Partida Rol por web

Bueno, pues no averiguas nada nuevo de los objetos, aunque estás casi seguro, por tus conocimientos de arqueología, de que el cetro de mando tiene algunas runas escritas en alguna lengua africana, y estás seguro de que los supersticiosos africanos creen que transfiere el poder de algún Dios pagano a su poseedor al hacer cierta invocación...

Ese bol de cobre, ¿tiene algún significado para la secta? pues les han timado: crees que es mas falso que un billete de 6,5 US$. Si han querido dar un aspecto antiguo, se han equivocado por completo: tiene toda la pinta de ser una baratija hecha en México hace poco. Les tienen que haber engañado a los gilis de la secta.

El manto está hecho con plumas de avestruz y de martín pescador, probablemente del África oriental. No crees que se aimportante.
Pero si que lo es el hecho de que la madera de la que está tallada la máscara... ¡¡¡NO ES DE NINGUNA MADERA CONOCIDA EN LA TIERRA!!!

Y el bol, ¡El bol lo mismo! Eso no es cobre. Parece cobre pero es muchísimo mas duro. de hecho es increiblemente duro. de hecho, TAMPOCO ES UN METAL CONOCIDO EN LA TIERRA.

Bauberg aprovecha la ocasión para completar diligentemente sus bocetos, añadiendo nuevos detalles y algunos objetos más. Tal vez por tratar de ayudar al resto a comprender o simplemente por romper el silecio el orondo anticuario comenta a sus compañeros.

En general estos objetos completan una especie de transformación. El chamán, brujo o lider espiritual al colocarse todas estas cosas asume un rol esotérico. No es más que "atrezzo" pensado para sugestionar a los sectarios o seguidores del culto y normalmente también al portador, creando una sugestión colectiva por la que los participantes del ritual, normalmente bajo el influjo de drogas naturales,  llegan a creer que el portador de estos fetiches es un Dios o al menos recibe parte del poder divino.

Bauberg manosea la careta, intrigado por los símbolos extraños tallados en su superficie.

Es al menos es lo que pensaría de objetos tribales normales y corrientes. Pero seríamos estúpidos si no le dieramos más importancia, incluso puede que atribuciones sobrenaturales. No olvidemos que el hobre que portaba esta máscara podía levantar muertos y corromper la carne.

Embargado por la curiosidad se lleva la máscara a la cara, ajustándola sobre sus mullidos mofletes.

Tyler no puede resistirse y una risilla se le escapa cuando el bol de cobre pasa por sus manos, trata de contenerse, pero no puede por menos que reirse.

Cuando el resto le miran se explica entre risas - les han timado, este bol apenas vale unos dolares, un recuerdo de mexico quizas. Resulta gracioso encontrarse con una baratija como estas entre el resto de objetos que sin duda les ha costado sudor y lagrimas de conseguir.

Luego otra idea se le cruza por la cabeza, y si han dado el cambiazo - Perdona, - dice dirigiendose al que está a cargo de custodiar las pruebas - ¿sabes si alguien a pedido ver los objetos además de nosotros? - pregunto mientras trato de ver si miente en su contestación

Pues, nadie, señor. Nadie ha solicitado inspeccionar las pruebas del caso Elías. Salvo usted, claro. responde el atareado funcionmario encargado del almacén de pruebas.

La máscara no tiene ninguna tira para sujetarla a la cara. No obstante, cuando entra en contacto con las mejillas de Bauberg, ésta inmediatamente parece amoldarse a su rostro, sin presionar, pero quedando fija.

Mmmmm, estas garras me parecen un juguete para torturar a los infortunados que caen en manos de la secta, y sin ningún sentido religioso.

Paul, qué haces? No juegues con cosas cuyo significado aún no comprendemos del todo y... enmudezco al ver que la máscara que ha ajustado perfectamente al rostro del anticuario y ha quedado fija.

Sácate la máscara, Paul - le digo con voz neutra.

Paul nota como la máscara se fija y se adapta al contorno de su cara. Anodadado suleta la manopara comprobar que se queda ajustada.

¿Estais viendo lo mismo que yo? esta máscara se ajusta por si sola, ¿será de algun tipo de material elástico? por que tengo entendido que algunas plantas secretan una especie de latex natural, tal vez sea por eso...

Aunque trata de buscar una respuesta racional, la voz amortiguada por la máscara del anticuario parece nerviosa y finalmente se lleva la mano a la máscara para quitársela.

Sin embargo no responde al movimiento de la mano del anticuario. Está firmemente sujeta, pero como si fuera parte de él, de su propia piel.

Las pupilas de Bauberg refulgen repentinamente bajo los agujeros para los ojos; y parecen expandirse hasta el punto de ocupar toda la órbita de los ojos. Queda seguidamente boquiabierto y apenas emite un quejido, no ya de dolor ni de sorpresa, sino como una reacción refleja humana.

Ahhhh!! no se quita, esta pegada o algo así. Maldíta sea, ¡ayudadme!

Paul forcejea con la máscara tratando de arrancarla de su cara.

Repentinamente ya no estás en la sala de pruebas inspeccionando los objetos. Ves un revoloteo frente a ti, procedente de unas siluetas, infinidad de negras siluetas de unas cornudas criaturas vagamente humanoides y con alas como de murciélago y una inquietante y rabiosa cola y un aún mas extraño vacío cuando intentas enfocar la vista en su cara. Pero parecen alejarse en un negro aleteo cuando una figura se va acercando entre unas brumosas lineas que se forman en el ambiente. Esa figura va en un extraño carruaje que asemeja una beira tirado por un par de furiosos y grisáceos caballos de cuya frente le sobresale un unico cuerno. Según se va acercando puedes ver a su auriga, un anciano de largas barbas y de grisácea túnica portando un extraño báculo en la mano mientras cabalga a gran velocidad hacia tu posición y rompiendo las brumas a su paso.

Y los ojos del anciano se cruzan vagamente con los tuyos mientras llega a tu posición y atraviesa tu cuerpo. Puedes verle seguidamente cabalgando, dándote la espalda, manteniendo el equilibrio sobre la beira sobre sus nudosos tobillos en sus blanquecinas y flacas piernas, mientras se aleja de tu posición a gran velocidad, aunque gira la vuelta nuevamente. Sus grises y misteriosos ojos parecen mirar en el interior de tu cerebro pero extrañamente no sientes ningún miedo, y prácticamente ni siquiera sorpresa ante la visión. Aunque seguidamente deasaparecen cuando otros cuatro pares de ojos ocupan su posición.

Y ya no hay brumas, ni carruaje ni nada. Y se escucha un chasquido y algo que rebota frente a tí. Y los 4 pares de ojos ya no son grises y te resultan familiares: son los de tus 4 absortos compañeros de investigación que te miran boquiabiertos mientras la máscara cae de tu rostro rebotando en la mesa.

Y ni siquiera eres consciente de cuanto tiempo has pasado en este trance. ¿un minuto? ¿una hora?

Los ojos de huevo duro de Bauberg tratan de contener unas pupilas endiabladamente dilatadas, las manos sobre la mesa, se contraen en puños y se vuelven a relajar repetidamente, mientras el anticuario inspira y expira aire a grandes bocanadas. Pese a que gotas de sudor perlan su rubicundo rostro, Paul no esta aterrado como cabría pensar, si no algo ido presa de una experiencia mística.

Aunque los ojos parecen ver, los estímulos de su cerebro parecen caer en saco roto, pues le cuesta un par de minutos reconocer a sus compañeros

Por los más sagrado... ¡Esta cosa es obra del demonio!ל

Al ver lo que le está ocurriendo a Paul, muevo la cabeza a derecha e izquierda rápidamente, mientras me llevo las manos a la cara

Por el amor de dios, por el amor de dios ¿qué está pasando? susurro mientras intento recomponerme y trato de recordar si el libro hablaba algo sobre la máscara y ésto que está sucediendo.

No, el libro no hablaba nada que tu recuerdes sobre la máscara.
Aunque Paul, tras la grotesca y demoníaca máscara sigue con los ojos como platos y completamente inmóvil.

Tyler se echa la mano a la frente desesperado con estas cosas no se juega Paul e inmediatamente trata de arrancarle la mascara de la cara un poco a lo bruto.

Huy,es algo difícil de explicar. La textura de la máscara es de madera, pero al tiempo te da la impresión de que estás tocando la propia piel de Paul.
Es como si no fuera una máscara, sino un apéndice de su propio cuerpo, su propio rostro. Nada favorecedor, por cierto.

Y no se desprende de su rostro pesea los tirones que da el detective. De todos modos Bauberg tampoco parece haberse enterado, porque sigue en una posición idéntica.

Maldita sea!!!

Al ver el resultado de los experimentos de Bauberg me levanto atropelladamente de la silla tirando las garras que estaba mirando hasta entonces. Al igual que Tyler, también me acerco a Paul a ver qué se puede hacer. Observo su textura de madera pero al mismo tiempo adaptable a la piel del anticuario, los tirones del detective y como ni Paul parece que se entera ni la máscara se desprende.

Tranquilo Paul, ahora te la quitamos - le digo suave y cálidamente apoyando mi mano en su hombro mientras intento pensar rápidamente, intentando recordar si he leído en alguna parte algo parecido, algún precedente, si con algún producto se desprende, haciendo memoria de todos mis conocimientos y los libros y artículos estudiados, alguna vivencia... Cualquier cosa que pueda ayudar a Paul.