Partida Rol por web

-¿Y llegar y desconectarlos no cree que también los podría hacer colapsar? -replicó- Déjeme ver si podemos desconectarlos sin tener que manipular la máquina, debería poder hacerse, por algo nosotros hemos conseguido hacerlo pese a estar la máquina encendida.

Recorría lael lugar con la mirada, parecía buscar algo o a alguien.

-¿Dónde está el boxeador? -se preguntó, extrañada de que él no estuviera ya con ellos o cuando menos se dejase oír. ¿O acaso él había salido del sueño para caer en otro?

-Rápido, asegure usted las puertas como ha dicho, señor MacGuffin, mientras busco el modo de desconectar a estas personas.

- Bien yo aseguraré las puertas y busque a los pasajeros más fornidos para despertarlos primero ya que ahora necesitamos algo de músculo...el cerebro vendrá después...

Me acerco a la puerta para ver cómo puedo atrancarlas y hacer más segura la estancia para nosotros.

Thomas busca algo para atrancar la puerta, por suerte para él hay varias placas de acero, tubos de metal y varias cajas de herramientas, además de otras cosas menos definidas que parecen ser utilizadas para arreglar los desbarajustes que sufra tantos los ataudes como la maquina enorme que parece conectarlos, y solo estan a unos metros para que el posible operario encuentre el material necesario para su arreglo.

Emily busca al boxeador entre los ataudes, pero a pesar de reconocer a los rostros del pasaje y de la tripulación, no pareces ver al boxeador entre ellos, lo cual es bastante extraño.

Me dedico a atrancar la puerta y buscar algo que sirva como arma, entre las herramientas encuentro algunos objetos de utilizar y usar como arma llegado el momento.

Tras atrancar la puerta observo en busca de posibles entradas por donde los seres puedan acceder y llegar hasta nosotros. Me dedico a observar detenidamente la estructura de la sala y de la máquina para intuir las posibles entradas (sobre todo las ocultas a simple vista) y si es posible el funcionamiento de la máquina.

Mientras  Jean Claude ayuda a atrancar la puerta, Thomas se toma su tiempo en observar su entorno, localizando algunas respiradores que sirven para ventilar la sala y que pueden ser posibles accesos para los esbirros de Horizon. Tambien se da cuenta de que varios de los ataudes ya están desconectados pero sus dueños siguen durmiendo en un trance profundo, al parecer desconectan maquinalmente a unos cuantos de cada fila, quizás los que han llevado más tiempo aunque su apariencia no es peor a la del resto. En tanto Emily se ha puesto a investigar a uno de los ataudes, que le parece realmente extraño que no tengan tubos para alimentarlos o evacuar los desperdicios  producidos por sus huespedes, pero si un tubo que sale de la parte donde reposa la cabeza, que basicamente no sabes para que servira, aunque al desconectarlo un momento te parece ver una chispa saliendo del anclaje del ataud.

Me dedico a tapar esos respiradores con lo que puedo aunque intentando no cortar la corriente de aire de todas ya que si conservamos un par de ellas seguirá entrando aire limpio. Lo único que quiero es que no entren ellos, aunque sé que poseen gases que pueden dormirnos y llegado el momento tocará cerrarlas todas para resistir la última embestida (si no logramos salir antes).

Miro a Emily y le grito:

- Hay algunos que no están conectados a las máquinas pero siguen dormidos...seguramente estén drogados, intente despertarlos doctora puede que estén en mejor estado aunque lo dudo...

Abro las puertas de los ataúdes que no están conectados a la máquina para ver si así despiertan sin necesidad de nada más.

Emily estaba concentrada examinando los ataúdes -a falta de un nombre mejor había acabado llamándoles de ese modo, al igual que sus compañeros- y se mostraba bastante intrigada sobre su funcionamiento. La máquina no estaba funcionando y no parecía que su fuente de poder o alimentación se encontrase en esa sala y de los ataúdes ni hablar, lo único claro es que estaban unidos a la máquina, pero si ésta estaba extrayendo algo o implantando algo -como los sueños, por ejemplo- no tenía cómo asegurarlo ni mucho menos negarlo.

-Este tubo que sale del apoya cabeza podría tener algo que ver -se dijo al tiempo que, haciendo poco caso al destello desprendido del anclaje del ataúd cuando lo desconecta.- Nada... siguen dormidos -sus palabras coinciden con lo dicho por Thomas.

Y sí, no le queda más que intentar despertar a esas personas recurriendo a los antiguos métodos, los de toda la vida. Sin llegar a ser brusca comenzó a dar pequeñas pero firmes bofetadas en las mejillas de la persona que ocupaba el ataúd que había estado inspeccionando.

-Vayan ustedes desconectando, con cuidado, el tubo que sale del reposa cabeza -se sacó una de las horquillas que le sujetaban el cabello y la clavó en el brazo de la persona a la que intentaba despertar, esperando ver en ésta alguna reacción al dolor.

Empiezo a desconectar a todos los que puedo con el mayor cuidado posible aunque realmente no estamos en una situación en las que la delicadeza ayude mucho. De todas formas hago caso a la doctora que por algo lo es.

- Si veis marinería o que lo parezca desconectarlos primero...necesitamos saber lo máximo posible de este buque y creo que sí que tiene marineros...o que los tenía...

Es probable que haya marineros en este buque aunque las engendros sean útiles en algunas cosas son necesarias la maña e imaginación humanas...sobre todo en el mar donde no todo son ciencias exactas o probabilidades.

Atendiendo a las indicaciones tanto de la doctora como del yankee, buscando entre los dormidos -me cuesta mucho salir de mi estupor- a cualesquiera personas que no tengan pinta de pasaje sino de tripulación. Hasta ahora no hemos visto sino a esos engendros humanoides deambulando por el barco. ¡Tiene que haber marineros!

Thomas gracias a las planchas y demás elementos que utilizaban para posibles reparaciones puede bloquear los conductos, aunque a sabiendas de una posibilidad de asfixiarse al no renovar el aire, deja unos cuantos pero a la vista para tenerlos vigilados, aunque si llegaran los guardias solo podria defenderse a puñetazos y por supuesto esta la posibilidad del gas. Poco después ya conforme con su trabajo, abre los ataudes que no ofrecen resistencia a su apertura y a desconectar el cable según las indicaciones de la médica.

En tanto Emily observa a los que están recluidos en ellos, como "conejillo de indias" utiliza a un hombre vigoroso que imagina que debe ser uno de los marineros del barco que están en el mismo estado que el resto, su intento por despestarle a base de ligeras bofetadas solo consigue amoratar ligeramente el rostro del susodicho y hacer que tenga que masajearse la mano ella por la dureza de la cara del hombre, su otro intento con un arfiler consigue que este grite por un momento de forma algo escandalosa, pero sin abrir los ojos para poco después volver a su duermevela en completo silencio mientrás que una gota de sangre escapa del lugar pinchado.

Jean Claude consigue encontrar a los marineros, que esten todos o no es otra cosa, cada x pasajeros se llevarón a uno de los que manejaban la nave al parecer, como si no quisiesen que se supiese que estaba pasando, pero al final se ve un grupo nutrido de ellos, al parecer a partir de cierto momento simplemente dejarón de ser útiles.

De repente la maquina principal salen los ruidos de engranajes y valvulas en funcionamiento y de los aún conectados se escuchan murmullos como si hablaran en sueños, para poco después detenerse, como si sacaran el agua de un pozo ya seco.

- Despertarlos parece imposible...debemos desconectar la máquina directamente...apagar de algún modo este maldito artefacto, creo que es la única solución.

Miro a la máquina, intentando desentrañar su complejo funcionamiento.

- Debemos saber cómo detener la máquina...tiene que haber algo que podamos hacer...

Desconecto a más personas, de pronto escucho el ruido que produce la máquina al funcionar. Parece que se nutre de los sueños de las personas, de ahí saca su energía esta máquina.

Suspiró, ninguno de sus intentos para despertar a esas personas había resultado y no hacía falta ser un adivino como para saber que estaban contra el tiempo. De un lugar a otro el guardia regresaría y ante la evidente desventaja numérica -porque era obvio que vendrían más- sus posibilidades de éxito eran casi nulas. Estaba preocupada. Imposible no estarlo.

-Piensa Emily, piensa -se decía mientras desconectaba ataúdes-. Piensa, piensa... Es obvio que se les está administrando alguna especie de sonmífero -comenzó a expresar sus pensamientos en voz alta, puede que aunando ideas consiguieran las tan ansiadas respuestas- y claro, por mucho que se les desconecte los efectos del mismo persisten. Será cuestión de esperar, la pregunta es cuánto y si existirá alguna forma de acelerar ese despertar. Lo malo es que tiempo es de lo que no disponemos. Me pregunto por qué nosotros pudimos despertar pese a estar bajo esos mismos efectos. Quizás sea porque estuvimos menos tiempo expuestos, o porque nosotros ya sabíamos a lo que nos estábamos enfrentando, no nos cogieron por sorpresa y no pudieron engañarnos, quizás eso sirvió para que nuestro subconsciente no se dejara engañar. ¿Recuerdan el atrapasueños que cargaba? -sus ojos brillaron, estaba teniendo una idea- ¿Qué tal sí...? -miró los ataúdes que les faltaba por desconectar y enseguida la máquina- Por favor, sigan ustedes desconectando los atáudes que faltan y luego intenten sabotear esa máquina, de inutilizarla, hay algo que quiero intentar, rueguen a Dios que resulte.

-Oui, mademoiselle.

Me dedico a ir desconectando ataúdes, aunque no me queda del todo claro que eso nos vaya a facilitar el despertarles. No obstante, mis conocimientos médicos son nulos, así que me pliego a la opinión de la mademoiselle. Una vez estén desconectados todos... ignoro qué hacer. Esperaré instrucciones de Emily.

Thomas ve con cierta fascinación como la maquina mueve los engranajes para volver a detenerse, como si fuese con desgana para extraer el poco juego que se pudiera sacar de los durmientes y le parece muy extraño hacer tan gran armatoste para que funcione menos de 10 segundos en los 20 minutos que llevais divagando por aqui, cerrando las posibles entras y quitando los cables que están bastante sujetos. Al fijarse mejor se da cuenta de la cantidad de polvo que tiene la maquina, en realidad si os fijarais mejor tambien por todos lados parece haber algo de polvo, como si hubiese estado mucho tiempo sin limpiarse y se termina preguntando ¿Cuando tiempo llevais en realidad en los ataudes?

Emily se acerca al marinero, ya que esta en el influjo de alguna droga o algo parecido que le hace dormir, deberia ser más susceptible a cualquier intento hipnotico o al menos más sugestionable. Aunque sus palabras parecen llegar a un pozo sin fondo, están enclavados en un estado como el coma, quizás escuchen algo, pero no parecen reaccionar a lo que se le dice, tras un intento de varios minutos el hombre sigue igual, respirando lentamente.

Jean Claude termina de solucionar el asunto de desconectar los cables sobrantes, por supuesto nínguno de ellos se esta levantando, todavia bajo el influjo de sea lo que sea. Aunque por lo menos no parece que haya ningún guardia cerca, quizás solo pasen muy de vez en cuando...

Sigo observando las máquinas y les pregunto a mis compañeros:

- ¿Cuánto tiempo llevamos aquí?...todo está lleno de polvo...parece que llevamos días...semanas o incluso meses...

Compruebo mi reloj de bolsillo para ver la hora que es y la fecha, si es que todavía lo tengo encima. Necesitamos saber cuánto tiempo llevamos aquí encerrados.

Thomas examina sus bolsillos, pero han sido tambien desvalijados, excepto la ropa os han dejado poco más encima, como tambien lo han hecho con los que están dentro del ataud. Por cierto empezais a sentir hambre, quizás mientras estuvisteis alli estabais en un estado latente y no la sentiais, pero ya fuera de sopor empezais a notar sus punzadas.

-Me parece que llevamos demasiado tiempo -contesto al yankee-, y me temo que llevamos demasiado tiempo sin comer -añado cuando me rugen las tripas-. Discúlpenme por favor.

Parece que aquí no hacemos nada: ni conseguimos despertar a los pasajeros y tripulación hibernados con nosotros, ni conseguimos desentrañar el método por el que están -estuvimos- atrapados en sus sueños.

-Propongo que salgamos y encontremos, primero, algo de comer. Tal vez haya algún almacén en el que se guarda la comida que nosotros mismo comimos antes de todo esto -comento con más seguridad de la que en realidad siento-. Después... después ya veremos. Pero urge encontrar el modo de para todo esto.

Comer. Ni siquiera había pensado en eso, hasta ahora. Era cierto, había pasado muchas horas sin probar bocado y su estómago comenzaba a protestar, pero le resultaba difícil acceder a darse un descanso, aunque fuera para comer, estando toda esa gente en la situación que estaba. No obstante sabía que para tener aunque fuese una oportunidad, debían estar fuertes, y para estarlo necesitaban alimentarse.

— Está bien, les sigo.

Vais hacia la única puerta y quitais la protección improvisada que habeis hecho, lo cual os hace sentiros aún más cansados. Pues por ahora solo sois 3 en pos del peligro que aceche en los pasillos de la nave. Al terminar de quitar el último panel métalico que bloqueaba la puerta la abris para ver que hay en el exterior, antes que nada una rafaga de frio entra por la puerta haciendo que tiriteis por un momento, al parecer esta sala esta aclimatada pero el pasillo no y tiene una temperatura que os recuerda a los peores inviernos de vuestra tierra natal.

En el exterior de la habitación se puede ver un pasillo que sigue hacia un lado y otro de la puerta, hay una especie de cartel que esta con una ligera capa de hielo, que os hace imposible ver las letras que hay impresas en él.