Kay responde al gesto de Leo con una pequeña sonrisa, quizás algo apagada o ausente.
Sigue intentándose controlar y por el momento lo lleva bien.
Se preguntaba si las encerrarían a todas en una misma habitación, o si cada una tenía una individual...
No está acostumbrada a "compartir territorio", pero obviamente aquélla decisión estaba fuera de su alcance. De las chicas que había visto, le había llamado la atención la primera rubia que había allí... No recordaba el nombre... De hecho, no recordaba si siquiera lo había oído... Pero era la que tenía otra amiga rubia, que llegó después.
En cuanto a la "Rubia Dos", la había mirado mal y realizado aquél comentario de los "animales", cosa que si bien le daba igual, no creía que fuese algo "bueno" para comenzar una "relación" allí.
Después estaba la de la guitarra. Pero estaba más que atraída por el chico del iPod, por lo que era mejor no meterse. Aunque admiraba su devoción por su guitarra. La gente se apegaba mucho a los objetos materiales... De hecho, hasta tenían sentimientos por ellos... Ella nunca se había sentido así por nada... Quizás fuera por ello por lo que no le importaba destruir...
Instintivamente, se tocó el colgante que le había regalado su hermana... Había olvidado que lo llevaba... Bueno... Eso no era ni cinturón ni cordones... Ni estaba en sus bolsillos... Así que suponía que no contaba...
Comenzó a andar, sintiendo las baldosas frías bajo sus pies... Miró entonces a las otras dos chicas que completaban el cuadro: las tímidas.
La primera, de un intenso cabello de color azabache, también la había mirado mal. Suponía que le daba miedo, aunque la chica parecía mayor que ella... Que no quiere decir que lo fuese... Pero Kayla era tan bajita y pequeña que casi nadie se creía que tuviese su edad... Ni que un cuerpo así pudiese albergar tanto odio... Mas, ya se sabe... Que las apariencias engañan...
Se preguntó si la apariencia de la tímida de cabello azabache también engañaba... Aunque eso ya se vería, sin lugar a dudas...
Luego posó sus ojos en la última: la tímida que había estado el rato con el "rubio rebelde". Ella parecía asustada de todo. Asustada y temerosa incluso de hablar Por lo que había sentido, había... ¿Robado una joyería? No tenía pintas de ser mala... Igual había sido obligada a robar... O igual simplemente era una loba disfrazada de carnero...
Una vez más, las apariencias pueden engañar...
Kay siguió completando su camino, con la mirada al frente, orgullosa. Pese a su odio por su familia, ella era una Montfort, y los Montfort no se doblegaban por nada.
Quizás fuera algo que viniese "de fábrica" en ellos.
Era un completo misterio.
Observé a David Será idiota el primer día y ¿ya se quiere meter en problemas? pero luego pensé en mirar a los demás cuando el director nos habló de un examen médico Oh qué miedo me burlaba en mi mente, ya que decirlo en alto sería un suicidio.
Las primeras en irse eran las chicas así que observé las caras de cada una de ellas y sobre todo la de una en concreto... La marcha de las chicas significaba tener que aparentar como lo hace con mis amigos, aunque sé que soy el más pequeño de los chicos, pero no quiero ser un exiliado. Según había observado Leo y Alex ya se habían hecho buenos amigos mientras los demás aún estaban aparte por lo que el objetivo era hacerse amigo de ellos pero cómo ¿Tendré que hacer cómo en el instituto? No creo que aquí haya ninguna cacerola llena de "salsa especial" o lo que es lo mismo algo muy podrido que ni siquiera se sabía lo que era...
Suspiré... Llevábamos un buen rato allí encerrados y ahora pretendían hacernos un exámen médico. No sé por qué, pero esas palabras me crearon un escalofrío.
La morena que había estado besándose con el otro chico, finalmente pareció acceder en dejar su guitarra. Yo nunca había tenido tanto apego a alguna posesión mia. Así que me costaba entender por qué actuaba así con una guitarra.
Dejé el resto de cosas allí, donde indicaban. Y segui a las chicas hacia fuera. Antes de salir, no sé ni por qué lo hice, me giré levemente y me despedí con la mano de David.
-Pufffffff... vaya mierda, no?- Comento en un suspiro más para mi que para los que nos quedamos. Estaba pensando en el examen médico, y sé lo que me va a salir.... Tomo drogas, aunque aqui no creo que se sorprendan mucho....
Me fijo en los tios que nos quedamos, la verdad quitando el consejo a David, no he hablado mucho con ellos pues he estado a otros menesteres más importantes... Una sonrisa aflora en mi rostro, y me acaricio los labios aún con el sabor de Erika en ellos...
Me acerco un momento a la tarima, a mis cosas, y cojo el tabaco y la cajita, y me lio un cigarro ahí mismo, para cuando acabe dejarlo otra vez en el sitio. Busco las cerillas y lo enciendo...
-Si, ya sé, no tiraré la colilla...- Le digo a un guardia que me mira mal y me dirijo a la ventana, a fumar alli. La abro para recibir el aire fresco y no viciado de esta sala, una pequeña brisa mueve mi pelo y lo paso tras mi oreja; me apoyo y mirando al exteriór como un extracto absurdo de libertad truncada exhalo una calada profunda.... -Será un año larguisimo, aunque se me ocurren un par de cosas para que se me antoje más rapido...- Pienso soltando el humo por la nariz...
Sebastian estaba retraído en sus propios problemas. Parecía soberanamente ausente. Y no pronuncio ni una palabra aguardaba a que la gente que debía irse se fuera, y a que la gente que debía esperar hiciera lo mismo. Sebastian no molestaría a nadie mientras lo que se le dijera fuese justo. Y le pareció que el oficial tenia razón en todo lo que había dicho. Al menos hasta el momento. Y no intentaría nada que fuese tan idiota como para contradecirlos mientras ellos no hicieran nada injusto o estúpidamente fuera de el código de la moral y la ética.
Pongo los ojos en blaco y dejo mis botas con el resto de cosas - Dijeron lo que teniamos que traer en la mochila no lo que teniamos que llevar puesto... - murmuro ante el comentario del calzado deportivo, saco mis converse negras y blancas y me las congo sin los cordones tambien para terminar con los calcetines a rayas y mi atuendo comun esperando a dirigirme a la sala donde lo mas seguro es que nos examinaran hasta el utero.........
Alzo la mano de manera tímida a la chica, mientras la veo partir. Hey, que mal por ellas, una ves Rodrigo me dijo que a las mujeres en la cárcel les revisaban la vagina para ver si guardaban algo.... no me sorprendería. ¡Estos malditos polichos de mierda!, no falta el que aprovecha y les mete mano.
Y no faltara el depravado gay que le gusten los hombres.... mal nacidos.
Sigo en silencio.... cómo extraño a mis amigos.
Leo se acerca a la mesa enfadado con cuanto poli habia alli. Y por supuesto con el estupido del director.
Coge una cajerilla de tabaco la abre y saca un cigarrillo el cual enciende con su zippo, que estaba sobre la mesa tambien.
-Esto es una mierda...
Se dedicó a decir, sin importarle si le escuchaban o no. Sus cosas etaban encima de la mesa, y las mira como diciendo...
Y esto es todo....
Luego mira a los presentes, con una aire despistado y ausente.
Las chicas salieron por la puerta, quedándoos solos... Bueno, solos sin contar a los cuatro guardias y el director que no apartaba la mirada ceñuda de Alex. Al momento, Leo también se encendió un cigarrillo, provocando que el director frunciera todavía más el ceño.
- Apaguen ahora mismo los cigarrillos. - Dijo autoritariamente. Ni un respeto ni nada... Y me traen a estos muchachos para que haga hombres de provecho... Ufff...
El hombre empezó a caminar por la sala. Su postura regia, su andar seco, recordaba a un militar.
- Aquí habeis venido a aprender disciplina... El estado cree que todavía podeis ser hombres de provecho. Aquí vais a aprender a respetar, vais a saber lo que es el camino recto. No voy a pasar ni una. Si quereis ser rebeldes, vosotros mismos, hay muchos métodos de enseñar disciplina. - Se detuvo y su mirada fría, calculadora, recorrió a cada uno de los jóvenes.
Leo hace un gesto exagerado de un saludo militar, y apaga el cigarrillo.
-Señor, si, señor
Aquello le parecia para partirse d erisa, hombres de provecho, disciplna, que len den al puto director, nadie lo lograria achantar. NADIE!
Si su padre adoptivo no pudo, nadie podria, no se dejaria manipular, no se dejaria llevar como un perro faldero por los caminos de la rectitud.
QUE TE DEN!
Pongo los ojos en blanco y miro al techo. Seguramente el estado esta "Muy" interesado... seguuuro. Espero en silencio.
A Sebas no le parecía mal. Esa gente necesitaba disciplina. Acaso no saben que no se puede fumar dentro de los edificios del gobierno. En ningún edificio. Eran una mala parte de la sociedad como lo era el también. Sebastian no esperaba menos de parte de el oficial. Y no le parecía para nada un tipo que estaba errado. Sus razonamientos eran claros y el necesitaba que alguien arregle su forma de ser y ese hombre estaba completamente en lo correcto.
Estuvisteis todavía un buen rato esperando. El director salió un par de veces de la estancia.
- Bien chicos, acompañadles... - Dijo al volver la segunda vez señalando a los cuatro guardias.
Los guardias se movieron, haciendo un gesto para que les siguierais. El director miró por un momento hacia el espejo e hizo un movimiento afirmativo con la cabeza. Después salió nuevamente de la estancia.
- Venga chicos, vamos... - Os dijo Roberto, el guardia que estaba en la puerta cuando llegasteis.
El primero en salir de aquella habitación fui yo, por lo que comencé a caminar hacia la puerta mirando como el director se miraba al espejo Será creído el tío río para mí.
Desde que se han ido las tías, esto se ha vuelto un muermazo. Miro a los tíos con los que me he quedado en la sala. Todos parecen aburridos, cada uno perdido en sus mierdas...
Al fin parece que nos movemos. Me levanto de la silla y salgo por la puerta sin mirar atrás.
El hombrecillo siguió a los otros sin decir palabra. No había hablado desde que había llegado al lugar. Y si nadie le dirigía la palabra tampoco lo haría entonces avanzo sin ánimos de ofender a nadie hacia la salida.
Leo cuando se hubieron ido los demas, espera un poco y cuando solo quedaban el y Alex le tiende la mano:
-No empezamos con buen pie, soy Leo. Te saludo pues eres el unico que veo mereceria la pena y tiene cohones para plantar cara.
Espera a que Alex le tienda la mano para luego dirigirse fuera con los pies descalzos tras los guardias.
Cuando el Nazi del director me dice lo del cigarro, apuro un par de caladas y lo apago en la suela de mis zapatillas, guardandome en el bolsillo de los vaqueros el resto del cigarro...
Al rato, nos hacen salir, y Leo se acerca a mi y me ofrece su mano.... Le miro y con una media sonrisa se la estrecho, aprieto un poco y me acerco a susurrarle.
-No vuelvas a tratar asi a Erika, vale?- Le aconsejo, haciendole ver lo que no me ha gustado de él para con mi chica...
Luego añado... -Soy Alex...- Y asiento con la cabeza a sus palabras yendo tras los guardias.
Abre los brazos negado con la cabeza y sonriente:
-Como digas colega, me contendré la proxima vez, pero bueno ya sabes, los nervios estan a flor d epiel en este lugar...
Lo sigue, manteniendo la conversacion con Alex. Maldiciendo para sus adentros a odos y cuantos habia en el lugar, los polis y el director, los odiaba.
Piensa en Kay y el fuego, una risita aparece en su rostro....
[i]No pienses asi Leo, seria sesinato[/b]