Partida Rol por web

El ingeniero asiente ante las sabias palabras del Elfo.

- No es lugar para dejarlo así, y debemos cumplir nuestra misión... De reojo mira al caballero, y agrega por lo bajo: me incomoda bastante que él sea nuestro portavoz, el único capaz de entender lo que hablan los lugareños. No lo sé... no confío en que sus decisiones sean lo mejor para todos.

Luego se levantó, apretó levemente el hombro de Luiji como si quisiera transferirle un poco de su propia vitalidad, y procedió ceremoniosamente a guardar el rifle, limpiando el caño de restos de pólvora, guardando ordenadamente las municiones y los paquetillos del polvo explosivo.

Tras escuchar susurrar a Leopold me acerqué a el mientras recogía sus cosas, y tras poner mi mano sobre su hombro, le susurré usando un reikspiel lo suficientemente rebuscado lo siguiente:

Estad tranquilo Leopold, también entiendo bretoniano, Lancelot no cometerá ninguna estupidez.

La mirada de Leopold no se aparta de sus enceres. Entiendo seño elfo. Tal vez le parezca poco... civilizado, pero ese bretón... No me gusta cuando me miran como si solo fuera un perro presto a cumplir órdenes.

Le agradezco con un gesto mientras observo a Luiji. Mientras antes resolvamos su traslado antes continuaremos el camino.

El grupo sigue sobre cogido por la mala suerte del peculiar Tileano, pero parece que quizas salga de esta y volvera a incordiaros en breve.

Kai con la antorcha en alto, ve como el grupo se entretiene en recoger sus cosas y prepararse para seguir camino, Leopold y Delarce comentan unas palabras y Sigdon sigue cuidando de su "amigos" o quizas compañero de demasiadas penurias, desastre de vida esa que nos acosa ahora.

El hombre en medio del camino, se impacienta y da la vuelta para volver a la carroza, desde esta empiezan a encender las linternas sordas, para alumbrar ligeramente las cada vez mas alargadas sombras, la noche no tardara en llegar.  De todas maneras el camino es claro y bien cuidado, pero que mas peligros apareceran esta noche. Esta noche de infortunios.

El caballo de Luiji empieza a salirse del camino mientras pasta tranquilamente, la escena es ligeramente aterradora, una henorme bestia tendida a vuestros pies y una baja por parte vuestra, ojo por ojo.

Tras haber juntado sus petates y acomodarlos a lomos del caballo, Leopold se vuelve hacia el grupo.

- Alejémonos de aquí, y hagamos campamento. No tenemos energía para caminar por la noche, en mi humilde opinión. Y este olor infernal a sangre y violencia... caminemos solo lo suficiente para encontrar un lugar a resguardo y con aire más puro...

Las tinieblas se ciernen sobre el grupo, mientras terminan de acomodar sus cosas. Kai termina de limpiar sus armas, cerca de Lancelot que hace lo propio. La sangre barrida de sus hojas se deshace en desgarrones, igual que la niebla que comienza a reptar por el camino.

Los pequeños gemidos de Luiji rebotan en los árboles, en la misma niebla que se retuerce para atrapar su hálito vital. Sus ojos parpadean, como queriendo ver en el inframundo en que ahora se encuentra, luchando por seguir con vida, por, tal vez, despertar al alba.

La mano de Sigdon apreta la suya con fuerza, demasiada. Luiji parece un cadavérico resto arrojado en el camino. Leopold se apresura a llevar unas mantas para hacerlo entrar en calor, un calor que se escapa irremediablemente.

A lo lejos, pero aún visible, la carroza comienza iluminar sus cercanías con linternas sordas. El brillo parece cálido, pero no llega sonido desde ella. La escena es irreal, tanto que podrían haber sido todos transportados a otra dimensión sin haberlo notado.

Todo podría ser una ilusión, el combate mismo incluso, si no fuera por el apestoso cadáver de hombre bestia a unos pasos. La espantosa mutación que simula humanidad desprende en oleadas olor a sangre, vísceras y sudor viejo. Con sus miembros sueltos y quebrados sobre el borde de la calzada, parece una triste y sádica burla de muñeco.

Los ojillos muertos, negros como el destino que les espera a los aventureros, los observan sordos y opacos. Una súbita corriente helada se cuela por las capas, trayendo a todos a la inmediatez del problema: salir del camino, buscar cobijo, seguir adelante. Siempre adelante.

Tras hablar con Leopold me recosté contra uno de los pinos albares que bordeaban el camino para examinar mejor mi herida, aun con la mortecina luz reinante pude observar que la herida había cicatrizado, probablemente me dejaría una fea cicatriz pero eso era mejor que perder el brazo, además me daría cierto aire de peligroso que tanto gusta a ciertas damas de Tor Yvressë…

¡Maldita sea!- me dije a mi mismo-¿Cómo puedes ser tan frívolo en una situación como esta? Uno de mis propios compañeros esta al borde de la muerte, y el resto del grupo es presa del dolor…debía ser un buen compañero viendo como actúan Leopold y Sigdun…

A pesar de la débil luz que arroja la luna en cuarto creciente puedo observar los rostros de los demás.

Kai se mantiene impasible. No podía esperar otra cosa de ella, ha sido educada para no mostrar sus sentimientos en presencia de los demás, y dada la forma de pensar que le inculcaron en el templo para ella lo de Luigi no era más que avatares del destino. Lancelot limpiaba su espada maquinalmente, con la mirada un tanto perdida, como suele pasar con muchos guerreros. Sigdun no parecía querer separarse de su buen camarada mientras que Leopold recogía sus cosas intentando mostrarse sereno.

Las sombras ganaban fuerza a nuestro alrededor y comenzaba a nevar con un poco de intensidad. A cierta distancia los hombres del carro encendieron unas luces. Tal vez lo mejor fuera acampar con ellos esta noche, tendríamos más seguridad durante la noche, descansaríamos mejor, y Luigi podría pasar con sus amigos algo más de tiempo.

Tras hacerle una señal a Kai para que me acompañara, me acerqué al carro. El vaho se condesaba por el terrible frio imperante mientras hablaba con los humanos usando mis nociones de bretón. Me dirigía al que se había aproximado antes a nosotros.

Saludos Hijos de Bretonia. Debéis disculpadnos por el tratamiento recibido hace un momento. Uno de nuestros compañeros más querido ha sido gravemente herido, el dolor y el pesar ha hecho mella en sus fuertes espíritus y no han acertado a recibiros de forma cortés.

Dado que nuestros caminos se han entrelazado podríamos pasar esta noche juntos, así los enemigos que aun puede que pululen por estos bosques no osaran atacarnos.

Por último queríamos pediros un favor. El herido necesita a un sanador competente para poder recuperarse, y por desgracia ninguno de nosotros lo es. Al alba, cuando continuéis vuestro camino podríais llevarlo con vosotros hasta el pueblo más cercano. Seréis recompensados por ello.

Aguardo en silencio su respuesta.

Una vez sucede la escena de dolor todos alrededor de Luiji enciendo una antorcha e intento dar algo más de calidez a la extraña situación. Tras las palabras del campesino, sigo mirando al horizonte en busca de una respuesta que no llega, dejar al podre Luiji morir aqui o pedir la carroza para llevar a ambos Extyraña situación en la que me encuentro, cuando me acerco al grupo de bretonianos que e situan alrededor de la carroza. Y veo como buscan algo en los márgenes del camino. Buenas tardes/noches (lo que vaya mejor xD). Es preciso que requeramos su carrtea parra llevar a un compañero herido nuestro. . Les digo una vez que ya había hablado el elfo que hacia unos instantes, había resultado herido. Increibles seres, pero aun así menos resistentes que los elfos, seguro que portan alguna extraña y oscura magia .

Me gustaría saber si ustedes que transitan amenudo este camino, conocen 0o saben de alguna posada o sitio franco para pasar la noche lo más resguardados, posible.

Algunos se hacercan al pobre señor que ya marchaba de vuelta con su amo. Este segira y desde la distancia os responde:

-Hola señor, John a vuestro servicio- dice mientras hace una pequeña reberencia hacia Sir Lancelot -solo soy un sirviente, mi amo tendra en cuenta cualquier sugerencia que querais hacerle yo solo venia a mirar si estaban todos bien -el carro empieza ha caminar con varios farolillos encendidos acercandose hasta ustedes - si teneis algun compañero herido mi amo no tendra objeción de ayudaros, si si seguro que no - mirando hacia atras - aqui llega, aunque ya os aviso, aqui cerca no hay ninguna posada que hayamos vistos, no señor, Gisoreux esta a tan solo unas horas de camino, y es mejor forzar la marcha y dormir seguros que quedarse por aqui tanto tiempo, nunca se sabe,aunque no hemos tenido ningun problema a lo largo del viaje jeje! - Esto lo dice con una risa ligeramente estridente. El tal John se aparta a un lado mientras la carrete va llegando a su altura, hace un saludo para indicar que todo va bien, y la carreta lo adelante, para ponerse a la altura de Delarce y Sir Lancelot.

En la carreta veis 2 tipos uno con un arco y el otro con espada al cinto, que conducen la carreta de la cual cualgan algunos farolillos para alumbrar el camino, por detras asoma otro tipo con una gran barca y e dentro de la carreta se asoma y baja un señor, sus ropas son bastante elegantes y de buena confección en comparación con la de sus hombres o sirvientes. A la luz de un farolillo veis una cuidada barba y del pecho le cuelga un medallón en forma de faro, de gran tamaño, parace un objeto bastante caro.

El señor que habla con vosotros hace un ademan de hablar pero si señor, lo hace callar con un gesto, este(el señor) con una sonrisa en la cara - menuda suerte encontraros, gracias a vosotros he salvado el cargamento y la vida, un viaje demasiado tranquilo decian JA!, no hay viaje tranquilo en este viejo mundo - mirando alrededor - pero no quisiera importunaros señores ...- mirando al elfo -mmm... me gustaria tomar camino de inmediato, no queda mucho para llegar a Gisoreux y prefiero dormir en comodas camas que en el raso- el hombre parece ligeramente nervioso y ahora que anda cerca, veis una ligera capa de sudor que cubre su frente y brazos. Sus hombres os miran y uno que lleva un arco se encuentra echando miradas de un lado al otro, como si esperara algo.

La mayor parte de mi atención se centra en el estado de Luiji pero no puedo evitar fijarme en los hombres junto a la carreta, el hombre que se nos había acercado parece ser un sirviente o estar bajo el mando de un tipo con ropas elegantes, el señor supongo.

El grupo de hombres parece algo preocupado como si algo no fuera bien pero sin entender lo que dicen puede ser por cualquier motivo, supongo que Delarce y Lancelot podrán arreglárselas para que lleven a Luiji si son de confianza, la cara del noble no acaba de gustarme pero pocas opciones tenemos ahora mismo, con nosotros Luiji no pasará de esta noche...

Me giro hacia Leopold un momento mientras en voz baja le comento, Parecen algo preocupados, el sonido de la otra batalla procedía de donde han venido o del otro lado?

Leopold mantiene la cabeza gacha, junto a la de Sigdon, mientras susurra; todo fue tan rápido... no lo sé, amigo, no lo sé. Pero esta oscuridad ya me inquieta, si debe ser fiel a la verdad.

Luego, en u hablar más rápido, apenas un murmullo; si tan solo hubiera sido más rápido, más útil... creo que no seré más que un impedimento en esta misión, mientras sostiene la mano de Luiji, cada momento más fría.

Nos alegra profundamente haber contribuido a salvar vuestras vidas y bienes, y ciertamente no somos quienes para impedir que prosigáis con vuestro camino.

Pero hemos de pediros un favor, uno de nuestros compañeros yace herido de gravedad y es necesario que se le atienda de forma adecuada en Gisoreux. Nos contentará sobremanera que al llegar a la ciudad lo dejéis al cuidad de Sire Arnon, cuya mansión encontrareis con facilidad, pues es uno de los principales señores de la misma.

Seguramente incluso seáis recompensado por este pequeño, aunque vital asunto.

Intento mantener un ambiente cordial pero manteniéndome firme, no todos los comerciantes son gentes de fiar.

Me giro para mirar a Leopold a los ojos mientras apoyo una mano en su hombro y con un tono amistoso, Todos los que bajamos a las alcantarillas sabemos que un día o otro no volveremos a salir, nadie es culpable excepto que deje a un compañero atrás y creo que no has hecho eso, no? Además, ser más rápido que alguien que prepara una emboscada? Ni los elfos son capaces de eso. La última frase la acompaño con una pequeña sonrisa para animar a Leopold. Debe ser la primera persona que ve caer en combate, para algunas personas eso es bastante duro pero ahora es el momento de demostrar de que está hecho, levantarse cuando se ha caído.

Me levanto un momento del lado de Luiji para observar mejor la situación entre los bretonianos y buscar a Sort, con todo el lío de Luiji no he prestado mucha atención a mi perro aunque siempr eha sabido cuidarse bien en situaciones peligrosas.

Los hombres del carromaton hacen un pequeño hueco para meter a Luiji, parece que las palabras de Delarce y Sir Lancetot han surtido efecto y con las prisas él dueño del carromato y las mercancias, han tomado al herido y las señas de donde deben dejarlo para marchar raudo. Todos veis como los hombres os miran de reojo, mientras echan largas miradas a la espesura del bosque. No hay adioses efusivos, no hay saludos de victoria, un favor por otro favor, y otro camino que se liga y se desliga a la misma velocidad, todos quedais viendo como el carromato entre luces, va desapareciendo por el camino, y no podeis mas que pensar en cual sera el futuro de Luiji, si volvereis a verlo sonreir y acosar a mozas con su peculiar acento y sus maneras.

La noche ha instaurado su territorio, y solo os quedais entre vosotros y vuestras sombras con un camino que se os cruza y con mil posivilidades, solo vosotros desidireis si este resultado hara mella en vuestra determinación, o seguireis para intentar conseguir el proposito para el que habeis sido movidos de vuestras rutinarias vidas.

Mientras el ruido que producían los caballos se perdía en la distancia me dirigí a mis compañeros.

Hemos de acampar en estos parajes pues encaminarnos hacia la fortaleza en la oscuridad sería prácticamente un suicidio. La luna apenas nos ilumina por lo que tendríamos que encender antorchas, poniendo sobre aviso al resto de bestias y mutantes que pululan por estos bosques. Además nuestras  monturas están cansadas por el viaje.

Comer algo y descansar es lo mejor que podemos hacer ahora, ya habrá oportunidades de hacer pagar al enemigo por lo que le ha hecho a Luigi.

Podríamos establecer, siempre y cuando estéis de acuerdo conmigo, los turnos de guardia de la siguiente forma: la primera guardia sería realizada por los señores Aljun y Moonrad puesto que os conocíais anteriormente y porque ambos no conocéis el idioma bretón. La segunda la realizaría Kai, por su entrenamiento esta más que capacitada para afrontar sola esta tarea. Y por último Sir Lancelor Duval y yo afrontaríamos el último turno.

¿Tenéis alguna objeción o sugerencia?

Delarce parece tomar la iniciativa y en poco tiempo parece decidir como actuar, durante unos segundos me quedo observando al grupo buscando a mi compañeros hasta que caigo en la situación que se refería a Leopold, nunca había sido demasiado bueno con los nombres pero encima para los apellidos... las ideas del elfo parecen bastante coherentes.

Por mí todo correcto, seguir ahora sería más peligroso que esperarnos aquí, mañana podremos seguir después de descansar un poco. El lugar no me acaba de gustar pero ahora mismo seguir sería demasiado peligroso, no creo que pueda dormir demasiado después de lo que ha sucedido pero me iría bien descansar algo.

Leopold asiente con la cabeza, ellos conocen mejor de excursiones en lo salvaje que el pobre ingeniero. 

Una vez escuchadas las palabras de delarce, me quedo mirando a los compañeros del grupo.  casi de una manera jovial empiezo a quitar la silla al caballo. preparandole para el descanso, con unas mantas para él y el perro, el cual duerme cerca mio.  Una vez acomodado, con la esplada apoyada en un tronco. A lo mejor sería buena idea encender un hoguera, no sé nunca he estado por estos parajes, y nunca me he cruzado con esas bestias.