Partida Rol por web

Kale imita nuestra forma de tomar el te con cierta torpeza pero no sin mérito, así que no lo comento, con un poco de práctica podría hacerse pasar por un caballero

"que tontería, ¿como va a practicar? el viaje no va a durar tanto, no debería pensar simplezas"

Me reprendo mentalmente mientras el explica sus planes y que la categoría de grumete no se le aplica, anoto mentalmente el dato aunque no creo que tenga ninguna relevancia.

Asiento levemente según explica sus planes, tiene cierta ambición, pero se marca objetivos realistas, me gusta eso

-Así que no tan solo trabaja para el capitán Vance, también aprende su oficio- estoy a punto de hacer un comentario despectivo sobre el capitán, pero no es el momento para ello, y creo que a estas alturas Kale conoce de sobra mi opinión sobre su sobrevalorado capitán. Lo malo es que no se me ocurren mas que comentarios despectivos sobre el capitán o esta nave, por lo que aprovecho para continuar en silencio con mi te

Me siento un poco más relajado. No he tirado nada, el té no se ha vertido y la conversación ha sido cordial. Mucho menos desastroso de lo que esperaba. No estamos entre las sábanas pero no ha ido mal del todo. No puedo si no admirar como la bella Lady Blackbird hace un auténtico despliegue de elegancia y saber estar. Y agradezco que la señorita Bishop se mantenga al margen, es casi como si no estuviese.

—Ciertamente. Los planes son que cuando el Capitán se jubile, el Búho pase a ser de mi propiedad. Si quiere mirarlo en términos militares, digamos que soy el contramaestre. No es mucho decir en una nave con tres tripulantes pero ese sería mi título oficial. Pero ya hemos hablado bastante de mi persona. Dígame, Lady Blackbird, ¿cómo lleva el viaje?. Hasta ahora ha sido bastante tenso pero espero que no tengamos más problemas hasta llegar a su destino— pregunto sin dejar de mirarla a los ojos.

Enarco ligeramente una ceja como única señal de sorpresa, ¿este chico es el heredero del capitan Vance? ¿o será que tienen alguna clase de acuerdo comercial?

Pero en realidad el asunto tiene muy poca relevancia, ya que aunque el capitán sea un viejo fosil obsoleto, deben de faltar años para que se retire. Así que decido olvidarlo sin mas

La pregunta sobre mi viaje si resulta mas incomoda y personal y tuerzo ligeramente el gesto en señal de disgusto

-el viaje está resultando excesivamente accidentado. La indignidad de ser capturada y tener que fugarnos de un crucero imperial estaba muy lejos de mis planes, dada la reputación del Capitán Vance me esperaba algo muy distinto de el, de su nave y de su tripulación-

Mi tono agrio echa al traste el tono que habíamos mantenido durante el te. Me doy cuenta y lo lamento, y cierro los ojos recordando las lecciones que recibi en su dia de recato  autocontrol. Cuando Kale se marche la señorita Bishop me reprenderá con toda la razón, parezco una muchachita impulsiva sin ningún autocontrol

Abro los ojos y miro a Kale suavizando un tanto mi expresión -Disculpame, no esperaba que el viaje resultara tan complicado-

Parece que consigo mantener la compostura bastante bien hasta que todo cambia. En cuanto hago la primera pregunta personal, tuerce el gesto y su tono vuelve a ser el acostumbrado.

«Y ahora, ¿qué he hecho?. ¿Se supone que hay una especie de regla no escrita por la cuál no puedes preguntar a un noble cómo se siente?. Será tanta etiqueta y tanta parafernalia, que los encorseta y después ya no pueden decir si les duele la cabeza, están de parto o les apetece salir a tomar el aire» pienso un poco frustrado por su cambio de actitud. Sin embargo, me esfuerzo por mantener la calma y fingir tranquilidad.

Dejo la taza de té a medio terminar encima de la mesa, sopesando si debería dar por terminada la reunión o no.

—No se preocupe, entiendo que ha sido una situación tensa. Lamento no haber podido evitarla. Sin embargo, se ha comportado con valentía. Eso dice mucho en su favor— contesto.— Si me disculpa, he de atender ciertos asuntos relativos a mi puesto. Le agradezco la invitación, ha sido muy agradable. Las dejo ya para que descansen y se repongan del mal trago. Señorita Bishop, Lady Blackbird.

Me levanto listo para salir y dejar a las dos mujeres tranquilas.

-Ha sido un placer señor Arkham. Tenga un buen dia- de despido con formalidad de Kale, aunque al acabar le sonrio ligeramente, lo cierto es que ha sido entretenido, si bien tendré que meditar sobre mis reacciones durante la velada, me parece raro pero siento cierta simpatía por ese chico

En cuanto se cierra la puerta hablo con la señorita Bishop

-Creo que dormiré un poco, quien sabe que mas ocurrirá en este accidentado viaje. Aviseme por favor si sucede algo en la nave que requiera mi presencia-

El camarote facilitado es verdaderamente exiguo, lo que se podía esperar en un navio tan pequeño, por supuesto. La pequeña zona de estar donde hemos tomado el te esta junto al lugar donde se despliegan las camas, la intimidad es mínima. No es que tenga necesidad de ella con la señorita Bishop, de todos modos suspiro levemente mientras me desvisto para darme una ducha y dormir un poco

-Por supuesto, Lady Blackbird. Supongo que el encuentro con el señorito, debe haberle dejado en un acolarado estado, y le debe costar desfogar el estres acumulado, asi que si ve bien, me excusare una cantidad de tiempo generosa, para que pueda relajarse usando sus propios metodos. Solo procure usar locion y automatas vibratorios sobre su cuerpo, debe mantener sus manos y piel frescas como noble que es, y debe masajear los musculos agorratados en su espalda antes de que se despierte con dolor y lagrimas.- Dije con una sonrisa, mientras recogia mi paraguas, dejando la bolsa en el camarote, estaria mas segura con Blackbird, que siguiendome detras de mi.- Buenas noches, Lady, e intente descansar, nos espera un largo camino.

Dicho eso, cierro la puerta tras de mi, alejandome y dejando sola a mi protegida, paseandome a solas por los pasillos de la nave. Se hace extraño, tener tiempo para dedicar a cosas propias, lejos de la proteccion de Lady Blackbird, pero estoy segura de que algo se me ocurrira ¿Donde estara el capitan, ahora que lo pienso?

El capitán estaba sentado en su trono mirando como el horizonte del Azul iba desfilando frente a sus ojos. Tras lo sucedido era quizá la mejor forma de relajar sus nervios, eso y una copa de coñac.

La copa iba siendo bebida, más bien sorbida, muy poco a poco. No tenía tanto licor como para desperdiciarlo bebiéndolo como si fuera agua y lo bueno requiere tiempo para su degustación. Notaba en el paladar el sabor a viejo licor e incluso a la barrica donde se guardó tanto tiempo y fue jugando con la lengua mientras el liquido se iba escurriendo poco a poco por la traquea.

No estaba solo, aunque todo la nave parece suspendida en una letargia inducida mientras prosigue su rumbo el conoce como la palma de su mano al Búho. Cada pasillo, cada puerta, ahora mismo una persona se acerca a la sala de mandos. No es el pequeño gobo ni Kale, conoce de sobras sus andares, por lo que debe ser una de las dos invitadas. Como no tiene ganas de ver a Lady Quejica ni ella parece contenta de verle a él solo puede ser una persona...

-Pase señorita Bishop, no molestará mientras no toque ninguno de esos aparejos. Como parece una persona inteligente se que no hará tal cosa. Decidme... ¿Queréis algo?-

-A largo plazo, quisiera el cumplimiento de poder llevar desde el punto inicial al punto destinatario a la señorita Blackbird sin que esta pierda alguna extremidad u organo vital ante las amenazas que se ciernen, a corto plazo, solo queria visitarle y hablar un poco con usted, si no le molesta.

Aunque de todos modos, no es que fuera a dejarle en paz asi como asi, pero estaba bien hacerle creer que tenia control sobre mi presencia. Antes de dejarle a solas, quisiera comprobar en persona el tipo de hombre que es, aunque, ya me hecho una imagen bastante completa y definida, por su actos en el combate y las palabras de su joven sustituto, y aunque quizas oscura y destructiva, no por ello dejo de estar asombrada.

-Veo que esta degustando de una sustancia liquida destilada con mosto fermentado, y en horas de trabajo, nada menos.- Comente curiosa, mientras agarraba la botella para examinarla mas de cerca, aunque mi atencion se centraba en el paisaje, habia algo de nostalgico en ver aquel azul infinito, o quizas me estaba haciendo vieja, por lo menos estoy segura de que la Bishop de hace diez años no usara esa clase de vocabulario subjetivo tan facil.- Normalmente, en mi obligacion como criada de Blackbird, deberia comentarle y quejarme de los efectos dañinos que producen sobre la capacidad motora y la perpepcion, tales brebajes, pero hara unos minutos, tome un breve descanso de tal ocupacion ¿Le molestaria si le acompañara en la degustacion?

Vance se recostó en su trono y se carcajeó sana y brevemente al escuchar a la dama. Era una risa sincera, sin ningún tipo de doble sentido ni burla implícita.

-Llevo desde que era un mocoso con pelusilla en el bigote bebiendo y a fe mía que estos brebajes no me debilitan en absoluto. Es más, creo que si el brebaje es bueno, nada que ver con esa infame ponzoña que sirven en los tugurios portuarios, uno se conserva mejor.- Se levantó sin perder la sonrisa y se dispuso a buscar otra copa del mueble bar cercano. Un pequeño mueble de caoba rojiza que parecía integrado en la misma pared. Cogió una copa de cristal igual y sirvió algo de su coñac. Lo suficiente para llenar media copa.
-Y esto no es un vulgar brebaje portuario para conseguir emborracharse y olvidar las penas y acabar arrastrándose como un gusano por los callejones. Esto es un elixir que se ha destilado de las mejores uvas y se ha ido macerando durante años para conseguir un sabor añejo. No se bebe de golpe, se debe beber en pequeños sorbos, degustandolo poco a poco hasta que su gusto se extinga. Tiene un valor más allá de su abultado precio.- Le sirvió la copa no sin olerla y agitarla levemente antes de dejársela en la mano, parecía un acto de reverencia al alcohólico elixir.

-Interesante, entonces supongo que ahora mas que nunca, debo probar en persona, tal diferencia en calidad. Muchas gracias por la oportunidad.- Me llevo el vaso a los labios, sorbo un poco, y me invade un ataque de tos. Demasiado fuerte, mas de lo esperado, hace años que no bebo gota desde que me hice cargo de Blackbird, y parece que el vaso estuviera supliendo aquella ausencia en unos segundos.- Cough, ejem, si realmente esto no tiene comparacion con lo que sirven en barrios bajos, dudo que un gusano pueda sobrevivir mas de un segundo despues de empaparse con esto, y aun menos arrastrarse hasta llegar un callejon.- Sonrio agradecida mientras sostengo la copa, aunque reposando lejos de mi cavidad bucal, mejor obedecer al capitan y tomarmelo con calma.- Parece que su vida ha sido muy excitante, seguramente llena de traumas producidas por intensos shocks y una gran falta de empatia por el dolor ajeno, o quizas demasiada empatia segun como se mire, pero excitante, al fin y al cabo ¿Tambien aprendio a manejar la espada en su pubertad, o ahora me dira que nacio con una daga bajo el brazo?

-¡Que desperdicio!- Dijo cuando vió a Naomi arrugar la naricilla y casi escupir lo ingerido. Dejó la copa a un lado, le parecía trágico simplemente tirarla.
-¿En la pubertad?- Respondió roncamente. -Casi, casi. Mi padre era también contrabandista y siempre quiso que me supiera defender. Es un mundo duro, sabe. Imaginaros que un rival intentaba secuestrarme o matarme... o algún soldado imperial pretendía hacer ejemplo conmigo... o buscara cogerme y convertirme en mercancía algún despreciable hideputa que vive de secuestrar niños ajenos y venderlos enteros o a cachos a gente igual de despreciable. Es precisamente por eso que aprendí muy joven a defenderme y mi padre me enseñó lo importante. Los trucos sucios.

No me mire así. Cuando se es pequeño y débil morder una mano o un buen golpe a la entrepierna es la diferencia entre la vida y la muerte. También me enseñó a que si tenía un arma en la mano y un enemigo dispuesto no me temblará el pulso si había de rematarlo. Aprendí primero la verdad de la lucha. Fue después, al entrar al servicio militar, cuando aprendí la técnica de la espada. Esperar, a fondo, parada, respuesta...

-...Victoria, ovacion, e inclinacion, si, los conozco.- Dije brevemente en una nota de nostalgia, mientras sorbia un poco mas del vaso.- De pequeña aprendi unos cuantos trucos, pero no gran cosa, solo lo tipico para que una mujer pueda defenderse en caso de necesidad. Fue luego, cuando pase cuatro años en los juegos de Gladiadores Duelistas del Imperio, donde aprendi de verdad lo que es luchar, nada que ver con lo que aprendi por ahi, a trozos y de manera caotica, sino de manera refinada y letalmente eficaz, nada de movimientos innecesarios u ostentosos, los payasos sobrevivian como mucho una semana si los nobles le parecian suficiente gracioso como para gastar una tranfusion de sangre en el, eran los que podian arrancar el ojo con una cuchara sin derramar ni una gota, los que ganaban el respeto para seguir viviendo. Si, cuatro años, sobreviviendo mientras me debatia por sontenerme en una cuerda floja sobre el precipicio que era mi muerte, y sin perder ningun organo u obtener ninguna cicatriz que no se pueda ocultar con ropa decente, hasta que cuando por fin me dan la libertad, se me desliza una mano, y junto ella una jarra, y junto a ella la cabeza de un militar del Imperio, y en cinco minutos paso a perder un ojo y convertirme en un masa blanquecina de globulos rojos desparramandose sobre el nivel de suelo. Suelo tomar malas decisiones cuando bebo.- Doy otro sorbo, cada vez es mas facil de tragarlo, aunque, cada vez es mas dificil de pensar, me sabe raro haber hablado mas de una linea sin pronunciar ningun nombre quimico o cientifico.- Pero bueno, gracias a eso, acabe obteniendo un ojo mecanico, y saboteando toda una flota imperial, asi que ha valido la pena. No se lo diga a Blackbird, pero este viaje lo encuentro sumamente divertido, por mucho que me queje.- Sonrio por un momento, hasta que me pongo seria, pensando lo que acababa de decir.- Cielos, disculpeme, en ningun momento me ha pedido que le cuente mi vida, debo estar aburriendole hasta la fase Delta.

-Vaya, es usted una mujer muy diferente a su ama y señora. ¿Logró al final casarse?- Dijo directamente, no era un hombre de rodeos y casi se arrepintió de haberlo dicho. Ya que se olvidó al decirlo que no hablaba ahora con Kale, el goblin o cualquier otro marino en una taberna, sino con una dama, tipo de gente que solía escasear a bordo de las naves. -Perdone mi grosería dama. Pero veo que no tenéis ninguna cicatriz que destroce vuestra belleza. Por lo que veo que salisteis con bien de esa dura vida.-

Subió la copa, que parecía tan llena como antes, y la puso en situación para poder realizar un brindis. Puso su mejor sonrisa para dar énfasis al gesto.

La pregunta me saca un poco de mis casillas, ruborizandome ante la pregunta y el complemento ¿A que venia eso? He hecho mucho analisis psicologicos en mi vida, pero ahora mismo, estaba confusa y perdida y no sabia que habia querido decir con ello, moviendo nerviosa los parpados y mirandole con sorpresa. Al final me tranquilize, y me limite a sonreir, hacia años que nadie me llamaba bella, por lo menos de nadie que no tuviera un fetiche por los implantes mecanicos.

- Esta disculpado. Y sobre el matrimio, si, si lo estoy.- Dije por un momento, dramaticamente y degustando la reaccion de mi respuesta.- Con mi trabajo, han sido muchos años felices y cargados de endorfinas, y nunca pense que ser criada y niñera fuera a ser la mas excitante, peligrosa, dura y reconfortante tarea que he tenido jamas, pero creo que ya es hora de pedir los papeles de divorcio, ya que dudo que me vayan aceptar en otra familia despues de esta escapada, ni pueda querer tanto a un ser humano en edad de crecimiento y minoria de edad como Lady Blackbird. Y porque lo he oido de vuestro protegido, no soy el unico que separa de algo preciado, como la mejor nave del mundo, para retirarse.- Observe con una sonrisa, mientras levantaba una copa junto a la del capitan, dispuesto a recibir el brindis con alegria y jubilo.-¿Que celebramos?¿Por nuestra jubilacion, o porque los infantes ya han dejado de ser niños?

-¡Ja! ¡El día que me jubile será cuando mis manos no puedan ya aferrar el timón de esta nave! Prefiero brindar por tener una buena compañía esta noche, es mucho más agradecido. El futuro es algo nebuloso e intocable. No creo que haya nadie con el poder de predecirlo al dedillo. Pro eso es mejor brindar por las personas con las que se prefiere estar...- Dijo sonriendo ampliamente.

Le estaba cayendo bien la señora Bishop. Al ser una veterana curtida era como hablar con alguien muy cercano, alguien que entendía cosas como la incertidumbre y la angustia de la batalla. Le parecía un desperdicio que tuviera que hacer de sirviente de Lady Blackbird, por mucho cariño que le profesara Bishop.

El Búho atravesaba los gases del Salvaje Azul con un ritmo constante. Snargle se había encargado de los mandos y ahora se relajaba leyendo "Historia de la aviación"; no iban a tener más problemas a menos que una nave del Imperio lo siguiera hasta allí y Snargle sabía que no iba a ser así. Se había cuidado de trazar una ruta imposible de rastrear.

Por su parte, Lady Blackbird había mantenido una agradable charla con Kale. El muchacho se había marchado tras tomar el té y ahora no podía quitarse a la dama de la mente. La señorita Bishop había decidido establecer un contacto más personal con el capitán para tratar de averiguar qué clase de persona se trataba. Un poco de charla había despejado sus dudas, igual que las del capitán.

Y justo cuando sus copas chocaban por un brindis, el Búho se escoró hacia la derecha. Snargle acabó cayéndose del camastro y parte de las cosas que guardaba en un estante le cayeron sobre la cabeza. Kale se agarró a las mangueras del pasillo para no partirse la espalda, mientras que Natasha se aferraba a la maleta de la señorita Bishop para no caer al suelo. Bishop no pudo guardar el equilibrio y tropezó con Vance en su caída, acabando los dos práctiamente en el suelo.

Un pitido comenzó a sonar en la cabina de mando, Vance no se molestó en disimular una sarta de protestas... pero cuando miró por la ventana supo que estaban en problemas. Problemas serios. En sus muchos años por el Salvaje Azul pocas habían sido las ocasiones en las que se había topado con una criatura de esas carácteristicas.

Los calamares aeréros no eran nada nuevo para él.

-maldita sea la segunda Ley de la Termodinamica-

El brusco despertar me hace maldecir en voz alta, y me alegro de encontrarme sola en el camarote que comparto con la señorita Bishop

-¿nada en este viaje puede transcurrir según una previsión establecida?- A punto estoy de salir a ver que sucede cuando recuerdo que estoy en paños menores, y una dama siempre ha de guardar las formas, así que me visto adecuadamente, pese a la inclinación del navio. En cuanto esté lista iré a ver que sucede esta vez

"el capitan Vance nos aseguro que habíamos dejado atras a los imperiales, espero que tenga una buena explicación para este nuevo inconveniente"

Estoy tranquilamente en la sala de máquinas cuando el golpe me sorprende. Lo primero que hago es mirar la máquina con el ceño fruncido, pensando que algo ha fallado. Pero compruebo en seguida que está perfecta.

Me giro muy lentamente hacia la ventana, esperando no ver nada monstruoso por ella. Pero ahí está: un enorme tentaculillo de calamar me saluda alegremente. Supongo que estará alegre porque ha encontrado comida.

«Bien, lo que nos faltaba ahora. Este viaje está gafado, muy gafado» pienso cansado ya de tanto sobresalto.

Corro hacia el puente de mando, para ver qué tiene pensado en pequeño gobling.

—Menudo regalito nos hemos encontrado— digo malhumorado.

Escuchó el sonido del cristal rompiéndose y el caro coñac desparramándose pro el suelo. En su lugar sentía las sedosas vestimentas de la señora Bishop y el cuerpo atlético y esbelto que envolvían. Aunque maldijo en primer lugar ahora empezaba pensar que no era tan mal cambio. La ayudó a levantarse ahogando alguna blasfemia y observó con una torva mirada desde su posición el panorama.

-Vaya, un calamar quiere estropearnos la velada. ¡Hay que ponerse en marcha!- Se dirigió a una serie de tubos acampanados de bronce que parecían brotar a los pies del timón, destapó uno y tiró de una palanca cercana y se dispuso a hablar con la boca muy pegada a uno de esos tubos.
-¡Atención! ¡Alerta! ¡Detectado calamar gigante, todos a sus puestos!- Gritó y con una reverberación metálica el mensaje se sintió aumentado de volumen en todos los recovecos de la nave como si naciera del mismo esqueleto de la nave. -¡Que todos los pasajeros se refugien en su camarote!-

Y se concentró en los aparatos de mando, quería preparar todo para salir de allí lo más rápido posible.

Una persona como yo, esta acostumbrada a todo tipo de desgracias y responder con la mayor calma y eficacia disponible, ejemplos de ellos es como puse mi mejor postura anti-imprevisas aceleraciones de gravedad hacia una superficie plana, y mi control de coloracion en mis pomulos cuando noto encima al capitan, no ayuda para nada que siga tal provocador incidente con su fuertes manos levantandome del suelo con aquella gracilidad y firmeza obtenida de su experiencia de viajero de invisibles mares. Haria falta mucho sudor y sangre para mantener esta nave supongo, y martillos mas tablas de maderas, viendo alguna que otra chapuza que mejor no mencionar por respeto.

Lo que si no me prepare para nada, y me dejo la boca abierta mientras miraba como una chiquilla ante una maravilla, eran aquellas mandibulas rodeadas de tentaculos, amenazandonos desde la ventana como la curiosa e inteligente bestia que era.

-!Un calamar aero, es... Precioso¡- Dije excitada, mientras me acercaba a la ventana, olvidadando por un instante todo lo demas.- Un Teuthida aer, habia oido hablar de ellos desde niña, pero nunca habia tenido oportunidad de examinar uno de cerca. Fijese, mucha gente cree que los calamares son todos tencaculos, pero en realidad son solo dos, los demas siendo brazos, de todos modos, no es que necesiten mas, con dos de ellos pueden alimentarse de cualquier ser vivo bajo su escala de piramide alimenticia, siendo su velocidad y agarre tan flexibles y fuertes para agarrar y atacar cualquier cosa de su tamaño o mayor, y su mandibula es lo suficiente afilada y resistente para atravesar cualquier superficie. Oh, si tuviera mi bolsa, podria...- De repente me doy cuenta, deje mi bolsa junto algo mas preciado, Lady Blackbird.- !Lady Blackbird, debe estar asustada y confundida por los recientes eventos¡ Capitan, ahora vuelvo, voy a asegurar el estado de mi protegida.

Dicho eso, corro fuera de la sala en direccion al camarote, dejando al capitan ocuparse del calamar, aunque algo preocupada. Conociendo la tripulacion y su capitan, lo mas seguro es que esto iba acabar en alguna explosion, seguramente del propio calamar, pobre animal, ningun ser vivo deberia experimentar combustion espontanea, sin tener al menos tres piezas de engranaje por dentro de la superficie.