Partida Rol por web

Es una población extraña, ¿no cree usted? Lo cierto es que mi caserón tiene una cierta... leyenda negra (...) ¿Puedo contar con sus sabios consejos, y los de su tutor, una vez regresemos a los Estados Unidos?

Igual que en la ocasión anterior, tomo flácidamente, y con alguna duda ante tanta repetición de saludos, la mano que me tiende el señor Stuart Wilson...

Por supuesto que puede contar conmigo! - Entusiasmado cada vez que tropiezo con alguien que se muestra mínimamente interesado en la Ciencia que me ocupa -. En lo que refiere a Wiatt... - tapo mi sonrisa con la mano - ...Él no es un auténtico entendido, sólo un diletante que araña la superficie sin alcanzar a ver lo que se esconde más allá... por eso cuenta conmigo! - me doy una palmada en la rodilla.

En cuanto a Arkham... - mi pensamiento se aleja soñadoramente - ...en efecto es un lugar interesante, atractivo, apasionante... - hago volar el índice enfáticamente -. Una especie de grieta en el continuo espacio tiempo, no sé si me entiende o me explico... Es precisamente ese el motivo de la presencia del célebre Doctor Sukrallah en esa población: Descubrir los inquietantes misterios que oculta ese vórtice de energía! - Un pestañeo me devuelve al mundo terrenal, en el que Stuart Wilson escucha el soliloquio en el que me he embarcado...

Lamento el deceso de su amiga. Debo decirle que esto que está haciendo hoy lo honra sobremanera y le deseo suerte durante la subasta… siempre que no coincidamos con nuestros objetivos claro –dice con evidente sorna-.

Bien, me parece justo que nos volvamos a ver allá en Boston. La temporada próxima del Opera House cuenta con un cartel muy ambicioso y quizás podríamos compartir palco alguna noche.

Ahora si me disculpa, iré a saludar al Sr. Ausperg y a felicitarlo por su buena labor como anfitrión.

Con una sonrisa abierta Ingrid se despide para acercarse al austríaco, o en caso de que esté ocupado, para “hacer tiempo” en la mesa hasta que Ausperg quede libre.

"¿Psiquiatra? ¿Psicoanálisis?" No sabía si el doctor se estaba mofando de ella o es que realmente no había entendido nada. “Da igual –pensó Ingrid-, que me cuelguen la etiqueta de viuda loca me va como anillo al dedo”.

Desde luego que su tapadera como bostoniana rica corría mucho peligro si encontraba otros dandies de la Costa Oeste americana. Esperaba que Sinclair fuese el único allí.

_Debería hacer lo mismo, pero no lo he visto por aquí. Nos veremos luego, Sra. Ford.

Charles entonces se giró para ver qué era lo que estaba haciendo Charles.

Después de hablar con el Sir y entre otras cosas quedar para cazar en un futuro , continúo  paseando por el salón para seguir dialogando con los invitados.

Me cruzo con el señor Michel de Borsavin.

-"Buenas noches señor de Borsavin. Mi nombre es Charles Diehl y es la primera vez que acudo a un evento de estas características." le saludo educadamente.

-"Dígame , ¿es también su primera vez? Porque si no es el caso quizás pueda enseñarme algo que luego pueda emplear  en mis clases, soy profesor sabe, de Filosofía en Norteamérica . hablo amablemente mientras doy un sorbo  al champán.

-"La Filosofía son como las Matemáticas, están presentes en nuestro día a día. ¿no cree usted? continúo hablando mientras con la otra mano  tomo un pequeño  tentenpie.

-"Por eso me interesaría  conseguir algún que otro libro de los que se subastan hoy aquí. Mí biblioteca personal ganaría algo más de volumen, no sólo a lo físico me refiero, claro está." Sonrío .

-"Por casualidad ha oído hablar del anillo que se subasta...es también un objeto que me gustaría  conseguir,

Aunque la verdad , creo que al ser la primera vez que participo  en una subasta , quizás no pueda competir  con jugadores más experimentados que yo.... y por tanto, ni siquiera pueda conseguir algún libro barato."

muevo la cabeza de un lado a otro levementemientras miro que hace mimado Joseph.

 Stuart escuchó atentamente las palabras de Ibrahim. Si tenía sólo la mitad de la razón y le estaba hablando medianamente en serio, la situación era para preocuparse. Finalmente, decidió saltarse alguna estúpida norma austríaca y, recuperando su pitillera, dió lumbre a un Lucky Strike liado a mano. Inhaló profundamente antes de dejar escapar el humo en forma de circulos que se deshacían en el aire.

 Si quiere que le sea totalmente sincero... yo también soy un diletante que sólo araña la superfície.

 Sin embargo, seamos claros: sin diletantes que inviertan su fortuna familiar en patrocinar a sabios y científicos como ustedes, la investigación de nuevas ciencias y campos del saber, como el suyo, no avanzaría mucho. Aún dispuestos a trabajar gratis, sólo alimentados por su pasión, los aviones, excavaciones, porteadores, herramientas y demás no són baratos precisamente.

 Pero lo que usted dice sobre el vórtice dimensional me impresiona, interesa y aturde a partes iguales. ¿Y es Arkham el centro de toda esa energía cósmica? Es curioso, ¿no cree? ¿Qué hace a esa ciudad y no otro lugar tan especial? Por supuesto, usted y su mecenas, el señor Wilson, estan invitados a cenar en mi caserón de la periferia tan buen punto regresemos a estados unidos, no le quepa duda. 

 Miro al hombre y lo juzgó digno de confianza, así que tras pensarlo y fumar un poco más de su cigarrillo, le comunicó:

 ¿Sabe? Quizá yo también estuviese dispuesto a financiar algunas investigaciones en este sentido. Quizá es el momento de devolver a la comunidad algo de todo lo que me ha ofrecido a mi. Si prepara un pequeño abstract de sus investigaciones para la cena en Arkham, quizá podamos hablar de cantidades concretas... un placer, señor ib din... ab din.. esto... un placer señor Ibrahim...

 Tras estrecharle la mano una vez más se dirigió envuelto en humo hacia la otra mujer de la sala, la señorita Ford.

Tras despedirte de la señora Ford, miras a tu alrededor, buscando a tu compañero Charles. Cuando al fin lo localizas, ha dejado de hablar con el caballero con el que estaba y ahora está hablando con otro desconocido.

Al aproximarte al señor Ausperg, éste se encuentra dando instrucciones a los camareros, pero acaba rápidamente y se vuelve. Sus ojos se encuentran con los tuyos y te saluda, depositando un leve beso en tu mano:

Señora Ford, un placer volver a verla. ¿Está resultado de su agrado la velada, puedo hacer algo más por usted? - te pregunta galantemente.

Unos penetrantes ojos oscuros se fijan en tí todo el tiempo que has estado hablando. Tienen un aura inquietante, si bien su poseedor muestra en todo momento una expresión afable:

Encantado de conocerle, señor Dhiel - a la par que estrecha de manera suave tu mano - No es mi primera vez que acudo a una subasta de este estilo. ¿dice usted que le interesan los libros? Debo entender pues que es usted un teórico más que un práctico de las artes ocultas.

-"Por algún sitio hay que empezar, y una buena documentación es un comienzo prometedor." Continúo la conversación

Joseph no iba a acercarse a Ibrahim, Charles ya estaba hablando con alguien y no lo pensaba interrumpir, y la Sra. Ford había ido a hablar con el Sr. Ausperg. Al ver a Sir Martin Murray, Joseph no dudó de que con él por lo menos no tendría problemas de idioma. Se acercó para saludarlo.

_Sir Murray, permítame saludarlo -le dijo, extendiéndole la mano-. Yo soy el Dr. Joseph Sinclair. Quería saludar al resto de los invitados de la subasta antes de que comience la cena, pero supongo que el idioma puede ser un impedimento en algún caso, no sé si todos hablarán inglés. ¿Ha participado ya de alguna subasta aquí? El Sr. Ausperg es un excelente anfitrión.

Déjeme felicitarlo de nuevo por la exquisitez de su velada. Sin duda vuestra reputación está de sobras merecida.
Bueno, finalmente ha llegado el momento de la subasta y debo admitirle que estoy un poco nerviosa por lo que pueda suceder. Usted, Sr.Ausperg ha asistido a muchas subastas, algunas con los mejores profesionales del oficio. ¿Sería usted tan amable de darme algún consejo?

 Stuart deambuló por el salón, pero al ver a la srta. Ford ocupada con el amfitrión, decidió desviar su corto paseo por el salón verde hasta George Walker. Apoyando suavemente una mano sobre su hombro.

 Buenas tardes, señor Walker, ¿es usted americano?

 Emfatizó con todo el acento de Pensilvanya esa pregunta, para que mister Walker se diese cuenta de que se hallaba ante un compatriota. Sólo esperaba no equivocarse con esa maniobra.

 ¿Que le trae por este lado del charco? ¿Algo interesante por lo que pujar en esta subasta?

Continuando con la conversación.
-"y referente a los objetos subastados, permítame una pregunta. Un conocido me ha pedido que intente conseguir el anillo, sin embargo, no sabría si tendria exito si una persona como usted pujara por él. Por eso le pregunto directamente, ¿está interesado en el anillo?."
Guardo unos segundos de silencio con una leve sonrisa en mis labios.
[b]-"Disculpe que sea tan directo y por supuesto no quisiera ofenderle."

Sonríe de forma un poco lobuna, pero que no te cabe duda que tendrá mucho éxito entre el sexo femenino:

¿de verdad espera que le revele mis intereses en la subasta? Como broma me parece bien. 

Y sin más se da media vuelta y te deja allí plantado, con tu copa.

Encantado, doctor Sinclair. - a la par que estrecha fuertemente tu mano - No se preocupe por el idioma. He asistido a alguna subasta más de la casa Ausperg y se desarrolla en inglés, de manera que puede suponer que el resto de invitados lo habla, o por lo menos lo entiende.

Agita brevemente la copa de Jerez que tiene en su mano y le da un pequeño sorbo paladeándolo con delectación.

Si que es un gran anfitrión. Su casa está a la altura de su fama. - te muestra su copa, ya medio vacía - Supongo que podrá apreciar esto ¿no? No entiendo como se rebelaron contra su Majestad por un impuesto ridículo y sin embargo aceptan la prohibición sin iniciar una guerra