Partida Rol por web

Kio es un chico muy agradable y siempre es mejor pasar tiempo con él que estar pensando en lo mal que van las cosas.

-Bueno, es moderno. Tiene muchas cosas para comunicarnos pero aunque parece que no, las guerras que se libran en este mundo, también se libran en el mío y con mucho más odio, creo que es ligeramente peor...

Sonreí.

-Gracias por lo de guapa... Pero no se te ocurra ponerme nerviosa con esas cosas que no me gustan-le mostré la lengua sacándola de modo chistoso.

-¿Te pongo nerviosa?-

Sonríe.

-Eso es...guay. Estaré al acecho...-

Te guiña un ojo.

-¿Qué es lo más  diferente de entre nuestros mundos?-

-Un poco, al contrario de lo que parece, soy una chica tímida...

Sonreí y miré hacia adelante.

-Bueno, no conozco mucho del tuyo pero tenemos comida enlatada, aunque supongo que eso no sería muy útil aquí... ¡Ya sé! Viajamos en aviones de un país a otros, prácticamente volamos... ¿Qué más quieres saber?

-Nosotros también volamos...bueno solo algunos...-

Se queda mirando a lo lejos.

-¿Cómo pedis citas?- se queda callado, como escuchando. -Bueno, ya me responderás. La reina te llama.-

Te señala en la dirección que tienes que ir.

-Ve por ahi, la verás.-

La pregunta de Kio me sorprendió pero no tuve tiempo a preguntarle a qué se refería porque enseguida me mandó a llamar Eros.

-Te veré pronto...

Me encaminé hacia donde me había indicado y encontré a la reina.

-Su Alteza...

-¿Qué piensa de la magia, señorita Strafford?.-

Eros ni siquiera se gira cuando llegas.

Espera tu respuesta en silencio.

-Pues... en realidad no creía en ella hasta que llegué a este lugar, es como si... Aquí todo fuera posible y eso me gusta.

Contesté lo que sentía porque no quería ocultarle cosas, no a ellas.

-Me encantaría poder hacerla, aunque imagino que eso no es posible.

-Posible...esa es la clave ¿qué es posible y qué no?-

Calla, como esperando tu respuesta.

-Aquí parece que todo es posible... O casi todo... ¿No sé, las prohibiciones también tienen que ver con la magia?

Estaba deseosa de saber a dónde quería llegar y además, tenía ganas de preguntarle un par de cosas más a Kio.

Ella coge una piedra, la hace flotar en el aire, y esta se deshace lentamente en arena. La arena, tambien en el aire, forma un círculo, luego una estrella, para ser finalmente una esfera perfecta, pulida. La esfera se posa en tus manos, lentamente.

Y de pronto, es un pequeño pollito, que te pica en la mano, haciendo que lo sueltes. En el aire pasa a ser un murcielago, que revolotea hasta el hombro de la reina, y pasa a ser un águila que te mira fíjamente.

Salta para atacarte, abriendo pico y garras, con un chillido.

Se deshace en pétalos de flores que te acarician la piel.

-¿A qué prohibiciones se refiere?-

Me quedé totalmente sorprendida con aquella demostración de magia, me siento casi como en una nube a pesar de haber pasado por distintos estados emocionales. Y cuando finalmente vuelvo en mí, atino a responderle.

-Bueno, ya sabe: no hablar con la realeza, no beber su sangre y cosas que no sé pero que me dijo Kio que había cosas que no podía hacer.

-¿Y que tiene que ver una cosa con otra?-

No te dice nada en realidad, como si esperase que tú te dieras cuenta de ciertas cosas.

Notas:

Ponme también tus pensamientos, Eros lee la mente.

-Yo no lo sé, hay muchas cosas que no entiendo...

Me siento como en un examen y no sé si seré capaz de pasarlo. Mi cabeza es un mundo de contradicciones.

¿De qué me servirá saber magia? ¿Nos quedaremos aquí por siempre y por eso planean enseñarme? ¿Qué pasará con Jay y conmigo si somos tan distintos?

-Por ejemplo, si nosotros somos parte de esa profecía, ¿no estamos en severo peligro? ¿No habrá cosas queriéndonos matar?

Esa unión que tengo con Kiara me emociona tanto y no sé de dónde viene... ¡Qué falta me hace Jamie!

-Deberías preguntarte, no de qué te sirve aprender. Sino de que te sirve no hacerlo. La respuesta a tu inquietud, es otra pregunta, respóndete a ti misma. ¿Qué ocurre cuando se mezclan el agua y el fuego?-

Te mira un breve instante.

-Si, habrá algo que intente mataros, a los tres.-

Vuelve a mirar al frente.

-¿Qué unión piensas que tiene con Kiara, señora Strafford?-

Nuevamente sorprendida y por demás avergonzada a ver si iba a leer todo lo que yo pensaba.

-Está bien, no dije que no quiera aprender, quiero hacerlo y sé que me servirá llegado el momento. De hecho lo único que me preocupan son las cosas que se supone que no debo haber pero que desconozco. Temo caer en una de ellas sin saberlo y que me corten la cabeza...

Intenté no pensar, como fuera me leía la mente.

-¡Pasa que uno de los se apaga y no quiero morir o que él muera! Él es parte de mí... Y acerca de Kiara, bueno, no sé... Lo sentí, me siento cercana a ella, no es algo que pueda explicar, quizás ella podría. Lo cierto es que también necesito estar cerca de ella...

-Haces bien en temer a lo desconicido....hasta cierto punto. Temerlo demasiado es peor que no temerlo en absoluto no obstante.-

-¿Por qué esa cercanía a Kiara?-

Sus ojos te perforan, es como si llegaran a tu alma.

-No lo sé, ojalá lo supiera. Sólo sé que estando ella me siento tan segura como cuando Jamie está conmigo...

Bajé la mirada un instante.

Necesito ver a Jay, ojalá tuviera alguna manera de comunicarme con él.

-¿Por qué Kiara no habla?

-No la tenemos, ningún mensajero, vampiro o humano, seguiría vivo lo suficiente como para explicar nada, no en los dominios de los lobos.-

De nuevo responde a tus pensamientos.

-Kiara es...especial. Ella es pura magia. La magia lo hace todo posible, todo aleatorio. Por momentos es la más sabia de las personas, al instante siguiente, vuelve a ser una niña de 10 años. La he visto realizar actos de un poder tal que me dejan asombrada. En ridiculo ¡A mi! la más poderosa reina jamás nacida. Sin embargo, no lo controla, a veces, lo logra, otras...se hace daño, la has visto sangrar. Como si una entidad caprichosa dirigiera eso. El motivo de que no hable, lo desconozco. Es inteligente, se comunica con dibujos, entiende las ideas, pero no habla ni escribe...Kiara es...Kiara. Tampoco es capaz de ocultar sus colmillos, sin embargo, la he visto sonreri sin ellos....azar de nuevo....-

Te lanza una piedra a las manos.

-Haz que sea tierra.-

Lo entendía, entendía lo que me decía y lo lamentaba mucho por la pobre Kiara pero sabía que podía estar cerca de ella mientras otra cosa no sucediera y eso me agradaba. Tomé la piedra entre mis manos y la miré por un rato largo, luego simplemente empecé a pensar que era tierra, la apreté entre mis manos sin quitarle la vista de encima y finalmente la lancé hacia arriba convirtiéndola en tierra que cayó frente a nuestros ojos.

-¡Vaya!

Lo logras, sin duda. Has sentido una corriente electrica recorrerte, desde tu hombro.

Es la mano de Eros, que te toca.

-No puedes hacerlo sola, me temo, necesitas un catalizador, una conexión con la magia. yo solo te he dado eso, pero el acto, lo has logrado tu.-

Sin embargo, la cabeza la notas como si se te partiese de dolor.