Partida Rol por web

Al contrario de lo que cabría esperar, soy yo el que se queda paralizado en cuanto escucho el maullido de gato.

Maldición... ¡Somos unos irresponsables! ¡El terreno se revisa primero!

Me recrimino a mí mismo. Asiento con la cabeza y, para cuando consigo que mis piernas respondan, arranco a correr, no obstante, en última posición, aunque quizá podría usar mi físico superior para adelantarles, prefiero cerrar el paso. No voy a dejar a nadie atrás... a nadie.

El gato entra en la cocina podeis sentirlo cada pisada para vosotros es ahora mismo como un terremoto, temeis por vuestras vidas y trepais tan rapido como podeis, el Señor Tic llega el primero y cuando lo hace os lanza cuerdas para ayudaros a subir mas rapidamente, todos estais aterrado.

Efecto claro esta el gato que os ve perfectamente y no os hace caso alguno sencillamente camina despacio hacia su plato con leche para beber pasando de vosotros, no parece importarle que esteis alli en lo mas minimo.

     A medida que el gato se acercaba mi respiración se hacía más intensa. Lo único que quería era salir corriendo así que cuando el señor Tic me lanzó la soga la tomé con fuerza y empecé a subir. Primero una pierna, luego la otra, y haciendo fuerza con el abdomen y la tensión de la cuerda me fui elevando. Roté la cabeza para ver como el enorme monstruo finalmente se contentaba con lamer su enorme plato de leche. Busqué a Dora y los chicos con la mirada para saber si subían junto a mí. En la cabeza se mezclaban emociones diversas: emoción por la aventura, nerviosismo porque el gato decidiera que su plato sería alguno de nosotros, y terror de caerme mientras intentaba ir ascendiendo. No podía esperar, sin embargo, el volver a casa y repartir parte del azúcar que había incautado.

     "Soy Irina, laaaaa...!!! Incursora!!!! !"

     Finalmente todos subimos sanos y salvos. Abracé a Dora, -lo hicimos, lo hicimos hermanita. Y vosotros tampoco estuvisteis tan mal- le dije a los muchachos.

¡Sí!

Exhalo, extiendo mi mano para chocarla con mi hermano.

¡Lo hemos logrado!

Cuando llegamos al final me encuentro jadeante, a penas soy capaz de hablar, tan solo lucho por contener mi respiración.

Estaba agotada por la carrera y muy sorprendida de que aquella criatura grandota ni se hubiera molestado en seguirnos, parecia que nos ignoraba, igual se habia acostumbrado mucho a que la cuidasen y por eso no intentaba cazarnos, pero la verdad es que habia pasado miedo.

- Si, lo conseguimos - dije abrazando a mi hermana.

- No os pareis - dije abriendo el paso hacia los tuneles - Aun puede querer un segun plato y lanzarse contra nosotros, es mejor ponernos a cubierto por si acaso - 

La verdad es que jamas habia escuchado que ese gato se comiera a ninguno de los nuestros pero si habia escuchado historias terrorificas de incursores deborados por gatos despeadados que jugaban con ellos antes de dar el primer bocado.

     Siguiendo las órdenes del señor Tic continúo con paso acelerado. En mi cabeza imagino al enorme, gigantesco, monstruoso gato atacándonos y ese es todo el incentivo que preciso.

    -Vamos Dora, vamos vamos vamos!!

    Siento que estamos tan cerca de la victoria como del fracaso, pero la emoción es mucha y no paro de correr y sentirme aterrada y super contenta al mismo tiempo. Cada tanto miro alrededor para ver que los chicos no se queden atrás. 

No tiene pinta de que el gato nos vaya a perseguir, pero no quiero probarlo, así que obedezco a mi padre.

Completamente de acuerdo con mi padre, sin ganas de ser algo con lo que esa peluda, enorme y dentuda bestia quiera jugar, decido que seguir avanzando es la mejor opción.

Ahora... ¿vamos a casa?

- Si, o al menos yo voy a casa vosotros podeis quedaros habando fuera si quereis pero por esta noche creo que ya es suficiente de experiencias fuerte, es mejor no seguir provocando al destino -

     Me hubiera gustado quedarme más pero creía que el señor Tic tenía razón. Así que tomé a mi hermana de la mano y le dije -mejor vamos, que sino mamá se va a preocupar y no queremos eso.- Me acerqué a los chicos y los despedí con una sonrisa triunfal, -estuvimos bastante bien. Creo que sí, ¿verdad? Espero que luego me enseñes mejor el tiro al arco- eso se lo comenté al hermano que se había ofrecido para ello. Ahora igual tenía una ballesta con la que practicar. Me sentía eufórica, como si hubiera retado a la muerte y en parte lo había hecho.

     -Buenas noches, señor Tic. La verdad ha sido una clase muy divertida. -Estuve a punto de darle en un beso en la mejilla pero me contuve así que simplemente le otorgué una leve reverencia. Luego, esperando a mi hermana Dora, y con mi parte de botín, me preparé para volver a casa.

Me despido de las chicas con un amable gesto mientras mi corazón aún late con fuerza y una sonrisa de superioridad se dibuja en mis labios.

Claro que te enseñaré, si consigues llegar hasta mí.

Bromeo, de repente mi humor mejora por segundos y dándole un codazo a mi hermano le hablo.

Ya verás tú cuando se lo contemos a papá ¡le va a encantar!

Entonces de reojo observo al señor Tic.

Os despedis unos de otros amablemente hasta que el señor Tic os corta apremiando a las chicas para acompañarlas a su casa, no puede dejar a esas horas que las 2 hermanas crucen el jardin si protección.

Por otro lado Los hermanos quedan solos y fuera de su casa, es tarde pero su padre aun tardaria en volver así que podrian hacer cualquier cosa que se les pasase por la cabeza o tal vez simplemente descansar.

     El señor Tic nos acompaña por el jardín hasta llegar a casa. No dudo en despedirme primero de los chicos, y le recuerdo a Natan su promesa: -no te olvides que me ibas a enseñar a tirar al arco. Ya tengo arco así que... -le sonrío y luego a su hermano y tomo a Dora del brazo. Tengo una sonrisa enorme, de esas de tonta. Mis ojos brillan y mis pies parecen volar en vez de caminar por la tierra.

    "No me pueeeeeeedo creer lo que hicimos hoy, fue espectacular. Tengo que contarle a mi amigo, algún día voy a volver a verlo. ¡Sí! Diga lo que diga mamá. Sé que sorprenderá. Estuvo buenísimo, increíble. Estoy tan contenta... aunque el gato me dio miedo. Pero... es que es tan grande... tanto."

   Seguía caminando como si estuviera entre las nubes. -Gracias, señor Tic. Realmente fue una experiencia única, y he aprendido mucho aunque estoy lejos de ser una incursora.

Miro hacia las chicas y nuestro padre mientras se alejan y cuando terminan de perderse en la distancia me vuelvo hacia mi hermano.

— Te has fijado en cómo te miraban las chicas, ¿no? Eres todo un galán. — Sonrío — ¿Volvemos a casa?

Claro que sí -respondo a Irina-, tal vez haga alguna incursión... para enseñarte.

Me despido con una sonrisa de ella y de su hermana hasta quedarme a solas con mi hermano.

De algun modo me siento más confiado que normalmente, miro a mi hermano y niego.

No, solo voy a enseñarle arco, y su hermana además me miraba fatal... ¿ya quieres volver? ¿no sería más divertido perdernos para conseguir algo más...? Seguro que papá se siente orgulloso si ponemos en práctica lo que nos ha enseñado.

— Se siente orgulloso o no nos deja volver  a salir nunca más, depende del humor con que esté — Digo sin poder evitar sonreír — Pero no sé, como quieras. De todas formas, no te hagas el tonto conmigo, para enseñarla a tirar con arco no hace falta juntarse tanto — Río por lo bajini.
 

Me río.

Oh, vamos, también me acerqué a tí, no estés celoso, hermanito.

Le guiño un ojo y aprovecho para buscar el mejor método para ir a por una segunda ración de comida.