Partida Rol por web

Ya era de noche en San Francisco. La luz del sol dejaba paso a la luz artificial de las farolas públicas y a los puzzles luminosos que eran las ventanas de las casas y edificios.

Ryan esperaba a sus "compañeros" en la entrada del instituto, cuando éste estaba ya en penumbra. Dudaba si vendrían todos, pero al menos Ava avisó de que no iba a poder ir, no aun. Esperaba que Brenda y Bradford (a este con más reparo) decidieran aceptar la propuesta de ir a entrenar al local de Chad, aunque claro, aun no se lo había dicho y no sabia como se lo iba a tomar el irlandés cuando le viera entrar con esa gente en su club. Pero conociéndole, haría negocio con eso.

Aquella tarde, aunque ya más bien se podía decir que era de noche, había quedado en ir al local ese del que había hablado Ryan. en realidad no tenía ninguna gana de hacerlo, porque seguro que tenía que ver la cara del idiota de Bradford y sinceramente era lo que menos me apetecía.

Ya llevana unos días entrenando y no había hecho otra cosa desde entonces. Me levantaba pronto por las mañanas, como dos horas antes de entrar en clase para salir a correr, ya que de nada me valdría entrenar si cada vez que cogiera una pesa ganaba masa muscular y me olvidaba de los aeróbicos, porque tendría más fuerza pero sería demasiado lenta. Tras pasarme una hora corriendo iba a casa me duchaba, comía algo y me iba a clase, para volver a irme a casa, comer e irme de nuevo al gimnasio, ya bien fuera a pegarme con alguien o simplemente a tonificar.. En definitiva, apenas tenía ninguna relación con nadie que no fuera mi entrenador o levantar la cabeza para saludar a mi padre cuando entraba a casa.

Si a todo el esfuerzo que estaba realizando le sumana el que tenía que entrenar con una ladilla, pues mi caracter se agriaba aún más y eso que acababa normalmente tan rebentada que antes incluso de llegar a la cama me quedaba dormida. Creo que a mi padre le empezaba a preocupar eso de que me durmiera sentada en la mesa de la cocina con la cabeza entre los brazos.

Por no hacer un feo a Ryan decidí que iría a aquel lugar y que vería al menos qué era lo que había, pero no iba a aguantar ninguna tontería, eso lo tenía claro, a la mínima los dejaba allí y me volvería a casa, así al menos, una noche podría dormir más horas de lo habitual hasta que sonara el despertador cuando la gente no había ni empezado a sacar a los perros a pasear.

El que dijera que la vida tenía algo bonito mentía, eso sin lugar a dudas.

Pensé en ir en moto hasta el insti, pero si luego teníamos que ir a otra parte.. Al final opté por caminando hasta allí, con la mochila a la espalda, para lo que salí algo antes, pues no me gustaba llegar tarde a los sitios.

Al llegar a la puerta principal del insti pude ver como Ryan ya estaba esperando, así que me acerqué a donde estaba.

- Hola. - Dije sin mucho entusiasmo aunque no por él lógicamente sino porque los ánimos me los dejaba en el gimnasio y últimamente andaba más alicaída que de costumbre. - Espero no haberte hecho esperar demasiado.

Ryan estaba apoyado contra una de las paredes del instituto cuando apareció Brenda por una de las esquinas. La verdad, el rubio no sabía si iban a venir, aunque si tenía que apostar por alguien, esa era la morena. No podía pedirle mucho a Bradford, ya todos lo conocían como era. Simplemente, podía venir, podía no venir o pasar con el coche y tirarnos algo por la ventanilla. Era un misterio.

Pero sus predicciones fueron acertadas al ver a la chica girar la esquina y dirigirse hacia él.

Ahora que lo pensaba, no le había dicho nada a Chad de lo que pensaba hacer, ni tampoco que se le habían arrimado para convencerlo que peleara otra vez. Tendría que contarle todo con lujo de detalles al clavo y seguramente, al principio no le siente muy bien que otra persona meta las narices con uno de sus chicos, pero al ver el equipo que teníamos formado, seguro que le gustaría participar, aunque sea por las ganancias.

El chico saludó a Brenda con un guiño de ojo.

- Para nada, que va. - Dijo restándole importancia al asunto. - Además, esperaba que vinieras un poco tarde... no te veo muy convencida de lo que vamos a hacer, ¿no es así? ¿O es simplemente cosa mía? -

Parecía que se me veía en la cara lo de no saber si aquello era una buena idea o no, pero tuve que mostrar una de esas sonrisas irónicas que pones cuando alguien descubre lo que piensas y no es demasiado agradable lo que está pasando por tu cabeza.

- Supongo que soy como un libro abierto, pero no te ofendas no es nada personal hacia ti.. - Recalqué el hacia ti para dejar claro que lo que me jodía era tener que venir si aparecía el otro, pero ya me parecía que cuando estuvimos hablando con el informador lo había dejado todo lo suficientemente claro como para que supieran lo que pensaba.

- Y yo siempre llego puntual a los sitios a no ser que suceda un desastre mayor que me lo impida.

Ryan era un chico agradable, pero mi humor no estaba para echar cohetes, así que no dije nada más. Era algo extraño pero cada vez que me centraba mucho en entenar o en cualquier otra cosa, me ponía de un humor de perros y el que me centrara tanto hacía que no pensara en nada más. No tener algo que hacer que me ayudara a evadir la tensión tampoco me ayudaba mucho, pero era lo que había.

El tiempo pasaba mientras los dos chicos charlaban, pero nadie más vino a la cita. Así que hartos, se fueron hacia el local de Chad ellos solos.

Los dos luchadores fueron a pie hasta el distrito "The Mission" donde estaba el local de Chad, muy a su pesar, ya que era un irlandés rodeado de chicanos y sudakas, con solo el apoyo de un pub inglés cerca, donde si la cosa se ponía fea, podria tirar de hooligans.

El local "club talismán" era uno de esos afters que duraban todo el día hasta el medio día, luego se calmaba la cosa hasta la madrugada.

Ellos dos llegaron justo cuando estaba todo el ambiente a tope.

Pero algo les hizo variar el rumbo, donde antes estaba la cola para entrar, ahora no había nadie, y en el callejón de atrás (donde Ryan tuvo una pelea con unos chicanos) la cosa estaba que ardía. Toda la peña estaba allí, con dinero en lo alto, gritando:

"Vamos, dale"

No había que ser muy inteligente para saber que allí habia una pelea.

Al final parecía que íbamos a ser los dos únicos asistentes a aquella " reunión " y que sería yo la única que vería el local en el que entrenaba Ryan.

Por un lado, me sentí más tranquila por ello, pues no tendría que soportar a nadie que no tragara, y por ese nadie sólo me refería a una persona claro, pero por el otro, me sentía como si fuera la " inútil " que iba con el que la había ganado a que la diera otra paliza.

- Vamos Brenda, que de lo errores se aprende, haz caso al gilipollas de tu sicólogo..

Intentando dejar un poco mi malestar de lado, decidí tomarme todo aquello con más calma y me dejé guiar por donde mi compañero me indicaba.

Me sentía un poco fuera de lugar por aquellas calles, como si me estuviera metiendo en un lugar en el que no se paseaban muchas personas con el culo tan negro como el mío y esperaba que eso no me fuera a dar problemas.

- Lo que necesitaba ahora era que me vinieran a tocar los ovarios.

- Oye, aquí no me irán a linchar por ser negra ¿ no? - Pregunté directamente mientras observaba que allí sólo había sudakas y gente blanca.

Al llegar al local no había ni un alma, aunque seguí a Ryan hasta la parte trasera y descubrimos al motivo.

- Pero si tienen montada una fiesta..

Me asomé a ver quienes estaban peleando y cómo, que era lo más importante. Siempre se podía aprender algún movimiento y llegar a hacerlo tuyo con un poco de práctica.

Ryan señaló con la barbilla al grupo que estaba luchando y después, sonrió.

- ¿Ves? Esto es lo que te decía. Siempre están organizando peleas clandestinas, lo mejor para poder entrenar y claro, sacarte un dinerillo extra. La verdad es que la seguridad del local se preocupa que nadie se pase, así que no sales muy mal parado si te dan una paliza. Quiero decir... vamos, que no se ceban contigo. - Dijo Ryan mientras le señaló la puerta de atrás.

El muchacho abrió camino pasando junto a la gente, con la espalda pegada a la pared hasta que llegó a la puerta por dónde había salido el otro día a luchar con unos chicanos.

- ¿Quieres quedarte a ver un rato? -

Tras intentar otear algo entre las cabezas miré a Ryan y negué con la cabeza.

- No, tranquilo, es sólo curiosidad. Siempre que veo a alguien peleando se me van los ojos.

Y en realidad así era. Incluso cuando daban en la tele peleas de esas de wrestling en las que ni siquiera se tocan más que para agarrarse me quedaba embobada viendo la tele.

- Tenemos menos de dos meses para ponerlos las pilas, al menos yo, así que cuanto menos perdamos el tiempo mejor..

Mi voz sonaba con mucha determinación y es que me habia propuesto mejorar o destrozarme entrenando hasta que no pudiera ni moverme. En realidad, ni siquiera sabía si podría estar a la altura de las circunstancias, pero de lo que iba a estar segura es de que no podía echarme en cara el no haberlo intentado con todas mis ganas.

Ryan entró en el local. Todo estaba en penumbra, salvo por los flashes y los efectos luminosos de la mesa de baile. Por el camino, varios saludaron a Ryan. El luchador se abrió paso entre el gentío y se acercó al despacho de Chad. Si había pelea, Chad estaría mirándolo desde los monitores.

Para tranquilidad de Brenda, el que protegía la puerta era un negro; un negro de dos metros casi, con el cuerpo monstruosamente hinchado de pesas, pero éste tenía un collarín, que le hacía parecer la versión afro de Robocop.

-¿Qué pasa, Ryan?

Saludó el moreno, con la voz grave. Era Rock, el tio al que sustituyó en la pelea en la casa de Nick.

- ¡Hombre, Rock! ¿Como lo llevas? Veo que mejor que la otra vez, por lo menos te tenemos aquí mirando esto. ¿Qué tal vas? - Preguntó Ryan a la mole de ébano con una sonrisa, pero después, se acordó de Brenda. - Mira tío, te presento a Brenda, es una buena amiga a la cual también le fascina esto de las peleas y bueno, la he traído para que conozca a Chad y que nos de una mano con un par de cosas. -

Ryan le palmeó el hombro al grandullón y se movió a un lado cuando hizo las presentaciónes.

- Brenda, él es Rock, trabaja aquí de seguridad y también pelea. Ese collarín, bueno, creo que ha sido un regalo de la anterior, pero es una máquina de matar. No es muy sutil que digamos pero sus puños son como almádenas de hierro. -

El rubio sonrió ante la comparación que acababa de hacer y señaló el interior con la cabeza.

- ¿Chad estará en su oficina, no? -

Todo había que decirlo y ver a un hermano la verdad es que me tranquilizó un poco. Como en todos los sitios del mundo, había lugares en los que era mejor no meterse y aquello, era Estados Unidos, donde había gente radical en casi cada manzana de cada ciudad.

Asentí con la cabeza cuando Ryan me presentó y mostré una sonrisa.

- Mucho gusto. - No creí necesario decir mucho más aunque volví a asentir de nuevo ( mi gesto más común para dar a entender que estaba escuchando y atendiendo ), pues la verdad es que seguro que recibir un golpe de un hombre como aquel era acabar prácticamente K.O., eso o eras tan rápido que no le dieras tiempo a tocarte, pero esto último lo veía demasiado poco probable.

Me mantuve un poco al margen de aquella conversación, a fin de cuentas estábamos en el terrero de Ryan y como era normal, debía ser él quien llevara la iniciativa y yo portarme formal..

Rock habló con su vozarrón mientras sonreía, o bueno, hizo ese gesto "parecido a una sonrisa" con algunas piezas dentales de menos y otras sustituidas por piezas doradas.

-Si, estoy mejor, aquél cabrón utilizó una barra de acero para pegarme.  Pero me recupero ¿sabes?

Cuando le presentó a Brenda, Rock tuvo que girarse al completo, recto como una barra de pan de hace dos años. Se tocó el pecho con el puño, saludándola.

-Espero que te unas a esta familia, Brenda, nos hace falta una mano femenina aqui.

Se inclinó todo lo que pudo (que no era mucho) hacia Ryan, pese a sus esfuerzos de disimular, seguía oyendose todo.

-Es guapa, tio. Convéncela para que me de su numero.

Dijo el negro, guiñando un ojo. Luego se incorporó y trató de hacer como si no pasara nada.

-Ehm si, Chad está dentro, viendo la pelea por los monitores. De hecho, esta tarde me preguntó por ti.

El negro tocó en la puerta y luego la abrió, ofreciendo pasar a los chicos.

Chad estaba en el interior. Era un tipo maduro, rapado casi al 0, aunque se notaba que el poco pelo que tenía era rubio. De ojos azules y rasgos marcados, el irlandés estaba fijo mirando a las pantallas. Era como una pared llena de monitores donde estaban todas las cámaras de seguridad del local.

Siempre iba con su chupa de cuero, hoy llevaba una camisa de cuello de cura verde, un colgante surfista (que no pegaba nada) y unos pantalones de cuero negro, no se veían, pero Ryan juraría que llevaba aquellas botas tipo cowboy que tanto le gustaban.

Chad era un tipo singular, no habia duda.

Fumaba de un puro y alzó los dedos.

-No molestes ahora, Rock, joder, Frank acaba de darle una hostia al chicano en toda la cara.

Dijo sin mirar a la puerta, atento a la pelea. Chad era de esa gente que tenía un solo hobby y lo seguía, adoraba, y le dedicaba todo su tiempo. Su hobby eran las peleas. Aunque nunca había dicho por qué.

Me quedé mirando con cara de sorpresa ante las palabras de aquel hombretón y no era como para menos si después de que le hubieran pegado con una barra estaba así de bien pues otros habrían acabado en el hospital, sin duda, incluyéndome a mí misma con casi total seguridad.

- Sólo vengo de visita.. - Hice un gesto con las manos dejando claro que yo no me iba a unir a la " familia " de nadie y es que en realidad, sólo había ido para practicar un rato con alguien diferente, aquellos días estaba tan " cañera " en mi gimnasio que empezaba a tener problemas para buscar un " dummy " al que poder golpear agusto.

También escuché aquello que se suponía que no debía de haber escuchado pero miré hacia otra parte haciendo que no había escuchado nada, aunque aquellas situaciones me resultaban un poco incómodas, pero era normal, mi trato con los hombres no es que fuera algo habitual.

El tal Chad ni levantó la cabeza cuando se abrió la puerta y miré a Ryan, pensando que no quizás no había sido una buena idea lo de ir a ese lugar y sin querer meterme en la conversación le dije en voz baja:

- Podemos dejar lo del entrenamiento para otro día..

- No te preocupes, ni siquiera nos ha visto. - Le susurró el rubio a la morena mientras se acercó al escritorio de Chad y colocó sus manos abiertas sobre él.

Estaba claro que cuando había una pelea, el calvo no daba signos de vida. Ya podía pasar una tía en bolas completamente por su lado que no iba a sacar los ojos de las pantallas.

Además, seguramente había apostado algo en ese combate. No le gusta perder.

- ¿Es qué ya no saludas a la familia, Chad? - Le dijo sin dejar de sonreir, esperando la reacción de su jefe.

Chad se giró al oir la voz de los chicos, sobretodo al oir a Ryan. Sonrió levemente y se puso en pie. Se acercó al chico y le golpeó suavemente con el puño en el hombro.

-Pero si el hijo pródigo ha vuelto.

Miró un segundo a la chica.

-Y trae compañía.

Le dio una calada al puro y soltó el humo hacia un lado.

-¿Quién es?

Chad extendió la mano hacia Brenda, para estrecharla. Había reconocido a la chica, sin duda, pero era como una forma de romper el hielo que Chad siempre utilizaba, además de que no le hacía quedar como un listillo, y en el negocio donde se movía el irlandés, eso era tan importante como tener dinero.

-Soy Chad.

- Chad, Brenda. Brenda, Chad. - Dijo Ryan a modo de presentación. - Es una nueva amiga que busca un lugar para entrenarse, bueno, en realidad, la he invitado para que te conozca. Lucha bien, es muy buena. ¿Te has enterado de lo que ha pasado? -

Ryan simplemente preguntaba por ser educado. Ya sabía muy bien que estaría enterado de todo. El muchacho no creía que no se haya enterado de lo sucedido en la casa a la que le había mandado hace algunas noches.

Lo que Ryan no sabía es si estaba enterado de lo que nos han ofrecido.

- También nos ha visitado un chico algo curioso, ¿sabes? -

Chad sonrió. Había visto a Brenda pelear en Youtube contra Ryan.

-Das unos buenos golpes, pero te falta algo, te falta algo importante.

El irlandés movió el puro señalando a la joven.

-Te falta dar espectáculo.

Dijo, repitiendo lo mismo que a Ryan, luego le dio una nueva calada al cigarro y miró interesado al rubio. Le hizo una seña con la cabeza para que le siguiera y miró los monitores al tiempo que rodeaba la mesa para sentarse en la silla.

-Coño. Ya han tumbado a Frank. 300 pavos a la basura.

Maldijo y apartó la mirada del combate para centrarse en Ryan.

-Cuentame, muchacho, tiene pinta de ser más interesante que esa mierda de pelea.

Hizo una seña a ambos para que se sentaran.

El despacho estaba bastante desordenado, con muchos papeles, archivadores, un minibar (bastante "atacado") y sobretodo muchos monitores. Delante de la mesa había dos sillas giratorias tipo oficina, y donde Chad se sentaba era igual, pero con el respaldo más grande.

A un lado de la mesa había un portatil Vaio algo viejo.

- Nada raro, un desconocido, que dice ser periodista, nos ha dicho que nos puede meter en un "campeonato" con la condicion que lo llevemos de "manager" así puede hacer un reportaje. Dice que allí habrán ojeadores de la LF, pero mira, sólo hemos hablado con él una vez y no nos ha dado más datos que estos. - Dijo Ryan después de sentarse.

Sólo dos meses...

- Nos ha dicho que tenemos dos meses para prepararnos, y bueno, cuando ha dicho prepararnos, he pensado en tí. Eres el único que conozco que puede darnos algo de entrenamiento por no hablar de combates para prepararnos. -