Partida Rol por web

Recojo mis dagas de entre la maleza con gesto hosco mientras me sujeto la manga de la chaqueta, rasgada allí donde he recibido el mordisco del puñetero lobo. Afortunadamente el imbécil de nuestro jefe no se ha dado cuenta de lo terrible de nuestra actuación. Si combatimos así contra unos perros famélicos no quiero ni imaginarme lo que nos va a pasar si nos encontramos con unos simples bandidos.

Estamos muy, muy jodidos.

Me giro hacia los compañeros y no les pregunto ¿Estáis bien? ¿Algo que se pueda hacer? luego me giro hacia el patrón y lo levanto tirando de su brazo. Mi terreno es un puto barco en la mar no el desierto, las ciudades o los bosques... No te confundas. Por esta vez estamos vivos pero hay que tener cuidado. Y por cierto se te acabó el mear solo. No vas a exponerte a peligros de manera deliberada. intento no pensar mucho en lo que habría pasado viendo nuestra actitud en combate y maldigo para mis adentros.

Al observar a mis compañeros, me maldigo por haberme lanzado tan rápidamente a por los lobos, y no haberlos protegido, como hemos hecho otras veces.
Me avergüenza haber dejado que unos sucios lobos hirieran a mis compañeros.
Tengo que contener mis ansias de pelea.
-Estúpido lobo que se deja matar, merece morir. Pronuncio la frase que me decía mi abuelo refiriéndome a nuestro patrono, disimuladamente mirando las dos mitades del lobo y levantando al patrono en vilo, para llevarle al campamento.

¡Dioses, la pierna! Eso me pasa por meterme en la boca del lobo, almenos ya tengo bastón para apoyarme, aunque no desecharia nunca la ayuda de alguna de mis compañeras para poder andar...

Hay que espabilar Malakias, este ya no es momento para andar mirando culos, la proxima vez a lo mejor no lo cuentas...

A pesar de vuestras heridas, habéis salido bien parados del encuentro con los lobos, aunque Nadec se pasa el resto de viaje quejándose de su tobillo, el cual llegó a hincharsele ligeramente durante la mañana del día siguiente.
Y finalmente llegáis a Vador sin más contratiempos.

Vador es una ciudad de gran tamaño, de unos diez mil habitantes y que existe gracias al manantial de Vador, una cueva del tamaño de una decena de ballenas y de la que sale un río de cien metros de ancho. El río, llamado Don de Vador lleva manand desde que los quarzhasaaties, los antiguos habitantes de estas tierras, fueron enterrados en la arena hace miles de años. El río riega campos de árboles frutales, huertos e incluso arrozales y sigue avanzando hacia el sur.

En la ciudad hay artesanos de todos los tipos, principalmente del cuero y de cerámica, aunque esta última es muy cara debido a la falta de combustibles para su elaboración. de hecho, uno de los principales negocios de la familia Ascand es la venta de madera. Los principales edificios incluyen un templo de la ley, la casa del consejo y la villa de Magel Matavio, joven gobrernante d ela ciudad y miembro del Consejo de Senadores de Ilmiora.

A partir de este momento, deberéis encontrar el camino hacta Ideam, vuestro primer destino. A partir de aquí no hay caminos, rutas marcadas ni mapas que señalen los posibles oasis. Del mismo modo, es sumamente desaconsejable adentrarse en el gran desierto con caballos.

Ahora mismo me siento como pez fuera del agua compañeros... No es mi terreno y tampoco sé que nos puede esperar a la vuelta de la esquina. Pero algo hay que hacer. ¿Tenemos provisiones (agua y demás) para el viaje? ¿Cuanto tiempo será este primer tramo de viaje? ¿Cuáles son tus contactos, patrón, en este lugar? pongo una mano en el hombro de Cernabi más para darme apoyo y confianza que para otra cosa.

Me encojo de hombros y hago un gesto impaciente.

- En una ciudad como ésta tiene que haber alguien que se interne en el desierto con regularidad -cuento con los dedos- Mercaderes, nómadas, si hay algo que cazar... cazadores... Y todos tienen algo en común: compran y venden cosas. Y necesitan provisiones, como nosotros. Vamos a por ellas a un mercado y preguntemos. Y vayamos con cuidado, donde hay guías, hay timadores y cómplices de bandidos.

Efectivamente, un simple paseo por la ciudad os lleva hasta un enorme bazar donde se compran, se vende y se alquian servicios de todos los tipos. Además de odres de agua de tamaños considerables, equipo de superviviencia en el desierto y camellos, encontráis multitud de guias que aseguran ser expertos conocedores de las áridas llanuras más allá de la ciudad y se ofrecen como guias.
A pesar de todo, encontrar a Idean el Vidente y convencerle de que os entregue ese Laud de la congoja y el pesar, sigue siendo una tarea que se os antoja complicada. Y más aún con el Capitán Bahar y sus hombres buscándolo por su cuenta.

Busco alguna persona que le vea de fiar y que tenga cara de saber lo que es un Laud, que por otro lado yo no lo sé, al igual que congoja y pesar. Busco alguien con animales de carga aptos para el desierto y dónde comprar agua y comida para el desierto. Pero enseguida me despisto con los kioskos de dulces y comidas varias. Cuando me doy cuenta no sé muy bien que busco y me encuentro un poco frustrado, seguro que mis compañeros encuentran alguien o algo de interés.
-Avisadme cuando encontréis algo, que yo cargo con lo que pese.seguro que si no les estorbo pueden encontrar algo bueno, eh pero les puedo resultar de más ayuda.Esto es muy difícil. Recordad si hay que convencer a alguien, puedo ser muy persuasivo. Esto último lo digo acariciando el mango de mi hacha.

Te pongo las referencias por si acaso, en principio he conseguido, si el grupo dispone de suficiente tiempo, atar a los dos, el de agua en un orde y el de tierra en mi bastón. A cambio no realizaré tiradas de elocuencia ni buscar, más tarde hago la entrada para el grupo, que quiero mantener los elementales en secreto de momento.

Doy una vuelta por el mercado intentando no recuperar las viejas costumbres. Pero me contengo, no quiero montar un jaleo en una ciudad que no conozco y en las que hasta las ratas me venderían como la forastera que soy,

Busco provisiones que no se estropeen pronto a pesar del calor, que nos hidraten y animales que resistan el paso por el desierto. Y como no sé casi nada de esas cosas, me concentro mucho más en encontrar a alguien que SÍ SEPA y que no nos estafe ni nos lleve a una emboscada.

Si al menos no cantáramos tanto a primos...

Viendo cómo están mis compañeros intento hablar con otras personas ya sea como guía o como ayuda además de buscar equipo de supervivencia en el desierto y monturas para cruzar ese maldito arenal... Viendo que el resultado es exactamente el mismo que mis compañeros me dirijo a nuestro patrón que parece que va a tener que ser él....¡Madre mía la que nos espera! De esta no salimos con vida....

Me separo del grupo con las primeras luces del Alba y vuelvo al atardecer. Sin disimular mi sonrisa saludo a mis compañeros:

- Vaya, he corrido la misma suerte que vosotros... A cruzar los dedos y confiar en Nadec.

El bullicio del bazar, la cantidad de personas ofreciendoos servicios y bienes y su costumbre de regatear, insistir y atosigar hacen que acabéis claudicando por no encontrar nada en concreto. Ahora solo os queda esperar que Nadec, con sus capacidades de comerciante sea capaz de dar con un buen guia y el equipo necesario para el viaje. Y así es.
A media tarde aparece en el punto de encuentro con una sonrisa de oreja a oreja. Viste ropas de seda de color azul y porta un turbante en la cabeza que a todas luces no se ha atado él.
-Ya lo tenemos todo listo, compañeros. Mañana a primera hora partiremos hacia el Este, adentrándonos en el desierto. Os he comprado ropa, camellos, provisiones y he encontrado al mejor guia de la zona. También me he enterado de que Bahar y sus hombres nos llevan unos días de ventaja. -Al decir esto su sonrisa se difumina ligeramente, pero rápidamente la recupera. -Aunque me han dicho que el desierto es tan peligroso que seguramente no llegarán muy lejos.