, que si los prestes no salían mucho en verano era para evitar tostarse como una mazorca de maíz dentro de aquellas túnicas.

El de Nyrr la llevó sin mirarla por una calle central al principio, luego se desvió justo antes de llegar a un edificio enorme junto a una plaza abierta. Aquella enorme construcción debía ser sin duda el Vatinheir de la ciudad, la residencia de la Voz en la boca de los Prados. Anduvieron entre grandes casas diseminadas junto a jardines y esculturas que retratarían antiguos héroes o valiosas historias del pasado, esculpidas unas con piedra clara y otras oscuras, algunas incluso de metal oxidado y otras con metal bruñido y brillante. Ascendieron durante un rato, pues las calles subían en altura hacia el norte, y se detuvieron en una caseta de madera tallada, tan grande como una casa humilde, pero muy hermosa y sólida, con base de piedra clara y refuerzos de metal. Una mujer salía de la puerta. Era joven y morena. Llevaba en un barreño varios tejidos de un color rojizo que se disponía a tender en unas cuerdas que había colgadas cerca. Ella misma vestía una toga sin teñir, pero manchada de mil colores, que dejaba ver sus hombros fuertes y morenos. El de Nyrr se acercó a ella y ésta, al verle, dejó el barreño y lo saludó con gracia.

- Mi Señor...

- Creo que te encargaron ropas de sobra para mi casa. Mi nueva sirvienta necesita vestir algo acorde con sus obligaciones.

- Por supuesto, mi Señor. Recuerdo que sobraron unas cuantas piezas al no saber cuánto séquito os acompañaba. Hicimos mucho.

La joven miró a Iluubra un momento de arriba a abajo y luego asintió. Se metió en la caseta y no mucho después llegó con un vestido sencillo, de falda y corpiño blanco y negro, con una camisa blanquísima.

- Creo que esto servirá, mi Señor.

- Más vale - respondió él -, porque no va a entrar en el palacio con lo que lleva ahora. Iluubra, cámbiate dentro de la caseta y procura no mancharlo.

Notas de juego

Como imaginarás, la mujer es tintadora, así que te encontrarás ropa colgada, alguna mesa con otra ropa preparada para teñir y cubas con distintos colores. El suelo estará algo sucio, es de paja esparcida y serrín para secar cuanto antes. No está demasiado mal para lo que espararías, porque seguramente lo cambia cada poco tiempo.

Todo esto es por si quieres describir la escena y adelantar :D.

Cargando editor
23/07/2008, 23:31
Iluubra Senra

Iluubra asintió obediente y cogió la ropa de manos de la tintorera. Entró en la caseta y esperó a acostumbrarse al olor de los tintes, fresco pero demasiado meloso y ácido a la vez. Se quitó la ropa despacio, examinando su cuerpo por primera vez en muchas horas en busca de heridas o moretones que no hubiera visto antes. La piel se le puso de gallina cuando estuvo desnuda del todo. Pensó, imaginó que habría una estrecha línea de visión para que el hombre pudiera ver su grupa sólida y esbelta y... no por supuesto, aquella abertura no estaba allí, la puerta estaba bien cerrada.

Suspiró. -Eres una imbécil.- Esta gente toma lo que quiere, no flirtea, no siente curiosidad por lo que puede tener cuando quiera por la fuerza.. Los chicos de la aldea eran así, ¿cómo no lo iba a ser alguien con poder?

Salió de allí vestida con el color blanquinegro de su señor sobre el cuerpo, llevando su propia ropa sucia enrollada en un paquete bajo el brazo.

Cargando editor
28/07/2008, 19:27
Director

Al salir de la caseta la noche parecía haber llegado veloz, casi sin avisar, y la luz del Sol se perdía por el Oeste, reflejada rojiza en las fachadas de unos pocos edificios que podían entreverse desde su altura. En el lugar en el que estaban, por otro lado, predominaba la sombra, debido a que el palacio, inmenso, y su muralla, se interponían entre ellos y el Sol moribundo.

El hombre asintió complacido ante la imagen.

Cargando editor
28/07/2008, 19:31
Mydôyrn de Nyrr

- Ven, Iluubra. Ahora es momento de que te cuente algo más.

Mydôyrn cogió a la chica de un brazo y con firmeza la colocó a su lado. Luego comenzó a andar sin despedirse de la tintadora, quien por otro lado había hecho una ligera inclinación y volvía a sus asuntos.

- Debes aprender mucho y rápido, Iluubra. Este mundo no es el que conocías, entre boniatos, peras y melones. Aquí hay peligros diferentes, pero igualmente letales. Si no los reconoces, o te muestras débil, te devorarán. Y yo no soy tu padre, aunque considere nuestra deuda..."zanjada", por lo que no te libraré de todo mal.

Primero, debes ser discreta y no llamar la atención. Puedes mantener tu nombre. Te presentaré como mi nueva recadera a mi padre y a quien le interese. Todos te tomarán por mi amante, claro, por un capricho temporal, y me parece perfecto, porque además nos conviene, así que más de una noche te haré venir a mi cama. A los del norte, a todo aquel que salga de su preciado círculo de montañas, nos consideran unos salvajes por meter la polla en coños simples, así que se creerán todo. Te daré cosas que hacer. Recados, mensajes, algunos serán estúpidos, pero da igual. No tienes que entender nada más que quiero que estés en un lugar concreto en un momento concreto, y que escuches y que aprendas de todos. Así seguramente avancemos en esta jaula de virtudes...¿comprendes?

Habían llegado a la muralla del palacio y continuaban por la calle que la bordeaba. Comenzaron a descender ligeramente mientras veían acercarse las luces que iluminaban el portón principal, amplio y ominoso.

Cargando editor
30/07/2008, 18:56
Iluubra Senra

-Comprendo.- respondió la chica sin mirarle, manteniendo la cabeza gacha. -Preguntar nada, hablar poco, escuchar mucho, obedecer rápida como un lagarto, no salirme de tus instrucciones.-

Y contarte todo lo que aprenda, en la oscuridad de tu dormitorio...

..te haré venir a mi cama..

..nos consideran unos salvajes por meter la polla en coños simples..

Iluubra siguió a su señor donde quiera que la llevara del brazo, con la misma actitud humilde, pensando si estas palabras significarían una cosa u otra y cuál de ambas le gustaría a Iluubra en realidad. Procuró no mentirse a sí misma, pero era inútil.

Cargando editor
11/08/2008, 19:15
Director

La soltó del brazo en cuanto la muralla les mostró la puerta negra y plata que la guardaba. Los guardias miraron sin decir nada, poco interesados.

Ante Iluubra se abrió un patio mayor que su propia aldea, o quizá exageraba, pero no demasiado. A la izquierda había un enorme escalón de roca, que se elevaba hasta el cielo oscuro y eclipsaba un edificio amplio, no muy alto, pero sólido donde se movían hombres fuertes y con armadura de cuero. A la derecha, los ojos de Iluubra vieron en todo su esplendor el que llamaban "Jardín de piedra", el palacio del Donner, y antes de la dinastía ya extinta de los Yradûn, durante tantas generaciones como la misma tierra que les circundaba. Era de piedra clara, rotundo, construido para ser robusto y durar muchos siglos. Unas torres se elevaban en lo alto, también sólidas, como lanzas que amenazaban el cielo, y según decían, en el interior había jardines diseminados por pasillos y por patios. Varias puertas se dibujaban, guardadas por hombres de mirada hosca, mientras ellos se acercaban y el palacio se hacía enorme delante de ellos.

Entraron por una puerta de las grandes, de doble hoja y oscura como todas, e Iluubra sintió algo de frío.

Un pasillo se abría, oscuro, frente a ellos, y sólo se iluminaba por la luz que entraba desde uno de esos patios ajardinados. La silueta en la noche de los árboles se recortaba junto a la piedra, y a lo lejos, un hombre con una antorcha larga iba iluminando los hacheros en los pasillos. Se adelantaron un poco más y cruzaron otro pasillo, e Iluubra vio la esquina del jardín que había en el interior del palacio, uno de tantos, según decían, pero que a ella se le antojó como un pequeño bosque, mientras por el otro pasillo otro hombre encendía igualmente nuevas luces, como un ritual.

El de Nyrr se movió hacia la derecha y se alejó de los pasillos junto al jardín, de manera que entró en otro pasillo, muy pequeño, custodiado por puertas en lugar de parteluces. En la de enfrente, cuando el camino terminaba, un guardia se interpuso y el hombre del norte habló.