Partida Rol por web

La temperatura de esta salita es fresca, aunque mucho más apacible que la intemperie de Green Ridge al anochecer. Lo que al principio tomáis por un simple corredor con algún mueble discreto se revela como una salita con un ingenioso truco visual: la pared de enfrente está pintada de modo que crea la ilusión de que el corredor llega hasta dos puertas y luego gira a la derecha perdiéndose de vista.

A la izquierda hay un vano de puerta que termina en un armarito con todo el aspecto de ser un montaplatos. Enfrentada con él, a la derecha, hay un enorme espejo rectangular.

En el centro de la sala, descansando sobre el ajedrezado, hay una mesita de madera. Sobre esta, una urna de cristal cerrada, con tres rejillas metálicas formando baldas dentro de ella. Está atestada de botellitas muy bien colocadas. A su alrededor, formando los vértices de un triángulo equilátero, hay sendos platitos de aperitivos salados. En triángulo inverso (completando una estrella de David perfecta), hay unas bandejitas plateadas con canapés. Revoloteando en torno a la mesa, dando buena cuenta del contenido de una botellita y con el grueso puño lleno de aperitivos, Mr. Eberhard os saluda con un gesto de cabeza mascando a dos carrillos y pelota en medio. Su bolsa ha pasado a ocupar un segundo plano en su atención, y hace arrinconada bajo el enorme espejo.

Entro en la salita y dejo el equipaje junto al del señor Eberhard, tengo la tarjeta en una mano mientras con la otra cojo un aperitivo.

-Me pregunto si esto tiene alguna utilidad, quizás el señor Mallowan tenga algún tipo de ordenador antiguo para comprobarlo.

Me meto el aperitivo en la boca y lo mastico despacio mientras observo la tarjeta.

Al entrar en la sala la miro con éxtasis. Lugar como aquel incitaba a mentes imaginarias como la mía a poner su cerebro a volar; y ya me imaginaba a mí mismo, cámara en mano, firmando una escena de lo más pintoresca en aquel recinto.

Dejando mi equipaje y el que me había confiado Denbrough en un lugar seguro, me dirijo a la mesa y agarró una de las botellitas que había en la mesa.

Creo que todo viene de la excéntricidad de nuestro anfitrión. Casi apostaría a que las cartas están relacionadas de alguna u otra manera con nosotros mismos. Pero nunca se sabe... por cierto, me pregunto cuándo tendremos el placer de ver al Mr. Mallowan en persona.

Dado que Mr. Silverstone coge la bebida con algo más de delicadeza que Mr. Eberhard, es en ese momento cuando os dais cuenta de que todas las botellas tienen un fino cordel dorado pendiendo del cuello. Cada cordel tiene una etiqueta con un claro mensaje:

BÉBEME.

Chloe es la siguiente en entrar. Observa el espacio con la misma fascinación que con el recibidor. Era un sitio con buen gusto decorativo.

Observa también actuar a sus compañeros y también coge una botellita leyendo las instrucciones. Anda.. estamos en "Alicia en el país de las maravillas"... dice casi más para ella misma que para los demás. Pero no la prueba, observa con una ceja levantada a Mr. Eberhard.

¿Qué, muchacha? ¿Le divierte contemplarme? -pregunto a Chloe con el ceño fruncido.

Chloe mira al hombre.

Pues... sí. Me recuerda usted a cierta excursión que hice con el colegio a una granja... Dice sin cortarse ni un pelo.

Tampoco se queda mirándole mucho tiempo más, pues pierde el interés y se pone a dar vueltas por la habitación y alrededor de la mesa. Coge un aperitivo y se lo lleva a la boca sin demora.

Usted me recuerda a algunos escaparates de Amsterdam -repongo con malicia, sin que el pretendido insulto de la jovenzuela me afecte.

Chloe se gira con una ceja levantada de nuevo, y con una mirada de: "no me llegas ni a la suela de los zapatos".

Ya les gustaría a ellas... Dice con chulería, volviendose a girar. Lo dice como si fuera un pensamiento, pero todos los presentes pueden oírlo.

Kelly se queda escuchando la pelea entre Chloe y Eberhard y se los queda miradno contemplativa un momento pero la "jaula" que estaba sobre la mesa le llamaba mas la atencion Alguien sabe si el señor Mallowan es aficionado a los juegos de ingenios? les pregunta a todos sus compañeros presentes esto parece un enigma envuelto en un misterio comenta con una afable sonrisa

  Por lo que vemos aquí, parece que es algo..."desquiciado". O talvez sea uno de esos excéntricos con demasiado tiempo y dinero para invertir en todo esto. Ignoro totalmente la pelea, aunque sigo escuchando todo. 

 Me acerco a los platos y tomo el que tiene canapés luego de dejar mis bolsos junto a los demás.

Termino el aperitivo ensimismada en la carta. Cuando vuelvo a la realidad al escuchar a Chloe hablar sobre el Pais de las Maravillas, levanto mi vista y miro a mi alrededor, fijandome en cada detalle.

-Parece que acabemos de caer por la madriguera de conejo...

La sala, que la principio ya de por si me resulto bastante pintoresca (como la poca parte de la casa que habiamos visitado) me hace ahora evocar aquel pasaje del libro de Lewis Carroll. Sonrio y me acerco despacio a la mesita para cojer una de las botellas, la miro con detenimiento fijadome en el pequeño cartelito que cuelga del cordon dorado. La destapo y la olfateo.

Proveniente de la sala del telesketch, un vozarrón exclama:

Hola, ¿hay alguien en casa?

Mr. Eberhard se lleva tal sobresalto que se atraganta con un canapé de brie.

Chloe suelta una risa breve al ver al cochino sobresaltarse. Sin decir nada, se asoma.

Estamos aquí. Dice con tranquilidad. Pero antes debéis presentaros ahí. Dice señalando con el dedo pulgar de su mano la vitrina con el Telesketch.

Oís una pequeña confusión de voces masculinas en el recibidor. De entre todas se alza la voz baritonal/baritónica/barítona/de negro del Dr. Bledsoe hablando con Miss Sullivan, que está asomada a la puerta:

Señorita, como podrá ver aquí tenemos a un accidentando, ¿podría decirme donde se encuentra Mr Mallowan o alguno de sus empleados?

La palabra accidentado os atrae como moscas a la miel. No hay nada que más atención coseche entre un grupo que la promesa de ver "chicha", es de público conocimiento.

Pongo los ojos en blanco y vacío mi botellita de un trago, dejándola sobre la mesa y cogiendo otra de la fresquera.

Era de esperar que alguien saliera malparado en esta sopa de despropósitos... Pero no tan pronto, la verdad.

Me acerco a husmear tras la chiquilla de lengua de camionero.

Al oír la palabra "accidentado", me apresuró a dejar la botella aún sin tocar en la mesa y acercarme con pasos rápidos hacia la otra sala.

¿Quién está accidentado? Mr. Mallowan no está, o al menos no se ha presentado ante nosotros. Igualmente, si podemos ayudarle...

  Me acerco al ver el tumulto y escuchar esa palabra. Joder, que acabamos de llegar y ya tengo algo... La emoción en mí no puede ser más obvia.

¿Qué ha ocurrido?¿Quién es el accidentado?

A Kelly el accidentado la habia alterado pero tambien habia otra cosa, aparentemente ninguno de sus compañeros se habia dado cuenta?¿La señorita Davenport salio a buscarlos, no la cruzaron en el camino?

 No que yo recuerde. ¿Hay otro camino por el cual llegar a donde nos fue a buscar?