Partida Rol por web

Tam se quedó muda de ver la seguridad con la que su prima afirmaba que el chico no tenía malas intenciones. ¿Cómo podía saberlo? Si ni siquiera había visto la cara del chico para poder lanzar una hipótesis acerca de sus intenciones. ¿Tendría ella también visiones? ¿Habría absorbido el don de Penny?

- ¿Cómo lo sabes?- le preguntó. No tenía intención de abrirle la puerta de su casa a ese desconocido así sin más, hasta que no tuviera una prueba fiable de que era de fiar. 

Entonces miró a su primo, que acababa de leer el mensaje de Penny en el que se decía que creía saber dónde estaba el chico. 

- Respóndele y dile que el chico está aquí. Si no es eso lo que ella vio deberíamos plantearnos cuál de los dos es el falso. - Volvió a mirar a Pat. No quería que la chica creyese que no confiaba en ella, pero debía asegurar.- Según lo que responda le abriremos, ¿os parece bien? Puedes ir a hablar con el que espera en la entrada si quieres. 

- Luego os cuento. - contestó a la pregunta de cómo.

Ahora no tenía tiempo de contarles el nuevo poder que había descubierto casi por accidente. Ante la insistencia del timbre, y dado el permiso otorgado por Tam, se levantó y se acercó a la puerta cerrada.

- Por supuesto Tam, es tu casa, voy a ver si consigo algo de tiempo. - y se fué andando, con pasos largos y decididos, hasta la puerta.

Una vez allí, abrió la mirilla y echó una ojeada al exterior mientras entablaba una especie de conversación con el 'chico'.

- ¿Quién eres y qué quieres? Te advierto que no compramos biblias*.

Era cierto que su familia ya era rara, que les pasaban cosas que a muy poca gente les ocurría y que muy pocos querrían vivir. Demonios, brujos, magia... Pero ver a su prima lamiendo a su primo era algo que Henry podría considerar de sobrenatural. Se fijó en el rostro de Chris mientras él no podía volver a colocar la boca en su lugar. Fue tan extraño que se olvidó por completo del chaval de la puerta, aquel "niño" que les había visto usando sus poderes. Pero la imagen que acababa de ver superaba todo lo visto, y bloqueaba la mente de Henry.

Tardó un rato en recuperar la normalidad, justo en el momento en el que Pat fingía que no quería biblias. Chris, llámala por teléfono, tardarás menos.

¡Hola! Gritó el chico del callejón. ¡Buenos días! ¡Mi nombre es Sam Taylor, soy el chico que os vio haciendo cosas raras el otro día! ¿No os acordáis de mi? Estaba cogiendo una pelota cuando os descubrí allí. No quiero nada, y menos venderos biblias. ¡Simplemente tengo curiosidad por saber lo que hacías! ¡Parecía que molaba un montón! Gritaba emocionado. ¡En serio! ¡Solo quiero hablar!

Henry miró a sus hermanas y sus primos, mientras se rascaba la cabeza ¿Molaba un montón? se preguntó, extrañado.

¿No podríamos hacer que perdiera la memoria o algo así?

             Chris escribió un mensaje a Penny comunicándole que tardarían un poco. Mientras escuchó al chico que se presentaba y que resultaba ser el del callejón de aquella vez. Ese que no pudieron alcanzar luego de la batalla con los demonios. El chico quería “unirse” a ellos o algo de aquel estilo por lo de “molar un montón”. Se habría reído del comentario de Henry pero en parte lo comprendía.

             -Eso molaba un montón porque el equipo de efectos especiales es bueno –dijo, levantándose de su asiento luego del WTF? de lo que había pasado y acercándose al chico. –Mira la verdad es que estábamos en un proceso de filmación. El cual arruinaste pero, nada grave, más que cuarenta horas de retomar la escena y eso. Pero el punto es que al verte tan asustamos corrimos tras de ti para evitar un accidente. Que ibas a salir a plena calle y luego iba a ser nuestra culpa.

           Chris intentaba sonar convincente y esperaba que los demás apoyaran la perorata porque meter al chico era un peligro, sobre todo para él mismo. No quería que luego los demonios se metieran con un inocente, más por cuenta de ellos al dar información que, al menos para Chris, era mejor guardar celosamente.

Penny, el chico del callejón está aquí. Iremos ni nos lo sakemos de encima.

-Chris

La respuesta no tardó en llegar, y con ella la desorientación de Penny. ¿Que estaba allí? ¿Cómo iba a estar allí? ¡Acababa de tener una premonición que le decía que ese maldito chaval estaba encerrado en una institución psiquiátrica! ¿O es que lo había interpretado mal y era su lugar de trabajo? No tenía sentido.

Todavía tumbada en la cama cerró los ojos y comenzó a mover las piernas y los brazos de manera espásmica mientras sus dientes apretados contenían un 'rugido'. Odiaba tener que hacer cosas que no quería. Le ponía enferma. Tras tranquilizarse se obligó a respirar varias veces hasta conseguir tranquilizarse un poco.

Se puso de pie poco a poco, como intentando asegurarse de que no fuera a perder el conocimiento. Tras unos momentos de organización mental, se colocó las zapatillas y una cazadora, metió en el bolso las cuatro cosas básicas que siempre se necesitan (como la cartera y las llaves) y salió de casa corriendo en dirección al P3.

Una mirada a su alrededor, mientras escucha la respuesta del joven al otro lado de la puerta, y por fin Pat vió las caras de sus primos -No ha sido para tanto ¿no?- esperaba poder explicarse mas tarde y que no se hiciesen ideas raras pero lo importante era qué le respondían al chico y si le abrían.

Fué Chris quien respondió mientras se acercaba, la excusa no le sonó del todo convincente a Pat pero es que ella sabía la verdad, por lo que la joven prefirió volver a mirar a través de la mirilla para saber la reacción del tal Sam Taylor a la vez que añadía unas palabras a las dichas por su primo.

- ¿Y cómo es que has llegado aquí Sam?

Pat pensó que era importante saber cómo los había localizado.

Tam escuchó las explicaciones que su primo le daba a aquel chaval. Podría funcionar. Sin embargo, en su cabeza ella no dejaba de darle vueltas a una sola pregunta que Pat se apresuró en verbalizar. ¿Cómo sabe dónde está mi casa? Guiada por la molestia que le producía aquel hecho salió su vena borde y, dejando de lado su habitual buen humor, añadió algo a las palabras de Pat. 

- Sí. ¿No crees que acosar a unos extraños en su propia casa no es la mejor manera de hacer amigos?- O aquel chico tenía un problema o sus intenciones no eran tan buenas como se empeñaba en asegurar. 

Para evitar un paseo innecesario, PJ decidió teletransportarse hasta el P³ que era hacia donde se había dirigido Penny y llevarla con el resto de la familia.

Chris no había recibido respuesta alguna de su prima, pero ella se había quedado un poco confundida tras la respuesta de él. Ahora que estaban todos juntos ya en la casa de Tam, podían ponerse al día de lo que estaba sucediendo.

¡Una peli! Gritó emocionado a través de la puerta. ¡Joe que guay! Dijo sorprendido. ¡Así que soy algún tipo de actores capaces de hacer usar efectos especiales! Pues estaba todo muy currado, la verdad. Sobre todo con esos tíos que se desvanecían como si nada. ¡Parecía más algo de magia o algo así! O tal vez alguno de esos mutantes que salen en los cómics. ¡Menudo susto me llevé la verdad! Dijo llevándose una mano al pecho para tranquilizarse. ¿Y no podríais enseñarme alguno de esos trucos o incluso haceros un selfi conmigo, o tal vez firmarme un autógrafo? ¡Joe! ¡Algo! Mis amigos se van a morir de envidia si me hago una foto con alguna de las tías buenas que salían en la peli. Dijo entusiasmado.

¡Y no me toméis por un acosador! ¡Joe! Que yo no soy de esa gente las pelis malas, yo soy un chico con ganas de conoceros, nada más. ¡Es mola mucho lo que hicisteis! Y me quedé con curiosidad, os vi por el bar ése, el pe-nose-qué y bueno, luego ha sido cuestión de ver por dónde ibais hasta que llegué a la conclusión de que la pelirroja tia buena viviría aquí. ¡No esperaba que estuvierais todos los actores aquí hoy! ¿Estais en algún tipo de brunchs de esos tan famosos? ¡Venga, va! ¡Abridme! ¡Solo quiero unas fotos con vosotros!

Para evitar un paseo innecesario, PJ decidió teletransportarse hasta el P3 que era hacia donde se había dirigido Penny y llevarla con el resto de la familia.

Chris no había recibido respuesta alguna de su prima, pero ella se había quedado un poco confundida tras la respuesta de él. Ahora que estaban todos juntos ya en la casa de Tam, podían ponerse al día de lo que estaba sucediendo.

Sam Taylor estaba aún detrás de la puerta, había dejado de tocar el timbre, pero seguía dando voces para que le abrierais.

                Chris tenía una doble emoción: por una parte era bueno que el chaval se hubiese tragado lo de la película, porque de momento no se le ocurría otra forma de explicarle lo que realmente había acontecido. No sin ponerlo en peligro. Pero por otro lado era riesgosa la insistencia del muchacho en entrar, sacarse unas fotos y querer averiguar más del asunto. Así que él se puso a pensar una respuesta convincente mientras veía que Pj había aparecido con Penny a su lado.  

              "Bien, podemos satisfacer su necesidad. Pero debemos tener cuidado. Parece un buen chico y solamente desea algo de diversión. Quizás podamos hacer un truco de magia, algo inocente, y decirle que eso es tal o cual truco. Además creo que está medio embobado con mis primas, así que eso servirá de elemento distractor. Digo... está en esa etapa en la que las hormonas mandan y la cabeza no piensa bien".

           Miró a sus primos y hermana. No iba a decidir solo el asunto pero no le parecía una mala idea: charlar con él del argumento de la "cinta", firmar algún autógrafo, y pedirle que prometa no hablar de esto para que ninguna otra empresa se robe la idea. "No sea que luego no la puedan estrenar...". Sus ojos verdes pasearon por su familia, aguardando la aprobación o rechazo del plan.

           -Espera un momento, tenemos que discutir los... ejem... detalles
 

Cuando Penny y PJ aparecieron en la habitación la primera llegaba una cara de perros que, aunque podría descolocar a cualquier extraño, para su familia era de lo más habitual.

- ¿Enserio? - miró a su alrededor, levantando las manos y señalanzo hacia el techo. - ¿Cómo querías que lo adivinar? ¿Con una premonición? - Negó con la cabeza mientras suspiraba resignada. La carrera que se había echado hasta el P3 no había servido de nada y, encima, era su hermana quien la había tenido que ir a buscar. Ya le debía un favor más a la perfeca de P.J.

Estaba tan ofuscada que no cayó hasta ese instante en la presencia del chaval. El dichoso chaval. El que les había pillado matando a esos demonios en el pub y ahora se había convertido en su grano en el culo. Tenía ganas de matarlo. Una pena que fuera tan mono. No es que los chicos guapos estuvieran a la orden del día. Al menos no en su vida.

- ¿Qué detalles?

La voz de su prima, o mas bien el tono usado, sorprendió a Pat, estaba acostumbrada al buen humor de Tam y para alguien que la conocía en sus palabras se podía apreciar la molestia que le ocasionaba que el chico se presentase justo en su casa. La joven se giró un momento para poner una mano en el brazo de la pelirroja, le intentó dar a entender con el gesto y la mirada que si había un problema porque el muchacho supiese la ubicación de su hogar, era un problema de todos y no solo de ella.

Enseguida les llegó la voz desde el otro lado de la puerta, más emocionada que antes. -Problemas...- pensó, y es que si había algo que podía entorpecer sobremanera a cualquiera, eran las buenas intenciones de la gente. Cuando llegó a la parte de querer hacerse fotos con "las tías buenas que salían en la peli", Pat no lo pudo remediar y se quedó mirando a Tam con una sonrisa de oreja a oreja. Sonrisa que se vió condimentada con varios arqueamientos de cejas ante la frase "la pelirroja tia buena".

A pesar de que el entusiasmo del chico le parecía de lo mas enternecedor, y de que no creía ni por un momento que tuviese malas intenciones -Si obviamos la fijación con la tia buena que vive aquí, claro-; la situación era cuanto menos molesta. No podían tener al chaval ahí fuera vociferando y que todos los vecinos se enterasen de lo que estaban hablando, pero tampoco podían dejarlo entrar y comenzar a hacerse fotos como si nada. Miró más allá de su prima en busca de la opinión del resto, justo para ver aparecer a P.J. con Penny -Menos mal que todavía no hemos abierto la puerta- y entonces Chris contestó pidiendo un poco de tiempo. Las primeras palabras de su hermana sorprendieron a Pat, pero como estaba mirando a su primo dejó que se aclaresen entre ellos, aunque esperaba que lo hiciesen en otro momento.

- Nada de hablar de los efectos especiales, un mago nunca revela sus trucos. - fueron las palabras susurradas a sus primos ante 'los detalles' que tenían que pulir - Y nada de fotos, como mucho una con Tam, - se giró hacia ella mientras añadía - es que lo has encandilado.

Tam se relajó bajo el toque de Pat, mientras escuchaba boquiabierta las excusas del chico. Les había estado siguiendo y encima parecía que tenía una obsesión con ella y probablemente su hermana y sus primas. Y sin embargo, parecía que el chico no se daba cuenta de que lo que estaba haciendo no era normal, cosa que  evidenciaba su excesivo entusiasmo. 

Tam dejó que fuera su primo quien contestara, asintiendo al instante ante su sugerencia. En ese momento llegaron PJ y Penny, por lo que esperó a que ambas se acercaran al grupo antes de compartir su opinión. 

- ¿Pensáis dejar que ese tío entre? ¿Un tío que dice no ser un acosador pero que se describe a si mismo como tal? Por favor, si hasta nos ha estado siguiendo todo este tiempo...- realmente le había molestado el hecho de que el chaval hubiera llegado a su casa y ni siquiera se disculpase por esa intromisión indeseada sino que además insistiese e insistiese para entrar. Puso los ojos en blanco cuando Pat sugirió que se dejase hacer una foto con el chico.- Ni lo sueñes.- replicó, antes de sugerir algo que a ella le parecía mejor y alejaba al chico de ahí.- ¿Por qué no le decimos que quedaremos con él dentro de una hora en el P3 y ahí si quiere le firmamos algún autógrafo? Podemos firmar con el nombre que nos dé la gana. No creo que sea buena idea dejarle entrar aquí...Además, si quedamos ahí tenemos tiempo para pensar qué hacer con él.

- ¿Desde cuando nuestra vida se ha convertido en una telenovela de esas de medio día? - pregunto sin levantar la voz demasiado para que el chico no me oiga. ¡¡Venga ya!!

Anoto mentalmente el nombre de Sam Taylor para investigarlo a fondo.

- ¿Como ha conseguido exactamente la dirección? Si te ha seguido una cosa es el portal pero ... ¿el piso y letra? - comento. No sé, no me encaja.

Me alejo de la puerta y llamo a Elizabeth.

- Elizabeth, ¿como va todo? - le pregunto. Necesito un pequeño favor, ¿puedes mirar a ver si hay algo en la base de datos de un tal Sam Taylor?

                Penny preguntaba sobre de qué detalles estaba hablando. Chris se refería a ultimar los detalles de lo que le dirían sobre la película, y lo de sacarse o no una foto. Pat le siguió un poco el juego, con eso de que un mago no revela sus secretos y de pensar en dejarle tomarse una solo foto con Tam, que era la que parecía encadilar su corazón. Pero los demás no pensaban lo mismo. Chris comprendía la reticencia a posar y dejar entrar al chico aunque pensaba que era mejor ser corteses con él. Entonces fue cuando Tam habló de que los encontrara en el P3 en una hora. No le pareció una mala idea. Pj desconfiaba totalmente del chico, se notaba por su reacción.

                -Miren –dijo Chris, -tenemos que decirle algo ahora. No digo que hagamos lo que dice pero tampoco enemistarnos con él porque podríamos conseguir justo lo contrario de lo que buscamos y que el chico no nos deje en paz. Lo del P3 me parece buena idea, pero Tam es tu casa, sé tú la que se lo dice. Más que parece encandilado contigo y eso no me suena a magia sino a hormonas…

Fuegos artificiales. ¿Pero de qué cojones están hablando?

Penny paseaba la mirada por todos los presentes intentando entender de qué iba esa conversación que había cogido más que comenzada. No pudo evitar entrecerrar los ojos con cierta molestia al encontrarse con los de Chris, recordando el viaje en balde que le había hecho hacer.

Recuerda que yo no tengo poder tan chupipandis como los vuestros, primito.

- ¿Un acosador? - las palabras de su prima Tam hicieron que su mente cambiara de objetivo en una milésima de segundo. - ¿Por qué te acosa? - la miró con cierta confusión, algo que podía ser malinterpretado por un "qué es lo que ha visto en ti" de lo más desagradable - ....al P3... - dejó caer los brazos en peso muerto mientras elevaba la cabeza con exasperación. Tenían que estar de coña. 

Se acercó como quien no quiere la cosa hacia su hermana Pat mientras el resto terminaban de organizarse. Se inclinó hacia ella para hacer algo más privada su pregunta.

- ¿Qué se supone que habéis hecho?