Partida Rol por web

- Venga Cutter. - le urgo a mi hermano. Debemos de darnos prisa en llegar al bunker para poder seguir friendo a esos malditos bastardos.

De repente oigo un sonido inconfundible.

- Ya están aquí los "Salvadores" - pienso sin siquiera mirar hacia arriba.

El traqueteo de los rifles gauss cobró de nuevo vida en las portillas, a ambos lados de la entrada, sacando a los marines de su ensimismamiento. Parecía que habían pasado siglos en una micra de segundo.

Al saltar hacia el bunker, uno a uno, fueron recogidos por unas manos que los agarraron y los metieron dentro. Los pies de M´Butu se posaron en el suelo justo cuando se cerró la puerta detrás de él.

Se puso en pie. Melanie estaba disparando ya por una de las portillas y a su lado, Ardo y Littlefield también acababan de entrar. Bernelli era el que le había ayudado a entrar. Le gritó algo ininteligible y a continuación salió disparado por otra portilla. Cutter le dió una palmada en la espalda y también corrió hacia otra posición.

Cerca de ellos había una mirilla hacia el infierno, y otra puerta continuaba al interior, por donde habian ido los dos marines.

Rápidamente me doy vuelta y me dirijo hacia una de las portillas, no hay tanto tiempo para agradecimientos, de seguro nos va a sobrar cuando estemos muerto, mientras tanto hay que hacer tiempo y mucho. La vorágine que se nos viene encima no entiende otro idioma que el de la sangre y como me gusta hablarles en el mismo idioma. Mi rifle escupe municiones a granel y con cada descarga barro más y más zergs, disfrutando el momento aun sabiendo cual es nuestro destino, uno inevitable.

Ardo corrió en pos de Littlefield y se asomó a la ventanilla adyacente.

Tenemos que aguantar... Más tiempo.

Todo se reducía ya a disparar.

Por suerte su mente ya no estaba entumecida. Lo tenía todo claro. Había aceptado lo que era: Nadie.

Y aún más, había aceptado su destino.

Ante ellos se cernía una mole de zergs, y disparó deprisa y sin pensar, pero habiendo tantos objetivos, era casi imposible que fallase.

Sin entender lo que Bernelli me dice me levanto y voy en pos de mi hermano.

Se asomaron al infierno. Los Hidraliscos estaban derramándose como riada sobre el muro exterior. Se habían lanzado contra el campo de minas hasta que no quedó nada qeu pudiera explotar. Debía de haber miles de muertos alrededor del complejo pero a pesar de todo, seguían llegando. Ahora se deslizaban como una terrible marea sobre el muro y se aproximaban en masa al búnker.

Dos nuevos objetivos murieron bajo el fuego de Bernelli, otros dos bajo el de Ardo. Mientras, el canal seguía crepitando.

- ¡Alley! ¡Alley informe!

- ¡Alley ha caido, Teniente! ¡Tenemos que salir de aquí! ¡No podemos seguir conteniéndolos!

Bernelli seguía disparando mientras avanzaba delante de Cutter. Ardo y Littlefield no tuvieron más remedio que seguirles también.

La marea de negro horror seguía avanzando sobre los cuerpos de sus muertos, pero ahora tenía en su contra la estrechez del campo de tiro a la hora de dar. Los muertos seguían apilándose delante de ellos, pero ya no se estaban acercando al búnker.

- ¡Ardo! ¿Me escucha? ¡Littlefield! ¡Cutter! ¡M´Butu! ¿Dónde cojones están?

- Estábamos en el segundo búnker señora yendo hacia la siguiente posición, pero los zerg no corren hacia nosotros ahora. - Mientras un nuevo par de zerg caen bajo mis ráfagas de disparo. - Órdenes señora. - Esperando saber con que seguir ahora.

- ¡Joder, están por todas partes! ¡Hay que aguantar!

Ardo seguí disparando casi sin fijarse en la dirección. Dejándose llevar por el entrenamiento.

- Tomando posición. - respondo mientras sigo a Cutter y .

- Bien. Vamos para allá. - respondió Breanne por el comunicador. - Vamos a replegarnos a su posición

La mejor idea era que alguno de vosotros contuviera a los Zerg mientras otros abrían la puerta trasera para dejar pasar a la Teniente.

Mientras, M´Butu y Cutter ya estaban al lado de la puerta. Por la portilla podían ver la plataforma de vehículos a su izquierda. Tras ella distinguió los otros dos búnkeres que jalonaban el Centro de mando. El de la izquierda había sido el de Alley, pero ahora era un hervidero de hidraliscos. Estaban arrancando las planchas y separando las junturas mientras el búnker ardía furiosamente.

Algunos hidraliscos atacaban también el de la derecha pero de improviso Cutter abrió fuego con una luz brillante. Las llamas del arma del Murciélago de fuego abrieron un hueco entre los monstruos. Breanne apareció entre medias disparando.

Al ver como Cutter abre fuego contra los engendros decido colaborar para facilitar el paso de la Teniente.

- Daros prisa señoritas. - les digo a Ardo y Jon mientras el lanzallamas sigue haciendo fritura de bichos..

Sabiendo que lo mejor era dejar a los murciélagos abrir la brecha para que la Teniente se refugiara, espero con la mano en la partilla presto a abrirla y cerrarla lo más rápido posible. Pero viendo el destino de otro de los búnkers, se que el tiempo para que el nuestro corra la misma suerte no está muy lejano.

Ardo preparó el arma para disparar en cuanto abriese la puerta contra todo ser viviente que se acercase al búnker que no fuesen sus compañeros.

En el último momento, Jon dió un golpe al cierre con la mano y abrió la puerta trasera.

Breanne fue la primera en entrar, tambaleándose, arrastrándo consigo la maldita caja y tirando de Marcus Jans. Todos cayeron al suelo jadeando. Cutter se quedó en el umbral de la puerta y aprovechó para quemar varios hidraliscos furiosos, M´Butu le ayudó a hacerlo. Tras una llamarada final, dieron unos pasos hacia atrás. Jon cerró la escotilla al instante.

Ahora estaban disparando desde todas las posiciones. Los Zerg muertos a manos de Ardo, Melanie y Jon formaban brillantes montones. Los que mataban los murcielagos... bueno... no brillaban tanto.

De improvisto los Zerg dejaron de avanzar. Los Hidraliscos retrocedieron a las sombras del complejo. Al cabo de unos instantes, no quedaban objetivos a la vista, todos dejaron de disparar.

- Eh, ¿Qué pasa? - preguntó Cutter - ¿Se han cansado?

Asombrado por la actitud de los zerg al retirarse y dejarnos solos mi mente vuela a mis pensamientos anteriores. - O viene alguien muy importante o mis pensamientos se hicieron realidad y los protoss se unieron a la fiesta para no quedar afuera. -

- No lo sé. - respondo. Pero no me gusta.

- Pueden estar replanteándose el ataque y organizándose de nuevo.

- Algo raro pasa. Mantened las armas preparadas.

Algo jodido iba a pasar. O la caja había dejado de funcionar. Pero no dejarían escapar la cena así como así...