Partida Rol por web

También yo, al igual que mis compañeros, dejo mis armas a la vista de los soldados, despojándome de ellas con cuidado, y depositándolas de una en una con las de Ted, Angainor, Eadar y el capitán.
La medida de cautela me parecía sensata, aunque bien podríamos forzar al prisionero de muchos modos sin usar arma de filo alguna..

Veremos en qué plan se encuentra.

Me dispuse a seguir a mis compañeros para encontrarle.

Todos optáis por ser honestos y dejáis las armas en la entrada, ahora ya el jefe de los guardias se mete para dentro, para ser seguido en primer lugar por Hallatan, Ted y el resto se internaron en la torre y descendieron por una escalera de caracol, hacia el subsuelo, allí a la luz de una única antorcha tras un portón de madera se encontraba el prisionero.

Estaba sentado en al suelo, con la cabeza gacha y los brazos apoyados en las rodillas, murmuraba algo así como – No vendrán a por mi, no vendrán a por mi…

Hallatan que se encontraba sin mucha paciencia fue directo al grano - ¡Eh tú! ¡Rata de río, más te vale confesar donde se llevaron a la chica! – El prisionero no reaccionó a estas amenazas

Miro al pirata y lo veo con temor, murmura que "no vendrán a por él". 

- No van a venir a por ti amigo... - digo intentando ganarme su confianza. - ...así que si quieres mejorar tu vida es mejor que nos ayudes...

Si logro que se abra un poco podremos sacarme mejor información que si usamos la violencia, y si no...siempre podemos usar esa violencia para quebrar sus huesos y lo que le quede de moral.

-¡Calma, capitán! -le digo a Hallatan, deteniendo su avance hacia el prisionero-. A veces con razones se consiguen más cosas que con amenazas. Ted está intentando por las buenas que hable -le susurro-. Si eso no funciona, habrá más maneras de sonsacarle. Pero aunque vuestra rabia sea mucha, matándolo no conseguiremos nada. Calmáos pues, y escuchemos..

Al prisionero se lo veía muy nervioso, lo peor sería añadirle presión, podría cerrarse en banda, o darnos una información errónea. Y entonces se me ocurrió.. Me dirigí a Eadar y Angainorm que estaban cerca mío, y les susurré:

-Tal vez el único modo de que supiésemos que dice la verdad, ya que teme que no vengan a por él, es que lo saquemos de aquí, y que él mismo nos guíe a su guarida.. Esperemos a ver qué consigue Ted con sus palabras.

"- ¿Sacarlo?- le contesto en susurros a Lorgan con cierta cara de desconcierto". Me acaricio un instante la barba, observando tanto al Capitán como a Ted que le habla con tranquilidad al pirata.

"- Tal vez no estés errado en ello, pero no sé si estoy dispuesto a jugarme el pellejo por una sabandija como esta y terminar como él en prisión o peor- le contesto a mi compañero y agrego-. Tal vez no tengo un arma a mano, pero a golpes en un momento u otro le saldrán las palabras".

Miro al hombre que se encuentra indefenso, en el suelo. No me importa su estado, no me importa su futuro. Aprieto los puños y frunzo un momento el ceño. Hace tiempo no me disgustaba tanto la presencia de alguien.

El prisionero comenzó a reaccionar a las palabras de Ted, al menos le hizo comenzar a razonar, era alguien de rango bajo, un pirata joven, lo que tenía sus ventajas e inconvenientes a la hora de una posible confesión.

- ¿Y qué podéis hacer vosotros? ¿Librarme de la condena? Es más ¿Cómo impediréis que no vengan a por mi a matarme? ¡Si se enteran de que os digo algo me matarán, sin compasión!

Quizás se abría una posibilidad, pero había que saber manejarla muy bien o todo se iría al traste, estaba claro que no iba a soltar nada por las buenas sin nada a cambio, estaba la posibilidad de negociar o… bueno, cualquier cosa que se os ocurriese, dependiendo de lo que fuera tendría unas consecuencias u otras. Esta vez Hallaran se calló viendo que su ira por el momento no conducía a nada.

- Podemos hacer que tu vida no empeore...ahora mismo mucha gente en nuestro navío quiere hablar contigo y no  mostrarían ninguna compasión hacia ti... - digo con tranquilidad - ...podríamos decir que nos has contado todo aunque sea mentira y esperar a que tus amigos se encarguen de ti pero si nos ayudas diremos que no nos has dicho nada de nada...que has sido fiel a los tuyos...

Miro a la comida que dan en la prisión y le suelto como pequeño incentivo:

- Y también podríamos traerte algo de comer decente...que seguramente ese pan mohoso no llene mucho...

Sabe perfectamente que nuestra visita le perjudica de cara a lo que puedan pensar sus amigos. Afuera seguramente tengan a un soplón o dos e incluso algún guarda puede trabajar para ellos dándoles información. Así que los piratas sabrán que lo hemos visitado y eso no les va a gustar lo más mínimo.

- Ya deben saber que estamos aquí... - digo - ...en tus manos está ayudarnos o no...

Me mantuve en silencio, aguardando la respuesta del pirata.

No había mucho más que hacer, estábamos demasiado rodeados y desarmados, aunque como bien dijo Angainor, los puños seguían intactos. Mi magia.. era débil y para esto no valdría de mucho, pero podría intentar algo también, si la ocasión lo requiriese..

Esperé, pues, rogando a los Valar por que se decidiese a confesar el paradero de sus compinches.

Miro al pirata tras sus palabras. Al menos parece más asustado que otra cosa, lo cual en prinsipio es bueno, pues no lo predispone en nuestra contra.

Ted habla con confianza y autoridad y asiento ante sus palabras. Simplemente me limito a indicar: Recuerda que depende de nosotros los cargos que se te imputen. Nuestro testimonio es la clave de tu futuro. Pueden ir desde un simple abordaje hasta el asesinato. Tendrás que convencernos de que ningún hombre del barco del capitán ha resultado muerto.

Sonrío ante las palabras de Ted. Quién diría que el humanito podría caerme tan bien después de todo... "si Lorn lo viese, estaría orgulloso de tu temple, de eso estoy seguro", pienso al ver a mi compañero.

Mis brazos se cruzan y miro a Eadar. Es cierto lo que dice, su suerte está echada y lo único que podría hacer para favorecerle es ayudarnos. Al instante, observo a Lorgan.

"- Por otra parte, cuando los encontremos no va a quedar pirata alguno que pueda venir a ajustar cuentas con él, por lo que aún más le está conviniendo el trato- le comento, acompañando mis palabras con una risa queda".

El joven pirata no parece muy convencido, ninguna solución era realmente buena y se le veía desesperado – No vendrán a por mi, no vendrán a por mi – Murmuró un par de veces más.

- Interceded por mi, quiero que el alguacil en persona me asegure que mi condena será mejor si colaboro – Estaba claro que no se iba a fiar de buenas a primeras.

Entonces el jefe de la guardia que estaba con vosotros intervino – Creo que... podemos llegar a un pacto de caballeros más beneficioso para ti que hablar con el alguacil, la amenaza de los piratas es grande y creo que un patán como tú no es una amenaza real, si nos dices donde está la guarida de los tuyos y los encontramos allí... puede que se relajen las medidas de seguridad y... no creo que merezca la pena correr para matarte, eso si, si te volviese a ver a menos de 10 millas de esta ciudad te cazaremos como a un conejo – Se arriesgó el capitán a decir.

Miro al pirata con cara serena y asintiendo a las palabras del capitán simplemente digo: ¡Habla! ¿Donde se encuentran tus compañeros?¿Dónde han llevado a la muchacha?

Intercederemos, pero tienes que contarnos todo lo que sabes.

Mi cara muestra confianza en que el pirata nos dirá la verdad y haremos honor al pacto. Es necesario transmitirle confianza para que se arranque a hablar.

Eadar decide tomar la iniciativa en esta ronda de "negociación". Ahora es cuestión de que se dé cuenta de su situación. Verá que nosotros somos la mejor salida y sin duda la única viable para su supervivencia a corto plazo. Si habla vivirá más tiempo, si no habla morirá en pocos días. Incluso puede que esta noche sea asesinado.

- Cuéntanos lo que sabes y mejorarás tu situación...mira por ti y no pienses en los que te abandonaron en nuestro barco...

Esperemos que sea razonable, el trato del guardián es justo, y él tiene demasiado miedo. Un hombre aterrorizado como él puede ser nuestra salvación y la de la hija del capitán.. Daba miedo pensarlo.

-Habla, muchacho..-le conminé también.

Ojalá se mostrase razonable y su lengua se desatase. Nos quedaba aún camino por delante, y no quisiera pensar en el sufrimiento de la pobre muchacha mientras no lleguemos.

El chico había cedido, ahora que veía que su vida si podía tener futuro comenzó a hablar sin problema.

- A unos veinte kilómetros al sur de aquí, junto a la costa, se llama la fortaleza de la piedra lunar, es nuestra base y deben de haberla llevado allí, pero no se por cuanto tiempo estará, seguro que Gedron querrá vendarla a algún rico terrateniente…

- Tenéis que tener cuidado, sobre la puerta principal hay una piedra es mágica, si por esa puerta entra alguien que no haya sido invitado emite un sonido como un graznido de alerta, en total serán unos 15 hombres, muchos bien armados, debéis ir con precaución

Os miró con interés, sin saber muy bien que tipo de información podíais necesitar

Asiento con mi cabeza una vez el muchacho comienza a hablar. Finalmente se ha dado para hablar y, de no ser por el jefe de la guardia, no sé cuanto más podrían haber aguantado las palabras gratas.

"- Dices que están en es Fortaleza de la Piedra Lunar... ¿Hay otra entrada a ella además de la principal, una que pueda ser usada tanto para entrar a las apuradas o para salir de ahí de igual forma?- le pregunto inicialmente-. ¿En cualquier caso, hay forma de evadir esa piedra mágica?".

Rasco un poco mi barba, tratando de rever qué sería necesario saber. "- ¿Confían su seguridad a esa piedra o tienen puestos de guardia en el exterior?... De ser así, ¿cuántos y en qué posiciones se encuentran?- continúo consultando".

Me acerco un poco al hombre, acercando un poco mi rostro. "- Y, de cualquier modo... -hago una pausa pues sé que no sería lo mejor que nos pudiese suceder- dices que ese Gedron querría comerciar con ella y parecería que no es la primera vez que intentaría hacerlo... ¿A qué ciudades se dirigen normalmente para comerciar con mujeres y qué terratenientes suelen ser los compradores comunes?- termino de preguntarle".

Angainor había estado muy acertado con sus dudas, ojalá el pirata nos las resolviese. A mí me surgió una más.

-Dices que la piedra alerta a quien no haya sido invitado.. ¿Quién habría de invitarnos a entrar? Porque tú sí puedes pasar sin ser advertido, ¿no? Si perteneces al interior de la fortaleza, bien pudiera ser que con tu ayuda entrásemos. Si no es así, como ya te preguntó mi amigo, ¿qué hemos de hacer para entrar inadvertidos?

Miro al pirata y escucho lo que tiene que decir. En verdad situación complicada, pero Lorgan tuvo una buena idea a mi parecer. Me giro hacia ambos capitanes, el de la fortaleza y el del navío.

-¿Podríamos llevarnos a este pirata con nosotros para que nos franquee la entrada al lugar? Si ven que viene con nosotros no creo que que se atreva a traicionarnos y al tenerlo a nuestro lado podemos darle la protección que necesita respecto de sus camaradas. Él mejor que nadie sabrá dónde encontrar a la mujer de vuestro hijo, capitán...quizá podría tomarse como un acto de colaboración en el momento de juzgar su pena.

Pudiese ser que proponía una estupidez pero estaba convencido que aquel pirata sería más útil a su lado.

- No me parece mala idea, pero lo que me preocupa es si cuando entremos podremos salir de allí. ¿Qué vías de escape conoces? ¿En caso de ataque a esa fortaleza cómo escapáis? 

El muchacho que ya ha decidido “cantar” responde vuestras dudas, primero al enano.

Me rasca la cabeza – Si, si que hay otra entrada, la parte trasera del acantilado tiene una escalinata de piedra, es un poco peligroso, pero da a la parte inferior, por donde metemos el barco, aunque no lograreis meteros en barco por ahí, tenemos los palos de forma que se desmontan, y los metemos así en una cueva, de esa forma nunca nos han encontrado…

- Supongo que andan un poco confiados, pero también sale alguna patrulla de vez en cuando por los exteriores, según le da a Gedron, nadie lo sabe, normalmente cuatro hombres suelen salir.

- La venta de esclavos la suele hacer en alguno de los pequeños poblados del desierto como An Mayim o An Kulik

La pregunta de Lorgan era más fácil de responder – Yo siempre entendí que alguno de los dos jefes, Gedron o Zokhand y para entrar, lo que comentó el enano, por la escalinata del acantilado o pasando por encima del muro exterior, pero es complicado, el muro es alto.

Se pudo notar el miedo en sus ojos ante las palabras de Eadar – Prefiero no ir… no… pero iré si es necesario – Dijo con resignación

Y finalmente a Ted – La pricipal y la que os comenté, que yo sepa no hay más…

En vuestra decisión estaba llevaros al incauto con vosotros o no, pero había llegado el momento de ir a la posada y comprobar los frutos del improvisado reclutamiento.