Partida Rol por web

Ardo no sabía bien como actuar. Sabía que es lo que buscaba la mujer, fugarse.

Sin embargo parecía que habían tenido suerte y que el motor no funcionaba bien, así que con una rapidez y una fuerza salida de la desesperación y la necesidad de llevar a cabo todo lo que tenía en mente, y con el arma preparada por si fuera necesario, en la mano derecha. El soldado corrió hacia la puerta del piloto, con intención de abrir la puerta y sacar a rastras a esa mujer que trataba de escaparse montada en uno de los vehículos que más tarde necesitarían.

Creía estar cada vez más en lo correcto... Si no... ¿Por qué trataba de escapar la mujer? ¿A dónde creía que podría escapar de esos zergs asquerosos?

Ardo se levantó de repente y arrancó la puerta del conductor. Con su mano libre, sujetó del brazo a una estupefacta Melanie, con intención de sacarla de allí y arrojarla al suelo. Con un solo movimiento de la armadura, que le proporcionaba una fuerza prodigiosa, se la arrebató al asiento del conductor. La mujer salió de la cabina, mientras sus manos se sacudían desesperadamente tratando de agarrarse a Ardo. Apoyó las piernas en el costado del vehículo, empujó y Ardo se vió impulsado repentinamente hacia atrás. Se apartó del vehículo, arrastrando a Melanie consigo.

Cayeron al suelo juntos. Ardo rodó sobre sí mismo para ponerse rapidamente en pie, y para cuando se hubo incorporado, tenía el arma preparada. Melanie seguía tirada a sus pies, gimiendo en medio del polvo.

- ´Butu. ¿No sería bueno ir quitando las llaves (o lo que se use para enceder los vehículos) así nos vamos asegurando que no vaya atrás nuestro y encienda uno? - Digo por la radio.

- ¿Y a qué te crees que me refiero cuando digo con cerrar el vehículo? - respondo. A que os quedeis con las llaves y dejeis el vehículo totalmente cerrado. No creo que sea tan difícil de entender.

Ardo se acercó rápidamente a la chica y desconectó la radio. Tenía poco tiempo.

- Melanie, tenemos que hablar, y tenemos que hacerlo ya. Te están buscando y parece que somos las únicas personas que no están mal de la azotea en este pueblo.

Tenía que actuar con rapidez.

-Sé que pensabas fugarte... Pero, ¿adónde tenías intención de ir? ¿Tienes alguna forma de escapar de esta roca?

En un primer momento, Melanie pareció que iba a revolverse y a gritar, pero al ver a Ardo con esa actitud, pareció sonreir y empezó a hablar:

- He estado espiando las comunicaciones desde aqui - indicó la cabina del camión - Las Fuerzas de la Confederación ya han terminado la evacuación, soldadito. Joder, lo más probable es que a estas alturas ya hayan salido del sistema.

Ardo no le devolvió la sonrisa y echó un vistazo al interior del vehículo para comprobar que estuviese el mecánico.

Mientras tanto, seguía hablando con Melanie.

- Pues parecías tener mucha prisa para irte de aquí a pesar de saber que los Confederados ya se han marchado... Sé sincera, ¿has encontrado una forma de salir de aquí y pensabas dejarnos tirados eh?

En ese momento, M´Butu, guiado por Littlefield, que había escuchado el tono de la voz de Ardo doblaron la esquina. Melanie estaba de pie, delante de Ardo. Los dos hablaban, pero, ante la aparición de sus compañeros, la chica se quedó callada como esperando qué hacer.

- Buen trabajo Ardo. - le digo llegando a su altura. ¿Donde diablos está Jans?

Llego corriendo tras M´Butu y veo la situación desde un punto un poco más retrasado. ¿Qué demonios hacía hablando en vez de darnos aviso rápidamente? Mientras mi cabeza trata de logalizar a Jans, la caja y si hay alguien más en los alrededores. Esperando que de un momento a otro M´Butu le avise a la Teniente de nuestro hallazgo.

- ¡Esperad! - dijo Melanie levantando las manos - Escuchadme, juzgad y después haced lo que tengais que hacer. - Parecía seria, pero miró a Ardo pidiendole ayuda. - Desconectad al menos la radio un segundo y escuchadme.

- Primero dime donde están Jans y la puñetera caja.

Miro a Melanie sin decir nada más mientras muevo la cabeza para que hable.

- Veamos que tienes que decir. - pienso.

Ardo miró al murciélago de fuego con faz seria. 

Me lo temía... Tenía que ser justo ahora...

Sin embargo no podía arriesgarse a intervenir mientras las radios estuviesen conectadas o se jugaba todo lo que pensaba hacer.

Maldición... Si por lo menos este cabeza hueca deja a la chica seguir hablando sabré lo suficiente...

Otra vez con lo de hablar, pero que demonios le habrá pasado en su vida que solo quiere hablar hasta no parar. Espero que la civil conteste a M´Butu y ver que órdenes nos da la Teniente pero algo no me gusta. ¿Por que primero ver donde están Jans y la caja? No es un intercambio o nos da ambas cosas o no la pasará bien. Espero que no se esté hablandando justo ahora.

- Mira, grandullón. Se supone que estamos muertos. - Melanie hablaba en un tono de voz muy alto, movida por la desesperación - Las naves de la Confederación ya han terminado la evacuación. Como le he dicho a Ardo, creo que a estas alturas ya están muy lejos. Nos han abandonado y, ¿sabeis por qué? - Se paró y les miró desafiante - Yo sí. ¡Por que se supone que estamos muertos, maldita sea! ¿Creeis que es nuclear cayó sola del cielo? ¡Se supone que nos la hemos comido enterita, soldaditos! El cuartel General de la Confederación os envió para que nos encontraseis a mi y a mi caja, y en el preciso instante en que supieron que lo habiais hecho, ordenaron a vuestro transporte que se marchara y lanzara una bomba sobre nosotros. Conocían perfectamente vuestra posición. Os la jugaron. ¡Si os enviaron aquí fue para que nos encontrarais a la preciosa caja y a mi, y pudierais morir con nosotros! - Alguno de vosotros pensó: "Somos soldados, morir es nuestro trabajo" Es lo que os decía la parte influida por la resocialización neuronal. Habíais sido entrenados para morir. Pero Melanie se dió cuenta de lo que pensabais y se adelantó - Vuestro trabajo es luchar, no morir. Hoy habeis luchado y, gracias a eso, seguimos con vida. El Cuartel General de la Confederación os sentenció a muerte y, a pesar de ello, sobrevivisteis. No os equivoqueis. Por lo que a ellos se refiere, todos nosotros estamos muertos, y es mejor que sea así. ¡Joder, si lo planearon de ese modo! Nadie debe conocer la existencia de esta caja. Si os presentarais con ella en el Cuartel General, se asegurarían de que acabarais mucho más muertos de lo que ahora se supone que estais. Sabeis perfectamente que lo que digo es cierto. Mirad dentro de vosotros.

- Y según tú, ¿que se supone que deberíamos hacer? - le pregunto divertido.

Estás mintiendo, si nos mandaron hayá es para recuperar la caja y al ver que se complicaba la obtención de la misma prefirieron sacrificar las tropas para que el enemigo no la tuviera, a mi no me engañarás maldita loca. Me muerdo los labios de bronca, pero veo que M´Butu ya también debe estar pensando como yo al preguntarle con humor cual es la opción a seguir. Sigo atento y vigilante a todo lo que me rodea, no vaya a ser que nos tomen por sorpresa mientras hablamos, pero lo que me llama la atención es que todavía nadie se comunicó con la Teniente avisando de que volvimos a recuperar la caja.

Las palabras de Melanie no hicieron más que afirmar sus propias sospechas, pero una mirada a sus colegas le dijo todo lo que pensaban.

Maldita sea....

Estamos acabados.

Tenía que haber alguna manera de salir de esa maldita piedra espacial y empezar de cero, sólo tenían que encontrarla.