Partida Rol por web

Mutant Chronicles - Familias - Hermandad de Armas

RUTA HACIA LA GLORIA

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06/07/2016, 10:21
Raphael Murdoth

Tras la explosión, mi cuerpo se encogió. Estaba mi vista pendiente de la mujer y mis oídos de los disparos, que me pilló desprevenido. Me reprimí en silencio. Aquello no podía permitirlo, y corrí a coger mi arma. ¡Mierda! Se había cambiado y no había cogido ningún arma. Dio un paso hacia atrás para volver a por ella. Pero algo le retuvo. Manfred estaba mirando a aquella mujer fijamente. Como esperando una señal de aquella sombra petrificada. Lo miré dudoso.

- Recuperemos nuestras armas.

Le apremié.

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06/07/2016, 11:08
Director

Notas de juego

¿Qué armas?

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06/07/2016, 11:35
Raphael Murdoth

Notas de juego

¿Cuando hemos vuelto no traíamos armas?

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06/07/2016, 11:47
Director

Notas de juego

¿Te puse que te las di? Os puse que traíais botas y pantalones rahidos, incluso las tías estaban en tetas, ya que ni camisetas os quedaban.

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06/07/2016, 16:33
Manfred Von Leopold

Notas de juego

Esperemos a ver qué hace la Vestal y decidamos entonces.

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07/07/2016, 11:16
Raphael Murdoth

Notas de juego

Ok. Ok. Jejeje. Pues Manfred podría rectificarme en la partida. Comentando que no hay armas. Si os parece bien.

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07/07/2016, 23:40
Manfred Von Leopold

- ¿Te refieres a lo que nos dieron en los entrenamientos?- rió con cinismo- no creo que sirvieran de mucho en un combate real y ni siquiera sé dónde demonios las podrían haber puesto. Mejor mantener los ojos abiertos y aprender de la experiencia- terminó mientras hacía un gesto para que se fijaran en la Vestal.

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08/07/2016, 11:44
Raphael Murdoth

Asiento con la cabeza. Aquello no era un simulacro, de eso no había duda, y es verdad que aquellas armas no servían para mucho más que formar cardenales en nuestros miembros. Pero al menos me daba seguridad. Tener un arma en la mano era lo que le mantenía cuerdo.

- No podemos estar aquí sin armas. No podemos estar aquí parados. 

Miré a la Vestal. Aquella mujer era pura tranquilidad. Y aquello me ponía más nervioso. Mas tenso.

- Algo tendremos que hacer. 

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11/07/2016, 15:50
Instructor Inquisidor Marisfas

El inquisidor instructor salió del edificio que creíais era el de mando. Acompañaba a otra vestal. Esta rubia y parecía más musculosa que la que con paciencia disfrutaba de la sombra en el porche de aquella casita. Se dirigían con paso firme y hablando tan amigablemente que incluso creíais que eran amigos. Van hacia fuera, y llegando a la puerta os hacen una seña. Era para que os acercaseis. Los alcanzáis justo en la puerta, justo en el límite que tenéis prohibido superar.

La vestal de la túnica marrón sigue a lo suyo. Impasible y tranquila, pero os disteis cuenta de que, bajo su capucha, unos ojos perspicaces no os han perdido de vista ni un momento.

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11/07/2016, 15:56
Gran Vestal Ingrid Mummerson

Justo en esa frontera infranqueable el inquisidor os presenta.

Mi señora, son dos de los nuevos aspirantes: Señala en general y comenta: - Son el Ex-inquisidor Murdoth y el Ex-mistico Leopold. No se ha quitado el casco en ningún momento, así que seguís sin saber como es su rostro.

La señora os mira de arriba a abajo de una manera escrutadora: - Suban a la torre y observen. Luego, sin más demora se giró y fue hacia el "barullo". Cumplís la orden corriendo. Hay una torre de vigilancia en cada esquina del recito y además, un par flanqueando los accesos, que desde la alturas visteis que eran dos. Un por donde entrasteis y otro más por el lado más lejano de la pista donde las aeronaves reposaban. El espectáculo era tremendo. Era un adiestramiento, pero con munición  real, con objetivos marcados y con enemigos puestos para tal efecto. Las dianas registraban los impactos y el avance era por secciones. Habían 5 grupos diferenciados. En los flancos habían dos pelotones de infantería de elite, con todas sus armas y equipamiento. En el centro una sección de guerreros sagrados con tres pelotones. Todos totalmente pertrechados y al mando de todos y cada uno de ellos un inquisidor. Los reconocisteis por su armadura. Todas flamantes y preparadas para el combate. conforme se desarrollaba el ejercicio algunos se dejaban caer al suelo. Representaban muertos y heridos, e incluso había, tras las líneas unos camilleros. Eran dos pares de soldados de elite y un místico, a la espera de intervenir. Estaba claro que estaban por si acaso, pero no esperaban tener muchas "bajas" en esta "acción de guerra". En el centro de todos ellos una vestal idéntica a la que plácidamente descansaba con la túnica marrón en el porche de la casita, dirigía el asalto. Representaban unos legionarios no-muertos, con sus líderes y mandos, un nutrido grupo de escolta de templarios de Ilián y su nefarita.

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11/07/2016, 16:55
Manfred Von Leopold

- Parece que acertamos en mantener la calma y no salir como posesos al asalto- comentó Manfred mientras observaban las maniobras- no creo que les hubiera hecho mucha gracia. 

Los golpes simulados se sucedían abajo, con soldados que caían mientras otros ocupaban el puesto de los caídos con tal precisión que más parecía un grupo de bailarinas que una partida de guerra.

- Debemos aprender a observar las señales de nuestro entorno, como la Vestal, y a mantener la calma.

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12/07/2016, 08:43
Raphael Murdoth

Obedezco las ordenes como no podría ser de otra manera. Siguiendo cada paso que daba nuestros dos interlocutores. Cuando se abre ante nosotros, aquel campo de batalla, me quedo asombrado. Me había dado miedo siempre entrar en batalla, pero siempre tenía sentimientos encontrados. Amaba la guerra. Aquella visión, aquel entrenamiento le resultaba espeluznante y a la vez maravilloso. Le encantaría estar dentro, pero le daba pánico. 

Antes las palabras de su compañero, asiento con la cabeza.

- Todavía tengo que acostumbrarme. Creo que la Vestal de la casa se ha reído de nosotros por la cara. 

Lo sabía, su forma de mirar... Habían hecho un poco el ridículo perdiendo los nervios con las explosiones. 

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12/07/2016, 11:09
CRONISTA

Tras quedar pasmados con la demostración de fuerza, los camillero avanzan hacia los "caídos". Todos parecían estar bien, excepto uno, que cojeaba algo. Le visteis caer tras tropezar. Metió la pata en una zanja. También hay un par que están haciendo de "ingenieros" y están cercando munición real no detonada. Sólo son dos granadas, pero hay que "limpiar" la zona para evitar sustos o accidentes.

Ya más relajados, el centinela de la torre mira a su jefe. Hacen guardia por parejas. Ambos también visten las armaduras de las tropas de élite. Ambos no había prestado atención alguna al ejercicio de adiestramiento. Miraban en otras muchas direcciones. Estos, os indican sin palabras, que los 9 supervivientes están formado en el patio.

Notas de juego

Son varios posts Ya os aviso yo.

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12/07/2016, 11:28
Marcus

El crucifer y los 4 guerreros sagrados que antes visteis, o por lo menos pensabais que eran los mismo, estaban en las escalas del edificio de mando. Estaba como escoltado por esos grandes y valerosos guerreros, pero su presencia y posición, más cerca de vosotros, le pone como líder y a la cabeza de esos guerreros. Correís para ponero en vuestra posición en la formación y nada más llegar la impresionante voz de Marcus ordena de forma marcial: - Firme ¡Ar! Todos, al unísono, como ensayado, os ponéis en esa posición por la fuerza de la costumbre.

Allí quedáis inmóviles hasta que el Inquisidor Instructor y la Gran Vestal llegan a la posición del Crucifer. Este les saca cabeza y media de altura. Incluso la vestal es más bajita que el inquisidor, y eso que su presencia es algo más imponente. El inquisidor se aparta casi arrollado por el gran guerrero kalinian y os habla: - Señores, ustedes 11, si no llegan en las próximas horas más aspirantes, son bien recibidos en esta Hermandad de Armas. Empieza a dar pasos a vuestro alrededor. - Somos hermanos, somos los protectores de la humanidad, un énfasis especial resalta sobre su tono, ya de por si poderoso, los "Sagrados Guerreros de la Luz", y retoma su voz normal. Y bajo la dirección de la Gran Vestal Mummerson, combatiremos. Unas voces interrumpen el discurso. Alguien entra por el acceso principal.

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12/07/2016, 12:02
Vestal Simeone

La vestal de la túnica marrón, la impasible e inmóvil de la casita, avanza junto a los camilleros. Una de las parejas trae a una mujer herida. Parece tener un par de impactos de bala y algo más grave que le ha destrozado parte del costado del abdomen. El otro también porta otra mujer. Una místico por lo que parece, pero no podéis giraros ni moveros, así que el alcance de sus heridas está lejos de vuestro conocimiento, pero muy cerca de la curiosidad. Ambas son conducidas hasta la enfermería.

Notas de juego

Este es el penúltimo. Falta uno más.

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12/07/2016, 12:06
Marcus

El cucifer deja pasar el desfile, y tras regresar el silencio al patio, sólo perturbado por el viento y el ulular, piar y otros canturreos de las aves locales, continúa con su discurso tras un extraño e inapropiado comentario por lo bajo; cosa que no parece muy habitual en él. - Igual son trece.

Tras eso da unas vueltas más. Su mirada penetrante y su presencia os pesaba como una losa y os hacía sentir incómodos.

De ahora en adelante seréis aspirantes y según vuestras aptitudes se os destacará a cualquiera de los tres escalones pertinentes. Su voz entra en un "increchendo" Demuestren lo que valen y por el que parece que va a surgir del suelo una nueva montaña Cardenal, la Humanidad y SUS PROPIAS ALMAS CUMPLAN CON SU PROMESA. Respira: Con la promesa de todos. Parecía que un gran pensar había aplastado al alto e impresionante guerrero. La losa que antes os pesaba a vosotros, ahora estaba encima de sus hombros. Os daba pena el crucifer. Se encamina hacia la escalera, y queda en el peldaño inferior. Distribuidos por ella se encuentran, en orden ascendente, primero los Guerreros Sagrados de la escolta, Luego una mujer, junto al inquisidor, y por último, ya fuera de la escalera, y como en un segundo plano la vestal de la túnica marrón. Sé que ya conocen al Inquisidor Marisfas. Y aclara: Será su instructor. Un gesto que parece una reverencia muestra a la mujer: Junto a él, nuestra directora: La Gran Vestal Mummerson. Respira y parece aflorar una pizca de ira en su mirada, como si os revelara un secreto contra su voluntad y quiere que sepáis que ni es vuestro amigo ni lo será jamás: Y yo soy Marcus. Les exigiré, estrujaré, y sacrificaré si es necesario. La ira que parecía aflorar llega hasta su voz para despediros ordenando: - ROMPAN FILAS.

Notas de juego

ala, libres de postear.

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13/07/2016, 09:47
Raphael Murdoth

No sabía si festejarlo por todo lo alto. Si gritar. Si levantar los puños en señal de victoria. Lo había conseguido. Pero ahora sentía más miedo que antes. Aquella presión que habían sufrido estos últimos días y sobretodo estas últimas horas, seguro que me habían hecho contracturas en varias partes de mi cuerpo. Estaba tenso, dolorido y pesado. Por lo que seguía sintiendo felicidad y pesadumbrez por partes iguales. Lo mismo que sentía desde que llegó aquí.

Relajé mis hombros, y busqué con la mirada a mi compañero, para resoplar. No sabía muy bien que decir con eso. Pero estaba claro que la sonrisa nerviosa que afloraba por la comisura de mi boca era más que suficiente para aclarar que estaba contento de la nueva situación.

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13/07/2016, 20:16
Manfred Von Leopold

Manfred trató de grabar en su mente cada palabra de aquel discurso. Parecía que habían conseguido, finalmente, acceder a los escalones oficiales de La Hermandad. Los más bajos, sí, pero por ahí es por donde se empieza.

No sabía si con razones ocultas o sin ellas, pero lo cierto es que el Crucifier, Marcus, estaba otorgándoles valiosa información acerca de las relaciones entre los mandos allí presentes. Una información que deberían gestionar con cuidado, pero información al fin y al cabo.

Tardó unos segundos en reaccionar a la orden de romper de la formación. Notaba como se empezaba a acumular la tensión, el cansancio y la duda.

Cualquier fallo se pagaba con la vida.

Cumplan con su promesa. Cumplan con la promesa de todos.

No sé si se trataba de un discurso ensayado pero las palabras del Crucifier se repetían en su mente una y otra vez, grabándose en su alma a fuego vivo.

Él había sentido cerca el hálito de la Legión. Se había confiado y la Oscuridad había susurrado a su oído, tan cercana, tan oculta... tan humana. Sintió un escalofrío recorriendo la columna. No volvería a cometer el mismo error.

Su mirada se cruzó con la de Murdoth nuevamente. El destino les había convertido en compañeros y un presentimiento le decía que sería una relación importante en los próximos meses, quién sabe si años. Tampoco era algo que le preocupase, tal vez no viviesen para ver la noche, así que era absurdo preocuparse por qué pasaría mañana.

Le puso la mano en el hombro y sonrió cansado.

- Vamos- dijo- creo que esta vez sí podemos relajarnos un poco.

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13/07/2016, 23:32
CRONISTA

Todos los allí presntes fueron con el paso cansino hacia vuestro alojamiento. Algunos se ve que habían sido soldados de línea, porque lo llamaban compañía. Ese sería el nombre de ahora en adelante: La Compañía, y vosotros los compañeros. Compañeros de fatigas, de hastio, de cansancio, de penurias, y porqué no decirlo, de alegrías, cuando regresan a casa, de amargas alegrías, por estar vivos mientras recordáis a los compañeros caídos.

Eso es lo que habíes soñado esta noche, lo corta que se os ha hecho, ya que a las cinco y media de la mañana había un soldado golpeando un cacerola con un taco de madera que con las legañas y párpados aún pegados no pudísteis distinguir. Al romper filas los más orgullosos casi arrastraban los pies, el resto arrastraba la cara por el suelo hasta llegar a la cama. Habíais dormido desde casi media tarde, así que 12 horas de sueño reparador os habían dejado hechos polvo. Ahora aparecían dolores, tirones y otras lesiones que no sabíais ni que teníais. Aún en el aseo apareció el crucifer y sin mediar palabra paseó entre vosotros. Cuando parecía que se marchaba dio una orden: 

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13/07/2016, 23:39
Marcus

No pueden desayunar hasta que se lo autorice el médico. Os había chafado la ilusión, y las emanaciones ya llegaban tanto a vuestras fosas nasales como a las papilas gustativas, pero nadie se atrevió a hacer el menor mohín o gesto. Igual era por miedo, igual era por otra cosa. - En 10 minutos les quiero con la ropa de campaña formados frente a la enfermería. Y añadió un angustioso comentario: El que llegue tarde, puede regresar por donde ha venido. Eso os congeló la espalda a todos. Otros vete a saber cuantos días de jungla para regresar. Si muchos habéis llegado de milagro, regresar es una sentencia de muerte.