Partida Rol por web

Tam miró frustrada como sus manos se agitaban pero nada le ocurría al demonio al que estaba apuntando. Por fortuna, sus primos consiguen arrebatarles las armas. Y es en ese momento cuando Tam vuelve a concentrarse todo lo que puede y, tras acumular poder- o al menos le da la sensación de estar acumulándolo- vuelve a lanzar energía hacia los demonios que se encuentran recogiendo sus armas, con la esperanza de que esta vez funcione y uno, o mejor, ambos salten en pedazos.  

Vamos, Tam, tú puedes. La vida de todos ellos estaba en peligro y por mucho que apenas mantuviese relación con varios de sus primos, no iba a permitir que ninguno muriera. 

Pat vió como el temblor de sus manos le impedía ejecutar sus poderes correctamente y se maldijo por ello. Su mirada, fija en su objetivo, vió como su hermana y su primo se habían abalanzado contra uno de los brujos. Contuvo las ganas de correr hacia allí, cogió una gran bocanada de aire y antes de soltarlo volvió a sacudir secamente las manos.

-¡Detente!- si su poder fuese mental le habría dado una orden imposible de eludir.

Henry veía los intentos de acuchillarles demasiado lejanos, esquivándolo con gran soltura. Su objetivo principal era evitar que Penny resultara herida, aunque sabía que era muy complicado hacerlo, pues ella podía ver las cosas antes de que pasaran.

En pleno combate, pensó que debía empezar a entrenar su potencia física. ¿De qué le servía ser así de ágil, si no conseguía dañar a nadie? Podría pasarse toda la noche bailando para esquivar sus golpes y esperar a que el demonio se cayera muerto por el cansancio de los intentos.

Cuando vi que el arma caía al suelo corrí hacia ella intentando alcanzarla, pero antes de poder cogerla el brujo se me adelantó, volvia a estar armado, mis poderes parecían no querer ayudarme, quizás era porque a pesar de ganarles en numero parecía que ellos estaban ganando, o por lo menos estabamos muy igualados, aunque el hecho de que ellos pudieran multiplicarse y con clavar esa daga en nosotros podría matarnos y que nosotros no supieramos como acabar con ellos, les daba a ellos claramente una ventaja.

Pensé en usar nuevamente mi magia, pero deseche la idea en el último momento pegando una patada al brujo, si conseguía golpear el cuchillo podría alejarlo de él y cogerlo, o por lo menos, eso me daría unos valiosos segundos para que mis primos hicieran algo con él

Henry y Penny seguían luchando contra uno de los demonios, la pequeña no era capaz de acertar a su rival por mucho esfuerzo que pusiese en ello, mientras que su primo, sí que fue capaz de golpearle, pero al estar desarmado de nada le sirvió. Aquel hombre parecía ser suficientemente fuerte y resistente, como para que un puñetazo fuera a hacerle algún daño.

PJ se concentra un poco más para aparecerse unos metros más cerca de su rival, seguramente sería mucho más rápido si se moviera andando, pero aquella situación era una buena forma de poner en práctica sus poderes y aprender a usarlos de forma adecuada.

Pat pensa fuertemente con su mente que se detenga el demonio que se está enfrentando a su hermana y su primo, y tras agitar sus manos lo consigue. Ahora había un enemigo menos del que preocuparse, al menos de momento.

A continuación, Tamara ve como uno de los demonios está tratando de recuperar el arma, y justo en el momento en que la toma, ella le hace explotar agitando sus manos. El demonio se desvanece entre haces de llamas para desaparecer por completo.

Aprovechando que el demonio que se estaba enfrentando a sus primos estaba paralizado, Melinda decide desarmarlo, atrayendo para sí misma la daga que tenía en sus manos. Al ver como su hermana pequeña lo lograba, Chris decidió imitar el movimiento, y como Tamara ya había hecho desvanecerse al segundo, prefirió desarmar al único que parecía aún un peligro.

Justo en el momento en que Kat está tratando de pegar una patada al único demonio que suponía una amenaza, éste se agacha para recoger un trozo de cristal del suelo y así esquivar a la gemela.

En un rápido pestañeo, el demonio se teletransporta junto a su homólogo paralizado para clavarle el trozo de cristal en el pecho. Éste se deshizo en llamas y después limpió el cuchillo con su camiseta. Después miró a Henry y simplemente repitió lo que ya dijo antes:

¿Acaso pretendías hacer esto? Y entonces, el gemelo empezó a gritar, de una forma tan fuerte y sonora, que las paredes del callejón volvían a temblar y los cristales de las ventanas vibraban a punto de romperse de nuevo.

Instantes después, dos gemelos exactamente iguales, aparecieron, una vez más, a su lado. Y pusieron la misma sonrisa de satisfacción que había puesto el otro antes de morir.

Melinda no pudo contener una cara de terror al ver como tras haber vencido casi a dos de los tres demonios, estos volvía a duplicarse para volver a empezar. Debían acabar con ellos de una forma más rápida y efectiva, sin distraerse y sin perder el tiempo. ¡Todo eso era demasiado peligroso y si un fallo podría darles a ellos la ventaja que necesitaban!

¡Deberíamos de ir pensando en un plan! Dijo al tiempo que trataba de teletransportar la daga al pecho del que parecía el demonio original.

                Esta vez Chris vio que lo hicieron mejor. Más allá de que al final esos hijos del inframundo consiguieron triplicarse de nuevo, casi no lo consiguen. Eso era bueno. El chico pensaba que mostraba que la familia estaba aprendiendo. Lo que había que hacer era coordinar los movimientos, deberían eliminar a los tres de golpe para contrarrestar ese poder de llamar a los hermanos.

                Tal vez su hermana estaba acertada en optar por atacar al demonio número tres que aparentaba ser el original, el primero; mas él no estaba seguro. Además en este punto Chris sentía que sólo podía hacer lo de desarmar…

                “A menos que precisen los cristales para llamar a los otros demonios… No, la primera vez no lo hizo. Sólo gritó. Su grito fue suficiente…” Chris pensaba en opciones para cambiar la balanza a su favor, como por ejemplo usar la telekinesis, en vez de la orbital, para que la daga directamente se volviera contra su portador.

                No sabiendo si eso era posible… decidió intentarlo. Eligió al demonio 4 y se concentró en que la daga que poseía en su mano se diera vuelta de golpe para clavársele en el pecho.

La situación era frustrante. No solo no eran capaces de herir o los demonios (en especial ella), sino que además no podían permitirse utilizar esa estrategia. Visto lo visto, y si seguían en esa línea, pronto tendrían el local repleto de clones de ese insoportable pretencioso.

Apretó los puños y los dientes obligándose a manter el silencio y pensar una solución. No se le daba especialmente bien hacer planes coherentes que acabaran siendo un éxito. Y menos si había que coordinar a tanta gente con poderes tan dispares y tan poco evolucionados.

Miró de reojo a su primo Henry esperando que él tuviera un mejor plan.

- Hay que paralizarlos

Hizo al sugerencia en voz alta, sin tener muy claro si sería de utilidad. ¿Pero qué más podían hacer? Necesitaban hacer que se quedasen quietos antes de que siguieran duplicándose o empezaran a tomarse enserio la carnicería.

Había funcionado, había conseguido paralizar al demonio que amenazaba a sus primos y una explosión cercana le informó que su prima Tam también había tenido éxito con su poder. -Sólo queda uno- La dicha duró poco en la mente y el corazón de Pat pues el que quedaba se materializó al lado de 'su demonio' y lo mató, tal y como había hecho el otro la vez anterior.

La mediana de las hijas de Phoebe escuchó las palabras y el grito posterior del ser, parpadeó y meneó la cabeza en una negación no pudiendo creer que se repitiese la escena anterior, pero así fué. Donde hasta hacía un momento solo quedaba uno ahora volvían a haber tres, otra vez con esa sonrisa condescendiente -Parece que tendremos que acabar con los tres a la vez-. Se concentró de nuevo, poniendo todo su empeño y su voluntad en la acción que iba a realizar, y agitó las manos en dirección a uno de los clones armados.

- Se acabó.

No tenía ningunas ganas de seguir eternamente con aquel juego.

Tam vio el patrón al instante. O al menos eso fue lo que le pareció a ella. De nuevo, uno de los demonios había asesinado a su hermano y dos gemelos más habían aparecido. Exactamente igual que había ocurrido la vez anterior. Sin embargo, cuando ella misma había hecho explotar a uno de los demonios, no había pasado nada. No habían aparecido más réplicas. Todo ello le llevaba a pensar que el traer a dos demonios más requería una especie de sacrificio de otro demonio a manos de su propio gemelo. Lo que había que conseguir era que no se matasen entre ellos. Mantenerlos separados o desarmarlos y acabar con la vida de los tres a la vez. 

- Tenemos que atacarles a la vez. No puede quedar ninguno en movimiento. Hay que evitar que se maten entre ellos. 

Y tras decir aquello, volvió a alzar las manos en dirección a uno de los nuevos gemelos. Uno diferente del que estaban atacando sus primos. Si todos atacaban al mismo, volvería a repetirse la jugada. El sobreviviente mataría a su homólogo y aparecerían dos más. Por favor, no falles Tam. Has demostrado que puedes hacerlo. 

Estos malditos Demonios ya me estaban tocando las narices.

Decido ponerme manos a la obra y  terminar el trabajo de una maldita vez.

Me acerco a uno de los Demonios (5) y le clavo la Daga por la espalda.

Así acabaremos antes. O eso espero

- ¡¿Es que esto no va a acabar nunca?!- grite frustrada al ver que el demonio volvia a multiplicarse- Si se mata él se multiplican, hay que intentar que no sacrifiquen a nadie más, hay que quitarles todas posibles armas

La primera vez que se habían multiplicado, uno de los gemelos había matado al otro, esta vez volvian a hacer lo mismo, no era necesario la daga, solo matarlo, así que había que quitarles las dagas cuanto antes, así como cualquier arma improvisada, eso sería muy díficil.

Intenté paralizar a uno de los demonios que había aparecido (D4), si conseguía paralizarlo podría quitarle la daga

Henry y Penny deciden esperar un instante a ver si sus primas logran paralizar a alguno de sus enemigos. Parecía que fuera absurdo seguir insistiendo en golpearlas, pues aunque lo consiguiesen, no tenían forma con qué dañarlos.

PJ actúa de forma más sensata, aunque igual de ineficaz que antes. El ataque no pilla por sorpresa a nadie, por lo que el demonio se gira sin ningún problema para esquivar el golpe.

Pat había estado practicando el poder de la decelaración molecular la noche anterior, pero en ese momento algo se desestabilizó en su mente, que en lugar de paralizar a su enemigo, ella saltó por los aires como si alguien la hubiese hecho explotar. Sabía que la única culpable de todo aquello era ella misma, había forzado mucho su poder, y al final la magia le había devuelto el golpe. Ahora Pat estaba tirada varios metros más allá, incapaz de paralizar de nuevo a nadie, y con una herida en la rodilla por culpa del impacto.

Tam había averiguado el poder de aquellos demonios gemelos, funcionaban de forma parecida a la hidra de la mitología griega. Cuando uno moría, otros dos se unían a la fiesta, pero la forma de morir era clave, un gemelo debía matar a otro para que así sucediera. Y aquel descubrimiento no le hizo ninguna gracia a su rival. Aunque para cuando uno de ellos se quiso dar cuenta, éste ya había explotado de nuevo por los aires.

Y el punto y final lo pusieron los hermanos del fallecido Wyatt. Ambos se concentraron en las dagas de sus portadores, para imaginarlas en el pecho de ambos gemelos supervivientes. La daga que tenía Melinda, junto con la daga del último demonio en pie, se desvanecieron en un haz de luces blancas para acabar con gran precisión en el pecho de ambos.

Los dos ardieron en llamas y tras un terrible grito, se hizo el más absoluto silencio.

Ya había amanecido, los rayos de luz inundaban el callejón, y algunas personas ya iban camino de su trabajo.

Por fin el Linaje Halliwell había acabado con la primera amenaza que se había cernido contra ellos. Pero, ¿acaso ese sería el único problema contra el que tendrían que enfrentarse?

La respuesta iban a encontrársela más rápido de lo que esperaban: NO. El siguiente problema estaba allí: Un chico adolescente se había quedado ojiplático al ver todo lo que estaba pasando, había entrado a recoger una pelota de fútbol que se le había escapado al interior del callejón en el que os encontrabais, y os había visto luchando contra todos aquellos demonios idénticos. El chico vio que le habíais descubierto, y aterrorizado, salió corriendo del callejón dando un grito casi tan alto como el del gemelo antes de multiplicarse.

Debíais hacer algo rápido, o vuestro gran secreto, podría ser descubierto mucho antes de lo que imaginaseis.

                A Chris le parecía increíble que hayan podido hacerlo, aunque confiaba en todos, pero estos enemigos eran un hueso duro de roer. Pese a ello, su hermana y él, ambos, habían conseguido que las dagas de dos demonios impactasen en su pecho haciéndolos pulverizarse. Tam, por su parte, había logrado hacer estallar al otro. Su hermana de ella no había tenido tanta suerte: se había lastimado la rodilla en un intento de realizar una proeza parecida y el muchacho iba a ir a auxiliarla cuando un grito le hizo volver la vista.

                Un adolescente había ingresado al callejón por su pelota y, por cómo salió corriendo a los gritos, había presenciado demasiado. No le dio tiempo al muchacho de agradecer a sus primos, a todos, el gran trabajo en equipo que habían realizado. Todos habían servido a terminar con esa amenaza, incluso la pequeña, dándose cuenta del modo de accionar de los demonios. No…

                “Tengo que detenerlo… ¿qué explicación le voy a dar si lo pillo? Sí, sí, le diré que estamos filmando una película y que no se asuste por ello. Lo principal es cogerle, luego veré cómo hago para que me lo crea. Obviamente debo correr, si orbito se volverá loco…”

                Chris salió disparado hacia el adolescente al grito de –Espera, que no es lo que tú crees!!

- Prueba superada. - pienso al ver que por fin habíamos acabado con los Demonios.

No obstante la alegría dura poco al ver al chico salir corriendo.

- Mierda. - maldigo para mi misma al tiempo que salgo corriendo tras Chris.

Lo habían conseguido. El pecho de Penny se hinchaba y deshinchaba con fuerza, intentando disminuir la presión sanguínea y el acelerado ritmo de su corazón. Sí, lo habían conseguido. La explosión de alegría en su interior era tal que pensaba que iba a comenzar a deslumbrar en cualquier momento. Tenía ganas de gritar, saltar... cualquier cosa que le permitiera derrochar toda esa energía.

Por 'hablar'. En el mismo instante que ese pensamiento cruzaba su mente sus ojos se posaron sobre el inesperado testigo. Fue como si una descarga eléctrica recorriese su cuerpo. Salió corriendo hacia él antes de siquiera plantearse lo que estaba a punto de hacer. Tenía que alcanzarle y obligarle a olvidar lo que acababa de ver. Si no podían (estaba claro que por el momento la magia no era el fuerte de la nueva generación Halliwell), le haría olvidar a hostias.

- ¡Orbita Chris! ¡Orbita! - No podían arriesgarse a perderlo. Sabía por qué su primo había optado por correr pero, ¿valía la pena arriesgarse?

- ¡Lo sabía!- exclamó al confirmar que la intuición que había tenido había resultado correcta. Parecía increíble, pero habían acabado con los demonios. Aunque en el fondo, ella siempre había sabido que así sería. Su hora no había llegado todavía. Antes tenían que vengar la muerte de su primo. 

Su primera reacción fue correr hacia aquellos de entre sus primos y hermanos que habían entrado en un combate más directo con los demonios, para asegurarse de que estuvieran ilesos. Sin embargo, algo la detuvo en el sitio. La rápida carrera de Chris para salir del local y el consiguiente grito de Penny. Un niño. Un niño lo había visto todo. El hecho de que tenían que detenerle era seguro. Aún así, Tam no podía dejar de preguntarse cómo ibana convencerle de que aquello que habían observado sus ojos no era real. 

- ¡Bien!- grité cuando por fin el último de los demonios había desaparecido, me apoyé contra la pared, estaba cansada, no tanto físicamente como mentalmente

Habían conseguido acabar con ellos, aunque habían necesitado bastante esfuerzo, ¿todos los enemigos serían así? Tenía que empezar a practicar más sus poderes, iba a decir algo cuando vi que todos miraban hacia la puerta, entonces vi al niño y como salian corriendo detrás de él

- ¡No vayais todos, lo asustaréis!- gritó corriendo hacia la puerta, se quedó en ella, mirando como terminaba todo, pero no quería correr hacia allí, el niño estaría en shock, aterrado, y después de presenciar lo que había pasado que corrieran detrás de él incluso era peor

Y el juego acabó, al menos para Pat. Justo cuando agitó las manos poniendo todo su empeño en utilizar su poder, se vió lanzada por los aires y aterrizó varios metros mas allá, para su suerte no había sido en el cubo de basura.

- ¡Joder!.

Exclamó por el impacto, estaba enfadada y quiso levantarse rápidamente para seguir el combate pero no pudo. Su cabeza estaba como desorientada y para colmo se había hecho una herida en la rodilla, no parecía que tuviese mucha importancia pero no podría correr los cien metros valla. -Esto me pasa por no descansar adecuadamente, pero es que no había tiempo...- y es que ella mas que nadie sabía de la importancia de cuidar el cuerpo. A pesar de todo se levantó, apoyándose en la pared por supuesto, dispuesta a ayudar como pudiese. Por suerte no hizo falta pues, cuando estaba acabando de recobrar la verticalidad, pudo ver como los tres demonios estallaban en llamas.

Una sonrisa apareció en su cara, los demonios derrotados y el sol saliendo eran buenas noticias. Si bien no habían podido interrogar a ninguno, en el primer ataque tampoco les dejaron, por lo que suponía que en este caso no habría sido distinto. De repente vió como Chris salía corriendo hacia fuera del callejón y gritaba algo -Parece que llama a alguien, pero estamos todos aquí- pensó haciendo un rápido recuento de sus hermanas y primos. Justo en ese momento P.J. comenzó a correr detrás de Chris y se oyeron las exclamaciones de Penny y Kat.

Pat se acercó a sus primas, no había visto lo que había pasado pero podía deducir que alguien que no debía había presenciado mas de la cuenta. Ella podría haber sido de utilidad en la carrera sino le hubiesen sacado ya demasiada ventaja.

- ¿Tras quién corren? -se interesó, a lo mejor todavía podía ayudar.