Partida Rol por web

Ardo no pudo más que sonreír ante las palabras de las dos mujeres. Una sonrisa cansada, con demasiadas cargas a rastras.

- Se os olvida otra opción. - digo meneando la cabeza.

- Activar esa cosa y salir escopetados de aquí usando estos vehículos. - añado. Incluso podemos convertir esto en un infierno para cuando lleguen.

Viendo que nadie piensa hacerle caso a la Teniente, incluso las personas que están al mando me quedo relegado, dejándolos hablar y ver quien realmente está pensando en cambiar las órdenes que nos dieron por otras. Finalmente me doy cuenta de que nadie quiere hacer lo que nos indicaron y me planto delante de ellos. - Las órdenes son llevar la caja, Melanie y Jans ante la Teniente, ella decidirá que es mejor y no nosotros y ninguno de ustedes sabe lo que ella piensa. Ahora hagan lo que dice, somos marines y no un grupo de insurrectos. -

- Necesitan más tiempo. Tenemos que aguantar lo que podamos. Son muchísimas personas, y el planeta no es tan grande. Si lo activáramos y nos fuéramos, los zergs más rápidos llegarían y acabarían con la caja, dejando tiempo de sobra a los que van por tierra para dar media vuelta y matar a los civiles y a nosotros. No es una opción.

Se giró hacia Littlefield.

- Colega, ella hará lo que tenga que hacer para mantener este pelotón con vida. Es lo que le metieron en la cabeza. Igual que a nosotros el que obedezcamos órdenes sin rechistar.

Parece ser que a éste le clavaron todo hasta el fondo.

 - Soldado Littlefield. Usted está a las órdenes de la Confederación. ¿Qué es lo primordial ahora para la Confederación de Comercio? ¿Cree que la teniente está capacitada para llevarlo a cabo? ¡No lo está! ¡Y es nuestro deber como soldados llevarlo a cabo! ¡Acabar con las pruebas y salvar vidas!

A ver si un poquito de psicología funciona con él... Responde macho, activa los cables.

- El objetivo primario de la Confederación es ganar la guerra y un planeta contra todos los que tiene la confederación no es algo significativo si ello puede costarle la victoria, te guste o no la Teniente está al mando y por ende sabe mejor que nosotros que hacer. -  Activo el canal para comunicarme con la Teniente. - Teniente, no estamos avanzando, se solicita su presencia aquí por favor. - Y trato de esconder el hecho de que no cieroo el canal por si algo más se dice. Pero algo dentro de mi me lleva a ese día, al que perdí todo lo que tenía, un enorme vacío me cubrió y cuando todo estaba perdido para mi la con Confederación lo llenó, me dió un motivo.

Breanne respondió.

- Negativo. Reunanse todas las tropas en la Sala de Operaciones. Littlefield, lleven la caja y a la chica. ¡Ahora!

Amy miró a Ardo. Después a Littlefield.

- Ardo, vayamos con la Teniente. No merece la pena discutir aquí. Hagamos lo que hagamos después, ella tendrá que saberlo. - a sabiendas de que Jon no se negaría a ello. La única duda que le quedaba era si M´Butu querría o no acceder a ir. Pero si se negaba, seguramente le persiguieran el resto de sus compañeros para acusarle de traición y encerrarle. - Soldado M´Butu. Ya ha oído la órden de la Teniente. Andando.

Y fue la primera que encaminó la marcha, cogiendo la caja y arrastrándola detrás de sí. Melanie en un primer momento, trató de tirar hacia el otro lado, pero la fuerza de la servoarmadura de la oficial médico, arrastró a ambos tras de sí. Asi que finalmente la soltó, refunfuñando.

Cuando veo que Amy comienza a andar llevando la caja y Melanie pelea por la misma, dejo que las mujeres resuelvan esto. Al final ganó la que esperaba, tomo la manija y la ayudo a llevar la caja al centro de mando. Al fin algo de razón en el grupo, como se extrañaba a la doctora. Estaba como ausente últimamente. Con el otro brazo me toco las heridas, en verdad en nada me mejora dado que no llego a tocar la herida, pero lo hago más que nada como un reflejo.

Así sea. Pero no cesaré en mi empeño.

Resoplo, niego con la cabeza y me resigno a seguir al grupo.

- Necios. - pienso. No pienso morir inútilmente.

Finalmente Breanne juntó a todos en la Sala de Operaciones. Allí estaban tanto la caja como Melanie. Amy explicó el plan de Ardo. Éste asentía, parecía tener la decisión tomada.

Cutter fue el primero en hablar.

- Estais gilipollas, no cabe duda.

Amy miró a su alrededor. La mayoría de los rostros parecían estar de acuerdo con las afirmaciones de Cutter.

Una cascada de chispas llovía desde el techo de la Sala. Marcus estaba fuera, en un VCE. El técnico había conseguido retirar la mayoría de las antenas y sensores rotos y había devuelto la sección del casco al lugar al que pertenecía. Ahora estaba soldando nuevas planchas de metal a los cortes provocados por el ácido para sellar y reforzar la estructura.

El resto de los supervivientes se había reunido también allí. Amy estaba de pie delante de lo que quedaba del pelotón que había salido de allí aquella misma mañana... una mañana que ahora parecía encontrarse a años luz de distancia. El soldado Fu se sentaba pesadamente en la pasarela, con las piernas colgando sobre una de las consolas cerradas. Era el único superviviente del pelotón original de Smith-Punn y, aparentemente, ahora prefería mirar en cualquier dirección antes que en la de Amy (Su única compañera viva). Los soldados Alley y Bernelli estaban de pie, con la espalda apoyada en la consola que había frente a la de Fu. La Teniente Breanne, con los brazos cruzados y en la plataforma cerca de Alley y Bernelli, les daba la espalda a todos ellos. Alguien hubiera podido creer que estaba contemplando la oscuridad del exterior por los ventanales de la sala pero Amy sabía que no veía nada allí fuera, que su mente estaba en el interior. 

En cuanto a Cutter, el gigantesco isleño con traje de Murciélago de Fuego, no tenía el menor problema en expresar sus puntos de vista. Caminaba a grandes zancadas sobre las planchas nuevas que acababan de colocar delante del ascensor.

- ¡Melnikov, se te ha fundido el cerebro por completo!

- Eso ya se lo he dicho yo pero es un cabeza cuadrada. - resoplo.

- Melanie tiene otra opción interesante. - añado. Que EN PARTE puede ser útil para sacarnos de aquí.

Todavía con la caja cerca, mi atención está repartida entre los que están aquí presentes y los que podrían venir desde afuera. Lo único que nos falta es que vengan los Protoss a querer llevarse la caja y estamos hechos. Las palabras de todos ya me las conozco, nadie quiere salvar la caja por lo que significa en sí, solo por su pellejo. Esta caja podría valer la guerra y están pensando que es mejor, salvar su propio pellejo u otro ajeno... Por algo somos simples marines, mal que nos pese.

Ardo miraba a la teniente. No decía una palabra y le daba igual lo que el resto dijera.

Sabía que los demás eran simples marionetas ahora mismo, daba igual lo que sus ligeros cerebros les dijese, sabía que llegado el momento de la verdad harían caso sin dudar a las palabras de Branne. Osea que ponía su esperanza en ella.

Si se inclinaba a su favor, estaría hecho.

Si no... Bueno, si no ya vería lo que hacía.

Melanie escuchó las palabras de M´Butu, pero ya habían comentado la posible salida. Estaba apoyada en uno de los paneles destrozados de la isleta, con las manos en los bolsillos del mono y la mirada fija en el suelo.  Ya habían comentado el hecho de que, quizás fuese el único modo de salir de alli. Pero tanto Ardo como Amy, seguían en sus trece.

- Puede que seamos gilipollas - dijo Amy mientras acariciaba con los dedos la caja metálica que descansaba en el suelo abombado de la isleta de mando. - Puede que sí, pero no creo que eso suponga mucha diferencia para nosotros y sí que podría significar una gran diferencia para un montón de gente.

- ¿Que no supone mucha diferencia? - balbuceó Cutter - ¿Quieres encender esa baliza Zerg, atraer hasta el último de los Mutaliscos, Hidraliscos y yo-qué-coño-sé-liscos que hay en un millar de clicks a la redonda sobre nosotros... y crees que nos da igual?

Amy negó con la cabeza.

- Por los dioses, ¡espero que no estés diciendo eso!

- He dicho que no supondrá demasiada DIFERENCIA para nosotros - dejó su casco sobre la caja y empezó a quitarse los guanteletes - Mira, la Confederación nos ha dado por muertos... ¡Demonios, nos quería muertos! No van a volver a buscarnos aunque se enteren de que estamos aquí. Nos han abandonado, junto con todos los colonos de este mundo. Esta maquinita secreta de la Confederación trajo a los Zerg a este mundo. Tenemos la prueba aquí mismo. ¿Crees que quieren que todo el mundo sepa que son los responsables de la destrucción entera del planeta?

Entonces pareció responder a M´Butu.

- Podríamos hacer un trato con los Hijos de Korhal. Podríamos ofrecerles la caja y en ese caso, tendríamos más posibilidades de escapar de este planeta que nadie. Sólo tendríamos que romper el frente de los Zerg, llegar hasta ellos y sellar el trato. Pero los Hijos de Korhal tienen sus propios planes. Desde luego, las naves que han traído no son suficientes para evacuar el planeta entero. Es una cuestión de publicidad... de enseñar unas pocas fotos en las que en los que salvan a unos desgraciados abandonados por la Confederación. Lo que no quieren es que nadie sepa, no obstante, que también ellos son responsables de que los Zerg estén aquí.

- Veo que pasais por alto la opción más interesante. - digo.

- Podemos activar la maldita caja y hacer que los Zerg vengan hacia aquí mientras nosotros vamos a un punto de reunión con los Hijos de Korhal y nos sacan del Planeta.

- De esta forma conseguimos dos Objetivos. - añado. Dar tiempo a la Población y salir vivos de este Puto Planeta.

Ardo se cansó de estar al margen de la conversación.

- ¡No hay tiempo! Si hiciésemos eso, los zergs que vuelan llegarían en un momento, acabarían con la baliza y todos darían media vuelta para darse un banquete con los civiles, y con nosotros.

Cartas sobre la mesa.

-El objetivo es conseguir que puedan escapar, y para eso tendríamos que activar las torretas, hacer una buena defensa, tratar de aguantar contra los voladores, y cuando llegasen todos los zerlings y criaturas terrestres... Darles el tiempo que pudiésemos conseguir, y aún así puede que no bastase. ¡Hay que evacuar a toda una población, joder!

La Teniente ni opina y hasta que ella no decida que hacer, lo que hablen estos locos me importa un comino, ninguno sabe lo que hará la caja una vez abierta, no saben si los Zerg la destruirán o no, no sabemos cuanto tardarán en llegar, no sabemos nosotros descontando a la tarada parlanchina como comunicarnos con los rebeldes, esto es una zarta de libres pensadores que no tienen un cuerno de idea y se ponen a hablar. Ni me pongo a hablar, me limito a seguir vigilando el perímetro desde donde estoy, dado que todos aquí parecen estar enzarsados en una larga y por ahora muy inútil discusión.