Partida Rol por web

Las Tierras Heladas

Viaje a tierras lejanas

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07/01/2012, 21:56
Ágape

Reí ante las palabras de Gunnar.

-No lo dudes- dije, orgullosa, transformando su comentario en un piropo y haciendo un mohín mientras me soltaba el pelo-. Si es que soy irresistible- bromeé, riendo y guardé la flor dentro de mi capa, como un recuerdo. A saber cuándo íbamos a volver a ver flores o alguna brizna de hierba.

Me puse la mano como visera y miré hacia el horizonte. Divisé la ciudad, a lo lejos y sonreí.

-Me está entrando hambre- comenté, sonriendo y miré a Gunnar-. ¿Vamos?-pregunté, mirándolo. 

Lo cierto era que me entusiasmaba la idea de ir acompañada. Pese a decir siempre que es mejor estar solo que mal acompañado, ahora no me imaginaba el resto del viaje sin Gunnar. 

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09/01/2012, 15:34
Gunnar Olof

-Vamos, andemos un rato- le respondió a la joven.

En la lejanía podía verse la silueta de una fortaleza, levantándome majestuosamente entre tanto bosque su destino se asomaba, ¿Que nos aguardará ahí?, esto era lo que rondaba la cabeza de Gunnar.

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10/01/2012, 17:57
Ágape

Me gustaba caminar junto a Gunnar. Era buena compañía. Pese a que prefería estar sola, antes que compartir camino con ninguna otra persona, Gunnar me recordaba a mí: silencioso, discreto y sin tener que llenar el vacío con charlas estúpidas. 

Aparte de que si nadie hablaba por mi parte, al menos, no sentí ningún silencio incómodo. Éramos personas parcos en palabras y nuestros actos sustituían al habla. Por lo que, ¿para que decir nada? 

Echaba de vez en cuando un ojo a aquella ciudad. Ni me sonaba ni sabía cuál era, tan sólo sentía que tenía un hambre voraz y que estaba dispuesta a pagar lo que fuera con tal de llevarme algo a la boca. 

Escuchaba tan sólo el sonido de nuestros pasos sobre el frío suelo. Me encogí en la capa, aún un poco destemplada y clavé mi mirada en Gunnar.

-Oye, ahora que me doy cuenta- dije, parándome en mitad del camino, estúpida manía-. ¿Qué hacías en el bosque cuando me encontraste?- pregunté, más por curiosidad que por otra cosa-. De repente, saliste y asaeteaste a aquellos tipos, pero nunca me has dicho qué es lo que hacías allí.

Bajé la mirada al suelo.

-Claro que tampoco te he agradecido aquello así que...- dejé la frase morir, sin saber muy bien cómo continuar. No se me daban bien aquellas cosas-. Gracias... supongo- me odié por ruborizarme y me aclaré la garganta, intentándolo obviar- Esto... Continuemos, me muero de hambre- dije, como quien habla del tiempo, eludiendo lo que en ese momento pasaba por mi corazón-. ¿Qué tendrán para comer?- pregunté, más para mí misma que para Gunnar, cotilla, comenzando, de nuevo, a caminar. 

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11/01/2012, 21:54
Director

Finalmente llegais a la ciudad que como descubrireis despues recibe en nombre de Dragost. en las afueras los mercaderes ha montado lo que parece ser su propio campamento, en el los curiosos ciudadanos salen a gastar sus monedas y los granjeros cercanos, traen sus carros para vender sus propios productos, Tras despediros de la caravana os acercais a la ciudad, tiene un alto muro de piedra aunque su funcion parece decorativa ya que es bastante endeble y carece de centinelas, al entrar si que veis a dos guardias vestidos de negro con un dragon rojo bordado. al acercaros os atienden amablemente y os dan isntrucciones de como moveros por la ciudad.

 

Notas de juego

1 El castillo del conde Dragored 

2 Templo de los atiguos

3 Distrito comercial

4Posada orgullo de dragon (posada de aventureros y mercaderes)

5Taberna de la salamandra negra( Taberna de bajos fondos)

6Jardines del conde.

7El dragon de acero(Herreo)

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11/01/2012, 22:07
Director

Notas de juego

Tecnicamente son tierras kalasases asi que añadiros el dinero de el viaje (podeis continuar aun asi con la caravana si lo deseais) 

pd: Tus heridas ha sanado durante el viaje drago

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11/01/2012, 23:43
Gunnar Olof

Gunnar estaba asombrado con la gran ciudad que se presentaba ante sus ojos como un dragón lo haría ante su victima, enorme, poderosa e inexpulgable. Por suerte para él y sus compañeros la ciudad le fue presentada por un guardián. Debían pensar bien su siguiente paso, no sería bueno errar.

Pero Gunnar no era un líder, ni un gran guerrero con conocimientos sociales para desvolverse en una ciudad tan grande. Pero lo que si tenía claro era que debían de permanecer juntos, o al menos él no se separaría de Ágape, y así se lo hizo saber a la joven en secreto, susurrándole al oído.

Gunnar confiaba en la habilidad de Donnar, Drago y la propia Ágape para saber que hacer.

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11/01/2012, 23:50
Gunnar Olof

-Ágape, creo que llegado este punto ya sabes que mis pasos seguirán los tuyos, considerarme tu fiel soldado- le susurró a la joven.

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12/01/2012, 03:45
Drago

Tras llegar a la ciudad de Dragost y traspasar sus muros exteriores, Drago comprendio que su acuerdo de escoltar a la caravana habia llegado a su fin. No obstante volvio a recordar a los mercaderes que a la vuelta debian comerciar en la ciudad que indico Willenwolf, dejandolos bajo la proteccion y tutela de Markus, la mano derecha de Willenwolf:

-A partir de ahora Markus velara por vosotros. Recordad que hicisteis una promesa y si no la cumplierais me encargare personalmente de buscaros a todos y rendiros cuentas por ello...

A continuacion le indique a Markus como al resto de miembros de la caravana el lugar donde podrian encontrarme en caso de necesidad:

-Si alguien me necesita me hospedare un par de dias en la Posada orgullo de dragon. Markus estare a tu entera disposicion.

Me acerque a Donnar y le comente:

-Donnar amigo, hare una visita al herrero de El dragon de acero. Tengo la esperanza de poder mejorar mi armadura y tal vez mis armas. Puedes acompañarme o vernos mas tarde en la posada.

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12/01/2012, 16:46
Ágape

Noté cómo se me acercó Gunnar y escuché las palabras que me dijo con una sonrisa en los labios.

-¿Mi fiel soldado, eh?- repetí, ensachándoseme la sonrisa-. No me lo repitas más veces que me lo tomaré al pie de la letra y se me ocurren muchas cosas que puedes hacer... y no, principalmente, soldadescas- agregué, pícara, para reír después-. Bueno, si eso es así, me alegro mucho de que compartamos viaje, Gunnar. 

Impulsivamente, me puse de puntillas y lo besé el la mejilla con un sonoro beso.

-Te agradezco de veras que no me dejes sola, Gunnar- murmuré, caminando hacia la ciudad un tanto abochornada por lo que acaba de hacer, aunque desistí en darle más vueltas al asunto-. Creo que habría muerto la primera noche en mi peculiar viaje- dije, apesadumbrada-. Bueno, ni siquiera en mi primera noche- recordé a aquellos tipos en el claro del bosque-. Hubiera muerto nada más salir de mi casa- ahora reía, pero en aquel momento no me hacía ni pizca de gracia. 

Suspiré y me arrebujé en la capa para paliar el frío.

-Tengo hambre- repetí, cansina, olfateando el aire como un perro, pensando, ilusa, que así iba a saber si había alguna posada cerca donde estuvieren asando buena carne-. Mucha hambre. 

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12/01/2012, 17:01
Ágape

Miré asombrada la ciudad. Obviamente, no todas las ciudades o el resto de pueblos del mundo iban a ser tan pequeños como el mío, pero no dejaba de maravillarme aquel sitio tan grande. De hecho, no habíamos aún entrado y ya estaba pensando en cuántas veces me perdería allí.

Escuché las palabras de aquel hombre rubio y pensé en que, quizá, podríamos imitarle en cuanto a lo de la posada. Tomar algo caliente y poder descansar después del farragoso viaje bien podía ser un buen plan.

Asentí para mí misma como confirmándomelo y miré a Gunnar.

-Gunnar, si te parece, podríamos ir a la posada que ha mencionado ese hombre para tomar algo- propuse-. Pero, esta vez, yo no invito. Aquí cada uno, se paga su parte- reí, señalándolo-. Así que, ya sabes...- advertí, riendo.

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13/01/2012, 13:24
Gunnar Olof

Las calles de la ciudad, con el traqueteo de los ciudadanos yendo y viniendo, todos en sus quehaceres diarios, trasmitía la sensación de que Dragost era una ciudad viva. A Gunnar le apetecía ir a ver el templo de los antiguos, nunca está de mal presentar sus respetos.

Mientras escuchaba las palabras del grupo, Gunnar se preguntaba sobre que logros habrían llevado a cabo esos antiguos, a que ser maligno habrían derrotado para ser considerados como tales.

-De acuerdo Ágape iremos a la taberna, pero siempre y cuando luego vayamos al tempo de los antiguos-le respondió guiñando un ojo.

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13/01/2012, 15:00
Ágape

Lo cierto es que tampoco es que me encontrara muy cómoda en esa ciudad. Demasiada gente, ruido, carros, barullo... No era de mi agrado, ciertamente.

Escuché las palabras de Gunnar y me encogí de hombros.

-Como quieras, Gunnar- dije, mirándolo-. Si quieres que vayamos al Templo, pues vamos. No hay ninguna prisa, por lo que podemos hacer lo que quieras y caminar cuanto desees... Bueno- corregí-, tampoco mucho- reí.

Me mordí los labios y fruncí el ceño.

-Sin embargo, te voy a pedir que espero que no te importe que yo me quede fuera- informé-. No me gustan mucho esos sitios- sonreí, nostálgica-. Cosas mías.

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14/01/2012, 22:57
Director

Notas de juego

Lo acompañas? o te pongo en la posada a ti?

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15/01/2012, 00:38
Donaar

- Lo siento, mi buen amigo. Primero debo de atender un par de asuntos pendientes en la Distrito Comercial. Una vez que acabe ahí, iré hasta el Dragón de Acero. Yo también necesito unas cuantas cosas antes de volver al camino. - Dicho esto, me alejo de Ágape, Drago y Gunnar para dirigirme hacía mi siguiente tarea: obtener las hortalizas con el pergamino de propiedad correspondiente. Ojala pueda conseguir alguien que lleve la mercancía hasta mi pueblo. Mi gente necesita esos alimentos.

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15/01/2012, 14:01
Director

Tras una breve caminata llegais a la posada, en las calles hay un ambiente relajado sin embargo nada mas entrar os topais con un alegre ambiente al mas puro estilo kalasase mesas cuadradas alineadas, dos pisos y charlas entre comensales, todo parece muy tranquilo y a diferencia de lo que os habeis topado hasta ahora aqui la mayoria de los parroquianos no tienen armas.

El tabernero parece no estar presente ya que todos los trabajadores son jovenes de ambos sexos y de unos 20 años sin duda de buen ver todo un reclamo para la posada.

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15/01/2012, 14:32
Herrero

LLegas al herrero sin mucha dificultad, un hilo de humo se distingue desde la distancia. Al llegar ves una herreria de estilo clasico, un edificio de piedra con un gran numero de chimeneas, una cortina separa el edificio de la calle, al entrar ves un hombre de unos 50 años trabajando con esmero una espada al rojo vivo, cuando te ve detiene su trabajo y sumerge la espada en un tanque de agua, el vapor llena la estancia por un instante y el hombre se te acerca mientras se limpia las manos en un trapo.

-Os puedo ayudar en algo?

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15/01/2012, 15:19
Ágape

Suspiré cuando entramos allí. Noté el calor de la posada golpearme en la cara haciendo un contraste con mis frías mejillas algo agradable.

Miré a todos los lados, viendo cuán diferente era con la posada en la que estuvimos antes de partir en aquella caravana. Me gustaba más esta. Era tranquila, acogedora, silenciosa y limpia. 

Sonreí y miré a Gunnar.

-No está mal, ¿verdad?- pregunté, dirigiéndome hacia una de las mesas y quitándome la capa-. Espero que no tarden tanto como en la otra posada en servirnos- recordé, amarga-. Odio esperar tanto- emití un grito ahogado-. Y camas para dormir. Tenemos que preguntar si esta vez tienen camas para dormir y no echamos noche en la interperie- añadí, con un deje de odio. 

Me dejé caer en el asiento y busqué con la mirada a alguien para que nos atendiera. Apoyé la cabeza en la mano y el codo en la mesa y reprimí un bostezo.

-¿Por qué quieres ir al templo?- pregunté, mirando a Gunnar-. ¿Perdiste a alguien hace poco?

Esperaba que esa pregunta no se la tomara como una indiscreción, sino como mera e inofensiva curiosidad, para hablar de algo mientras nos atendían. Aunque, quizá, no fuera un buen tema de conversación, recapacité después.

-Perdona, Gunnar, no quería meterme donde no me llaman- dije, apartando la vista-. Simplemente, era para hablar de algo, aunque entiendo que no quieras charlar de ciertos temas. 

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15/01/2012, 20:46
Drago
Sólo para el director

Drago tras acceder al interior de la herreria y percatarse del anciano, hace una reverencia a la vez que le comenta:

-Buenos dias señor, soy un humilde señor de la guerra que lucha contra la injusticia, por salvaguardar el honor y las promesas pactadas. Acabo de llegar escoltando una caravana de provisiones para esta ciudad y los peligros han sido varios. Os rogaria ayuda para mejorar mi armadura, escudo y armas...a cambio de unas monedas por supuesto. ¿Que podriais hacer por mi señor?

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16/01/2012, 14:17
Gunnar Olof

La posada emanaba un aura tranquila, se podía sentir que era un sitió tranquilo alejado de los antros donde podías encontrarte mas enemigos que amigos. Nada mas entrar Ágape se dirigió a Gunnar.

-Yo espero lo mismo, la verdad me gustaría comer algo caliente- le respondió sonriendo-

Mientras el explorador observaba a su alrededor, Ágape le preguntó algo que Gunnar hubiera preferido no desvelarle. Tras una breve pausa reflexiva contestó:

-Perdí a mi abuelo antes de salir, me ofrecerles a los antiguos mis respetos para que tengan a bien acogerlo- le contó con tono tranquilo - No quiero que pienses que no me puedes contar lo que desees Ágape, estamos juntos en esto al fin y al cabo- le añadió animando el tono.

-¿Que piensas que debemos hacer ahora?, debemos buscar algo que hacer, ¿No crees?- añadió.

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16/01/2012, 16:44
Ágape

Me mordí el labio al escuchar las palabras de Gunnar y pensé en lo idiota que había sido al preguntar. 

"Estúpida", pensé, arrepentida. "Si es que no puedes mantener esa bocaza cerrada".

Miré a Gunnar y sonreí un tanto avergonzada por meterme donde no me llamaban.

-Pues, después de comer, si quieres- dije, inclinándome sobre la mesa-, podemos ir al templo para que vayas y reces lo que quieras. Yo me quedaré fuera, esperándote, pero no te sientas obligado de salir antes, ni mucho menos- reí, haciendo un gesto con la mano.

Busqué con la mirada a alguien para que nos atendiera y posé mi mirada en Gunnar.

-Y, después de eso...- me quedé pensativa-. No sé qué más hacer, la verdad. Podemos ir al distrito comercial, por ejemplo, ya sabes lo que nos gusta a las mujeres ir de compras- bromeé, irónica-. Y mirar a ver los diferentes puestos o hacemos lo que quieras, a mí me da igual... con tal de que me ¡sirvan!- subí el tono de voz hasta gritar para que viniera alguien. Mi paciencia tenía un límite y si se cruzaba tal límite, ni yo misma respondía de las tonterías que podían llegar a salir por mi boca, víctima de la impulsividad y visceralidad que caracterizaba mi ser. 

Posé mi mirada en Gunnar, sonriendo, pícara.

-Es más, creo que te debo dar las gracias de una forma, digamos, correcta, por, ya sabes- ladeé la cabeza y reí, traviesa.