Partida Rol por web

Del jovial y casquivano Sebastian había muy poco en la persona que se planto al lado de Delcan. La mirada de Sebastian cambio a aquella misma que ponia cuando realizaban una operacion en contra de la Alianza. Se necesita a un sadico para reconocer a otro y claramente en esa mirada  se reconocia a uno.

-No olvides ni por un momento quien es realmente tu capitán, ni las ordenes que se te han dado. Ve dentro y no te dejes ver por un rato.

Un tiro resuena por las planicies, una pequeña nube de polvo se levanta justo al lado de Marcus - uno de los mecánicos - un centímetro más a la izquierda y su carrera de mecánico se hubiera visto truncada inexorablemente. Se da la vuelta mirando extrañeza a Ash, parece que no se cree lo que ha pasado. Da un paso hacia Ash, pero su compañero, Timothy, le coge del hombro llevándoselo hacia sus compañeros.

—Bueno ¿Que puedo decir? Me gusta rodearme de lo mejor y lo peor del verso— contesta a Mercy antes de escuchar la explosión de la pistola de Declan. Entonces instintivamente se adelanta levantando una mano para evitar que nadie mas levante las armas.

— ... como puedes ver. Lo mejor y lo peor— tras unos segundos en los que todos esperaban expectantes para empezar el tiroteo Sebastian camina lentamente hacia Declan y habla con él en voz baja, aunque amortiguado se puede escuchar perfectamente que la actitud de este no es precisamente jovial. 

Tras un momento Sebastian vuelve enfrente donde estan los demas esperando.

—Me alegra que prefieras tratar con lo mejor—

- Tsk, tsk.... tienes que controlar mejor a tus... amigos... - responde sin inmutarse por el disparo - Estoy de acuerdo, creo que aquí todos somos personas de negocios, ¿no? - dice mirando a Jade. - Yo tengo un negocio, vosotros tenéis un problema bastante gordo, y creedme, no queréis pasar la noche aquí en medio de la nada - se ríe a carcajada limpia, y sus compañeros le hacen eco, interrumpiéndose por un ataque de tos ronco y profundo.

Desde su posición, estira el cuello, saca unas pequeñas gafas, se ve que son para inspeccionar la nave.

- Pero que coño habéis hecho...  De verdad, ya dejan a culaquiera volar - masculla entre dientes.

Solo escuchas de Mercy frases sin sentido, algunas en contra de la Alianza, otras mencionando a un hermano suyo... pero nada que te llame la atención. De Daryl, cuando Mercy menciona lo de la noche, percibes una sensación de felicidad, y escuchas algo así como :

... el terror del desierto, y sino bien podríamos ser cualquiera de nosotros...

 Me concentro en Daryl, tratando de captar más detalles de sus pensamientos. Quiero saber más detalles de ese terror del desierto y lo que quiere decir con cualquiera de ellos...

 Miro fijamente al que llaman Daryl, mientras los demás hablan entre ellos. Hay algo en ese tipo que no me gusta, así que es al que más vigilo estrechamente, sin dejar de tener mi mano cerca de uno de mis cuchillos. Si se le ocurre hacer algún movimiento raro, le hago un tercer ojo en la frente...

Cuando suena aquel disparo Mei no puede evitar dar un respingo y casi deja que se le caiga el arma al suelo, mira hacia el exterior, parece que no ha sido nada, que nadie ha salido herido, pero aun así el susto se lo había llevado, escucha lo que decía el capitán sobre rodearse de lo mejor y lo peor del verso, ella camina para dejar el arma de Ash en su sitio, intuía que estaba enfadado y no quería que se enfadase al verla con el arma por lo que con cuidado la deja, además parecía que no iba a servir demasiado su pequeña pantomima con ella y más después del respingo dado tras el disparo.

La mujer dejo entrever que podían hacer negocios y miro la nave, ella se estaba acercando ya que si iban a hablar de reparar la nave quería enterarse de cuáles eran los planes. Mei con la cabeza aun vendada, pero con mucha mejor cara se acerca un poco para escuchar lo que tienen que decir, era cierto, estaba en muy mal estado, pero no le hacía gracia que alguien más metiera las manos en el interior de Libélula

Esucho el disparo y mi mano reacciona por instinto agarrando la empuñadura de la pistola. Zao gao! ¡Maldito Ash! Seguro que ya le ha pegado un tiro a alguien... pienso automáticamente conociendo la corta mecha de mi compañero. Pero cuando veo que los hombres de Mercy no levantan sus armas me relajo un momento, pensando que por una vez se habrá conformado con hacerse dah hwigh dahn ^{_{[the Big Bad; el malote]}}.

Niego con la cabeza antes de mirar nuevamente a Mercy.

- Bueno, aún no hemos tenido tiempo para evaluar en detalle las causas y los daños del accidente - le digo cuando vuelve a hablar de negocios - aunque tuvimos que hacer varias intervenciones extremas en la nave para no crear un cráter de dos kilómetros al aterrizar... - comento. Si a mí no me ha gustado su comentario, prefiero justificarlo antes de que Mirage se dé por aludida. Después de la actuación de Ash, lo último que nos falta es que nuestra piloto le indique a la mujer cómo puede ir a masturbarse con el cañón de su pistola o alguna lindeza similar.

- Por supuesto, podemos hablar de negocios ahora, aunque preferiría tener más tiempo para que Mei pueda analizar en detalle nuestras necesidades y así poder concretar más. De otra forma estaríamos hablando de forma genérica... Como usted prefiera, señorita Keene. - Viendo cómo están los ánimos ahora mismo, no parece el mejor momento para hablar de la compra de las piezas que nos hagan falta, especialemnte no antes de que Mei revise la nave, así que sería mejor pasar la noche aquí o en algún lugar de la ciudad y reunirnos nuevamente a la mañana siguiente.

Miro el sol para calcular la hora local. Según sus comentarios no debe faltar mucho para el anochecer, pero nuestra nave ha pasado por varias zonas de día y noche en las últimas órbitas al planeta, así que nuestro cuerpo está acostumbrado al ritmo que manteníamos en el espacio y tendremos bastante desajuste horario durante los próximos días.

- Como ha visto, nuestra nave está preparada para que podamos pasar la noche aquí sin dificultad - aunque habrá más de un grupo de carroñeros que intente ver si puede sacar algo del accidente, pero seguro que Ash agradece hacer algo de tiro al blanco. - Aunque si nos puede indicar algún lugar donde alojarnos en Heaven, podría sernos útiles. Fuera de los negocios principales, como su taller, y la situación política general de la zona - añado fijándome en su reacción. Después de todo, su hermano no estaba muy de acuerdo con el actual gobierno de la ciudad - no tengo demasiadas referencias de la región desde hace varios años.

La respuesta por parte del mecanico me resulta de lo mas tentadora. Ver como se gira con esa cara de paleto y avanza hacia mi, me hace sonreir con aun mas ganas mientras me planteo guardar el arma, solo para asi poder darme de ostias como toca. Joder ya que no puedo echarle un polvo a la loca, quizas pueda reventarle la cabeza a este idiota hasta quedarme a gusto. Sin duda prefiero lo primero, pero no siempre consigues lo que quieres... ni siquiera siendo yo.  - Si al final la putita va a tener cojones despues de todo. - Mas apenas he soltado mi pulla cuando su amigo lo coge y se lo leva de alli. Vaya, que pena, cuando las cosas parecia que iban hasta a ponerse interesantes.

Mas en cuanto mi mirada les sigue de vuelta con su mama zorra, visualizo a Sebastian dirigiendose hacia mi. No hace falta ser un genio para ver que algo le ha molestado y que sin duda, necesita darme un toque de atencion para no perder su posicion frente a mama zorra. Hago crujir el cuello mientras mi mano devuelve a Hades a su sitio y me coloco de nuevo las gafas de sol. La converscion es privada, nadie mas la oye y yo ademas me aseguro de que ninguno de los presentes tenga mi cara a la vista. Unas pocas palabras se cruzan y tras ellas, simplemente le doy un toque en el hombro mientras avanzo en direccion a la nave con mi sonrisa de psicopata en el sitio, sin que haya menguado ni un apice y sin duda no aprece que nada de lo dicho me haya afectado demasiado.

Subo la rampa de la nave y le doy un toque en el brazo a Jade mientras le guiño. - Todos tuyos rubia, parece ser que la parte divertida se ha terminado. - Mi sonrisa se ensancha ligeramente mientras avanzo hacia Mirage, para luego ir hasta Mei y pedirle amablemente el rifle. Tras eso me recuesto contra una de las cajas, mientras reviso el arma. Medio pendiente de lo que pasa y de lo que no, enciendo un cigarro.

Te miro cuando me interno en la nave. Mis ojos buscan los tuyos y se ponen en blanco, junto con una mueca de mi rostro, diciendote sin palabras lo estupido de la situacion que acaba de orquestar nuestro capitan. Ahora solo falta ver como le va con su negociacion...

Abre la boca para responde a Jade cuando repara más en Sebastian, entorna los ojos, y se queda mirándole unos segundo, en silencio. Finalmente, satisfecha al parecer, responde.

- Ninguno de nosotros quiere que unos niños tan buenos como vosotros les pase nada esta noche... Seguidme, os enseñaré un sitio donde podéis pasar la noche. - dicho esto, gira su transporte, en dirección por la que llegó - Venga chicos, andando - ordena a sus hombres. - Cuando estemos más cómodos podremos hablar de vuestra nave.
 

La estrella se empieza a esconder por el horizonte, todo se cubre de un tono rojizo, haciendo el paisaje todavía un poco más irreal. Un viento frío recorrre la planicie, levantando nubes de polvo rojizo. Los caballos relinchan inquietos, y los hombres de Mercy empiezan a moverse.
 

—Cuando sea la hora harás tu trabajo, pero solo cuando sea la hora— dice sebastian con el deje del brillo en sus ojos. Pero enseguida cabia el semblante y se ocupa de nuevo de los invitados.

La última mirada antes de salir Declan la conocía de sobra. Mantente alerta, debes estar preparado.

Una gran sonrisa despide a Mercy mientras Sebastian da un par de pasos atrás y se centra en su tripulación.

—Dulces palabras... ya habéis oído a Ma' O'Mercy. Beowulf, Jade, Jamin conmigo. El resto os quedaréis al mando de Melina.

Una mirada a Declan revela una señal entre ambos. Después se acerca a Melina y se despide de ella con un beso en su mejilla susurrando unas palabras justo antes de subirse en el transporte.

—¡Nos vamos!—

El beso solo ha sido una licencia para acercarse a la chica y poder hablar con tranquilidad.

—Haced lo que podáis por la nave siguiendo los consejos de Mei. Vigilad. No me fio. Si podéis encontrar un backup para las reparaciones en los alrededores mejor. Estad atentos.—

—Y cuidate—

Después de que se haya pasado la tensión y viendo que parecen amistosos suelto todo el aliento que estaba aguantando. - Si, esto me hubiera dado trabajo y algo de entretenimiento, pero no me gusta cuando viene de esta forma, si se pueden evitar los enfrentamientos innecesarios mejor. - Pienso para mis adentros.

Al oír las palabras del capitán me giro hacia Melina. Con un leve gesto de inclinación digo. - A sus ordenes mi capitana. - Digo con una leve sonrisa en la comisura de los labios. Se que Melina no suele ser tan estricta como Sebastian cuando esta al mando... aunque tampoco es que Sebastian lo sea. - Mientras no requiera de mis servicios estaré en la enfermería con mis cosas.