Partida Rol por web

Me pongo delante del grupo, dispuesto a soportar una posible embestida por parte de algún enemigo... o varios.

"- Mhm... no presumo, sólo digo la verdad- contesto a Ted y le sonrío al verle por sobre el hombro".

El pirata que nos acompaña se dirige hacia la palanca y levanto mi escudo a la vez que saco mi querida maza. "Sea lo que sea que venga de ahora en más, he de aguantar... que la piedra me proteja, que Aüle me sonría", pienso y elevo mis ojos, atento.

El chico accionó la palanca, no se oyó nada – Podemos seguir, fijaros en esto – Avanzó un poco más en dirección a las escaleras y señaló unos pequeños agujeros que había a ambos lados, en las paredes – La gente forastera no suele ser muy bien recibida... - Dejó que pasarais delante

Subís por las escaleras hasta alcanzar un pequeño rellano, se trataba de una pequeña encrucijada con cuatro puertas. En una de las esquinas de la habitación, cerca del techo hay una estatuilla con forma de pez, apenas os da tiempo de ver de que se trata cuando de forma misteriosa, sin duda por obra de algún sortilegio una voz surge del pez - ¿A quien servís?

Vuestro prisionero se apresura a responder – Malikiam – No parece haber reacción alguna – Ahora hay que seguir por la izquierda (R), aún tenemos que subir más, creo que hicimos bien viniendo a estas horas, de día esto suele estar lleno de gente.

Avanzo con cuidado, y me sorprendo cuando la voz del pez suena. Recuerdo el nombre de "malikiam" ya que puede sernos útil más adelante. Hicimos bien en traer a este pirata.

Tenemos que subir un poco más pero parece que estamos cerca y de momento no nos hemos encontrado con ningún pirata más lo que es de agradecer. En cuanto saquemos a la dama de su celda podremos sacarla rápidamente si tenemos suerte.

Les hago un gesto para que continuemos andando con Angainor encabezando el grupo ayudándose de su excelente visión en estos parajes.

El pirata fue legal, y no nos traicionó, cosa que nos permitió continuar. Ahora me parecía injusto haber desconfiado de él, pero nunca se sabe, podía haber sido así. Nos llevó por sus intrincados pasadizos, y me sorpredió el detalle del pez embrujado. Si lo estaba, como parecía, tal vez un mago les esté ayudando, y eso complicaba nuestro rescate.

No dije nada,debido al silencio que nos era favorecedor, pero recordé el detalle para estar en guardia contra eso también.

Seguí avanzando tras los demás, vigilante.

Avanzo tras mis compañeros mirando y cubriendo la parte trasera. Tan entretenido estaba en ello que me giró automáticamente asustado ante la frase del pez con el arco en tensión. Me relajo al descubrir lo que es pero miro con sorpresa a mis compañeros. En mi vida me había encontrado nada parecido y mi cara de sorpresa lo dice todo.

Asiento ante las palabras del pirata joven. Miro en dirección a dónde ha indicado y seguidamente vuelvo a cubrir la retaguardia.

Me muevo de acuerdo a las indicaciones del pirata, dando un paso tras otros de forma cautelosa.

Ni bien nos adentramos en la habitación, la voz que proviene del pez me desconcierta. Muevo mi boca como si fuese a contestarle, pues me sorprendo sobremanera al escuchar la estatuilla parlante. Sin embargo, la respuesta del bandido que nos acompaña me hace tranquilizarme. "Lo único que me falta es abrir la bocota y causar problemas", pienso al instante.

Inmediatamente, y continuando con las instrucciones, camino en hacia la izquierda.

Seguís subiendo más y más alto, el prisionero os avisa de un falto escalón que no hay que pisar. Desde luego el lugar parece estar plagado de trampas.

Las escaleras hacen una “U” y llegáis a un nuevo nivel. A vuestra derecha un corredor sigue subiendo más arriba, pero os señala la puerta de delante (76) y os habla en susurros – Ahí delante están las otras celdas, poca gente tiene las llaves de los calabozos, sólo el guardia que suele haber dentro y alguno de los jefes – Bastaba para empujar un poco para ver que estaba cerrada, pero ahora hasta el menos de los sonidos pesaba como una losa.

Por lo demás se trataba de una puerta de madera, relativamente fuerte con un agujero para la cerradura y una aldaba circular y metálica.

Saco el manojo de llaves que rescaté del cuerpo del pirata muerto y se las muestro al pirata joven mientras en susurros le pregunto:

- ¿Te suena que sea alguna de estas llaves?

Si no es ninguna tendremos que ir a buscar al que las tenga y cogerlas. Eso significará que tendremos una batalla entre estas paredes. Si tenemos suerte y es una de las llaves podremos respirar tranquilos.

De todas formas examino la puerta para ver si es posible hacer palanca para abrirla, ya que al ser de madera es posible atraversarla si llegara a ser necesario. Aunque eso nos llevaría a perder el factor sorpresa.

El joven mira el manojo y niega con la cabeza – Me parece que no, este es el juego de llaves de las celdas de abajo: una, dos, tres y cuatro, una por cada celda…

"- Bien, entonces... ¿cómo seguimos?- digo-. Sabes dónde está la persona que tiene la llave en este momento... dónde podríamos encontrarlo- le pregunto al joven".

Si el bandido que tiene las llaves está abajo, sería una de las mejores opciones... no tendríamos que desviarnos tanto y podríamos volver siguiendo nuestro propio camino. Sin embargo, el imaginar la cantidad de pasadizos desconocidos comienza a hacerme fruncir el ceño. "Pero... si no está aquí cerca, si en verdad está del otro lado... eso significaría que todas las precauciones que nos tomamos para no ser advertidos habrán sido en vano", pienso.

Nos encontramos con que no hay llave..

-Dice nuestro joven amigo que la llave también la tiene el guardia que hay dentro.. Podemos atraerle de algún modo, tal vez llamándolo tú -digo al pirata-, que de tí no desconfiará, y cuando venga, acabamos con él en silencio, ¿os parece?

O eso, o tendríamos batalla.. Ojalá hubiese suerte con eso.

- O que alguien sea habilidoso en abrir cerraduras... - susurro a mis compañeros ya que era otra opción y puede que ahora mismo la más sencilla siempre que tuviéramos entre nosotros a un ladrón o aventurero capaz de forzarla.

- Está en alguna de las plantas superiores, está lejos y es peligroso, pero si es lo que queréis os llevaré allí – Por su cara se podía apreciar que no le agradaba la idea de meterse en el corazón de la fortaleza.

No parecía haber una solución fácil, pero alguna abría que tomar, hasta ahora disponíais de la ventaja de que la incursión había sido silenciosa, pero... ¿Cuánto duraría?

Lorgan y Ted estaban pensando ya en otras opciones, una la de que el prisionero reclamara la atención  del guardia y la segunda la de intentar forzar la cerradura, de los presentes Angainor parecía el más hábil, pero había un problema, ninguno de los cuatro, ni de los otros aventureros tenía un juego de ganzúas, un elemento que hasta la fecha nadie echó en falta y que ahora hubiese venido muy bien.

"- Bueno... dado que no tenemos los elementos para intentar abrir la puerta, creo que tendremos que jugarnos la suerte y ver si este muchacho puede llamar la atención del que esté adentro y, de ese modo, tratar de avanzar sobre él a como dé lugar- expreso al grupo refiriéndome al pirata que nos acompaña".

La situación resultaba por demás complicada. Internarnos más de lo necesario llevaría a tener que enfrentarnos a una gran cantidad, sino a todos los bandidos del lugar... y esa no era una opción agradable para ninguno de nosotros.

Al parecer la parte posterior del grupo estaba resguardada y los problemas venían por el frente. No había forma de acceder al interior si no era llamando la atención de los guardias del interior. En un susurro apenas imperceptible comento a mis compañeros: será muy llamativa la presencia de diez hombres a la puerta. Quizá sea mejor esperar en las escaleras y que sólo dos o tres llamen la atención del guardia. Una vez que esos tres consigan entrar y reducir al guarda tendremos el acceso libre.

Miro la puerta por si hubiese localizada alguna mirilla que permitiese observar fuera antes de la apertura de la puerta.

- Lo mejor sería llamar usando la aldaba...pero hay que tener cuidado si utilizan algún código de llamada... - señalo a ambos lados de la puerta - ...colocaríamos a dos hombres en los extremos y al pirata y a otro de manera visible para que no sospeche. Y en cuanto abra la puerta - cierro el puño derecho y hago como que golpeo la palma de la mano izquierda - ...lo neutralizamos y accedemos a las celdas.

-Sí, me parece bien el plan, sorprender al guardia desprevenido del modo que comentáis, escondiéndonos los demás. Espero que funcione el plan. Sería ideal que yo pudiese intentar que cayera dormido al acercarse, sería menos arriesgado, pero no puedo dormir a nadie de nuevo hasta que yo mismo haya dormido un tiempo, es una lástima. Así que debemos usar métodos letales.-propuse, susurrando, a la vez que acariciaba mi espada.

Finalmente, pese a que la organización no era la mejor del mundo, la gente se repartió, la puerta se abría de un lado donde solo había pared por lo que era imposible esconder allí a nadie más, allí a la vista quedó vuestro prisionero, del lado de las bisagras Angainor, Ted, Halmir que quiso estar en primera fila y luchar por salvar a su chica y Ragnir en las escaleras que subían. El resto del grupo se escondió bajando por las escaleras que habías venido. La táctica estaba preparada.

El prisionero os miró y llamó con la aldaba. Silencio. ¿Y si después de todo no había nadie? Volvió a llamar. Se escuchó un sonido de algo que se movía - ¡¿Quién va?!

Vuestro prisionero palideció un poco - ¿Te has dormido? Abre de una puñetera vez – Dijo tratando de poner la voz más ruda posible.

- ¡Ya voy! – Oh, parecía haber funcionado, se escuchan unos pasos, un cerrojo y la puerta se abre dejando a la vista a alguien que os suena, era uno de los que estaba en al barco enemigo cuando os abordaron - ¡¿Pero que demonios?! – Lo que no ha funcionado es que no os viera, comienza a cerrar la puerta de nuevo, hay que actuar con presteza.

-¡Maldición! -murmuré, mientras apuntaba hacia la puerta con mi arco cargado, dispuesto a disparar. No podía hacer mucho más, pues me hallaba lejos de la puerta para poder evitar que la cerrase de algún modo.

-¡No dejéis que se cierre! -digo a los demás.

El guardia nos había visto, debíamos acabar con él. Alguno de los que están cerca podrían intentar atascar la puerta, conque simplemente no encaje la cerradura nos sirve. Tal vez una espada que no rompa, o algo más recio..