Partida Rol por web

Aquel vendabal de acontecimientos le crisparon la barba, el terrible olor a carne quemada le lleno las fosas nasales pero aun así seguia estrecho de miras, dejando las palabras del Umbaraki en el aire con una sola mirada cargada de ... algo parecido a una cerveza espesa en el fondo de una oscura jarra, y una tormenta que comienza a levantarse con un inofensivo viento.

Los enanos comenzaron a colarse por el agujero, antes hermosamente decorado y adoquinado. Ahora solo quedaba una sombra de lo que fue, la voz rota de Kurgan realmente llego a entristecerlo durante un momento pero aquel barbahierro se había decidido ha hacer algo y solo Valaya podia ya protegerlo. -Kurgam hermano, te necesitamos aquí- dijo con un tono solente, mientras señalaba con la punta de su poblada barbilla aquel tunel. Si el barbahierro decidia unirse al grupo aun tenia una oportunidad antes que derrumbaran las piedras y se dieran a la fuga en busca de su verdadera misión, aunque aquel fuera un peligro realmente grave como para dejarlo pasar. Aun así el veterano herrero había tomado una decisión y su larga barba era mas que suficiente para la sumisión y entendimiento de todos.

La actuación del Bemlir dejo a todo el mundo perplejo, aquella bocanada de fuego había conseguido ahuyentar a todos los enemigos. Los esclavos corrian desatendidos de sus feroces amos, muchos convertidos en pasto para los caracoles y criaturas mucho mas letales que se arrastraban por aquellos oscuros tuneles. Los esclavistas mal heridos por la bocanada de fuego también corrieron, dando comicos saltos, si no fuera porque el dolor que les proferia aquel incendiario liquido les dolia hasta en el alma.

Todos vieron como una salva de proyectiles atravesaba a Kurdrim, un impacto fue realmente certero impactando en el yelmo del barbahierro haciendo que su cabeza se ladeara violentamente. Aunque ya no veian al demonio, si que vieron como el barbahierro se derrumbaba incando una rodilla en el putrido fango y casi desvaneciendose. Lo que nadie esperaba es que la dura mollera de Kurdrim y aquel yelmo forjado a conciencia por los mejores artesanos enanos, habían evitado la mayor parte del daño. Casí al instante el enano volvio a levantarse pesadamente, pero agarrando sus armas con una fiera determinación. Aquel era un momento tenso, si decidia ir a por los renegados enanos seguramente tacharia sin saberlo algun agrabio importante de los libros de algún Karak, si decidia dar la vuelta quizás perdiera la oportunidad de aquella azaña o quizás tuviera mejor suerte otro día, en otro tunel con el viento a favor.

Todo el grupo retrocedia bajo las ordenes del señor de las runas, y las propias del barbahierro para que terminaran las misión. Se merecian un descanso después de todo aquello, aunque quizas el pesar de la perdida de un compañero como aquel pesaria mucho mas que el cansancio acumulado.

Las palabras de Girthal se me clavaron como cuchillos en el pecho. Estaban preñadas de sentido pero aún así ver la imagen de Kurdrim herido en medio de aquella matanza me consternaba de forma especial. Sabía que a Kurdrim no le gustaría que desobedeciera una orden… sería un gran deshonor y máxime cuando me habían convertido en el portaestandarte de tan importante grupo. Pero mi mente no paraba de analizar la situación y mirar alternativas.

No obstante, fue la parte racional de mí ser la que ganó… Si bien me habría lanzado con alegría a luchar al lado de mi hermano, las palabras del herrero eran ciertas. Una última mirada a mi amigo levantándose estoicamente y un fuerte grito a modo de despedida y ánimo fue todo lo que hice  levantando el estandarte todo lo que daban mis brazos antes de ir en dirección al agujero.

Asentí al herrero a modo de aseveración a sus palabras, aunque mi corazón estaba roto por el destino que pudiese deparar a mi amigo. Si el no volvía con vida, significará que habría roto mi promesa y aquello solo se pagaba de una forma….

Los odiados enemigos, tres veces malditos, correteaban como locos intentando apagar las llamas que habían hecho presa en ellos tras la deflagración. Era mi oportunidad de dar buena cuenta de ellos, de eliminarlos y tachar con la negra sangre de aquellos seres no pocos agravios perpetrados contra nuestra raza.

Atrás quedaba el grupo, reagrupado bajo el estandarte, bajo la ceñuda mirada de Girthal, guiándolos hacia lo que parecía una salida y haciendo caso a las órdenes dadas. Podía estar orgulloso de ellos, habían demostrado ser duros y pese a las dificultades encontradas mantenerse firmes.

Miré nuevamente a los enanos del caos. Cada uno de ellos una afrenta a nuestra raza. Y noté como la sangre me hervía; el hacha me quemaba en las manos y la vista se me enturbiaba pensando solo en darles muerte. Di un paso hacia ellos y un eslabón de la armadura tintineo, haciéndome bajar la vista un momento para observarla

La armadura. Aquella obra de arte que me había salvado la vida... perteneció al barbahierro de la unidad antes de caer. Lo dio todo por los suyos... Y yo ahora también lo iba a hacer...

(¿En serio lo vas a hacer, Kurdrim, viejo amigo?, me dijo una voz que conocía demasiado bien y que hacía semanas que no escuchaba... justo desde que le dimos sepultura a sus restos)

Miré anonadado alrededor, no viendo la esperada figura translúcida. Más su voz seguía perforando mi mente

(No seas necio. No vas a hacerlo por el grupo. Lo vas a hacer por afán personal. Por hacerte el héroe. Por ser un enano de leyenda como siempre has querido... allí cayó Kurdrim, en la negra oscuridad, rodeado de enemigos a los cuáles destrozaba con su arma. Se llevó con él no menos de una veintena, entre ellos varios de los enanos perdidos... y faltó a su palabra, dijo tajante Has jurado conducir a Girthal hasta la runa y a la mínima oportunidad abandonas tu objetivo para ir en pos de la gloria personal... ya no eres un trotamundos solitario. Ahora eres el Barbahierro de una unidad de rompehierros con una misión muy concreta. Así que mueve tu peludo culo y reúnete con ellos, toma nuevamente el mando y llévalos hasta donde corresponde)

Parpadeé repetidamente. Apenas había pasados unos segundos. Los enemigos seguían manoteando y corriendo con el fuego en el cuerpo y en la retaguardia los rompehierros retirándose a la relativa seguridad del nuevo corredor

Apreté y rechiné los dientes, sabiendo que lamentaría no pocas veces no haber acabado con aquellos traidores ahora que tenía una clara oportunidad. Di media vuelta y, tan aprisa como mis piernas me lo permitieron, me dirigí hacia el hueco por el que estaban a punto de desaparecer mis compañeros dawi

La venganza tendría que esperar. Antes estaba el deber

Estaba bastante satisfecho conmigo mismo.

La pistola lanzallamas había cumplido a la perfección las tareas para las que había sido diseñado, dándole una oportunidad ligera oportunidad a Kudrim para que pudiera retirarse a la relativa seguridad del túnel junto con nosotros. Con solo unos pequeños retoques sin importancia,  mi diseño pronto estaría entre el equipo estándar de las unidades de rompehierros, del mismo modo que lo eran las bruñidas armaduras de gromil que vestían y mi puesto dentro del competitivo gremio de ingenieros quedaría más que afianzado.

Pero para poder cumplir mis objetivos lo primero era terminar esta misión con éxito, eso implicaba continuar la lenta pero efectiva retirada que ya había comenzado.

KURDDDIMMMM! VEN AQUÍ RÁPIDO!, es tu única oportunidad, una vez completada la misión ya tendremos tiempo de volver a por estos mal nacidos! brame mientras me retiraba, sin saber si mi voz alcanzaria el oído de Kurdrim y intuyendo el final que le esperaba al sin duda el mejor guerrero de todos los que estaban allí. Seria una perdida irreparable, aparte por su muerte, porque no podría eliminar afrentas una vez muerto.
Esperaba con todo el alma que su sano juicio tomara el control de sus pensamientos por conseguir la misión y no el honor y el animo de conseguir eliminar afrentas.
Aun así a Kurdrim le habían dado bien por el golpe mágico recibido que aun estaba impreso en mi retina.
El intento de eliminar el hechizo del estandarte a pesar que parecía que había funcionado, no lo había echo o había salido a medias, si era este el caso, prefería no pensar en lo que podía haber salido de allí.
Con las ideas claras y en perfecta formación como se les había ordenado, fueron pasando por la estrecha abertura. en ese momento se acerco al Garrim y le dijo, toca el cuerno para retirada urgente, apremiante, a ver si Kurdrim puede escucharlo y viene, ya que no se si habrá escuchado mi voz, toca alto y continuo hasta que tengas que pasar por la abertura.
Acto seguido cruce al otro lado donde me esperaban algunos enanos a los que les dije, Atentos por si aparece algo, formar un muro con los escudos y que se vayan adhiriendo los demás según vayan entrando.

Esta vez ya no había duda. El cuerno sonó como si un ejercito se estuviera retirando debido a la reververación en las paredes de la caverna en la que estaban metidos. Cualquiera diría que solo eran un pequeño grupo de soldados.

Siguiendo las instrucciones y mientras iban entrando sus hermanos se preparó, siempre en primera fila para cerrar el túnel con duro metal y determinación enana. Aunque estuviera totalmente reventado, por su sangre corría la sangre hirviendo del que se sabía perdido. Tenía que dar lo mejor de sí mismo para conseguir enmendar su error, o morir en el intento.

Maldita sea, Kurdrim, vuelve con nosotros...

Muchos pensamientos invadían su cabeza. Buscaba a su hermano con la mirada, y para tranquilidad suya lo encontró.

Solo quedaba rezar a los ancestros, esperar a que Kurdrim actuara con cordura, y a poder descansar aunque fuera una hora para poder tratar sus heridas y adquirir mas información acerca de lo que empuñaba en su mano derecha.

Quede esperando tal cual entre en la cueba, tantee con las manos enguantadas los mejores sitios para golpear con mi martillo, iba a derrumbar todo un lado del tunel erocionado por el agua y mucho tiempo sin cuidados.

Mire de reojo escuchando a Garrim tocar el cuerno con bastante impetu, solo esperaba que se dieran prisa era un buen momento para poner montanas por el medio para recuperarse las heridas y volver con una justa venganza.

En perfecta formación y siguiendo al pie de la letra las ordenes del señor de las runas, cada uno se fue posicionando para entrar rapidamente en el tunel, aun hechaban langidas miradas hacia atras mientras veian como el barbahierro miraba hacia aquellos malnacidos. Nadie se atrevio a desobedecer, y cuando el último entro Ulrik comenzo a golpear con su martillo contra un lateral de la caverna, se escucho un grito de fondo, fue un grito lastimero pero gutural y Kurgan que no dejaba de mirar a su fiel compañero levanto una mano para parar a Ulrik cuando ya las piedras y la tierra caia, haciendo desaparecer de su visión al barbahierro que se dirigia hacía ellos.

-El barbahierro venia hacia aquí- dijo mirando al rededor, pensando en quitar algunas piedra y parar aquel derrumbamiento antes de que fuera demasiado tarde, todos miraron a Girthal con decisión si aun había una opción de salvar al veterano todo esfuero era poco. Pero no dio tiempo, mientras la gruta seguia despiezandose y tapando la entrada todos vieron como kilos de tierra poco a poco se depositaban sobre el lecho de la entrada. Amargados cada unos busco la punta de sus pies, o los dedos de las manos que tanteaban nerviosos, cuando de entre todo aquel polvo y piedra atraveso de un salto el barbahierro aquel infierno.

Cuando llego entre los suyos, nadie lo ayudo solo la visión de su compañero era una subida de moral tal que hubieran seguido caminando otras veinte horas sin parar, solo para contarlo en la siguiente taberna. Mientras la entrada quedaba sepultada, una sonrisa generalizada aparecio en las caras de todos. Tenian ganas de abrazarse, de tantearse, de lamarse las heridas y volver a por la justa venganza. Si aquellos malnacidos pensaban que iba a quedar así, no sabían con que clase de enemigo había topado.

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Comenzaron una dura pendiente, pronto llegarian al camino donde el minero Dorg había previsto encontrar su antiguo lugar de trabajo, Girthal no perdia de vista ningún cruce o bobeda que le sonara familiar, mirando nuevamente antes de darlo por falso. Dorg señalo al rato(algo mas de una hora) un lugar donde poder sentarse un rato, había un diminuto manantial donde poder beber agua fresca y había un hogar pequeño y practico donde seguramente mas de un grupo de cansados mineros había pasado la noche. Allí se sentaron a descansar mientras Ulrik hacía la guardia al principio del tunel. No era el mejor lugar del mundo ciertamente, pero en aquel momento de cansancio era el mejor de los lugares.

La montaña se cerraba mientras el Barbahierro seguía mirando a aquellos que se habían dejado influenciar por la magia del caos. La visión de Kurdrim, estoico después de recibir un ataque bestial, sobrevivir a un mar de llamas, y aun así presentar su pechera a las armas del enemigo era cuanto menos épica.

Menos mal que al final el veterano enano decidió unirse a los suyos, justo a tiempo para ver el derrumbamiento desde el lado mas propicio.

Garrim se posicionó en el lugar que debía, y asintiendo una vez a modo de saludo y con una cara seria pero que denotaba agradecimiento, echó a andar siguiendo las órdenes del Barbahierro.

Pronto llegarían a uno de los nichos que los mineros utilizaban para descansar de las largas jornadas bajo tierra. Y aquello para Garrim era el paraiso. Quitándose la armadura y dejándose caer, se abandonó al placer del descanso, no sin antes dirigir unas palabras al herrero rúnico:

- Venerable maestro- mientras le cedía el arma - encontré esto cuando me desperté de entre el fango. Me gustaría que lo revisara, y me pudiera decir que tipo de arma es. Como ya le dije no se si es algo de manufactura enana, o está encantado de alguna manera, pero me gustaría saber que tengo entre manos.

Tras escuchar la respuesta, Garrim buscaría entre la multitud de enanos alguien que tuviera competencias en el arte de sanar heridas. Estaba destrozado, y necesitaba que unas manos expertas le examinaran las heridas.

Nuestros cien veces malditos parientes habían trazado una hábil y eficaz trampa, por suerte nos habían subestimado y habíamos podido escapar de ella, eliminando a la vez que lo hacíamos al gigante que les acompañaba y a la mayoría de los esclavos que les servían sin contar con ninguna sola baja entre nosotros, aunque si con varios heridos.

Mientras los rompehierros de dedicaban a restañarse las heridas unos a los otros yo aproveché el descanso que nos ofreció el barbahierro para limpiar y recargar concienzudamente todas mis armas. Estaba contento con el comportamiento de todas ellas, especialmente con mi reciente invento la pistola lanzallamas, aunque apunté mentalmente que la próxima vez que el gremio me mandara a una misión de este estilo debería añadir un rifle largo a mi ya de por si amplio arsenal.

El músico volvió a preguntarle al herrero sobre el arma que se había encontrado en mitad de la batalla y esta vez, ya sin la presión del ataque, también dediqué algo de mi tiempo en observar su manufactura.

Las piernas me ardían y el polvo que había tragado al atravesar el derrumbe en ciernes aun salía entre tosidos de mis pulmones, pero lo había logrado. A mi alrededor el resto de rompehierros se mostraban satisfechos con el resultado de aquella confrontación pero, para mí, aquello había sido algo más que una prueba y casi nos cuesta la vida...

Bien, dejaos de monsergas- dije serio - Hemos logrado salir todos de una pieza pero... me avergüenzo. Siento VERGÜENZA por esta unidad que lidero...- añadí tomando aire mientras me reincorporaba, ahora sin el yelmo, mirando a todos los presentes aun pegado a la nueva pared creada por el derrumbe ¿¡En qué demonios estabais pensando para desobedecer una orden directa!? ¡Somos una unidad de élite!¡Nuestra misión no es otra que luchar en primera línea en situaciones críticas, de ahí nuestro equipamiento! ¡¿CÓMO!? ¡¿Cómo se supone que vamos a cumplir nuestra misión si no sois capaces de seguir una simple orden, algo tan simple como ir en una dirección? NO HAY PEROS QUE VALGA. Di una orden y la desobedecisteis, me da igual que seáis o no rompehierros. Formáis parte de esta unidad y yo soy su líder, así que es vuestro DEBER obedecer sin rechistar. Si os digo que os larguéis lo hacéis, quede uno o diez enanos atrás. Si digo correr, corréis... ¡y si mi orden es saltar por un precipicio vuestra única pregunta tiene que ser si quiero que caigáis de pie o con la cabeza por delante, diablos!-espeté dejando que toda la frustración acumulada se precipitara en aquel momento

Es la segunda vez que una orden directa es ignorada. La próxima vez abandonaré; daré por sentado que soy incapaz de guiar a este grupo y... - no quise seguir. Abandonar de ese modo solo tenía una salida y pasaba por el templo de Karak Kadrin

Hice una pausa

Ahora descansaremos y restañaremos nuestras heridas; Ulrik, montarás la primera guardia. Girthal y Dorg, repasad vuestra notas mentales pues cuando iniciemos la marcha habrá que darse prisa...no sé hasta que punto nos llevan ventaja esos traidores, pero si logran antes que nosotros la runa los perseguiremos hasta la misma Zarr-Naggrund si es necesario- miré a aquellos enanos uno a uno, fijamente. Eran buenos enanos, pero necesitaban la mano dura de antaño

Cualquier objeción a mis palabras que sea ahora puesta de manifiesto o que quien la tenga se la guarde para siempre. El Gran Rey nos ha encomendado una misión digna de héroes y no dejaré que ninguno de los presentes rebaje dicho honor al nivel de un sucio grobi

Me acerqué entonces a Bemlir y le puso una mano en el hombro

Tal vez tendré que cambiar mi opinión sobre esos cachivaches tuyos

Mierda!, lo hemos perdido, Testarudo enano! pero de repente apareció de entro el polvo, barro y cascotes que caían por doquier y que en 4 segundos mas ocupaban la abertura que habíamos cerrado y por tanto la persecución no se daría, y mejor así, pues necesitábamos restañar las heridas sufridas.
Rápidamente nos pusimos en camino, pues aunque quizás este era el mas recto a nuestro destino, el maldito hechicero había tenido tiempo de quizás sentir la fuerza de la runa, aunque esperaba que no estuviera activa, y que eso no fuera posible.
Me fije en cada uno de los cruces, pasillos y estancias por si encontraba algo familiar que recordara de las explicaciones de mi Tio-abuelo o de lo leído en la inmensidad de libros que había leído en mis largos años en la biblioteca real.
De repente Dorg indico un lugar que era fácilmente defendible por lo que vi y lo que escuche a los demás.
Allí recostado contra la querida piedra, que me traía recuerdos de mi casa, me quite con parsimonia la armadura que había sido golpeada con saña, pero aun así resitia por su magnifica manufactura y por su Runa de hierro, que quizás había sido la artífice de llegar donde estaba ahora. Con tranquilidad fue tocando una a una las runas de su martillo rúnico mientras musitaba unas palabras, con el efecto de que se fueron apagando una a una sin excepción. Luego intento curar los moratones recibidos y otras heridas provenientes del combate, hasta que Garrim se acerco con un objeto entre las manos que se había encontrado y me pidió que lo examinara, a lo que respondí:- Claro hijo, déjame ver a ver que es eso. Lo cogí entre las manos y lo examine concienzudamente para ver si podía extraer alguna conclusión interesante.
Pero no tuve mucho tiempo, pues enseguida Kurdrim,(al único que consideraba un pilar ante la corriente y que podía llevarme a llevar a buen termino la misión), empezó a echar la bronca a sus hombres y por extensión a mi y a los demás no rompehierros de la expedición. Ese Enano, gran luchador por derecho, empezaba a perder parte de mi respeto mientras escuchaba la bronca que nos echaba.y no pude por mas que hablar cuando el propio Kurdrim me dio la oportunidad.
- Kurdrim, si nadie mas habla, yo lo hare, esas palabras que has pronunciado, son palabras duras incluso para enanos aguerridos como los que comandas, y mas que nada es por la devoción que te procesan, hasta yo pensaba que eras de los mejores, aunque viendo tu comportamiento individualista en combate no entiendo el porque. Es que piensas limpiar tu solo todos los agravios echos a nuestra raza?
Me levanto de donde estaba y me acerco tranquilamente paso a paso hacia Kurdrim diciendo: - VERGÜENZA?, ¿sientes vergüenza de unos rompehieros y el resto de nosotros que a pesar de quedar sin gobierno en dos ocasiones han conseguido que los combates no fueran un desastre?, orgullo!, orgullo tenias que sentir por estos enanos que a pesar de que les abandonas en post de tu gloria personal no se desmenbran. Tu deberías saber mejor que nadie que un líder tiene que serlo siempre, un líder se debe a sus hombres y debe estar con sus hombres. No ordenarles que se larguen todos y dejen a su líder, al que tienen un gran respeto y estima solo ante un enemigo que le supera tanto en numero como en magia. Un líder se apoya en sus compañeros y gracias a su carisma y visión general sale victorioso al colocar sus efectivos en las posiciones mas adecuadas. Aunque quizás lo que tenga delante no sea un líder, sino un héroe, un gran guerrero individualista, que prefiere arriesgar su vida en post de eliminar algún agravio antaño producido, y que en algún momento morirá aplastado por que su orgullo le llevo a una muerte segura y no recordada al hacerlo en soledad.
Hago una pausa y termino diciendo:- No se si has comandando mas unidades antes de esta, pero solo se que tenia muchas esperanzas en ti por las noticias e informes que me habían llegado, mas ahora te pregunto una cosa, ¿Tu que tipo de persona eres, Un líder de Enanos que se enfrentan juntos a las dificultades o un Héroe individualista que quiere salvar a todo el mundo?

Y la réplica llegó del único al que todos sabíamos que no iba a hacer calle ipsofacto por el simple hecho de no acatar lo que era un hecho. El rhunki dejó clara su postura, haciendo que por un momento la llama se encendiera nuevamente en mi interior, pero me contuve pues sabía que, en realidad, tenía parte de razón... pero ello no exculpaba al grupo, no al menos a quienes habían recibido una formación que el resto de razas, salvo quizás los elfos por su longevidad, solo podían soñar con recibir

Que mi muerte sea recordada o no me trae sin cuidado- dije seco - Es cierto que fui en busca de gloria personal, pero eso solo fue impulsado por las circunstancias. De habernos quedado, todos habríamos sufrido el efecto de aquel maldito estandarte y la retirada no habría sido posible, dado el elevado número de enemigos que nos atacaban. De no haberme quedado a contenerlos ahora mismo tu cuerpo yacería entre los caídos, y puede que el de alguno más sino todos - añadí frunciendo el ceño, pues era evidente que había sido malherido y se negaba a reconocer que no podía seguir en la refriega - Si ti la misión no tiene sentido pues ninguno de nosotros sabría identificar la runa... y yo, después de todo, soy prescindible, más viendo el caso que hacéis de mis órdenes

Hice una breve pausa, mirando al resto, y alzando levemente la voz

Nunca un barbahierro ha estado más orgulloso de la actuación de sus hombres, sin duda habéis demostrado de que pasta estamos hecha la Antigua Raza. La vergüenza es por el hecho de que, después de haber sido adiestrados como a los mejores guerreros del Gran Rey no seáis capaces de seguir una orden, por dura que sea. Las órdenes están para cumplirse, os guste o no al resto. Así ha sido hasta hoy y así seguirá siendo hasta que las montañas se hayan desgastado y convertido en llanuras.

Habéis sido entrenados hasta la saciedad para ser más que capaces de seguir adelante sin un líder, y eso se espera de vosotros o no habríais sido elegidos para esta misión. Las otras razas solo pueden soñar con recibir vuestra instrucción. No hagáis que ésta haya sido en vano

Ahora míralos Girthal, nieto de Kargon, y dime si acaso cada uno de ellos o tú mismo, al estar hoy aquí, no son un héroe por sí mismos

Palmeé el hombro de Girthal, como a un igual, dando por zanjado el tema

Hoy habéis luchado bien, mejor de lo que nadie podía esperar dadas las circunstancias, pero espero más, mucho más de todos los presentes. Y eso incluye un grado de disciplina tan alto que haga hinchar el pecho de orgullo a los antiguos héroes de leyenda. Ahora descansemos... me temo que aun queda un duro y largo trecho por delante

Me meso la barba mientras escucho las palabras controladas de Kurdrim, y respondo:- Kurdrim, puede que tengas razón, que quizás todos hubiéramos muerto, y se seguro que estamos preparados para lo que ha de venir. Mas un líder no puede dar una orden y separarse de su unidad. Yo hubiera entendido perfectamente que te quedaras junto a uno o dos, los justos para taponar la abertura del túnel y que no os flanquearan. Si hubiera sido así, estoy seguro que todos hubieran seguido las indicaciones oportunas, mas tuve que coger yo el liderazgo para la retirada e incluso en ese momento hubo voces que reclamaron ir a salvarte por segunda vez, con esto quiero subrayar el carisma que tienes y que te has ganado la confianza de tus subordinados, eso no ocurre siempre. Y no voy a permitir que un líder como tú, que podría en un futuro dirigir un ataque con muchos más efectivos y desplazar a muchos de nuestros odiados enemigos de Karak, siendo recordado en los libros de historia como un gran líder. Se pierda sin una reseña en los libros de historia, porque murió en la misión solo. Esta mision te dara un grandisimo renombre, a ti y a todos nosotros. Se listo y anula un poco el sentimiento de orgullo que todos llevamos dentro y llevemos a buen termino esta misión que nos dará grandes gratificaciones.
Palmeo el hombro de Kurdrin con una sonrisa sincera y termino diciendo, y ahora mírate las heridas, que debemos estar en las mejores condiciones posibles.

Aunque el descanso ni había empezado, la sangre corria a gran velocidad por las venas de nuestros queridos heroes y así lo demostraron. Pronto el animo menguo. El rapapolvo fue lo peor, las heridas podian sanar, el polvo podia ser sacudido dee las barbas y la ropa, pero una ofensa omo aquella era difícil de sacudir.

Aunque no terminaban de entender los motivos de su veterano o los sentimientos fueran  contradictorios. Una orden era una orden. Apesadumbrados descansaron, remendaron sus heridas, limpiaron con veneración sus armas y armaduras. Y parecian una familia al reconfortante sabor de la lumbre, comiendo con esmero y durmiendo por necesidad.

El señor de las runas y el barbahierro se enfrascaron en una discusión de lo mas sabía, y todos callados aprendieron de como se manejan las cosas. Era difícil de entender las motivaciones de cada uno, pero estaba claro que cada uno queria lo mejor para con los de su pueblo. Los silencios se producian en medio de la discusión, y entre ellos los que no habían sucumbido al sueño daban cabezadas frugaces.
 

Nos retiramos lentamente bajo las órdenes del Herrero... A pesar del dolor que sentía en mi interior, estaba claro que era el porta estandarte y eso exigía cierta responsabilidad. Ya dentro del agujero comenzaron a socavarlo, pero instantes antes me pareció que Kurdrim se levantaba y salía corriendo en nuestra dirección. Tuve que parar a Ulrik, pero ya había dado demasiados golpes y la entrada a la gruta comenzaba a caerse en pedazos. Ya bajaba la cabeza apesadumbrado cuando un montón de cascotes salieron disparados para dejar paso al veterano.

Nadie dijo nada... Nadie se movió. Pero los pechos de todos se inflaron de orgullo y satisfacción por ver el regreso de un malherido Kurdrim. Y sin dilación iniciacmos una rápida carrera hacia donde el minero nos esperaba. Ya en una zona más o menos segura, el veteranos explotó.

Sus palabras eran hirientes...casi malintencionadas... ¿Qué le pasaba a mi amigo? Él nunca había actuado así... Era como si otra persona hablase en su lugar!!! No podía dar crédito a sus palabras. Incluso había hablado de dejar la unidad!!!! Fue Girthal el que le plantó cara!!! Sus palabras eran sabias, como siempre, pero aún así no hacían mella en la resolución del Barbahierro. Solo cuando paramos y mientras descansábamos me acerqué a Kurdrim.

- Me alegro de que hayas decidido volver...aunque no me acabe de convencer como lo has hecho. Nunca te contradije, pero siempre te he sido sincero y te he dicho las cosas a la cara... Y siempre te he defendido fervientemente, pero no puedo dar crédito a tus palabras. Has cambiado!!! Algo ha cambiado en ti viejo amigo!!! Pero a veces me da la sensación de no hablar con el msmo Enano que me salvó la vida... Seguiré siempre ahí!!! Y lo sabes!!! No podrás deshacerte de mi por mucho que me recrimines mi forma de actuar... a no ser que me quieras fuera de tu lado. Eso solo deberás ordenarlo una vez...

Y tras aquel comentario, y si el enano no me decía nada, me levantaría y me alejaría para buscar un sitio donde dormir.

Llegó entonces el turno de Kurgan; parecía que allí todo el mundo tenía algo que aportar a mi ya castigada mente; de no haber sido mi viejo amigo de correrías lo habría callado sin dejarle decir cuatro palabras...

Lo miré por debajo de las cejas. Cansado, dolido y con el cuerpo pidiendo un más que merecido descanso. Me sentía viejo, y no solo en cuerpo sino también en mente ¿Acaso nadie veía lo que había ocurrido allí?

Suspiré, no deseoso de añadir más leña al fuego

Sí, Kurgan, viejo amigo. He cambiado; más de lo que me gustaría admitir. He viajado solo demasiado tiempo, teniendo solo que preocuparme de mi mismo y, aun y así, a veces eso no era suficiente. He visto caer amigos a mi lado cuando segundos antes bromeaba con ellos... y he luchado contra el Caos. No esos infelices venidos a menos deseosos de servir a su malsano dios de la oscuridad... el Caos en toda su expresión...- dije rememorando los horrores vividos en el Imperio y como, pese a todo, había salido triunfante

Ahora llevo una doble carga sobre mis hombros. La misión debe llegar a buen término, y nadie salvo yo caerá por lograrlo. He visto y luchado más que todos vosotros, y por ello mismo no dejaré que nadie se arriesgue si puedo hacerlo yo. La runa es lo primero y si para ello he de caer, que así sea, aunque sea solo y abandonandoos a vuestra suerte. No creas que me gusta la perspectiva; yo no solicité este puesto. Para mí es más cómodo seguir como siempre, o bajo las órdenes de alguien más ducho o buscando mi propia fortuna, pero aquí me encuentro, al mando de la unidad de rompehierros más indisciplinada de la historia... y la más dura

Detuve mi perorata entonces, mirando alrededor como si por vez primera descubriera donde estaba

Al menos estamos donde deberíamos estar, rodeados de roca....- miré nuevamente Kurgan - Pero basta de monsergas, ñoñerías y tonterías típicas de elfos. Hemos venido a hacer un trabajo y diablos que lo vamos a hacer.

Me puse en pie, con energía renovada después del descanso

¡Rompehierros, a formar!¡Kurgan, mantén ese estandarte inhiesto, que no es una lanza y tu no eres un jinete!¡Ya hemos descansado suficiente, ahora toca volver al trabajo y, esta vez, lo vamos a acabar! Dorg, Girthal, guiadnos- dije mientras me bajaba la visera y embrazaba el escudo y empuñaba el arma - Es hora de recuperar la runa ancestral