Partida Rol por web

Trixie le pone un dedo en los labios a Shiro en un gesto cariñoso No hace falta que te expliques, Shiro. Entiendo tus temores... a mí me pasa al revés. Yo soy una pobre chica sin estudios ni casi donde caerse muerta y tú... buff...

En fin, tranquilicémonos los dos. Nadie va a salir de las sombras a burlarse de ti, créeme, lo que siento por ti no es ninguna broma y, en cuanto a eso último que dices... le pondremos solución pronto añade con una sonrisa pícara

Pero mientras no domines tu poder y debas dormir a solas... pues vas a tener que ser paciente. Porque en cuanto todo esté en orden, te prometo enseñarte dónde me voy a alojar cada vez que suba a verte y... bueno, no hace falta que te explique más ¿verdad? dice Trixie guiñándote un ojo y, acto seguido, depositando un cálido beso en tus labios...

Por todo esto no hace falta que te preocupes más ¿entendido? ¿Y ahora, qué quieres hacer? ¿Una cerveza en el pub ese que he visto al salir del cine, o tienes alguna otra idea?

Hola, guapo! Pasa, pasa, que me pillas hecha un asco, pero en fin... dice desde el fonde del taller una voz que conoces bien...

Suzi está trabajando en el motor de una furgoneta y lleva las manos llenas de grasa. Continúa vistiendo a su estilo, espectacular, y cuando se gira te sonríe ampliamente y, al secarse la frente, se mancha ligeramente de grasa la punta de la nariz

Así que ya has vuelto de tu excursión por Virginia... espero que te lo hayas pasado bien. Y dime, ¿qué te trae por aquí, planes sobre qué hacer este fin de semana, tal vez?

Visiblemente aliviado y mucho ma contento Shiro devuelve el beso de la mejor manera que sabe mientras trata de no pensar , de no escuchar a ese maldito diablillo que lleva dentro y que lleva gran parte de su vida burlandose de el.
-Pues cerveza me parece magnífico , a no ser que quieras hacer alguna otra cosa .... se me ocurre una idea que tal vez.... te importaria volver conmigo a la escuela?digo sonriendo ante la ide aque se me acaba de ocurrir. Cuando me responde afirmativamente intrigada nos subimos al coche y vovlemos a la escuela donde la dejo un rato sola en mi habitacion mientras voy a mendigar unos cuantos favores.El primer favor es bastante dificil de conseguir , despues de mucho mendigar consigo que Miles acceda a ponernos en la sala del peligro un breve Tour de viaje por algunas capitales y museos como Paris y el Louvre , Roma con el coliseo , Venecia y sus canales ,así como Egipto y las piramides. Despues de prometerle mil veces que no hariamos nada peligroso me acerco hasta Rogue a pedirle permiso para que Trixie pueda permanecer esta noche en la habitacion de invitados, el ultimo favor es de ventura, que me permite coger una botella del vino español.
Una vez que termino los preparativos consigo que una de las chicas me deje un pañuelo largo oscuro de seda y vuelvo a la habitación , y despues de vendarle los ojos la llevo hasta la sala del peligro que Miles ha dejado programada con una primera panoramica





Finalmente , despues de casi una hora de pasear por todos esos lugares maravillosos, se carca el ultimo escenario precargado apareciendo un bonita gondola en uno de los canales venecianos, la ayudo a subir y nos acomodamos al fondo de la misma, descorcho la botella y tras llenar una copa se la ofreezco mientas paseamos por los bellos canales venecianos.
-Se que no es lo mismo que estar alli , pero es lo mas parecido ques e me ocurre.

Enarqué una ceja. Mis conocimientos de super tecnología super avanzada en las casas se limitaba a que si dabas palmadas las luces se apagaban y se encendían. Punto. Lo que me llevó a pensar en qué clase de casa tenía don perfecto si podía manejarla y controlarla con el móvil.

Sacudí la cabeza, obviando esas tonterías y decidí que se lo preguntaría a Miles en cuanto le viera. Ni se me pasó por la cabeza preguntárselo a Warren. Creería que era una maldita paleta.

Me giré al escuchar a Albert y lo despedí con grandes aspavientos con los brazos.

-Adiós, Albert- grité en medio de todo el barullo-. Volveré, no te preocupes- aseguré, riendo.

Alcé la vista siguiendo la dirección del dedo de Warren y miré el piso. Sonreí.

-Sencillito, ¿no?- bromeé-. Como a ti te gusta, nada ostentoso- ironicé, desplegando yo también las alas.

Empecé a coger frío y me abracé mientras intentaba ascender tras el mutante.

"Nota mental: no volar mojada", pensé, con amargura, viendo cómo Warren subía sin problemas y yo me quedaba atrás como si tuviera a alguien enganchado a la pierna (de hecho, bajé la vista para comprobar si era así).

Tenía muchísimo frío y los músculos agarrotados, aparte de un bochorno por no poder ni siquiera hacer un vuelo tan corto. Llegué a un punto muerto en el que ni podía avanzar y, de lo ridícula que me sentía, comencé a reír.

Miré a Warren que bajaba a ayudarme y me reí aún más.

-Ay, rubio- dije, mientras lo abrazaba y me reía-, qué lástima doy, que no podía ni volar- seguí riendo, nerviosa-. Menos mal que tengo a mi ángel de la guarda- reí, mientras lo miraba, aún temblando un poco de frío.

Me aparté el pelo de la cara y eché un vistazo al dúplex a medida que nos acercábamos.

-Nada, poca cosa- bromeé de nuevo, picándolo-. ¿Para qué tanto espacio estando tu solo?- pregunté más para mí misma que para que lo oyera Warren-. Ah, claro, fiestas- concluí, asintiendo.

Pegué un bote cuando escuché la voz mecanizada y me reí como una idiota después, por el susto. Miré a mi alrededor, escudriñando cada detalle de la casa. Era bastante bonita. Bueno, bonitas me parecían todas comparadas con la mía, pero, aún así, era bastante chula.

Aún con un poco de frío, abrazándome y pegando saltitos, cotilleé la casa mientras don millonario se iba a por no sé qué. Recorrí las paredes con la mirada y volví hacia atrás fijándome mejor en un póster. Me acerqué a él y, con el entrecejo fruncido, leí la inscripción. Ladeé la cabeza, confusa, y sonreí.

Me giré cuando escuché a Warren y señalé el poster.

-Rubio...- comencé sin saber qué decir y me limité a tomar el albornoz y ponérmelo, mientras seguía mirando el póster-. ¿Qué se supone que significa esto?- señalé la inscripción y el carmín.

Warren te está frotando concienzudamente para que termines de entrar en calor mientras te recomienda andarte con ojo a volar con las alas mojadas

El agua es mala para volar, pero los productos como la espuma empeoran el problema... y tú al ser chiquita... bueno, quiero decir, de menos talla que yo, no generas tanto calor corporal para contrarrestar el frío...

Tendremos que practicar este punto... te está diciendo cuando, de pronto, le preguntas por el póster de Barbarella...

El X Man alza una ceja y sonríe pícaramente No me vas a decir que estás celosa de Jane Fonda, de algo que pasó hace una eternidad...

Y riendo señala con el dedo la dedicatoria Pues querer decir, quiere decir exactamente eso...

Warren lanza un suspiro y viendo que ya has recuperado el color, se sienta en un taburete alto, para servir un par de copas Barbarella se estrenó en plena época del amor libre y tal y yo en aquella época era un apuesto joven que recién había entrado en los X Men.

Conocí a Jane en una fiesta en San Francisco y estuvismo charlando y discutiendo sobre el amor libre, la paz y los ejércitos... ya en aquella época Jane empezaba a tener sus propias ideas... y una vez la convencí de que los X Men no éramos ninguna fuerza paramilitar ni nada por el estilo, todo fue sobre ruedas...

Y acabamos en un apartamento que yo tenía por aquel entonces en Haight Ashbury, la zona de moda de la época... y no salimos de él en tres días y cuatro noches, como bien dice la dedicatoria dice riendo

Tuve que asegurarle dejándome de reír que no iba a tener huevecitos tras aquello... confiesa con una carcajada y me parece que su marido de entonces, Roger Vadim, se olió algo pero él mismo se hacía el francés moderno, así que...

Nos vimos alguna vez más, pero ella se centró en su activismo político y yo en los X Men... y seguimos siendo buenos amigos, cuando nos vemos de tanto en tanto...

¿Necesitas que te explique algo más, o con más detalle? te pregunta divertido Warren, mientras te ofrece la bebida

Miles colabora encantado a realizar tu idea, y Ventura te escoge una buena botella de vino. Por parte de Rogue tampoco hay problema, ya que te dicen que para eso están las habitaciones de invitados... así que todo sale a pedir de boca

En cuanto le destapas los ojos, Trixie se queda boquiabierta. Miles se ha esmerado, y podéis incluso oler el agua de los canales venecianos mientras un gondolero rema y canta una canción de amor...

Esto... esto es maravilloso, Shiro! Casi mejor que estar ahí, porque te ahorras el viaje, el jet lag... y no podríamos verlo todo de golpe! dice abrazándote mientras la góndola surca los canales

Sois todos un pozo de sorpresas, y me encanta que tengas amigos que sean capaces de hacer esto por ti...

Y tras besarte apasionadamente añade Y me vuelve loca tener un chico que se desvive por mí de esta forma! Eres lo mejor que podía pasarme, Shiro, créeme!

Empecé a dejar de temblar al rato de que Warren me frotara, mientras seguía mirando la foto.

Hice como que escuchaba su charla sobre volar con las alas mojadas y tal y cual, aburrida. Aunque, lo miré fijamente cuando mencionó lo de chiquitita.

-¿"Chiquitita"?- repetí, mirándolo, recordando la canción de Abba-. ¿Como que "chiquitita"?-oí su estúpido eufemismo a continuación, con una sonrisa en los labios, burlona, y seguí mirando el póster.

Se me pusieron los ojos como platos. ¿Jane Fonda? Lo miré con la boca abierta y volví a fijar mi mirada en el póster. Me acerqué más y me puse de puntillas para poder ver mejor la cara de la actriz.

-Copón, es verdad- murmuré-. Es Jane Fonda- volví la vista hacia don perfecto y reí-. ¿Conociste a Jane Fonda? Lo flipo, nano- reí, envolviéndome aún más en el albornoz.

Escuché con interés la historia y no pude sino poner los ojos en blanco cuando el mutante se lanzaba flores.

"Pero, qué creído es" pensé, echando un último vistazo al póster.

-Ya veo que os lo pasabais bien juntos, ya- asentí, burlona, tomando la bebida que me ofrecía y dando un sorbo-. Así que, ¿tres días y cuatro noches?- repetí, enarcando una ceja-. Ya, claro y yo me lo creo- miré a Warren, picándolo-. Tres días y cuatro noches... ¡Atención!- dije, llamando la atención a un público inexistente-. ¿En qué se parece el gran magnífico y don perfecto Warren Worthington III a un castillo?- pregunté e hice una pausa dramática. Lo miré y sonreí-. En que ambos tienen un fantasma dentro- reí, como una niña, ante el pésimo chiste y bebí otro sorbo de la copa.

Suspiré después de reírme todo lo que me dio la gana y lo miré.

-Sí, algo celosa me pongo- reconocí, volviendo a reír.

Eddy King había pensado mucho que hacer con aquella joven, su primera mujer, en lo más estricto de la palabra.

Tenía sentimientos confusos. Y cuando la vio, se confundieron más. Porque viéndola tenía presente como fuego en los dedos, cuando se acostaron juntos, y era una marca dolorosa y duradera.

Su cuerpo se estremeció cuando ella vino andando hacia él. El motivo aun no lo tenía claro.

Busco un trapo y se acerco a ella para limpiarle la nariz.

No te muevas. A ver… así esta mejor.

Bueno, pues había pensado en aprovechar mañana para pasear por el jardín, y estudiar por la tarde, pero el domingo si quieres podemos salir a dar una vuelta. Quizás quieras llevarme en tu moto.

Yo no sé conducir una aun. Pero todo llegara.

Sonrió. De una manera muy estúpida. Era como un animalillo en apuros y lo sabía. Con aquella mujer, siempre jugaba en desventaja.

Bueno , de alguna manera tengo que hacerme el interesante- le digo mientras paseamos por vencecia casi como si de una pelicula se tratara.- y eso de perfecto te lo recordare cunado te deje la almohada llena de pelos digo sonriendo ante el doble sentido del chiste.

Despues de varias horas de apasionado eurotur sigo las instrucciones de miles para dejarlo todo apagado y la llevo hasta la habitacion de invitados con un afrancesado -Mademioiselle su suite esta preparada- mientras le hago une reverencia un poco inestable. El vino de buena calidad y mi poco habito a la hora de tomarlo me ha dejado achipado y alegre , y con cierto animo jugueton. Pero al final la cordura se impone , en parte por necesidad y en parte por miedo a hacerle daño. Con un beso de despedida la dejo descansando. El dia siguiente pasa volando , desde el desayuno que le llevo a su habitacion , pasando por un lago paseo a caballo por los terrenos de la escuela, hasta la comida en la cual me esmero preparando una buena olla cocido castellano al que aqui no esta nada acotumbrados. sincillo pero contundente.Durante la tarde le enseño algunas de las formas mas sencillas de origami enseñandole a hacer flores e incluso una ranita entre bromas y besos. Finalmente llega la tarde , rato que la dejo con rogue y Elsa y las otras amigas que hizo durante la fiesta en la embajada por no hacerme cargante y no monopolizar su tiempo, dedicando toda ese rato a hacer una cena especial para todos los compañeros que ingresaron conmigo enla escuela y aquellos que quisieran invitar para concernos un poco mejor y para que Trix pueda conocerlos a todos un poco mas.

Warren se ríe a mandíbula batiente tras el chiste de Jane, y no puede sino alzar las cejas ante las últimas palabras de la chica...

¿En serio estás celosa? ¿De Jane Fonda y de algo que pasó hace una eternidad? dice acariciándole cariñosamente la barbilla, y mirándola a los ojos de una forma como no la había mirado hasta ahora...

Serás tonta... pues si vas a estar celosa de todas las chicas con las que me he acostado, vamos listos... añade entre divertido y sorprendido, como si hubiera descubierto una faceta en la chica que no pensaba hallar...

Sus labios se acercan a los de ella y, lentamente, deposita un cálido y apasionado beso en la boca de Jane, que parece durar toda una eternidad...

Cuando sus bocas se separan, Ángel acaricia el pelo de la muchacha y se la mira con ojos tiernos Pues si eres celosa me voy a tener que hacer perdonar unos cuántos resbalones! dice riendo suavemente y bebiendo de su vaso de whisky

Evité su mirada, muerta de la vergüenza, y sonreí cuando sentí su caricia.

-No. ¿Yo? ¿Celosa?- pregunté, fingiendo que todo aquello me resbalaba-. Para nada, rubio. Si yo te contara...- dejé la frase caer, en un intento de hacerme la interesante, como una maldita cría y reí, nerviosa.

Lo miré, sintiendo mi cara encenderse por momentos y me mordí el labio inferior.

-Claro, claro, tooodas las chicas- me burlé, riendo-. Por supuesto, porque el gran Warren Worthington III es un don Juan y ha estado cada noche con una chica diferente- comenté, mirándolo-. Porque, claro, ¿quién puede resistirse a los encantos del super multimillonario?- pregunté, burlona-. Si es que es irresistible- enarqué una ceja, picándole.

Maldito sea el don perfecto. Me pilló con la guardia baja y no supe reaccionar al beso. Como una tonta, me quedé con los ojos abiertos y con los brazos colgando estúpidamente a los lados, sin saber qué hacer con ellos. Sentí un hormigueo recorrerme toda la espalda y note que se me erizaba la piel.

Cuando se separó de mí, me moría de vergüenza y miré hacia el suelo, sonriendo como na idiota. Me aclaré la garganta (y la cabeza) y levanté la vista hacia Warren, burlona.

-Ya, perdonar- repetí, no muy convencida-. Qué fe- murmuré, enarcando una ceja.

Ahora que echaba la vista atrás, no podían haber cambiado los planes de una forma tan drástica. De haber querido jugar con Warren sin importar sentimientos, ni tonterías de anteriores personas, ahora me encontraba con la inseguridad de haber sido yo un juego para él. Un simple divertimento. 

"Pero, ¿desde cuando quería yo enamorarme?" pensé, en un mar de dudas.

Sacudí la cabeza y busqué nuevo tema desesperadamente.

-Esto, rubio, ahora que caigo- dije, mirándolo extrañada-, tú ¿qué tienes? ¿200 años? ¿Año arriba, año abajo?- bromeé, riendo-. No, en serio, deberías de tener, como mínimo, 45 años, 50, pillándome los dedos- dije, mirándolo-. ¿Es que acaso eres preso de las operaciones estéticas?- pregunté, riendo, al tiempo que escudriñaba su rostro buscando signos de vejez. 

Suzi rió divertida cuando Eddy le limpió la nariz No sé cómo me las apaño, pero siempre acabo ensuciándome la cara...

La chica le miró a los ojos con una mirada franca y serena Oye, relájate, que porque mañana tengas que estudiar no se hunde el mundo... y haciéndole una carantoña cariñosa añadió

Tú déjalo todo en mis manos para el domingo, que ya verás como te vas a divertir un montón... y sobre lo de aprender a conducir, ahí sí que puedo ayudarte bastante. En este estado puedes ya obtener la licencia a los 17 si has hecho clases de conducir, así que podemos ir adelantando el tema...

O, si te urge mucho, puedo tocar alguna tecla y que te den una licencia especial del gremio... dice riendo y dándole un efusivo abrazo sin tocarle con las manos, para no manchar su ropa.

En fin, que no te preocupes ¿ok? Tú deja que Suzi te sorprenda, y ya verás... termina diciendo, tras lo cual adelanta su rostro y sus labios se encuentran con los de Eddy en un beso pasional...

Los ojos de Warren siguen clavados en ti, como si fuera capaz de mirar en tu interior, aunque no dice nada. Solamente exhibe una sonrisa dulce y algo bobalicona en alguien como él...

Por ello tu pregunta parece venirle de perlas Uhmmm... déjame pensar... Estoy me parece entre la momia de Imhotep y el Conde Drácula... bromea riendo de una forma alegre y divertida

Vaya, parece que Hank no ha llegado con vosotros todavía a esa clase de Genética... Bueno, es muy sencillo, el Gen-X tiene un efecto secundario, que es el de alargar la vida del 99.99% de los que lo poseen, una vez sus poderes despiertan.

Ello quiere decir que una vez llegas a los veintipico, esa apariencia se prolonga durante mucho tiempo, y el aspecto físico va cambiendo muy ligeramente.

Podríamos decir que era lo que buscaba Ponce de León en Florida, la fuente de la eterna juventud, aunque no absolutamente eterna, claro está

De nuevo Warren empieza a reír con esa mezcla de galantería y desfachatez tan suya, pero de pronto se corta en seco al mirarte de nuevo. Pasa un brazo alrededor de tus hombros y con la otra mano te levanta la barbilla, para que ambas miradas se encuentren

Ay Dios mío... dime que tú no sientes lo mismo que yo, porque sino la habremos hecho buena, y no sabre si reír de alegría o maldecirme porque he hecho que una chica estupenda como tú se enamore de un impresentable como yo... dice en voz baja, como con miedo a que si la alza se rompa la magia del momento...

El joven se rinde a la evidencia. Aquella chica lo tiene subyugado, y se deja llevar por el beso al que responde agarrando a la chica por la cintura.

Tras un minuto, o más así, se despega, y la mira mientras va saliendo del taller.

Bueno, pues te dejo acabar, tengo la tarde libre, pero tengo que recuperar unas horas que me faltan de estudio, y si quiero disfrutar el domingo sin preocupaciones será mejor que  me ponga en camino.

Eddy se despidió con otro beso corto, y la joven se quedo en el taller haciendo lo que le gustaba, estar entre trastos.
Eddy no mentía, no mentía nunca. No le gustaba. Le resultaba innecesario. Pero no pudo explicarle a Suzi que el paseo era con Amara, y tampoco pudo decirle, que tenía ganas de sacar toda la testosterona que tenia dentro, y en vez de hacerlo con ella iba  irse directamente a entrenar algún deporte físico.

Esto último no era una mentira, porque se había prometido a si mismo poner su cuerpo al máximo potencial, después de años de estar en una cama, era de sus pocas ilusiones.

Pero además, tenía que comprobar porque su cuerpo se había dopado la noche anterior, y para eso necesitaba la ayuda de un profesional. Sin duda un pobre consuelo, porque le hacia sentir como una sabandija que mentia por todo a su chica. Su chica....

Aunque aun no sabía bien quién podria ayudarle a entrenarse, contaba con que algun Xman estuviera alli para orientarlo. Así que uso su poder para llegar al complejo estudiantil y bajar a la zona de entrenamiento rápido, para poder quitarse todas las dudas de encima. Como si hacer ejercicio fuera devolverle la serenidad que aquellas mujeres le quitaban.

No podía aguantar la mirada de Warren más de dos segundos sin sonreír y apartar la vista, avergonzada y un tanto nerviosa.
Lo miraba de nuevo, mordiéndome los labios, intentando calmarme, tratando de tener bajo control esa nueva situación para mí. Sabía lo que sentía. Lo que estaba pasando por su corazón y lo que había detrás de esas sonrisas pícaras y bravuconas.

Me relajé un poco cuando me explicó lo de la edad, como si un fino telón hubiera hecho desaparecer lo anterior. Aunque, en realidad, sabía que era una capa de humo. Al rato, volvería a surgir el tema. Aquello de la edad y demás sólo era un interludio.

Se me erizó la piel sintiendo el brazo de Warren por encima de mis hombros y sonreí, avergonzada y ruborizada, perdiéndome en su mirada, sin pestañear.

Escuché sus palabras, atendiendo a cada una de ellas, sintiendo los latidos de mi corazón más fuertes que nunca.

-Rubio, yo...- conseguí articular, aunque sin saber cómo seguir.

Respiré hondo, como si hubiera tomado una decisión. Lo mejor, en esas situaciones, era no pensar demasiado.

Me puse un poco de puntillas y alcancé los labios de Warren, besándolos como si fuesen néctar y los necesitase para vivir. Sentí un hormigueo recorrerme toda la espalda y las mejillas encendidas. Pasé los brazos por el cuello de Warren, abrazándolo y atrayéndolo hacia mí, para comprobar que aquello no era un sueño, ni humo, ni arena que se escurriera entre las manos.

Era la maldita realidad y sabía que, haciendo aquello, estaba marcando un destino que, quizá, no era el que tenía planeado el mutante.

Warren se quedó unos instantes como absorto, contemplando el rostro de Jane tras el beso. Poco a poco una brillante y tranquila sonrisa apareció en sus labios y cogiendo a la chica en volandas, la llevó como si fuera una pluma hasta un comodísimo sofá que había cerca, en uno de los ángulos de aquella habitación.

Desde allí se apreciaba una vista increíble de la ciudad, y un simulacro de chimenea a gas calentaba la zona.

Una vez la depositó en el sofá, él se colocó a su lado y, durante otros dos o tres minutos, no dijo nada, solamente se dedicó a mirar el rostro de la chica y a acariciar amorosamente con un dedo su cabello

Así que por lo que veo los dos la hemos liado buena... Ya te lo han dicho más de una vez, pero ahora te lo repito yo. Soy un condenado impresentable y me he enamorado como un colegial de la chica más imprevisible y maravillosa que he conocido... dice con mirada enamorada y una sonrisa deslumbrante

Espero que podrás aguantarme, que yo por mi parte prometo hacer lo posible por comportarme como Dios manda... aunque tenga que buscar en un diccionario qué significa eso! termina riendo y bromeando y tras ello, lenta y suavemente te abraza y empieza a cubrirte la cara de lánguidos y cálidos besos...

Y ahora dime que tú no sientes lo mismo por mí... dice confiado, pero expectante, tras darte un último beso en la punta de la nariz

Me quedé absorta. Sin saber qué decir, mirándolo. Me mordí los labios y pensé en disculparme y salir corriendo de allí para no volverlo a ver, muerta de la vergüenza y el bochorno.

Me sentía las mejillas arder y la boca seca. Me aclaré la garganta e iba a decirle lo mucho que sentía mi maldita impulsividad, cuando me cogió y me llevó hasta el sofá.

"Pero, ¿qué...?", pensé, nerviosa, confusa y sintiendo el corazón salírseme por la boca.

Le devolví la mirada, alzando las cejas esperando que dijera algo. Tal vez, sólo pasaran un par de minutos, pero a mí me pareció que, directamente, el tiempo se había detenido, que, egoístamente, todo el maldito universo se había parado para contemplarnos. Sentía las caricias del mutante y me perdí en ellas, cerrando los ojos, como si fuera una gata que necesitara algo de cariño.

Volví a la realidad al escuchar las palabras de Warren y sonreí, sin saber qué decir. De repente, había olvidado cómo hablar, formular preguntas o hacer algún estúpido chiste.

Suspiré, sin poder creer todo aquello y cogí la mano de Warren, entrelazando mis dedos en los suyos.

-Sí, impresentable eres- reconocí, riendo-. Pero, bueno, nadie es perfecto. Ni siquiera tú- dije, sonriendo, enarcando una ceja, esperando que respondiera y se picara. Sin embargo, en vez de eso, sentí su abrazo y los besos suaves en mi cara.

Seguro que podía notar la temperatura altísima de mis mejillas a través de sus labios. Yo, al menos, seguía notándolas arder. Cerré los ojos de nuevo, recreándome y disfrutando cada beso, como echándolos de menos.

Mis estúpidos brazos descansaban estúpidamente en el sofá. Los subí lentamente y devolví el abrazo a Warren, estrechándolo junto a mí, notando su calidez y todo lo que él sentía en ese momento.

Miré al mutante y, siendo un poco mala, dejé que el tiempo pasara, hasta que decidiera cuándo era el mejor momento para responderle. Sonreí, y deposité un suave beso en sus labios.

-Pues me parece que esto va a ser recíproco, rubio- contesté-. Y yo que pensaba que sólo me ibas a dar clases de vuelo- reí.

Viernes por la tarde, detrás de la escuela

Para tu sorpresa, te encuentras con Hank McCoy jugando un rato con Simon, Miles y Jack... Están lanzándose unos balones de fútbol americano en una de las praderas de detrás de la escuela y parecen hacerlo por pura diversión.

En cuanto te ve, Hank te hace un gesto de que te unas a ellos

Venga, Eddy, que también es bueno algo de ejercicio... te lo dice un profesor dice sonriente

Y cuando llegas a su lado, añade, lanzándote un balón Por cierto, cuando tengas un rato tenemos que hablar acerca de tus poderes... por lo que parece, podrían ser mucho más de lo que hasta ahora te imaginas...