Partida Rol por web

Estoy de acuerdo señor Jack, aunque le han dado un buen recibimiento podía ser una trampa, mejor esperemos a ver que traen del barco.

El hombre sonrió y dijo

- ¡Pues se encuentra usted en un Lago Subterráneo! -contesta como si fuese obvio -venimos del Mar del Sur, hemos atracado para descansar en tierra durante unas horas. Continuamos nuestro viaje hacia Thalarion, somos hombres de Leng.

No te sonaba absolutamente nada ninguno de los nombres, tampoco despejaban tus dudas, miraste después hacia el barco para ver cómo el hombre que habían enviado volvía con unas mantas.

Roger torció el gesto. No sabía qué estaba diciendo aquel hombre pero sabía que no sería bueno preguntar demasiado. No obstante se le ocurrió una alternativa.

—Lo cierto es que estoy muy perdido. ¿Han visto ustedes gente como yo en algún lugar cercano? Llevo caminando demasiado tiempo y he perdido la noción del tiempo y el espacio. ¡Maldita sea mi suerte! —exclamó matizando quizá en exceso.

Cuando el tipo que traía las mantas se las acercó, el viejo se arrebujó en ellas y le dedicó un gesto de agradecimiento.

—Se que quizá es mucho pedir a unos desconocidos pero, ¿no tendrán algo que pueda echarme encima? No se qué ha pasado con mis ropas. Viajaba con dos hombres más pero, una buena mañana, los perdí y amanecí así, sin ropa.

- ¿No ha venido aquí solo? ¿con dos hombres?- preguntaba mientras te ofrecía una ánfora que olía a vino educadamente -hemos topado con otro hombre que dice ser de un lugar llamado Inglaterra, se encuentra ahora mismo a bordo, algo mareado...
 

—¿Otro hombre? —preguntó más impaciente que extrañado—. ¿Y llegaron a escuchar su nombre? Puede ser uno de mis acompañantes... ¿puedo verle?

Roger levantó la mirada mirando hacia la posición de Patterson y Devin. De alguna manera tenía que confirmar que estos le veían y pasarles una seña

El hombre se quedó con el brazo extendido esperando a que aceptases la ánfora, te miró extrañado - ¿no tiene usted sed? nuestro huésped se llama Andrew. Un buen tipo a decir verdad, muy agradable al trato. Le encontramos muy lejos de aquí, ¿Cómo es posible que fuesen ustedes juntos y que cada uno estuviese en una punta del Mar del Sur?- preguntó perplejo.

Miraste hacia tus compañeros e hiciste un gesto casi imperceptible, pero no estabas seguro de si lo habían visto.

Roger seguía hablando con aquellos hombres, el que parecía ser el líder había tenido una ánfora a Roger, pero éste no la había aceptado*. En un momento dado y mientras hablaban, miró hacia vosotros por un par de segundos, pero no veíais bien la escena.

—¿Andrew? No, no me suena —contestó mientra cogía el ánfora.

Roger miró de soslayo hacia donde deberían estar Patterson y Devin, como para confirmar que le habían entendido.

—Perdón, no me he presentado, me llamo Roger —dijo mientras daba un sorbo al contenido del ánfora.

Aunque no sé si sería mejor presentarse, estos seres no son tontos, si vienen como enemigos pronto nos descubrirán al rastrear la zona en busca de más forasteros. Pensándolo mejor creo que deberíamos acercarnos, ¿qué opina Señor Jack?.

- Hay algo que no me gusta. El señor Bucks nos habría invitado a acercarnos si todo fuese normal. Creo que deberíamos esperar un poco más.

Continuo resistiendo la tentación de acercarme a saciar mi apetito y curiosidad.

El hombre dice

- Tanto gusto, señor Roger.

Entonces, lentamente empieza a quitarse el turbante que lleva enrollado a la cabeza y para tu horror, resulta que ese "ser" tiene un par de cuernos chiquititos negros, de color del carbón.

Te mira haciendo una mueca y el resto de sus compañeros empiezan a reirse descontroladamente con una risa que te hiela la sangre, en ese momento, se te cierran los ojos y pierdes el conocimiento.

El hombre con el que habla Roger se quita el turbante lentamente mientras le dice algo, no véis del todo bien, pero parece tener dos bultos en la cabeza. Los hombres empiezan a reirse de forma compulsiva, las risas llegan hasta vosotros, Roger, que estaba sentado con las piernas cruzadas, cae hacia detrás súbitamente, quedando tendido boca arriba totalmente inerte.

- Pero, ¿Qué demonios?

Me pongo en tensión al ver caer como un fardo al anticuario. No sé si se trata de un simple desmayo o de algún tipo de efecto producido por las criaturas. Podría ser algún sedante o veneno, aunque se diría que se ha producido al observar las protuberancias de su cabeza.

- Esperemos un segundo a ver que hacen ahora, creo que tendremos que actuar pronto pero necesitamos más información.

Pues sí que es extraño, parece como si tuvieran algún tipo de poder, más no actuéis a la ligera que no llevamos armas será mejor ver qué hacen con el viejo Roger para así tener alguna oportunidad de liberarlo.

Los hombres simplemente se levantaron. El jefe hizo varias señas a sus subordinados para que lo levantasen en volandas, entonces echaron a andar hacia el barco, dos de ellos se subieron a bordo y desde arriba izaron al bueno de Roger. Después vísteis cómo bajaban a la bodega del barco y se perdían de vista. Mientras tanto, el jefe y los cuatro que habían quedado en tierra, se sentaron y siguieron junto al fuego.

- ¡Maldición! Efectivamente no eran de fiar.

Observo con impotencia como los hombres se llevan al indefenso anticuario hacia el barco sin saber si aún permanece con vida o no. Una gota de sudor desciende de mi frente mientras evalúo las posibilidades que ofrece la difícil situación.

Lo ideal sería alcanzar el barco y ver que esconden en él pero será difícil con el grupo aún en la costa. Otra posibilidad sería esperar a que bajen la guardia y acercarse al grupo y tratar de neutralizarlos.

No acababa de entender nada. Parecía que el extraño grupo había dialogado con Roger con lo cual compartían el idioma pero cual serían sus intenciones.

Debemos de esperar señor Jack, cuando estos seres embarquen habrá una oportunidad de meterse en el barco, hacerlo ahora con ellos allí sería delatarnos.

Además son demasiados para noquearlos, esperemos haber que hacen con suerte pueden que se emborrachen...

- Sí, esperemos.

Musito entre dientes, con la mirada fija en el grupo que parece vanagloriarse de la captura. Medito sobre los siguientes pasos.

Hay que acercase a ellos y sorprenderlos. Necesitamos armas.

Sin moverme demasiado me vuelvo a mi alrededor buscando un palo o algo que pueda servir de arma contra los extraños seres.

Transcurrió un tiempo indeterminado que a vosotros desde donde estábais, os parecieron días enteros. El caso es que el grupo de hombres continuó comiendo y bebiendo. Acabaron las jarras y uno de ellos trajo jarras nuevas. Os fijásteis que si el contenido de las jarras era etílico, tenían una resistencia sobrehumana, pues cualquiera habría caído borracho a la primera gran jarra. Ellos en cambio, acabaron con varias ánforas grandes como si nada.

Finalmente, recogieron todo metódicamente entre todos, salvo aquel que había hablado con Roger, quien parecía ser el jefe y por lo tanto, no ayudaba. Cuando hubieron subido todo a bordo, vísteis cómo todos menos uno subían a bordo y el que había quedado en tierra se preparaba para soltar amarras. Zarpaban.