Partida Rol por web

La Teniente Breanne tenía dificultades para respirar. Si por causa de la fatiga o de un exceso de adrenalina, no hubieran sabido decirlo.

- No. Ellos nunca se cansan. M´Butu tiene razón, están reagrupando sus fuerzas... preparándose. En cuanto estén dispuestos, vendrán a por nosotros.

Bernelli soltó una risotada nerviosa.

- Oh, bueno, mientras no estemos perdiendo...

- Estamos perdiendo. - dijo Breanne al tiempo que se abría el casco y se pasaba los dedos por los cabellos - No duraremos ni diez minutos cuando decidan atacar. Ya habeis visto esos transportes. Ahora mismo están en Mar Sara: rechonchas naves civiles cargando sus pasajeros a paladas si es que pueden. Están en tierra y el más rápido de ellos o podrá despegar antes de cuarenta minutos. Algunos tardarán más aún.

- ¿Qué propone para ganar tiempo? Creo recordar que ningún vehículo de los que tenemos aquí es lo suficiéntemente rápido y/o resistente como para poder alejarnos y demorarlos por ese tiempo. -

- Marcus dijo que no había ninguno que pudiese moverse más rápido que los zerg. - digo malhumorado. Salvo que se le haya ocurrido como conseguirlo.

- ¿Marcus? ¿Algo que nos sirva? - Pregunto con esperanzas de poder demorar esto un poco más, porque el último búnker en caer no duró ni cinco minutos.

Ardo recorrió los alrededores con la mirada.

- Estamos en un asentamiento terran, tiene que haber algo que nos ayude a aguantar.

- ¿Qué más da? - añadió Bernelli - Estas babosas Zerg no serían capaces de cubrir esa distancia ni en medio día. Asi que en una hora no digamos...

- EL problema no son los terrestres - Melanie sacudió la cabeza - Son los voladores: Los mutaliscos. Lo único que les mantiene aquí es esa caja. En cuanto haya sido destruida, volarán directamente hacia el espaciopuerto, y entonces todo esto no habrá servido para nada.

Marcus se giró hacia los demás. Y respondió a M´Butu y a Littlefield.

- Si. - dijo - sí. Yo lo haré. Puedo conseguiros esos treinta minutos. - el ingeniero hablaba con voz fría. - Pero necesito ayuda.

Bernelli echó un vistazo por la portilla.

- ¡Eh! ¡Creo que se están moviendo!

- Teneis que llevarme hasta un VCE - dijo Jans - ¡Y tiene que ser ahora mismo!

- Vamos. - le digo dándo una palmada en la espalda a Marcus. Iré contigo para protegerte.

- Teniente, ha sido un honor luchar a su lado. - digo cuadrándome ante ella sabiendo que este cometido puede acabar con mi vida al estar al aire libre con todo esos bastardos a mi alrededor.

- ¿Y qué piensas hacer Marcus? - Con el arma preparada y listo para salir con Marcus y M´Butu, esperando ver si nos mandan a usar la última carta o que.

Ardo preparó su arma y puso la respiración acorde al resto.

Vio a Littlefield preparándose para salir también y se dijo a sí mismo que aunque deseaba salir con ellos para ayudarles, había un búnker que defender o todo sería en vano.

Agarró fuertemente el pomo mientras les miraba y asentía en su dirección.

La Teniente Breanne sonrió, pero no se dejó amilanar.

- ¡Vamos, M´Butu! ¡Ya le habeis escuchado! ¡Llevadle a un VCE!

- Si, definitivamente hay movimiento ahi fuera.

Ardo golpeó el cierre de la escotilla trasera. Con rostro sombrío, M´Butu salió dando un salto. Jans, con aspecto tembloroso y vulnerable en su mono manchado, fue tras él. Jon pasó el tercero y se cerró el casco... aunque no creía que fuera a servirle de mucho.

La tierra estaba cubierta de cuerpos mutilados de los atacantes Zerg. No había tiempo que perder. Corrieron hacia la plataforma de vehículos, tropezando sobre el suelo resbaladizo. El VCE más cercano se perfilaba frente a la fábrica, que estaba ardiendo. Jans accionó la escotilla de acceso, que se abrió con una bocanada sorda.

Jans metió los pies por la escotilla y se acomodó en la cabina. La escotilla empezó a cerrarse con suavidad.

- ¡Ahi vienen! - gritó Breanne.

Jon los vió. Estaban cargando desde la fábrica, por encima del muro, desde los dos lados del centro de Mando. Estaban por todas partes.

Soy el más lento de todos y lo sé así que tomo una decisión.

- ¡¡Corred!! - rujo. ¡¡Yo os cubro!!

Ardo sabía lo que tenía que hacer, pues en ese momento lo único importante era el ingeniero.

- ¡Vamos, vamos, vamooos!

Su disparo, sin embargo, no dio al zerling que se dirigía hacia Jans.