Partida Rol por web

Los Dhaeva de Transilvania.

TERRITORIO 51: Bosque Otoñal.

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10/02/2008, 23:02
Señor de los Témpanos.
- Tiradas (9)

Tirada: 1d10
Motivo: unleashing "arch" (1/6)
Resultado: 4

Tirada: 1d10
Motivo: unleashing "arch" (2/6)
Resultado: 5

Tirada: 1d10
Motivo: unleashing "arch" (3/6)
Resultado: 7

Tirada: 1d10
Motivo: unleashing "arch" (4/6)
Resultado: 2

Tirada: 1d10
Motivo: unleashing "arch" (5/6)
Resultado: 7

Tirada: 1d10
Motivo: unleashing "arch" (6/6)
Resultado: 6

Tirada: 1d10
Motivo: descontro (1/3)
Resultado: 3

Tirada: 1d10
Motivo: descontro (2/3)
Resultado: 9

Tirada: 1d10
Motivo: descontro (3/3)
Resultado: 1

Notas de juego

Tirada corregida según las indicaciones por messenger del master. Sale igual, pero tardaremos 1 hora en vez de 20 minutos.

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11/02/2008, 08:52
Director

RESULTADOS DE MARZO:

- El Señor de los Témpanos recluta como Lugarteniente a Shigraat el Portador del Odio.

- Shigraat el Portador del Odio: Es reclutado por el Señor de los Témpanos, que ahora es mucho más poderoso de lo que era cincuenta años atrás.

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11/02/2008, 08:52
TEMPUS FUGIT

AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA.

MES DE ABRIL.

COMIENZO DE LA PRIMAVERA.

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12/02/2008, 00:04
Señor de los Témpanos.

Notas de juego

Acceso al bosque invernal para Shigraat y para mí, porfi, master (presuponiendo que éste me sigue claro... si no, iré yo solo).

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12/02/2008, 00:27
Shigraat el Portador del Odio.

Notas de juego

claro que te sigo!

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13/02/2008, 02:18
Señor de los Témpanos.

Durante poco menos de una hora ambas hadas caminaron por un sendero batido por el viento, que suspiraba entre los surcos de la corteza de Shigraat. A tiempos irregulares distantes regiones parecían adivinarse por entre el sotobosque, sin ninguna conexión aparente. La sensación no resultaba distinta de pasearse por el ilustre salón pictórico de un palacio, jalonado de vetustos frescos de tierras lejanas y exóticas. Las luces del atardecer y la noche se alternaban en parches de realidad, con intermitencia irregular. El sendero vibraba de vida estacional,representando una eterna pugna entre el otoño aferrado a su hojarasca y el invierno cubriéndola de escarcha y marchitándola. El manto de armiño del Señor de las Sombras Gélidas ondulaba entre los pardos y los grises al mismo ritmo, claro rflejo de su conexión con ambas estaciones.

Cuando el camino llegó a su fin, el bosque se vertió sobre un claro otoñal, rodeado por una portentosa cúpula de espinos fosilizados en hielo. Entre sus confines, un delicado microclima reproducía con delicioso detalle la caída de las hojas en los confines del año. Sus puntas rezumaban una oscura resina de ominosa apariencia; su densidad, su pausada cadencia, su olor almizcleño... muerte en gotas para los incautos. Cuando el troll giró su nudosa cabeza hacia su espalda, todo rastro de la senda había desaparecido, dejando lugar únicamente al amenazador círculo de zarzas. El suelo parecía enrojecido, como si se hubiera tragado las hojas muertas con avidez... como si hubiese sido regado con algo mucho más ominoso. Shigraat podía oler el intenso aroma floral de la sangre feérica sobre la tierra, mientras sus raíces caminaban sobre las huellas de una gran matanza:

-He aquí que el invierno halló su final. Maldita la hora en que su mano aferró el corazón de mi Primer Senescal en su caída al abismo del olvido. El suelo que pisas es la Tumba de Korkasse, Portador del Odio. El fiel lugarteniente que me sirvió hasta el fin de su existencia con la más sincera entrega. Confío en que su sange fertilice tu sabia a cotas aún más altas, mi Senescal.- dice Noderoth mientras sonríe contemplando el cálido brillo del rocío del atardecer sobre su creación natural -El muro de espinas protege el Bosque Invernal de este reducto de puro otoño y esta entrada a mi reino. Más allá de estos muros se extiende el otrora salón del trono de Safne, ahora propiedad y baluarte del Señor de los Témpanos.- añade mientras avanza decidido entre la hojarasca, contra la peligrosa barrera de espinas.

Notas de juego

Mientras el master nos da acceso, te voy adelantando posts del viaje, para no quedarnos fríos, aunque el verdadero tomate vendrá cuando lleguemos, supongo.

De momento no hay declaraciones firmes de intenciones. Estamos a las puertas "traseras" del Bosque Invernal. Puedes ir roleando lo que quieras, mientras tanto.

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13/02/2008, 02:43
Shigraat el Portador del Odio.

Miro a mi alrededor, la sentencia de la naturaleza que rodea nuestro paso, y que dictó la estancia que recorrimos, y dispuso que el invierno yacería en aquel bosque mientras las eras sigan.
al cabo de caminar por el sendero abierto por mi amo, la duda surge en mi mente:

- "¿Que sucedio maestro?, ¿que sucedio de este lado del portal?, ¿que ha sucedido en 50 años que hizo que abrazaras el frio que tantos hermanos mató?

Miro con desdén la cupula de invierno del bosque:

- "¿Por que estableciste aqui tu reino y abandonaste al otoño imperecedero por esta fria y desolada estepa?"

Miro a mi Amo, con expresion de duda, mientras mi semblante se suaviza:

- "Aún gobernando en este yermo, eres mi amo y señor, me sentaré a cuidar fielmente un trozo de hielo si así lo ordenas, mas debo saberlo, Señor de los Tempanos"

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13/02/2008, 20:01
Señor de los Témpanos.

El soberano se detiene en medio de su avance y se gira hacia el troll, sonríe, saca su arpa de su larga funda de piel de cabritilla y se coloca parsimoniosamente en el suelo, listo para interpretar:

-Te hablaré de la caída del invierno al abismo y de cómo su fría garra arrastró a Korkasse consigo, si es lo que deseas, Portador del Odio. Alimentaré tu nombre y satisfaré tu hambre de guerra. Regocíjate en la victoria del otoño en estas tierras, pues es lo único digno de alborozo en esta historia. Confío en que el dolor de mi pasado alimente tu inteligencia y la valía de Korkasse ensalce tu espíritu.- anuncia el soberano, colocando sus manos grácilmente sobre las cuerdas heladas.

El baile de sus ágiles dedos comenzó con una melancolía cadenciosa suspendida en las brisas de la tristeza. Cuando la tonada comenzó, el mismo viento del norte comenzó a suspirar sobre el claro, condensando la humedad en una cálida bruma. Las caprichosas hojas, evolucionando en la niebla, desprendían peculiares sombras móviles, que parecían representar la troba:


Cuando cruzamos a este lado lado, la tierra vibro mientras el portal descargaba sobre el páramo helado su poder, cerrando la brecha entre los reinos. La tibieza de nuestra estación arraigó en los dominios de Safne y se escucharon crujidos de hielo partido y fundido por doquier. Docenas de gritos de criaturas gargantuescas llenaron de una cacofonía terrorífica el lugar, mientras sus guaridas se les venían encima. Laderas enteras se desmoronaron sobre parte del ejército invernal, enterrándolo en vida. La mano de Korkasse había derruido las defensas de la Bruja Frígida sobre sus propias tropas.

Una marea de gélidos nobles nos miró, viendo su fiesta nocturna tan sesgada como sus vidas en pocos instantes. Mis soldados, bien equipados y listos para la batalla, pasaron a piedra y madera al desprevenido enemigo, mientras los más ancianos elfos invernales trataban de erigir una futil defensa. La sangre de los excelsos invitados de Safne regaba los gélidos suelos de hielo pulido, creando surcos calientes en el pavimento. Mi espada se aseguraba certera de que no les faltara de beber a los ávidos azulejos, cercenando cabezas y cuerpos por igual, en mi inexorable camino hacia la anfitriona. Cuando llegué hasta ella, salió de su horrorizado ensimismamiento, descargando la ira de su fracaso conmigo:

-¡TÚ!- dijo entre furiosa y anonadada ?¡TÚ!- comprendió fuera de sí ?¡MUERE!- concluyó viniendo a mi encuentro.

Mientras la anciana y bella hada venía a danzar conmigo el baile último, del que solo uno saldría, una vieja y horrorosa bruja con la mitad del rostro muerto, que esperaba a su lado, agarró el cinturón de Safne y se lo arrancó de la cadera. La regente del territorio miró un instante atrás sin comprender, mientras la pavorosa figura desaparecía en la foresta escarchada. El descuido le hubiera costado la vida, de no ser por la intervención de una joven hada, casi calcada a Safne, que desvió mi hoja con su cetro principesco en el último momento. La espada solo arañó el hombro de mi oponente, que cayó al suelo pesadamente, con un grito agónico.

Iracundo cercené la bisutería con una estocada, dispuesto a acabar con la vida de la mocosa. Al mirarla a sus ojos asustados comprendí que no era otra que Annya, la hija de la Reina Frígida. Su existencia hubiera terminado allí, de no ser por la intervención de su madre, que recuperada del primer lance se interpone con su vara plagada de cuchillas heladas, deteniendo mi estocada mortal. En ese momento un enorme troll de las nieves agarró a la paralizada criaturita y se la llevó de allí a lugar seguro.

Safne se encargó de tenerme entretenido el tiempo suficiente para dejar escapar a su pequeña. A pesar de ello, no era rival para mi maestría con el acero. Una vida de agónica lucha por la supervivencia me había mostrado todo lo que de un filo aguzado se debía saber, y pronto la vencería, si el combate se mantenía en las mismas condiciones. Entonces caí en la cuenta de la ausencia de la guardasespaldas de la bruja, Rubushka, su lugarteniente y compañera no se encontraba en el estrado. Aterrado vi su figura, algo más alejada, convocando a los vientos boreales. La ventisca desgarró la carne de mis tropas como si se tratara de meros muñecos de nieve. Korkasse, en medio de la vorágine, trató de detener el torrente invernal. Muchos escaparon por su sacrificio, pero ante mis ojos pude observar cómo mi compañero, mi amigo del alma, perdía su vida destrozada por el gélido abrazo del invierno.

Dudé y Safne me acosó con sus hojas heladas. Caí y las lágrimas anegaron mis ojos, impidiéndome ver. Rodé y gire mientras la bruja me acosaba, deteniendo sus acometidas casi por instinto. Entonces todo el odio, toda la ira, toda la frustración de casi medio milenio de sufrimiento salieron de mi interior. La siguiente parada en círculo clavó el arma de mi contrincante en la nieve. Mi bota la quebró en mil pedazos al terminar de incorporarme. Cuando mi espada atravesó su corazón helado, aún seguía sin comprender cómo había podido suceder aquello. Todos mis pesares se liberaron en aquella muerte, con un último grito desgarrador. Cuando extraje la hoja del cuerpo de la exreina, su vida ya se había ido... como la de mi amigo.

Envié a mis efectivos tras los pocos supervivientes, ya casi no quedaba nadie. La mayoría yacía como rosales muertos, con sus mustias flores carmesí brillando el fin de sus existencias. A pesar de ello, algunos jóvenes lograron escapar y no pudo encontrárseles; fui informado de que parecieron utilizar alguna clase de ?puente?; aunque sin Korkasse para explicarlo, el método ya no importaba. Quedaban muchos siglos de existencia para acabar el trabajo.

Comencé el lento proceso de asegurar mi nuevo dominio, como hiciera anteriormente con la Marca. No me quedaban fuerzas para regresar a él, y me engañé confiando en que aquellos que dejé en retaguardia cuidarían de él, ahra ue la amenazadora sombra de a bruja había desaparecido. No podía abandonar este lugar, la tumba de Korkasse, donde mi amigo, o al menos el frío que quedaba de él había entregado su vida por su Señor. Este era su regalo para mí: el primer sitio enteramente mío, conseguido con la única y exclusiva sangre y sudor de mi frente y de la de los míos... nuestro lugar. Podía no ser tan brillante como él, pero mi compañero me había enseñado bien: defendí el nuevo territorio como nunca pudiera haber hecho en años anteriores. Aprendí a idear las mejores celadas y a mantener la mayor de las vigilancias. Pronto el bosque invernal fue impenetrable a cualquier enemigo.

Emisarios de la corte de la Selva Negra acudieron a visitarme y a mostrarme el agradecimiento y la satisfacción de mis supuestos dirgientes. Los envié de vuelta con las manos vacías y el corazón encogido, portando mi indiferencia y mi desprecio. Dejé bien claro quien era y quien no era bienvenido en MI territorio, que caería en las manos del invierno para siempre, antes de que permitiera que una sola mano ajena acariciara mis hojas. Los jóvenes más rebeldes me vitorearon como un héroe y acudieron a Transilvania, donde creían que tendrían aventuras y nuevas oportunidades. Nada más lejos de la realidad: La Marca Sdersath se había tornado un lugar frío y desolado desde la muerte de Korkasse. La misma sombra que años atrás aterrorizara a los bufones que la ridiculizaban vagaba por los senderos oscuros en las noches sombrías. Las malas lenguas hablaban de extrañas muertes y de una triste y melancólica tonada que rebotaba en el duro hielo desde ninguna parte. Cerré mis fronteras al exterior, y dejé de interesarme por los asuntos mundanos.

Los Cambiados se ocuparon durante aquellos años de los asuntos exteriores y de los nuevos reclutamientos. Uno de ellos fue Taliesin, un prometedor muchachito raptado en su más tierna infancia de la cuna en la que descansaba. El haber respirado los cosmopolitas vapores de Alexandria le había despertado un desmesurado gusto por el extranjero; hasta tal punto que más de una noche lo encontré trasteando entre mis antiguos manuscritos. Los castigos sucesivos no lo desalentaron, y el descarado desparpajo e interés por los humanos que irradiaba, me hicieron ver en sus jóvenes ojos a un Noderoth que había quedado mucho tiempo atrás olvidado. A regañadientes comencé a tutorearlo, en las pocas ocasiones en que salí de mi apatía, y pronto se erigió en amo y señor de mi anteriormente grandiosa red de contactos.

Su rito de Acogida fue realmente bello, bañado en flores y hojas otoñales, de acuerdo con las más antiguas tradiciones. El rojo y el ocre destacaban sobre el suelo nevado del paisaje invernal, como joyas sobre piel desnuda. Su Bautizo arrancó lágrimas de mi alma, al verlo pasar por el Arco de Korkasse, engalanado como mi excéntrico amigo perdido. Su visión despertío en mí sentimientos que aún no habían terminado de curar. La depresión me arrancó de la corte, mientras mi ahora querido Taliesin abandonaba el bosque invernal y vagaba por el mundo como un simple trobador. Ninguna otra alma de la Marca consiguió despertarme de mi sopor desesperado. Me hundía en un pozo sin fondo que amenazaba con volverme un retorcido y viejo sauce mecido por las brisas.

No fue otro que Taliesin quien finalmente descongeló mi ánimo. Apareció de improviso una muerte de otoño, cuando las frías cumbres comenzaban a descender hacia la fronda con sus faldas nevadas. A su regreso, mi actual jefe de inteligencia me abordó como si mi situación fuese la más natural del mundo, como solía hacer mi viejo compañero, sin amedrentarse por mi estado. Comenzó a hablarme de cuentos, de historias, de frescas noticias, me aturulló con sus chismes y consiguió que me interesara por él. Cuando supo que se había ganado la atención, atacó directo y a sangre: un humano se decía y proclamaba Príncipe de Transilvania: el voivoda Vladimir Rustovich se sentaba en su trono, mandando desde él como si tuviera derecho divino. Entre tanto el deplorable cristianismo se había abierto paso hasta los corazones de prácticamente toda Europa. El cáncer del mundo se había extendido por mis dominios, mancillándolos y marchitándolos. Lleno de furor y con energías renovadas, me alcé de mi trono helado y aferré mi espada espinada:

-Por este acero que atravesó el corazón de Safne juro que Transilvania será mío o no volveré a ver más estaciones pasar.

El tiempo de tregua había terminado. Era hora de reclamar lo que era mío por derecho... todo.

El arpa dejó de tañir, dejando el reverberante sonido suspendido en el ambiente por unos instantes, hasta que las espinas lo absorbieron ávidas, disueltas en la bruma. Cuando el silencio limpió el claro, Noderoth volvió a hablar:

-Fue entonces que regresé al Bosque Otoñal, dispuesto a tomar el control de los dos reinos. Envié primero a Taliesin a tierras humanas, en busca del secreto que permitió que Korkasse abriera la senda al Bosque Invernal, pues necesitaríamos de una al Bosque Otoñal para mantener ambos Dominios comunicados.- explica el regente ?Lo que no esperaba era encontrarme el paraje yermo y carente de esencia feérica que vi.- añade con los ojos empañados en una tormenta de otoño ?Me adentré en la foresta y recogí de allí mi más preciado tesoro dejado atrás al partir a la conquista: tú, Shigraat, mi poderoso lugarteniente.- declara solemne, mirando a la desfigurada cara del hombre-árbol - Ahora más que nunca he comprendido la imperativa necesidad de un liderazgo fuerte a mi espalda, mientras recupero mis tierras. Temo que esa misión me llevará a territorio humano, peso que no deseo cargar sobre tus hombros aún, Shigraat.- explica Noderoth, sumiéndose en profundos pensamientos al pronunciar estas últimas palabras -Pero no confiaré ni a humano ni a mestizo mis dominios, pues he visto lo que la volubilidad del hombre puede hacer con nuestro mundo. Serás mi presencia en este lugar, mientras recupero la Marca y castigo a los transgresores, y mantendré contacto frecuente contigo para asegurarme de que todo esté bien, Shigraat.- acaba su exposición el Señor de los Témpanos, con una sonrisa.

Entonces vuelve a girarse hacia la barrera de zarzas, pero en el último momento se detiene, se gira otra vez hacia su acompañante y añade:

-Por cierto, senescal, encontrarás el Bosque Invernal mucho más de tu agrado de lo que imaginas. Recuerda siempre que soy un hijo del otoño, nacido d hadas del ocaso en las sombras del atardecer.- objeta el marqués ante las reticencias del poderoso inanimae -Mantengo el frío que otrora vistiera la tierra, por condescendencia con aquellos que nacieron vecinos al territorio y porque refleja la tristeza de mi espíritu herido. Pero el ocaso brilla sobre todas las luces y los brotes de fronda caduca desplazan y acosan a las viejas coníferas sobre el suelo nevado. Este es un reino otoñal ahora, y sus retoños vivirán en la hojarasca hasta el fin de mis días.- termina Noderoth, antes de dirigirse al punzante muro defensivo nuevamente.

Notas de juego

Es de conocimiento general y susurrado que Noderoth fue escogido como Marqués de Transilvania por su facilidad para comprender los ciclos del invierno y su familiaridad con esa estación. Posiblemente eso explica su carácter reclusivo, despiadado, esquivo y territorial ciertos momentos (características de las hadas invernales), en contrapunto con su actitud cortesana, socializadora y cosmopolita, y su interés por los humanos en otros (actitud claramente otoñal). De hecho posee un considerable dominio de la magia invernal, solo eclipsado por su control del ocaso.

La disciplina del invierno tiende a ser muy ?monárquica?, con tendencia a dar control sobre el territorio, entre otras cosas. Esto hace que alguien versado en esta magia pueda modificar las condiciones de su territorio según su voluntad. Noderoth es sabido capaz de ello entre sus súbditos.

Además de ello, los reinos feéricos tienden a ser flexibles y dinámicos en su esencia: dependen más de quién vive en ellos que de lo que realmente representara antes (de ahí la guerra de las estaciones).

Seguimos esperando al master.

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18/02/2008, 08:51
SITUACION

- Valdis, antaño llamado "el Portador del Miedo", arriba finalmente al bosque en el que moró tantos años, el Bosque Otoñal.

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18/02/2008, 16:50
Valdis el Portador del Miedo

Valdis camina por el Bosque tarareando alguna cancion que aprendio cuando era pequeño como no reconocer este aroma...uff.. como pueden decir que esta tierra esta maldita??? habla en voz alta Valdis sabiendo que no hay nadie mas por los alrededores

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23/02/2008, 21:25
Director

VALDIS:

- Tira Astucia + Supervivencia y Percepción + Sagacidad, ambas a dificultad 6.

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24/02/2008, 00:52
Valdis el Portador del Miedo
- Tiradas (3)

Tirada: 4d10
Motivo: astucia+supervivencia
Dificultad: 6
Resultados: 5, 10, 7, 9
Exitos: 3

Tirada: 3d10
Motivo: percepcion+sagacidad
Dificultad: 6
Resultados: 5, 6, 7
Exitos: 2

Tirada: 1d10
Motivo: Repetir diez.
Dificultad: 6
Resultado: 3 (Fracaso)

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24/02/2008, 20:31
Director

RESULTADOS DE ABRIL:

- Valdis el Portador del Miedo: Pasas un tiempo en tu antiguo hogar, que ahora lamentablemente está muy cambiado para peor.

1.- El Aura Feérica del Bosque prácticamente ha muerto, ya no se puede considerar un Bosque Feérico ni un Baluarte.
2.- Descubres que el Corazón del Bosque ha sido "profanado" mediante un ritual cristiano de exorcismo o similar. Sin duda aquí se ha vertido Agua Bendita y se han rezado oraciones al Dios Crucificado.
3.- Observas también algo asombroso: Falta uno de los robles principales, el que tú sabes que antaño fuera el legendario inanimae Shigraat el Portador del Odio, un poderoso y peligroso Troll que antaño protegía el Bosque. - Hace cincuenta años comenzó a sumergirse dentro de sí mismo y a estancarse en Ley hasta que se convirtió en un roble. El proceso parecía ya irreversible, pues durante años trataste de hacerle despertar en vano. Alguien o algo muy poderoso lo ha reanimado y se lo ha llevado.
4.- Observas reminiscencias de energía férica en unos árboles entrelazados cuyas ramas forman un arco. A la vista feérica hay rastros de poderosa magia feérica, como sólo un Gran Señor de las Hadas pudiera Desatar. ¿Es posible que el Señor de los Témpanos, tu antiguo señor, haya estado aquí?

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24/02/2008, 20:36
TEMPUS FUGIT

AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA.

MES DE MAYO.

MEDIADOS DE PRIMAVERA.

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02/03/2008, 17:18
T51: BOSQUE OTOÑAL.

- Valdis permanece inactivo en medio del Bosque Otoñal.

Cargando editor
02/03/2008, 17:20
Director

RESULTADOS DE MAYO:

- Valdis el Portador del Miedo: Inactivo.

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02/03/2008, 17:20
TEMPUS FUGIT

AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA.

MES DE JUNIO.

FINALES DE PRIMAVERA.

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05/03/2008, 17:03
Valdis el Portador del Miedo

Valdis despues de recorrer el bosque decide volver al pueblo puede que el señor me necesite para algo... y el pueblo tambien.. aunque espero hablar con ese religioso por lo que hizo con el bosque mientras toma su equipo y se dirigue de vuelta a la aldea

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09/03/2008, 13:54
T51: BOSQUE OTOÑAL.

- Valdis el Portador del Miedo abandona el Bosque Otoñal (T51) y regresa al pueblo de Oradea (T5).

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07/05/2008, 12:42
TEMPUS FUGIT

AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA.

ESTACION DE OTOÑO.

MESES DE OCTUBRE, NOVIEMBRE Y DICIEMBRE.