Partida Rol por web

-Doy fe de que ese es un estupendo coche -miro a la más mayor del grupo- Seguro que nos sentimos muy cómodas dentro.

Sonrio a Brooke y le entrego mi invitación despues me presento.

- Soy Lissette Stockton, como parece haber adivinado -digo complacida.

Despues miro hacia donde estan los demas.

- Veamos que nos tiene preparado el señor Mallowan, nos veremos alli.

 - Estoy completamente de acuerdo, iba a utilizar la suerte, y así seria algo más equitativo, pero me parece bien que las damas y Terrre... bueno, las damas primero, en resumen. Así que doctor Bledsoe, apéese del vehículo y haga gala de la generosidad que nos caracteriza a los buenos caballeros y deje que las señoritas... - y miro a Terrence para acentuar mi ofensa - vayan primero.

Me adelanto, entrego mi ficha a la señorita Brooke después de Lissette Stockton, sacándola de uno de los bolsillos interiores de la chaqueta de cuero, y me aparto a un lado a esperar.

 Dave es uno de los últimos en llegar, pero al parecer, alguien más se retrasa. Cuenta nueve personas más, aparte de la chica que parece ejercer de ayudante del anfitrión. 

 Manteniéndose en un discreto segundo plano, escucho como la gente se queja del medio de trasporte o propone utilizar vehículos alternativos. Incluso se anuncia quien es la persona que se retrasa. Llegado el momento, no puede evitar preguntar, esbozando la más cordial de las sonrisas:

-Oiga, disculpe. Hemos caminado más de medio kilómetro desde donde hemos estacionado los coches hasta aquí ¿en serio nos queda tanto trayecto como para tener que ir en el 4x4? Hace una bonita tarde, y no creo que refresque mucho, quizás podríamos ir andando, ¿no le parece? Al menos algunos, mientras usted se da un par de viajes llevando al resto.

Observo uno a uno a todas las personas que hay, alguno parece bastante ricachón, como ya pude observar en el aparcamiento, otros tienen algunos coches de mi gusto, como el chico del Mustang, su coche no tenía mala pinta. Entre tanta queja de las personas, Brooke la mujer que nos había recibido propone que vayan las chicas y uno que se había colado. El tipo de las gafas parecía el típico graciosillo del grupo.

-Espero que no me cabree mucho si no quiere acabar con las gafas partidas-susurro en voz baja y esbozo una leve sonrisa.

Uno de los últimos en llegar propone ir andando, me coloco bien la mochila y comienzo a caminar.

-Yo voy andando-y sin decir nada más voy por donde vi llegar al cuatro por cuatro.

 Detecto como un hombre robusto, el tipo del Impala, nos observa detenidamente a todos, lo cual yo había hecho ya con anterioridad.  Una pija, aparentemente empresaria, con su bolso Louis Vuitton; otra chica joven, de pelo negro, de aspecto muy dinámico; un doctor de raza negra, el que se había montado en el coche el segundo; un par de chicos jóvenes, uno de pelo rizo y rubio, y otro musculado, de aspecto amigable pero callado, que propone que vallamos andando. Por último estaba el propio conductor del Chevrolet, el hombre mayor con bigote, una señora respetable de treinta y pico años, y nuestro amigo Terrier. Deduzco que me llevaré bien con el hombre robusto que conducía el Impala, a pesar de que llevase la música a todo volumen y fuese demasiado lento para mi en la carretera. Mientras espero a que Brooke tache mi nombre de la lista, me acerco al joven musculado del Impala que ha comenzado a caminar hacia arriba. Lo detengo al ponerle una mano en el hombro, y me presento en voz normal pero no muy alta para no molestar a los que siguen hablando sobre que hacer.

- ¡Espera, amigo, deberíamos esperar aquí! Quizá haya alguna alimaña peligrosa por el camino... Yo no me fiaría. Dime, ¿cual es tu nombre? Y por cierto me ha parecido que dirigías antes una mirada a mi Mustang del 67, ¿te gusta? - en mi cara aparece la media sonrisa amigable pero algo peligrosa, típica de mi, y que siempre esbozo.

Apunto los nombres de quienes me entregan las invitaciones.

Si quieren adelantar un poco y disfrutar del paisaje no lo veo mal. Sigan por esta ruta y doblen en el camino de tierra unos doscientos metros más allá, hacia la derecha. Por favor, no se alejen de la ruta, no querría que se perdiesen. La cobertura por aquí es muy mala.

Me detengo ante la intervención del señor Blisen.

¿Alimañas? No, no, no, por Dios... -río alegremente-. Aunque inmenso, este bosque es un terreno de acampada. Puede que no tenga tanto éxito ahora como en verano, pero aún hay algún turista durmiendo por aquí. Y al estado de Maryland no le gusta que sus campistas aparezcan destrozados por un oso. Daría algo de mala fama...

Hum...

De modo que la señora Bledsoe no ha podido venir... Entonces... ¿me permiten sus invitaciones, señoras, por favor?

Cojo las invitaciones de ambas mujeres, pues la señorita Stockton ya me la entregó hace un instante. Las leo cuidadosamente y miro a Chloe con expresión autoritaria.

¿Quién es usted, señorita? A la vista está que no es Zachary Sullivan...

No se te escapa la contrariedad en la voz y el rostro de Brooke Davenport. Incluso se ruboriza un poco al descubrir la irregularidad con los invitados, la ausencia de la señora Bledsoe y la usurpación de invitación del tal Z. Sullivan por parte de aquella joven.

No se te escapa la contrariedad en la voz y el rostro de Brooke Davenport. Incluso se ruboriza un poco al descubrir la irregularidad con los invitados, la ausencia de la señora Bledsoe y la usurpación de invitación del tal Z. Sullivan por parte de aquella joven.

La mujer parece bastante enfadada por la ausencia de la señora Bledsoe y molesta, más bien irritada, por la presencia de aquella joven con una invitación que no le corresponde.

No se te escapa el gesto de odio que la mujer te dedica. Expande las ventanillas de la nariz mientras te mira con la invitación de tu padre en la mano, como si olieras a pocilga. También te parece que no ha encajado bien la ausencia de la señora Bledsoe, la mujer del médico.

¡Ah! ¿Ven? ¡¡Todo es muy irregular!! ¡¡No pienso ir a ningún sitio con usted, yo me vuelvo a casa ahora mismo!!

Sin embargo, me quedo en mi sitio, sin perder atención de la escena entre la organizadora y la jovenzuela impostora.

 Me vuelvo al observar que a la chica joven le dicen que esa invitación no es suya. Dejo al joven fuerte caminar hacia donde explico la organizadora, yle exclamo mientras se aleja:

-¡Ya me diras que te parece mi Mustang!

Me dirijo a Brooke y digo con mucho tacto:

- ¡Vamos, señorita Davenport!, seguro que hay una explicación perfecta, no sea tan dura con ella. Y usted... señor... - me doy la vuelta hacia el señor rollizo cuyo nombre desconozco - si tanto le incomoda esto, y dice que se va a marchar a su casa, hágalo de una vez, y deje de quejarse. Estoy seguro de que a la señorita Davenport no le ha sido sencillo organizar todo esto, como para, aun por encima, tener que aguantar las exquisiteces y quejas de personas como usted o la atractiva pero algo exigente señora de ahí detrás. Así que, si alguien tiene algún problema y quiere irse, creo que es libre de hacerlo cuando quiera, somos personas adultas, no niños de parvulario. Si quieren váyanse, y si se quedan, tengan un poco de consideración, que estoy seguro de que ustedes no lo habrían hecho mejor. Y bueno, espero que se solucione... Chloe, explícate, por favor, estoy seguro de que no hay ningún problema grave, y todo esto no es mas que una confusión que podrás aclarar - espero su respuesta mientras vuelvo a sonreír con mi peculiar estilo.

 Cuando me refiero a Kelly, durante un pequeño instante se me escapa una sonrisa dirigida a ella que no puedo evitar, que podría delatar que ya la conozco.

Me bajo del coche al ver el revuelo que se esta haciendo con el viaje y me acerco hasta la señorita Davenport,

 perdone usted, no quiero ser molesto, ¿pero esta segura de que tiene la lista correcta de invitados? En teoría dijo que eramos 11, y aquí nos encontramos 10. Como mi pareja no viene, estaba todo solucionado, pero ahora resulta que que en esa lista había 3 mujeres, y en esta reunión también las hay. Me gustaría saber el por qué de nuestra invitación, viendo que los invitados no son los previstos según su lista

La tercera mujer era su esposa, doctor. Esta... esta señorita no sé quién es, y la lista no es mía, es de Mr. Mallowan. No sé de qué les conoce o por qué motivo los ha invitado, ese no es mi cometido.

Bueno, entonces solo tenemos una opción clara, llegar a la casa y ver a Mr Mallowan. Seguramente él tenga todas las respuestas a nuestras preguntas. Yo tambie´n iré andando, pero antes dejaré mis cosas en el coche si no les importa

Chloe da un paso al frente, nada atemorizada, incluso poniéndose entre la mujer y el chico que había salido en su defensa. Su cara era de total tranquilidad, incluso una sonrisa burlona adornaba su cara. Le encantaba sacar de quicio a la gente.

Con una sonrisa totalmente falsa, le extiende su invitación.

Soy Chloe Sullivan, hija del detective Zachary Sullivan. Le ha sido imposible asistir, así que ha mandado a alguien de su confianza por no hacerle un feo a Mr Mallowan. Dice con educación, aunque aún con esa sonrisa en su cara. ¿Hay algun problema? Pues se iría a casa, ya ves tú qué problema.

Chloe enseña su permiso de conducir a Brooke, que lo ojea, arquea las cejas y tras encogerse de hombros se lo devuelve y tacha algo de su lista.