Partida Rol por web

- Llegado ese momento decidiremos, también depende de con qué clase de caminantes nos encontremos. En principio no deberíamos de tener problema salvo por la lluvia que seguramente nos acompañe durante buena parte del trayecto. -  comento - ...lo que no he mirado es si hay alguna posada por el camino, ya que no nos vendría mal descansar en ella si el mal tiempo acompaña...

Aunque dormir al raso no me disgustaba, una buena cerveza y un buen fuego en una posada tampoco.

- Y ahora compañeros comencemos a andar...que el camino nos espera...

Dicho esto comienzo a andar.

Gusanoblanco se situó en un lugar intermedio del grupo, escuchando atentamente los pocos comentarios que se hacían durante el camino. El cielo grisáceo cubrías las cabezas de toda la compañía pero nadie perdió el ánimo de continuar.

En mi opinión –comentó Wyrmir durante el camino- es un error enterrar a los muertos en túmulos. En mi aldea solemos incinerar los fallecidos una vez se ha cantado y llorado por ellos, porqué si no se hace así y se deja podrir la carne, su ánima consigue escaparse y puede corromper cualquier cosa que haya a su alrededor. Si el muerto fue además un ser cruel en vida, aún con más motivo ocurrirá esta desgracia. No me extrañaría que eso fuese lo que ha pasado en ese túmulo al cual nos dirigimos. Un espíritu amargado y olvidado puede entrar y corromper en cualquier árbol, roca o pedazo de tierra que encuentre. Incluso el agua poder volverse corrompida y cruel.

De hecho, un hombre mayor recordaba como esa cámara mortuoria se alzó allí precisamente por un buen motivo: debajo de esa vieja tierra había un pequeño lago subterráneo. A ese lugar acudían muchas personas tullidas o enfermas para recuperarse de sus heridas y de sus lamentos, y según recordaba el anciano con quién hablé, muchos de ellos salían completamente sanados de dolencias y pasiones del espíritu.

Pero ese tiempo ya pasó. -Wyrmir hablaba con voz grave, con una lanza sujeta a su espalda y un hacha colgando en su costado- Desde que el túmulo cayó en desgracia, nadie más se atreve a entrar ya.

Arrebujada bajo la capucha, Eruiel cerraba la marcha con los oídos atentos a la conversación y los ojos puestos en Samman. La joven rohir estaba encantada con aquella criatura e imitaba sus movimientos y reacciones. Si Samman movía las orejas hacia un lado, otro tanto hacia Eruiel; y si el unca alzaba la cabeza, otro tanto la perendhil. Y así continuó un largo trecho.

Solo las palabras del dunlendino la sacaron de su embelesamiento, provocando que volteara hacia Wyrmir y que escuchara atentamente su relato. De tanto en tanto, daba una cabezada de asentimiento.

En La Marca también preferían las piras funerarias a los túmulos, al contrario de lo que se acostumbraba entre los dúneidan, quienes poseían grandes túmulos y una larga tradición mortuoria, con embalzamamientos y complicados ritos fúnebres.

Pero, poco después, la atención de la muchacha retornó a la fantástica criatura que caminaba unos pasos delante de los suyos. Y Eruiel volvió a sumergirse en el entorno tal y como lo percibía Samman, pisando sus mismas huellas...

Miro a Lorgan ante la respuesta dada y luego me volteo para ver a los ojos a la Unca. Me resulta tan pequeña e indefensa, tal vez por lo beligerante de la visita en la torre, tal vez porque la culpa aún no se ha ido y siento que debo cuidarla. Pero no, mi compañero guarda razón y es obligación mía el acompañarla en su madurez, y parte de ella es que comience a demostrar valía y a acostumbrarse a los pormenores con los que nos hemos encontrado en el camino y aquellos que nos encontraremos en el futuro.

"- Brbrbr... ¡Está bien!- contesto a Lorgan-. Samman no será menos y vendrá también con nosotros, no puedo alejarla de su hermano y además quien estará ahí para cuidarlo si no ella- agrego sonriendo".

Escucho un momento las palabras de los presentes y la historia de Wyrmir no hace más que darme escalofríos. Me preocupa que haya verdad en sus palabras y, de ser así, ¿qué posibilidad tendríamos frente a un espíritu desdichado?

"- Si es cierto lo que dices, Gusanoblanco, poco podrá hacer una maza, el filo de una hoja o la punta de una flecha contra un espíritu. Sin embargo, debemos averiguarlo antes de sacar conclusiones... y aún espíritu y todo, su buen esfuerzo deberá hacer para poder corrernos- comento echando a reír y luego me dirijo a Mut-. De haber una posada, supongo que estará por el camino principal, seguramente más transitado y además visitado por extranjeros y comerciantes- concluyo".

Lorgan decidió llevar al animal consigo y Angainor lo siguió en esa decisión.

En cuanto al camino, el grupo en general no quiere tomar la decisión anticipada de por cual de los dos aventurarse. Tampoco sabéis si por alguno de los dos caminos hay una posada, aunque… usando la lógica tal y como hizo el enano, las probabilidades siempre serán mayores en uno que en otro.

Wyrmir amenizó el inicio de la marcha con un tema tan escabroso como lo son los ritos funerarios. Con tanta variedad de razas y subrazas como hay en la tierra media, no es de extrañar que existan multitud de métodos.

Lo que debía de ser bastante divertido era observar a Eruiel y esos gestos que hacía imitando al animal.

El camino iba en lento ascenso. Era tan leve el incremento que se notaba más en que los músculos de los gemelos estaban cada vez más cargados, que en lo que se veía a simple vista. Atrás quedó un riachuelo, y nuevas estribaciones montañosas se acercaban, tanto adelante a la izquierda, como adelante a la derecha, estas últimas más altas. Aunque el camino parecía dirigirse justo al medio de estas dos.

Los Uncas tenían ganas de juguetear y de correr. Samman ajena a las miradas de la Perendhil. La partida de hoy no había sido precisamente temprana, pero aún había sido buena hora para iniciar la marcha. Llevaríais un par de horas de caminata cuando llegasteis a la esperaba bifurcación. El camino principal seguía recto pues era en el que ya estabais. Y de la izquierda partía una senda, más discreta aunque tenía punta de ser transitable. Tal vez no con una carreta, pero si a pie a a caballo. La decisión era vuestra.

El camino se hacía por veces pesado, pero la compañía era amena y resultaba una caminata agradable a pesar de las inclemencias.

-El fuego purifica, amigo Wymir. Ya los antiguos lo sabían, y muchos muertos recibieron ese destino. Otros clanes prefieren dejar reposar a los fallecidos en una tumba adecuada que les permita honrarles a ellos y su memoria, y también es respetable. El problema surge si magia arcana o malos espíritus se adueñan de lo que no deben.. Confieso que jamás pensé en mi muerte, aunque la he tenido muy cerca -aún recordaba aquella flecha que por una miseria no me reunió con mis ancestros-. Amigos, si eso ocurre.. Brindad por mi alma mientras me devora un buen fuego. Y si aprovecháis para asar un buen cordero.. mejor en otra hoguera, jajaja, pero tendréis mi bendición.

Siempre era mejor tomarse ciertas cosas funestas con humor.

Llegamos a la bifurcación donde tendríamos por fin que decidir el camino que continuaríamos. Miré ambos, intentando encontrar algún indicio que nos pusiese a uno más ventajoso que el otro.

- Dos sendas y un mismo destino...sería un buen título para un libro de nuestras andanzas... - digo sonriendo - ...en el camino más transitado nos cruzaremos con más gente y por el menos...puede que con nadie aunque parece que se suele usar. ¿Qué opináis? Yo creo que el más transitado es preferible, ya que si hay suerte encontraremos alguna posada o algún comerciante, los buhoneros podrían darnos más información del lugar...y nunca viene mal...

Para mí era mejor un sitio transitado, puede que haya bandidos pero de momento siempre hemos salido airosos, pero puede que mis compañeros prefieran viajar más tranquilos y que nadie conozca nuestro destino y misión.

Wyrmir observaba con mucha atención a sus nuevos compañeros. Sus andares, sus pertrechos, sus complicidades. ¡Era todo tan distinto de lo que conocía! Ahora definitivamente estaba cumpliendo con lo que se había propuesto: viajar y conocer gente extraña a sus costumbres. Se miraba las constituciones tanto del enano como del mediano y no salía de su asombro. ¿Cómo podían existir razas tan diferentes a los humanos? ¿Cuál era su propósito en la tierra? ¿Eran tan válidos como los demás para luchar, correr o cantar?

Wyrmir observó con atención el reluciente filo del arma de Angainor y no tuvo ninguna duda en que el enano debía de ser un diestro luchador. Así pues ¿eran los humanos el centro y los dueños de la tierra conocida, o eran solo una raza más dentro de un mundo mayor?

Antes de que al joven montañés le diera tiempo de comprender siquiera la vasta naturaleza del mundo que empezaba a descubrir, el grupo llegó a una bifurcación.

Gusanoblanco observaba con atención la senda izquierda hasta que finalmente comentó:

Mirad, allí hay un árbol partido –dijo señalando un tronco que efectivamente estaba muerto, negruzco y probablemente partido en dos por los efectos de un rayo-. Me parece un mal presagio. Yo prefiero ir por el camino principal.

Con golpes suaves pero implacables, finísimas estocadas de lluvia caían sobre el camino y sobre los caminantes. La perendhil estiró los brazos y bostezó, algo cansada de corretear tras el rastro de Samman y de esquivar charcos. Alzó la mirada contemplando el cielo pincelado con un gris sombrío. Muy pronto la tierra bebería toda el agua que el cielo le ofrendaba y el viaje se haría más arduo e intrincado entre barrizales. En esto pensaba la muchacha cuando se encontraron frente a una encrucijada en el camino.

"Dos sendas y un mismo destino...", repitió para sí las palabras de Mutfast y algo se agitó en su pecho. Un recuerdo, una mirada, una voz...

Recordó otras palabras, más caras a su corazón y a sus pensamientos: "Está próximo el día en que debas optar por una sangre u otra. Así está escrito. Porque aunque tu sangre conjugue la historia de dos pueblos, no así tu destino. Es tu deber elegir tu camino. Si tus pasos seguirán las muy antiguas huellas de los elfos o los bravíos pasos de los rohirrim..." Un sabor agridulce le llenó la boca. Asi fue escrito, pensó. Decían los elfos que, dentro de los planes de Ilúvatar para Eä, los perendhil tenían un papel muy importante, ya que ellos simbolizaban la suma del amor de Ilúvatar por sus hijos, los Eruhíni. Por sus venas corría la sangre de los eldar y la de los edain, Primeros y Segundos Despertados.

A Eruiel esas elucubraciones le robaban el aliento. Elme o Eruiel. ¿Cuál de los dos caminos elegiría? ¿A cuál de los linajes uniría su destino? Lo ignoraba. Aunque esa encrucijada aún se encontraba muy lejos, sus pies eran ligeros y su paso firme. Enfrentaría ese momento con valor como una verdadera rohir y con sabiduría, como una verdadera elda.

—Por el camino principal. —Y agregó: —La llovizna tiene la intención de acompañarnos un trecho más y muy pronto el barro entorpecerá nuestros pasos. Para entonces encontrar un refugio acogedor será un regalo que agradecerán nuestros cansados huesos.

A cada paso que damos nos vamos acercando más y más a nuestro objetivo, aquel túmulo que por el momento nos lleva a mantenernos recelosos ante lo que pudiese guardarse adentro. Al frente, el camino aún nos permite movernos con suficiente libertad y prisa como para no obligarnos a detenernos constantemente. A cada lado, algunas montañas se alzan con una belleza tal que me devuelven vagos recuerdos de mi hogar. Sonrío y tomo aire. A pesar de la lluvia, hoy parece un hermoso día.

Al llegar a la bifurcación, saco un poco de carne y llamo a ambos Uncas para ofrecérselos. Mientras comen, pongo un poco de agua en mi mano y le doy a cada uno. Me alegra verles jugar y ello se traduce en mi semblante.

Me levanto, guardo la cantimplora en la mochila y miro hacia ambos caminos. Sin duda tenemos más posibilidades de encontrar gente e incluso una posada por el principal, y aunque el secundario ahora parece transitable, no sabemos cómo podría ponerse más adelante.

"- Opino lo mismo que ustedes. Como bien dice Eruiel, el agua seguirá cayendo por un tiempo- comento levantando una mano con la palma abierta y mirando al cielo-. El camino secundario no está en el mejor estado ahora y podría empeorar más adelante, sobre todo si llueve con más fuerza. Bueno, mejor no sigamos esperando y aprovechemos la luz que tenemos- agrego y empiezo a caminar por el camino principal".

Lorgan se atreve a tratar temas importantes. Mut siempre tiene comentarios risueños o al menos simpáticos que hacen más llevadera la marcha. Wyrmir por momentos se muestra misterioso y tal vez supersticioso. Eruiel deja de fijarse en los Uncas y se muestra pensativa. Angainor con sonoros pasos no se preocupa por encargarse de abrir marcha de vez en cuando.

El grupo se decide por el camino principal, el que va más hacia el sur. Por el momento el terreno aún no está embarrado, pero si sigue lloviendo a este ritmo es posible que haya que ir buscando la hierba de los márgenes para no ensuciarse el calzado.

Comenzáis a caminar por dicho camino. Tal solo han pasado dos horas desde que iniciasteis la marcha. Aun queda mucho en comparación con lo que lleváis, pero el ambiente es agradable y os vais conociendo.  

Veis esto cruzando el camino y en dirección oeste (derecha) hacia la parte que va en ascenso.

Caminando me fijo en una huella que hay en el camino. Angainor parece también haberla visto pero no el resto de nuestro grupo.

- ¡Alto! - digo levantando la voz un poco. Me acerco a una huella que cruza el camino en dirección al Oeste. - Las he visto similares en La Comarca...un ciervo o un pariente cercano suyo sin lugar a dudas...aunque no conozco los de esta zona, no sé si son agresivos...

Miro hacia la dirección en la que se ha marchado y me pregunto si huiría de algo, normalmente evitar cruzar los caminos transitados.

- Deberíamos andarnos con ojo, no veo más huellas pero si hay un grupo de ciervos cerca podrían aplastarnos...sobre todo a mí... - añado sonriendo como quitándole hierro al asunto. 

En mi cabeza se dibuja una relación sencilla: donde hay venados, hay lobos. Es lo que un pastor de la Cuaderna del Norte asocia al ver una huella de un ciervo. Aunque mi parte de cazador me dice que una pata de ciervo es uno de los mejores manjares que un hobbit puede degustar por lo que tampoco vería mal cruzarme con algún corzo de pequeño tamaño y fácil de capturar.

-Así que un ciervo, ¿eh? -me acerco a ver mejor la huella que señala Mut, más observador de lo que yo lo fui -. Amigo, dudo mucho que una manada pueda aplastarte. Los ciervos no suelen estar en grupos numerosos, y es más probable que salga él huyendo de tí antes de que te ataque. Somos muchos, y también llevamos a los uncas. No creo que supongan un problema.. Y quizás nos solucionen la cena si los encontramos. Mejor continuemos andando, ¿os parece?

El encuentro con otros animales me preocupaba un poco debido a los uncas. Aún bien entrenados, quizás su instinto les hiciese atacar o defenderse por encima de sus posibilidades.

Volví a recordarme que tanto Viento como Samman eran listísimos, y habían demostrado su quietud y contención en otras ocasiones, inamovibles hasta que la palabra de entrenamiento pactada salía de nuestros labios como una orden. "Valakar" era la mía, Viento no se movía hasta que esa orden le era dada. Espero firmemente que lo recuerde en situaciones tensas.

Luego de haber dejado atrás el cruce, nuestro recorrido resulta de lo más tranquilo. A pesar de las diferencias visibles entre nosotros, desde las conversaciones más dispares hasta historias que me resultan extrañas van convirtiendo una simple caminata en un grato momento. De vez en cuando sonrío y recuerdo las viejas caravanas comerciales... buenos tiempos.

Mut se adelanta en un momento y le sigo, pues al mirarnos nos damos cuenta que algo en el camino nos ha llamado la atención. La huella nada me dice inicialmente y es el conocimiento del mediano el que me echa luz.

"- Así que ciervos... no sabía que habían ciervos por aquí, aunque tengo en verdad poca idea sobre los lugares de esta zona en los que los diversos animales habitan- comento rascándome la barba-. Si bien lo que dice nuestro amigo sobre el peligro que importan un grupo de estos animales es cierto, más me preocupa el que estén escapando de algún otro animal o de algún sujeto- agrego-. Bueno será que continuemos ojo avizor por las dudas".

El pequeño hobbit reconoció la huella. O al menos a que tipo de animal pertenecía. En cualquier caso parecía bastante claro que se trataba de un herbívoro.

Tras las palabras de Lorgan, Viento gruñó y gimoteó como si lo hubiese entendido.

Desjasteis las huellas atrás y seguisteis caminando, bajo la lluvia. Ya pensabais en para para hacer la comida fuerte del día cuando visteis una leve columna de humo más adelante, seguisteis un poco más para ver que más adelante había una construcción, el humo salía de la chimenea, y con un ligero cambio del viento os llegó un olor a asado que a alguno le hizo rugir las tripas. Si, se trataba de una posada. Además parecía encontrarse en el cruce que debíais de coger hacia el este.

Cierto es que siendo un grupo tan numeroso, un animal grande como un ciervo nos podría ayudar a comer mejor durante el día de hoy. De todas formas lo más normal es que no se dejen ver a una buena distancia nuestra. Son animales precavidos como casi todos.

Wyrmir sabía además que si cazaban una pieza grande como un ciervo, tendrían que cargar con un peso muy considerable durante el día y él ya andaba al límite de su capacidad de carga, cosa que por otro lado jamás reconocería.

Ah, Wyrmir también pierde turno xD

Las tripas de Gusanoblanco rugieron como el tercer unca del grupo.

¡Una posada con comida caliente! –exclamó el montañés con evidente sorpresa en sus palabras. Que me hagan beber esa ponzoña de vino que preparaba mi abuelo si esto no es maravilloso. Como me gustan estos caminos sureños, donde hay más tejados secos que rufianes asaltadores.

De repente Wyrmir se acordó de su escasa bolsa de dinero. El joven no estaba acostumbrado a ir pagando con monedas por todo, ni a regalarse momentos de descanso y regazo. Esas tierras civilizadas que estaba descubriendo también tenían un precio, y es que uno debía de saber resistirse a las tentaciones de la comodidad y al servicio de los demás.

¡Pero el olor a carne asada era tan dulce! Sabía que no tenía opción y que lo que para él habría sido lo más normal hasta ahora –ignorar la posada y superar el día con la caza y el alimento que pudiese proveerle la tierra- quizás ahora sería leído como una falta de civilización. Definitivamente no quería quedarse fuera del grupo para quedarse haciendo compañía a los uncas.