Partida Rol por web

Svyatoslav tarda escasamente minuto y medio en llegar a la puerta de la torre y en otro minuto podría plantarse ante  la furgoneta. La cuestión es qué tipo de acercamiento va a hacer. Su entrenamiento y experiencia, desde luego, no se basan en la diplomacia...

Camino con paso tranquilo hacia la furgoneta por la acera que está aparcada, como quien está yendo de su trabajo a una cafetería o a por el periodico, cuando esté al lado de la puerta y vea al conductor dormitando atravesaré con el brazo la ventanilla dando un puñetazo en la boca al individuo buscando dejarlo inconsciente.

Me quedé allí encerrada tras gritar a los demás que por favor no me molestaran, lo cual, ya me proporcionó una de esas miradas de " qué loca está la jodida friki de las narices " pero me dio un poco igual, sobretodo, si nadie venía a abrirme la puerta del armario.

Al menos, encontré cómo acomodarme para que no me molestaran los riñones y poder seguir trabajando.

Claro, cuando vi la verlocidad a la que se desplazó mi triangulito por la pantalla...

- Uohh! Tengo que preguntarle cómo lo ha hecho...! - Pensé pero no dije nada más puesto que sabía de sobra que aquella peña no era normal y que podía haber llegado en un salto o volando desde una de las ventanas.

De todas formas, empezaba mi labor así que simplemente tomé el control de las criaturas en cuanto pude y las dejé quietas. Intentando ver lo que al menos una de ellas viera y escuchar lo que escuchase para saber qué era lo que pasaba en la furgoneta. Además, con la otra cogí el frasco en la que estaba la abeja y busqué algo con que tapar el frasco para dejarla cegata.

- Hoy voy a coleccionar juguetes...

Como quien no quiere la cosa Svyatoslav se acerca "paseando" hasta la furgoneta, a buen paso, pero sin correr para no llamar la atención del conductor. Éste resulta ser un tipo de aspecto italiano, uno de tantos en la gran y multicultural metrópolis británica, hablando por radio en estos momentos, seguramente informando de algo. Durante un instante, aunque fuera una décima de segundo, Svyatoslav duda.

Mientras tanto Erika, ya en su "armario" (que han tenido a bien abrirte cuanto antes, viéndole el "plumero" de jefa tiránica a quien es mejor no enfadar), localiza todas las señales de varios kilómetros a la redonda y focaliza para obtener un "primer plano" de la furgoneta. Allí brilla una docena de señales extrañas, las correspondientes a las creaciones de Herloger, dos más grandes y el resto de los pequeños bichos-espía. Viendo la velocidad de avance de la señal del móvil de Slava, calcula el tiempo necesario para introducir las subrutinas de control en los robotitos e inicia el proceso para ajustarlo a la llegada del ruso a la altura del vehículo.

Está hablando por rádio, pero sino lo hago ahora, se dará cuenta de que pasa algo raro, porque me he parado frente a la ventanilla y mirado de manera muy directa, demonios, nunca se me dió bien lo de disimular así que a por todas... Lanzo el golpe hacia la ventanilla, no debería tener problemas ya que está distraido.

El mafioso parece darse cuenta de las intenciones de Svyatoslav justo antes de que éste lance su ataque, pero por fortuna para el ruso, el espacio de maniobra del que dispone es más que limitado, sobre todo si tenemos en cuenta que ha sido sorprendido. Algún día espabilarán y seguirán vigilando aunque estén en medio de una conversación. A lo mejor ese día se les puede considerar una amenaza... El puño de Slava atraviesa ventanilla y a poco mandíbula del tipo, que cae inconsciente y queda incrustado en el asiento, todo a la vez.

Entre tanto, Erika se vuelve a encontrar, como hace unas horas en el laboratorio, con la desagradable sorpresa que el diseño de esos robotitos es puramente mecánico. Sí, tienen alimentadores/baterías alojados en el interior de sus estructuras, pero no hay forma de saber cómo demonios son capaces de interactuar con el entorno. Sólo se mueven e interaccionan, parecen tener algún tipo de directrices implantadas en su comportamiento, pero no hay una sola placa de ordenador para regir todo eso, en el mejor de los casos hay algo de electrónica inserto, pero nada muy evolucionado. Es de locos, pero de alguna extraña manera, funciona. Y construído el interfaz de datos adecuado, incluso se pueden implantar nuevas directrices, que es lo que ha podido venir haciendo hasta ahora. Desconectarlos... sí, se puede, si se les priva de su fuente de energía. Con unas nociones de electrónica o mecánica básica se podrían encontrar e ir desenchufando. De otra manera seguirían activos.

Ocupados como están ambos, apenas logran darse cuenta a tiempo de que uno de los bichos va por libre. En realidad el darse cuenta es sencillo: el bicho atraviesa el bote a toda velocidad, hace un agujero en el lateral de la furgoneta, a través de la chapa y prosigue su camino a cielo abierto...

Subo a la furgoneta tras mirar a mi alrededor, algún que otro transeunte se ha parado y me mira, levanto la barbilla con gesto amenazante y entonces retoman su camino sin dejar de mirar. Por supuesto alguno llamará a la poli en breve, así que arranco y mientras me dirijo a los aparcamientos de la torre llamo por el teléfono al agente aquel, no recuerdo su nombre, pero tampoco importa, cuando descuelgue le explicaré lo que pasa y que vengan a ayudarme al garaje.

Por el momento tenía a uno de aquellos robots, pero claro, aún me quedaba uno que no podía controlar ni nada y para cuando quise darme cuenta, uno de los bichos aquellos se estaba yendo a lo suyo.

- Pues menuda ayuda de mierda que soy... si casi en vez de echar una mano la estoy jodiendo...

Estaba cada vez más claro que yo me tenía que haber quedado en mi casa, con el culo " parriba " en la cama hasta que se me curara la herida y no haciendo el idiota por ahí.

Si cada vez que aparecieran sólo iba a poder hacer esto, casi era mejor que no molestara.

De todas maneras, intenté localizar al bicho que sabía que se había escapado, aunque me parecía que ya iba a ser demasiado tarde y que iban a poder saber en breve que habíamos irrumpido en aquella furgoneta.

Una llamada y unos tecleos más tarde se consigue acceso al aparcamiento de la torre y localizar al bichejo volador, respectivamente.

Por un lado está la furgoneta, con un hombre inconsciente que será interrogado convenientemente, una vez que le atiendan en el hospital, porque su dentadura necesita ayuda médica urgente. En la furgoneta 2 robotitos controlados y una decena de bichejos-espía esperan nuevas instrucciones.

Por el otro lado, el bichejo prosigue con su vuelo, pero localizarlo resulta muy sencillo, siempre y cuando no cambie de continente, más o menos. Puede que no se haya dejado controlar, pero al menos está claro que sabréis dónde va...

Parecía que las cosas empezaban a ir como debían cuando de repente Erika recibe el aviso del dispositivo de envío de datos que los chicos de la incursión tenían que colocar en el ordenador de los Zambuto. Parece que han tenido éxito, ahora sólo queda romper algunos códigos mientras tienes a los robots controlados, sigues al bicho-espía y mantienes apagados a la otra decena de bichos-espía... Una noche movidita.

Por su parte Svyatoslav podía empezar a preocuparse de que hubieran llamado a la policía, lo que le dejaba un par de minutos para irse de allí antes de tener problemas...

Una vez aparcados en el garage, me bajo de la furgoneta y dejo al tipo capturado con los agentes de SHIELD, abro la parte de atrás y recojo los pequeños robots para subirlos a la planta del laboratorio, donde supongo que la joven ingeniera querrá echarles un vistazo.

Cualquier intento de originalidad me estaba resultando inútil, así que mejor me dedicaba a lo básico que era lo que siempre venía a salir bien.

- Con lo divertido que hubiera sido vacilarle un poco... - Suspiré puesto que vi cómo cogía al juguete y se lo traía.

Lo demás no iba a resultar sencillo pues aún tenía el bicho escapado y su trayectoria en mi tablet y por otro lado el aviso de que ya podía intentar colarme.

Sin pensar en lo que hacia, como uno de esos momentos en los que la curiosidad mata al gato, me puse a teclear rápidamente esperando poder conectarme a aquel equipo y tratar de obtener toda la información que fuera posible.

- Si ellos vienen a espiar... el que nosotros hagamos lo mismo no creo que les vaya a molestar. 

Y Erika se cuela dentro del ordenador Zambuto. Supuestamente necesitaba un código digital encriptado de los que van en pendrives especiales, con pin y detección física del aparato, pero todo eso son poco menos que trivialidades para la genial Erika. El aparatito que le habían dejado al grupo “incursor” era última generación de módem, así que la transmisión de datos iba estupendamente, casi dependía sólo de la velocidad del propio ordenador. Un mundo de información se abre sólo para sus ojos: información contable, correos electrónicos y documentos incriminatorios de todo tipo. Pero no es eso lo que os interesa ahora, ahora tocan sus planes para la torre Europa y todo lo relacionado con Heirloger. Una carpeta en el escritorio mismo con el nombre del villano robótico hace que no tenga problemas para localizar dicha información.

Desde su punto de vista lo principal y más preocupante es un mapa de Londres con varios puntos señalados: la Torre Europa y varias flechas hacia el Parlamento, el Ayuntamiento, varias comisarías de policía y el British Museum. Un correo en italiano hacia un tal Iuliano Caboto, un subordinado de la misma organización, una vez traducido automáticamente, da detalles sobre algo que al parecer ya han hablado: la toma de la Torre Europa en un estilo que se podría llamar terrorista. Comenzarán aislando las comunicaciones de la Torre introduciéndose en una sala dentro de la misma que las controla. Cuentan con eliminar posible resistencia con ayuda de robotitos de Heirloger que ellos mismos deben traer al edificio en un par de camionetas (no dice dónde deben recogerlos, por lo que se entiende que ya se lo había comunicado verbalmente con anterioridad o que todavía no se lo ha dicho). Tomarán el control de los ascensores del edificio, tomando también otra sala que los controla y los robots podrán utilizarlos libremente para desplazarse por el edificio. Finalmente, la parte que el sr. Zambuto considera más peliaguda es, mientras sucede todo eso, lanzar “carne de cañón” contra los agentes de SHIELD, tomando rehenes en el restaurante del hotel (gente de dinero y no “mindundis”), y esa parte la tiene que coordinar Caboto directamente. El resto del plan depende de Heirloger. Sólo queda hacer algo con toda esa información, que es la parte que más suele costarle a la srta. Sullivan...

La parte de Svyatoslav es mucho más sencilla: se entrega al mafioso y se desaparece de escena (los agentes de SHIELD se encargan de hacer “limpieza”), volviendo con los robots y los bicho-espías como quien dice bajo el brazo. Sólo un agente de SHIELD le detiene un momento para facilitarle una bolsa de basura grande con la que tapar su carga (ciertamente no resistirían su peso), por aquello de no llamar tanto la atención.

Y eso es todo, los dos juntos de nuevo, varias nuevas incorporaciones de estudio, un mafioso inconsciente y algunos nuevos datos sobre todo. Y una investigación-desarrollo-creación de un aparato para neutralizar las creaciones de Heirloger, que no se nos olvide.

La cosa era que si una no podía entrar por la puerta, siempre podía hacerlo por la ventana, así que eso fue lo que hice y así conseguí colarme en aquel ordenador. Claro, no tardé nada en ponerme a descargar información como si la vida me fuera en ello, aunque entonces vi algunas cosas que me parecieron importantes.

Claro, mientras se sigue descargando aquella información empiezo a sacar mi móvil de mi bolsillo y le doy al botón que se supone que tiene que abrirme línea con nuestro jefe directamente. Para cuando dio el primero de los tonos, ya le había mandado aquella imagen de Londres con los puntos señalados.

- Tengo el plan que van a seguir... - Dije en cuanto me cogieron el teléfono. - Aunque también cabe la posibilidad de que sea el plan que han querido que encontráramos...

Siempre era mejor eso que nada y bueno, si reducíamos esa amenaza, después podíamos centrarnos en las demás. De todas maneras, me parecía que eso había que dejarlo en manos de los de arriba y eso estaba haciendo. A fin de cuentas, que estuviera acostumbrada a trabajar sola no quería decir que no supiera lo que había que hacer en esas situaciones.

Eso sí, aún seguía ocupando mi sitio en aquel armario, que había estado un poco ocupada como para salir.

Llego por fin al laboratorio, dejo caer sin mucho cuidado ni delicadeza los robots esos sobre una mesa, con la bolsa cubriéndolos, miro a mi alrededor con una sonrisa de satisfacción, las cosas habían salido de perlas, o al menos eso creo, pero no veo a Erika... Hago el alto a uno de los cientificuchos que pasa por al lado - ¿Donde está la señorita Sullivan? - le pregunto con tono suspicaz, solo me faltaba perder a quien prometí proteger.

-Buen trabajo, señorita Sullivan -dice la somnolienta voz del agente Rumsfeld al otro lado del teléfono móvil- Enviaré ahora mismo a alguien a por toda la información que haya conseguido, para que la analicen. Ummm, vaya, es tardísimo, tal vez debiera descansar un poco. Nos veremos en el desayuno. Gracias de nuevo.

Svyatoslav acaba localizando a Erika en un "armario", como ella lo ha llamado, y la situación de tensión acaba pacíficamente, sin más repercusiones. Sobre la mesa del laboratorio descansan ahora unas cuantas nuevas incorporaciones a los robots de Heirloger que pueden ser analizados, los datos recogidos por Erika son entregados (o al menos una copia) a un agente que viene a buscarlos y el equipo científico sigue con sus labores de creación de contramedidas contra los robots, equipo al que Erika debería volver a unirse si se pretende acabar con el proyecto en las próximas horas. Svyatoslav, resistente más allá de lo que la cafeína pueda aportar a una persona normal, prosigue con su tarea de protección, dejando en evidencia a más de un agente de SHIELD (que al fin y al cabo son sólo humanos entrenados, pero sólo simples humanos).

Así las cosas, las horas se suceden y, ya de madrugada, tras una prueba existosa al 100% el prototipo se puede dar por bueno. Exclamaciones de júbilo, algo de actividad, manos estrechadas, abrazos e incluso un bailecito... y todos a dormir, que lo del aguante inhumano sólo va por Slava...

Acompaño a la señorita Sullivan hasta la puerta de su dormitorio con las manos en los bolsillos - Ha hecho un gran trabajo, señorita. - le digo parándome ante la puerta - Dudo que esa gente de ahí dentro lo hubiese conseguido sin usted, - añado mirando mi reloj - sin embargo, debería descansar un poco, su herida podría resentirse tras estar tanto tiempo trabajando. Buenas noches, señorita Sullivan. - concluyo a modo de despedida.