Partida Rol por web

Veo a dos hombres entrar en un vagón de tren, sus movimientos resultan sospechosos, parece que intentasen que nadie les viese. Aquello si que era raro... Miro hacia Ivan, pero lo veo perderse por entre la multitud, entre cegado por el collar de aquella diva estúpida y su deseo de ayudar. Me encojo de hombros y sigo a los hombres de manera sigilosa, a ver que es lo que están tramando, puede que aquellos trastos estén siendo la distracción perfecta para lo que planeen esos dos.

-AArgh!!!- El impacto del láser del robot hace que el policía salga despedido tres metros al aire. El tiempo parece pararse para el "agente", justo en la elipse del vuelo, hasta que la realidad se impone de nuevo, iniciando una aparatosa caída que le lleva a impactar contra una papelera  y después contra el suelo.

Alzando como puede su nublada vista, e intentando arrastrarse para evitar ser alcanzado de nuevo, el "agente" observa como una diosa de la belleza se interpone entre el robot y él. La diosa lanza un rayo, destruyendo el pequeño robot. Medio atontado, el "agente" no puede más que tumbarse y, cerrando los ojos, retiene en su mente la imagen de la afrodita que le había salvado.

-Dios existe...- murmura, sonriendo a pesar del dolor.

Apenas me apareció el robot controlado me quedé mirando la tablet con cara de no entender mucho.

- ¿ Y esto? - Estaba claro que quería uno de aquellos para mí y poder abrirle las tripas, porque desde luego los robots a los que estaba acostumbrada no eran como esos.

De todas formas, tuve que levantar la cabeza unos segundos para ver cómo un policía salía volando después de recibir el ataque de uno de los robots y... yo que sé, allí estaban pasando demasiadas cosas para poder prestar atención a todas.

- Ataca al de al lado pequeñín... - Sonreí buscando que la criatura que tenía en la tablet atacara al robot de al lado con ese rayazo que ya había visto en acción.

Me quedé un momento pensando en que quizás podía esconderme uno por ahí, uno de esos robot, pero lo primero era intentar que no hubiera más heridos y lo segundo... ¿ lo segundo? No me convencía ni a mí misma pero sabía que era lo que había que hacer.

Así, traté de hacer lo primero, o lo segundo, que me había venido a la cabeza y que era eso de que atacara a sus compañeros. Seguro que por muy robots que fueran eso no se lo esperaba.

- Rayo Inminente... en 3...2...1...

Por suerte hablaba lo suficientemente bajo como para que nadie escuchara mis desvaríos.

Desapareces de entre el gentío a tiempo de interceptar a la mujer, que ya está al trote y a punto de perderse entre la multitud. Tu súbita aparición la para en seco, pero en vez de sorprendida, parece a punto de saltar, como si fuera un gato. Su reacción a tus palabras no se hace esperar, con un movimiento fluído trata de golpearte con la muñeca, pero el ataque resulta corto y casi ni tienes que esforzarte en esquivarlo. No obstante era un movimiento de artes marciales, fácilmente reconocible como tal.

Sigues concentrando tus energías místicas hacia la mujer y topas con un muro mental. Puede que no sea una mente entrenada, pero sí fuerte, y es evidente que no tiene intención de quedarse a hablar o comunicarse mentalmente contigo, así que habrá que tomar una decisión.

Te introduces en el tren tras el último de los... ¿agentes? ¿maleantes? Por la ropa que llevaban estaban vestidos para no llamar la atención, no les has oído hablar y sus movimientos, a parte de leerse en ellos la decisión y eficiencia, no revelaban mucho más, así que no sabes muy bien a qué te enfrentas. Al entrar en el vagón descubres que te enfrentas a alguien que vigila sus espaldas, porque a no más de 3 metros de ti el tipo al que seguías está mirándote. Sin dudarlo un instante saca su automática con silenciador de debajo de la gabardina y te encañona. Esto va a acabar mal...

Nada más entrar me encuentro con una 9mm con silenciador apuntándome a la cara... Lanzo un golpe al razo que la sujeta, no tanto pensando en desarmarlo como en romperle el brazo por 3 partes... Se esta empezando a convertir en una costumbre esto de que me encañonen con armas, estos dos últimos días ha sido lo más común y me empiezo a cabrear.

Una sombra se deshace en lo alto de un vagón cercano y suena una voz masculina y joven gritando en holandés:

-¡¡¡Son más de dos robots, alejaros de aquí!!!

Mientras dice esto, aquellos que no estáis enzarzados en actividades más urgentes, podéis ver que una brillante esfera de llamas se forma en su mano derecha y con un gesto rápido la despide en dirección a las obras. Allí impacta causando un considerable estruendo y un robot similar a los que estábais viendo estalla en mil humeantes fragmentos.

El compañero del destruido robotito, no obstante, sigue empecinado con su carrera para aparecer a uno de los lados de la máquina excavadora... para ser recibido por un disparo del robot que quedaba en pie y que parecía tener un comportamiento errático. Acaba de disparar a su compañero. Y bueno, el nuevo robot decide que debe responder al fuego, pero falla miserablemente. Vaya, de lo más curioso.

Por su parte, la máquina excavadora está haciendo ruidos de lo más extraño y parece temblar, como si se hubiera encendido el motor... cosa que ocurre un instante después.

 Decido poner fin tanta tontería y dejarla fuera de combate cuanto antes:

 - A dormir... - Dije con una sonrisa burlona, antes de lanzar un Impacto Mental sobre mi adversaria.

Ishtar fue demasiado lenta... intentaba proteger al policía pero no llegó a tiempo, así que frió aquella extraña cafetera antes de que pudiera seguir haciendo daño, cargando bien sus rayos y sus centellas para que resultaran espectaculares: quedarían bien en la televisión.

La gente estaba huyendo a toda velocidad, así que parecía que no habría más víctimas inocentes. Desde donde estaba no veía a nadie más que los dos policías tirados en el suelo y las dos máquinas enemigas; se preparó para luchar contra ellas, (éso le haría ganar mucha audiencia), pero de repente apareció una sombra sobre un vagón haciendo gestos para que salieran de allí, y diciendo cosas incomprensibles en holandés.

La joven alzó una ceja extrañada. ¿Es que la sombra no se daba cuenta de que aquellas dos cosas podrían moverse y atacar a la gente?. Se preparó para lanzar otra descarga, pero cuando su gargantilla empezaba a brillar de nuevo se detuvo; una de las cafeteras estaba haciendo cosas raras, temblando, dando vueltas sobre sí misma y burbujeando como si hiciera café.

De repente, disparó contra la otra máquina. Y ésta comenzó a disparar también contra ella. Ishtar alzó una ceja con una graciosa expresión de confusión en la cara, mientras las dos cosas metálicas iniciaban una guerra la una contra la otra y se olvidaban de la gente. "No termino de entender esta época... de verdad...".

En todo caso las máquinas ya no parecían una amenaza, (al menos para las personas), así que Ishtar se giró y vio a los dos policías. El que había tratado de proteger había salido volando y estaba tirado por el andén. Miró a Jose, su cámara, pero él también había salido corriendo y no pudo encontrarlo entre el gentío; el programa se había acabado, y se sentía responsable por haber fallado protegiendo al agente de la ley, así que voló rápidamente hacia él para sacarlo de allí.

Mientras lo agarraba como podía y lo cargaba al hombro tambaleándose por el peso, miró al otro, el que había caído en primer lugar, y se mordió el labio inferior con remordimiento. "Chico, tendrás que esperar tu turno. Soy una debilucha y no puedo cargar con los dos", pensó en alto. Luego, con un gran esfuerzo, alzó como pudo al Señor People disfrazado y salió volando con él sobre el hombro, buscando la salida más próxima, (incluso alguna claraboya o zona abierta de las obras), para dejarlo a salvo. El vuelo era algo errático porque le costaba cargar con él, pero al fin y al cabo ya no la estaban enfocando.

Una vez lo dejara fuera de la estación, intentaría volver a por su compañero. "No te mueras anda... volveré en cuanto pueda...", volvió a pensar en voz alta mientras desaparecía por el cielo.

El robot resistió el disparo y fue el momento en el que lógicamente una se pregunta de qué material estarán hechos, pero pensaba quedarme con uno para aclarármelo a mí misma, a fin de cuentas, alguien tendría que decirle a la policía lo que era y de dónde había salido y yo...estaría encantada de tener que quedarme a investigarlo si así me ahorraba la mierda de fin de semana que tenía por delante.

- Una invasión robótica suena bastante más entretenido que mirar a la nada tres días! - Vamos, no tenía ni punto de color.

De nuevo un intento de disparo.

- Vamos pollito. Ahora tienes que dejarlo K.O. de una vez o me cabrearé y me haré contigo un abrelatas ¿ vale?

Sí, no podía evitar hablar conmigo misma como si el robotito pudiera escucharme, pero sin mi mp4 no era persona y tenía que hacer ruido de alguna manera. La música era lo que normalmente me ayudaba a pensar.

De nuevo hice que " mi Billy el niño " volviera a disparar al otro, al forastero.

- Sólo puede quedar uno...

Ya había ejecutado el comando para que eso sucediera cuando escuché como la excavadora se ponía en marcha.

- Esto no me gusta.

Medio consciente el "policía", entre tos y queja consigue pronunciar un débil - ...gracias...- a su salvadora. Le dedica una tenue sonrisa y añadió -... dejame en cualquier rincón. No te preocupes por mi, que ya me espabilaré...- dijo a la vez que señalaba con la cabeza a dos de los "policías" que habían estado en el cordón policíal y que en ese momento se dirigían corriendo hacia Ishtar.

- El otro..COF! COF!... el otro policía, es humano... COF!... ayúdale antes de que le aplaste la excavadora... Y no te preocupes por mis "muchachos"...- le susurró a la diosa.

El resto de "policías", una vez habían logrado alejar a la gente, se dirigían en tropel hacia la zona de las obras, unos acercándose al policía caído, y otros hacia la excavadora.

Te tomas tu tiempo con el agente novato que te ha tocado como adversario. Unos buenos 2 ó 3 segundos. Para cuando acabas con él tienes en tus manos su pistola y él tiene una contusión cerebral, el brazo partido por tres sitios, el hombro dislocado y dos costillas rotas. Ese último golpe te ha servido para averiguar a través del contacto con tu rodilla de que disponen de ropa "blindada", pero nada que no puedas superar con facilidad.

No puedes evitar esbozar una sonrisa, pero ésta se borra automáticamente cuando escuchas en el vagón contiguo el característico sonido de los disparos de una pistola con silenciador. El compañero se ve que ha encontrado a su víctima...

Svyatoslav sigue desaparecido, presumiblemente en retaguardia; Kjetil, la sombra vigilante que os había advertido algo en holandés, aguarda vaya usted a saber qué(1); Erika, guarecida tras una columna, sigue "jugando" con el pequeñín metálico, que recibe una soberana descarga de parte del otro, lo que hace que en el visor de la científica aparezcan datos e imágenes todavía más extrañas; Mr. People e Ishtar se elevan y acaban aterrizando en un lugar no muy lejano, pero razonablemente alejado del peligro; y Gabriel, todavía disfrazado de "mochilero" resulta ganador en un intenso duelo de miradas que acaba con la señora inconsciente a sus pies.

Pero mientras las pequeñas acciones se sucedían unas a otras, ante ellos, lo que antes fuera una máquina excavadora, con el sonido de fondo de su ruidoso motor, ahora se convierte en una réplica a escala mayor de los pequeños robotitos con los que habéis comenzado a "hacer migas". Y lo que tenían esos pequeñines de "inocente y simpático" os aseguro que se ha perdido con esta nueva versión...

Hay que detener a esa máquina infernal. Preparo una bola de energía y la lanzo contra una de las columnas que sostienen la zona en obras. Mi intención es provocar que toda la estructura recaiga sobre el robot gigante. Mi poder no creo que sea suficientemente poderoso para derrotarlo. Aunque si usara mi "toque" algo podría hacer pero para ello debería de estar demasiado cerca. 

Si mi ataque no derriba la estructura tendré que pensar otra forma de parar a ese engendro metálico. Puede que una zanja lo detenga o paralice lo suficiente para atacarlo con todo. Es una posibilidad, pero hay que sacar a la gente de aquí ya. 

- Que todo el mundo salga de aquí ya! - grito en neerlandés e inglés para que los extranjeros me entiendan. Hay que evacuar la zona ya o podría haber más heridos e incluso víctimas. 

 - ¡Vamos, vamos!... - Grito a todo el mundo en todos los idiomas que conozco, indicando que se marchen, mientras inmovilizo a la mujer inconsciente con mi Telequinesis y hago que me siga flotando, ya que tiene muchas preguntas que responder.

 A continuación trato de abatir al nuevo adversario con mi magia, lanzando sobre él rayos de energía dorados...

Ignorando los gritos y los sucesos de fuera entro en el siguiente vagón mientras extraigo el cargador de la pistola con silenciador y tiro de la corredera hacia atrás, descargando el arma por completo y miro a mi alrededor, aquel cabrón se había cargado a alguien en ese tren... ¿Pero a quien y por que?

¿El otro guardia es humano?. ¿Y él que es, venusiano?. ¿No te preocupes por mis muchachos?. Le dirijo una mirada tierna al pobre guardia que acabo de rescatar; "Oh, pobrecito... está en shock y ha perdido la cabeza... bueno, tú quédate aquí, ¿vale?, ya estás a salvo, ahora vendrán los de emergencias", le sonrío tranquilizadora.

Luego vuelvo adentro volando a toda velocidad, pero vigilando para descubrir a mi cámara corriendo y en buenas condiciones. Hace bien; primero la seguridad, luego la fama. Si tengo que terminar mi trabajo en off siempre puedo contarlo en algún reallity más adelante.

Me cuelo por un agujero de las obras, justo para ver que uno de esos montones de metal ruidosos que usan para abrir agujeros en la tierra se desmonta, y se convierte en una versión gigante de las cosas que atacaban a los guardias. Veo más gente aquí y allá, pero no les presto mucha atención: se mueven, y están intentando salir de aquí. ¡Pero el guardia que luchó contra esos golems al principio sigue inconsciente!.

Tengo que alejarlo del peligro antes de que sufra daño, así que repito la operación que hice con el anterior, y lo levanto como puedo esforzándome al máximo. Hay algunos chicos gritando para que la gente desaloje la estación, pero no les presto mucha atención, ¡tengo que poner a salvo al policía antes de que el monstruo gigante lo aplaste!.

Echo a volar, cuando de repente veo una bola de luz y energía estrellarse contra el techo de la estación. Mientras giro y salgo por el agujero de las obras, veo una figura que reconozco como la sombra de antes. ¿Qué hace?. ¿Lanza rayos y centellas igual que yo?. ¿Es que quiere tirar la estación abajo?. ¡Pero ahora no puedo entretenerme, llevo un herido!. Fichando su cara para interrogarle después, salgo volando para dejar a este segundo policía junto al primero. Espero que se encuentre mejor, antes decía cosas muy raras.

Me quedé mirando con cara de idiota los datos que salían en mi pantalla y que más tarde revisaría en privado, pues eso requería un poco de toda mi atención por ser de lo más raro que había visto.

A algunos les daba por el porno para las noches, a mí por los datos.

- ¿ Qué eres? ¿ O quién está detrás de ti?

No me parecía que aquellas cosas pudieran tener inteligencia por sí mismas, pero que estuviera escuchando algo así como a una excavadora " Alfa " y a sus " umpa lumpa " alias los beta... Aquí había gato encerrado.

Dejé al pequeño robot que me hubiera llevado a mi casa para desmontar bien a gusto e intenté conectarme al jefe, aunque no sin antes cambiar de lado, quizás a uno donde no me pudieran hacer trizas.

- Sí, ese lugar estaría genial.

Casi estaba imaginando ya que aquella fiesta era para después hacer alguna clase de reivindicación o bien política o casi hasta terrorista, pero es que no podía evitar eso de pensar demasiado mientras hacía una cosa.

- Vamos, ahora le toca a mami.