Partida Rol por web

Náhoda či Dopuštění

Chemnitz

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18/07/2008, 11:15
Gabor Talmalchij

Talmajchi se levanta de la silla para despedirse, saluda con la cabeza a Schwarz cuando le es presentado, recoge tu tarjeta y la deposita en una esquina de la mesa, cuando le haces la última pregunta pone cara de extrañeza.

No, los únicos que gozan de un seguro estándar en caso de accidente son los empleados que tengo en nómina, los estudios los “alquilamos” para las sesiones de fotos responde con amabilidad, aunque por su expresión no parece demasiado contento por lo que parece que has querido insinuar.

Sale de detrás del parapeto que era su mesa, ¿Necesitan algo más?, tengo muchos asuntos que requieren mi atención, pero estaré aquí por si me reclaman dice mirando a la agente.

Schwarz no ha abierto la boca en todo este rato, y ahora tampoco, simplemente niega con la cabeza a la pregunta del empresario, aunque puedes sentir sus ojos clavados sobre ti.

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18/07/2008, 17:57
Madeleine Strindberg

Me levanto para salir de la oficina, ya nos entregarán las cintas cuando salgamos de la escena del crimen; descubro a Steffan mirándome nuevamente y me siento rara pero aunque mi mirada se cruza con la de él, son apenas segundos. Doy las gracias al señor Talmajchi y salgo por la puerta sin esperar a mi compañero, ya bastante hemos tenido por el día de hoy para continuar. Es más, quizás me haga un favor y se tire de la ventana del empresario. Doy unos cuantos pasos a través de un pasillo bastante minimalista, de esas cosas raras que les gustan a las celebridades y muy alumbrado.

Al fondo puedo ver una puerta que es custodiada por dos policías, de inmediato pude reconocer a Hans, Hans Grünewald. Quizás el primer compañero que me había invitado a salir y que no había sido tan imbécil como todos los demás. Sonreí, al menos ver una cara conocida y amable me era mejor que cualquier otra cosa.

-Sargento Grünewald-mi voz era ceremoniosa y él asintió.-¿Todo bien?
-Más que bien, Maddy, hace tiempo que no te veía. No sabía que al fin andabas en estas-parecía alegre de verme pero sin exagerar.
-Ya lo ves, he dejado al pobre Mikel.

Hans echó una mirada a atrás, sin duda miraba a Schwarz y no dudó en que seguramente me habían castigado por haber hecho algo mal pero no lo dijo, sabía de la fama de mi compañero y abrió la puerta.

-A ver cuándo tomas algo conmigo-propuso en palabras breves y firmes.

Asentí y volví el rostro a Steffan para ver sí vendría. Saqué dos bolsas plásticas con guantes de látex de mi bolso y le lancé una a Schwarz.

-Gracias, Hans... Te veré en unos minutos, me entregarán las cintas, así que si puedes tenerlas por mí entretanto reviso el lugar, te lo agradecería-dije y entré en el lugar.

Enseguida vi los tres cadáveres, poca sangre, aunque esperaba ver más para lo grave del caso. Me fui poniendo los guantes mientras me acercaba al primero de los muertos, el más cercano a la puerta, sin duda el fotográfo. Me encuclillé junto a él y vi el disparo en su frente. A veces me maravillaba el modo en que alguien podía simplemente elegir un blanco, dispararle y arrebatarle la vida, como una especie de dios. Negué con la cabeza y me levanté para encaminarme hacia el cadáver de la chica. Una pena, la verda. Volví los ojos a Steffan para ver qué estaba haciendo.

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21/07/2008, 12:12
Director

Steffan permanece de pie en el centro de la sala, echa un vistazo a su alrededor, y luego retrocede un par de pasos, los avanza y cambia de ángulos, pensativo, no se acerca a los cuerpos, sino que más bien estuviera intentando ponerse en el lugar del asesino, lleva los guantes que le tiraste en las mano, pero no se los ha colocado aún.

Los tres disparos eran certeros, con un arma de gran calibre, los principales rastros de sangre están junto a una silla que hay cerca de la zona donde las modelos se cambian de ropa para las sesiones, debe ser el sitio donde hirieron a Heller, pues un corte suele producir mucha más sangre que un disparo.

En el otro extremo, una muñeca tipo barbie y algunos animales de plástico se encuentran tirados en el suelo, como si hubieran sido abandonados precipitadamente.

Notas de juego

no te pongo más, vamos a hacer una tiradita a ver que tal no?, tirame investigación.

Tiene que sumar Atributo + Habilidad +1d10

En este caso sería Inteligencia + Investigación + 1d10

en función de lo que saques tendrás má o menos datos.

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21/07/2008, 16:31
Madeleine Strindberg

Por más que intenté descubrir un poco más, no me fue posible. Los datos que estaban en el folio con que el que cargaba, eran tal cual se presentaban en la escena del crimen. Observé durante un rato los juguetes, sin duda la madre debía haber arrancado a los pequeños de allí. Y se me ocurrió que si encontrabámos a la mujer, quizás los niños pudieran decir más que un adulto.

Ya sabía que era algo traumático para ellos, pero si se les trataba bien, con tacto y se les daba la confianza, seguramente estarían comodos y dirían todo lo que recordaran. Tienen la mente menos contaminada con estupideces y son buenos conversadores en las mayorías de los casos, obviamente no pondríamos a Steffan a entrevistarlos o los pobres huirían despavoridos. Esbocé una sonrisa imaginándome la escena y luego miré al hombre que parecía bastante concentrado. A ver si él sacaba algo más en claro que yo.

- Tiradas (1)
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22/07/2008, 10:01
Steffan Schwarz

Steffan se gira hacia ti cuando nota tu mirada, está serio, pero no tiene ese gesto de permanente enfado con la humanidad que no lo había abandonado hasta este momento, Yo soy un experto tirador, y entro por la puerta, no tengo remordimientos, así que voy disparando a lo primero que encuentro, buscando mi objetivo, sea cual sea habla como si fuera el asesino, anda hasta la puerta, y una vez allí mira la posición de los cuerpos.

Algo no cuadra, desde la puerta, podía haber disparado más de tres veces antes siquiera que los que estaban dentro se percataran, y además, ¿por qué una espada contra Heller?, según nos ha dicho, él estaba junto a Van Troy, la única que consiguió escapar, por lo que deduzco que eran los más lejanos a la entrada, creo que alguien le plantó cara, pero, ¿quién? señala la silla, luego los cadáveres

O eso, o el tipo no entro por la puerta, se vuelve hacia ti, ¿Qué crees tú?

- Tiradas (1)
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22/07/2008, 13:35
Madeleine Strindberg

Escucho a Steffan atentamente mientras va haciendo sus conjeturas, imginándolo todo, casi escuchando las detonaciones y demás, viéndolo de ese modo, él tiene razón, eso no se discute; me acerco un poco hasta la entrada, voy por la ruta de los cadáveres, es obvio que ellos también intentaron interponerse y que no eran ellos su blanco final.

-Creo...-me centro en el medio del estudio.-Creo que él asesino tiene un cómplice y que si alguien se interpuso en su camino, lo cual me parece muy lógico de lo contrario le habría dado alcance a Van Troy a quien le dio tiempo incluso de llevarse a sus hijos... Alguien que hasta ahora nos ha sido ocultado, ¿pero por qué? Claro, si es que ese alguien, no era la mujer que venía con él.

Observo a mi compañero directamente a los ojos, sin duda es una de los mejores policías que conozca, eso no tiene nada que ver con lo que es como persona o al menos con el modo en el que me ha tratado a mí. Ojalá resolvamos esto pronto, no sé cuanto pero lo suficiente para no matarnos el uno al otro, sería muy desagradable dejarlo imposibilitado.

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22/07/2008, 18:35
Director

El sonido de tu teléfono móvil interrumpe tu “amigable” conversación con Schwarz, el cual te mira con cara de pocos amigos, Joder, tienes que ponerlo en silencio cuando entres en la escena de un crimen, te dice haciendo un gesto para que te apartes un poco de la zona donde él se encuentra.

El número es desconocido, y no es de Alemania, pues tiene los típicos prefijos de cuando llaman desde el extranjero, podrías ser importante, al descolgar, una voz te habla en inglés, tiene un ligero acento apenas perceptible.

-Buenos días, ¿teniente Strindberg, de la policía de Chemnitz? Soy Takeshi Kanda, brigada de homicidios de la Interpol, un placer hablar con usted. Se me ha encargado el caso del triple homicidio ocurrido en el estudio de fotografía Talmajchi Models. Verá, le llamo porque voy a ir a Chemnitz y me gustaría concertar una vista con usted para hablar acerca del interrogatorio al señor Heller, y acerca de algunas... irregularidades que, me consta, han tenido lugar. ¿Habría algún problema?

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22/07/2008, 19:24
Madeleine Strindberg

-Strindberg-atendí haciendo caso omiso al comentario de Steffan, como si los muertos se fueran a molestar por aquello.

Escuché con atención a aquel hombre, me parecía que aquel caso iba a ser mucho más pesado de lo que me había imaginado. Mientras me hablaba, miré a mi compañero, aquello creo que no le iba a gustar para nada pero el tal Takeshi Kanda ya lo tenía todo previsto, así que ni modo de negarme.

-Bueno, supongo que no hay ningún problema con eso, señor Kanda-respondí en un inglés bastante fluido.-Dígame a qué hora llega y veré dónde encontrarnos.

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23/07/2008, 18:46
Móvil

-Salgo dentro de dos horas, Strindberg-sa... Ehm... Señorita Strindberg -corrige,-. El vuelo, calculo, no durará más de una hora. Tan pronto como llegue a Chemnitz la llamaré para poder concertar la cita, pero me gustaría que fuera lo antes posible - aclara

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23/07/2008, 18:51
Madeleine Strindberg

-Está bien, creo que es el tiempo suficiente para que yo termine lo que estoy haciendo. Lo veré entonces-corto la llamada y miro a Steffan.-Era la Interpol, dice que quiere verme para que le dé detalles, supongo que vendrás conmigo ¿no?

No sé en qué estoy pensando pero no quiero dejarlo fuera, a saber si aquello levantará más su furia. Lo miro pensativa mientras espero a que me dé su respuesta.

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24/07/2008, 10:21
Steffan Schwarz

No, no iré contigo, tu eres la que ha dicho que si, a mi no me jodas con los capullos de la interpol, dices que si demasiado fácil rubia el gesto encogiéndose de hombros, nuevamente ese tono de voz.

Tras esto vuelve a centrar de nuevo su atención en lo que estaba haciendo, pero tampoco parece que se pueda sacar mucho más en claro de esta escena, por lo menos sin tener algún dato más, ¿Qué sentido tiene que alguien que se supone que intento detenerlo se oculte? vuelve a dirigirse a ti, pero de nuevo sin la acritud anterior, Y si la mujer tuvo la fuerza suficiente para oponerse, ¿por qué no la mató?, PUTA HOSTIA dice golpeando la pared con el puño.

Aquí hay algo que se nos escapa, y eso me cabrea, ¿por qué coño los de la interpol meten sus narices aquí? es obvio que lleva un rato hablando para si mismo, se pasa la mano por la cara, un par de veces, vuelve a mirar los cuerpos, Necesito beber algo

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24/07/2008, 16:22
Madeleine Strindberg

Sí, esas cosas que se me ocurren a mí son de lo más estúpidas, me lo dijeron tantas veces y pensaba que no; ahora este idiota me las restriega en la cara como si tal cosa.

Lo sigo observando luego de su sermón, iré sola, aunque eso era algo que yo ya me imaginaba. Pues bien, mejor para mí. Ya bastante harta estoy de sus berrinches, se nota que hace tiempo que nadie la da una felicidad. Nunca podré agradecerle lo suficiente al jefe por haberme puesto de compañero a alguien como Schwarz; no dudo que si tuviera la oportunidad, en medio de una tirotiza, lo único que haría sería dejarme a un lado. Siento el estómago revuelto, a ver si voy a ser tan débil de caer en esta.

¡Maldita basura!

-Parece que siempre lo necesitas...-mis palabras suenan como al aire pero son claramente para él.-Quizás ella no estaba sola, quizás aquí había alguien más y nadie nos lo ha dicho. Creo que resolveremos más mirando las cintas, Schwarz. Si quieres, claro, a lo mejor también tengo que verlas yo sola por haberlas pedido... Ya me dirás lo que se le ofrece a su majestad, además de un whisky, claro.

Le di la espalda de inmediato, tratando de encontrar algo más que nos diera un sólo indicio de lo que había sucedido allí. Todo el mundo decía que el asesino había ido en busca de Van Troy y con gran sorpresa y en medio de tanto muerto y herido, ella y sus hijos habían sido los únicos en salir ilesos. Si no dabamos con el asesino, para mí lo más lógico era encontrarla a ella.

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28/07/2008, 11:40
Steffan Schwarz

Oyes su pasos, se escuchan por encima del sonido de la muerte que hay a vuestro alrededor, notas como está justo detrás de ti, su respiración y su aliento en tu oído derecho, pero el silencio continua, luego Schwarz te rodea lentamente, para volver a quedarse frente a ti, te mira, desde los pies a la cabeza, recorriendo todo tu cuerpo, apenas es unos centímetros más alto que tu, sus ojos se entrecierran afilando la mirada cuando llega a tus ojos.

¿Sabes lo que se me ofrece? susurra ir a tu casa, ir a tu habitación, a tu bonita y solitaria y cama, y follar contigo hasta que me olvide de todo, hasta que toda la puta mierda de realidad que nos rodea desaparezca, no sabrías decir si era amenaza o desesperación lo que denota su tono de voz, eso me agradaría más que el mejor whisky escocés nena, follarte una y otra vez sorbe por la nariz, y levanta el labio superior en una mueca de desprecio, aunque parece que es más para sus propias palabras que para ti.

Se separa, aunque no demasiado, Vamos a por las putas cintas, vamos a encontrar al hijo de puta que ha hecho esto lo dice con una convicción que resulta sorprendente, con una rabia fuerte, como si se tratara de algo personal, como si todos los casos lo fueran para él.

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28/07/2008, 16:59
Madeleine Strindberg

Sentí su respiración muy cerca de mí y lo que me provocaba daba un poco de miedo. Al fin, Steffan parecía ser muy muy fuerte y yo, una niña asustada. Bajé la mirada tratanto de olvidarme que estaba allí tan cerca de mí pero fue imposible, sólo conseguía acrecentar más la sensación de saberlo respirándome muy cerca. Cuando se plantó frente a mí, respiré profundo y lo escuché sin dejar de mirarlo a los ojos aunque él me estuviera mirando de arriba a abajo como si yo fuera una cosa. No eran sus palabras las que me molestaban, no, era la manera sucia que tenía de decirlas, de escupirlas.

Aún así, nunca le quité la vista de los ojos, menos cuando se refirió a las cintas pero ya me había cansado, estaba harta de él, con ganas de abandonar el maldito caso y volverme a mí país, encerrarme en mi casa y no salir nunca más pero si no me había ganado ningún otro hombre, no me iba a ganar él. Caminé más aprisa que él, ganándole las espaldas y plantándome frente a él sin dejar espacio entre nosotros. Me acerqué hasta su oído con una sonrisa maliciosa y displicente.

-Eres muy poco hombre para meterte en mi solitaria cama... Apuesto mi carrera a que no sabes hacer gozar a una mujer así como te jactas de ello. Para follarme una y otra vez, hay que tener mucho de esto...-bajé mi mano hasta su entrepierna rozándolo apenas pero sin llegar a tocarlo del todo.-¿Por qué carajo no me dejas en paz, Schwarz? ¿Tanto te gusto que no puedes trabajar conmigo?

Puse mis labios sobre los suyos, sin tocarlos tampoco pero en mis ojos había mucha furia contenida que él bien podía sentir en mis palabras, en mi tibio aliento.

-La próxima vez que me haga un desgraciado comentario sexual tendrá que demostrar de lo que está hecho, teniente Schwarz...

Di un paso al lado lentamente para que pudiera abrir la puerta, este había sido el peor día de mi vida y no era ni media mañana.

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29/07/2008, 13:39
Steffan Schwarz

Parece evidente que la proximidad del fuerte y estilizado cuerpo de la agente Strindberg causa un efecto en el rostro de Schwarz, que a duras penas puede reprimir el impulso de besar, morder, o lo que fuera a hacer a aquellos labios tan cercanos y provocadores, aunque parece encontrar la fuerza suficiente para no dejarse llevar.

Cuando la mujer se aparta, la mano del teniendo se mueve con rapidez, enlazándola por la cintura y atrayéndola de nuevo hacia él, su gesto se ha vuelto a tornar frío e impasible, aunque aún queda algo del rastro de la anterior sensación, Teniente Strindberg, no haga promesas que no está dispuesta a cumplir, regla número entre compañeros dice con calma, para a continuación liberarte de su presa con un brusco pero no doloroso movimiento.

Y ahora coge las putas cintas y regresemos a comisaría, aún queda mucho trabajo por hacer sin dedicarte ninguna mirada más, abre la puerta y sale de la habitación, su tono de voz ha sido imperativo.

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29/07/2008, 18:02
Madeleine Strindberg

Cuando me sujeta de la cintura, siento un deseo casi incontenible de matarlo. Claro que es todo inviable y pasa de una manera tan rápida que no me da tiempo a decirle que yo no le he prometido nada. Y cualquier cosa que prometa se la cumpliré. Lo miro a la espalda cuando va saliendo y voy tras él, saludando con gesto amable pero desconcertado a Grünewald que promete llamar, como si fuera cierto.

Lo sigo caminando a mi ritmo, despejándome, intentando olvidar todo lo referente a él y a mí porque no tiene sentido pensar en esa tonta guerra que hemos iniciado. Mejor pienso en los detalles, en lo que sobra y en lo que falta y espero que en las cintas haya algo rescatable, de lo contrario habremos perdido nuestro tiempo. Una vez en el mostrador de entrada, me acerco a la recepcionista y con aire serio le pido las cintas, me las entrega de no muy buena gana y le pregunto si son todas a lo que ella asiente.

Salgo con las cintas bajo el brazo, son tres nada más y me encamino hacia la salida mirando a Schwarz y señalándole las cintas en mi poder.

-Podemos irnos-mascullo y me paro en la puerta de vidrio sin abrirla.

¡Maldito dolor de cabeza de nuevo!

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30/07/2008, 11:18
Steffan Schwarz

Schwarz te hace un gesto para que salgas a la calle, cuando lo haces, va detrás de ti, os volvéis a montar en el coche y arranca con esa manera tan peculiar que tiene de conducir, su mirada permanece fija en la carretera durante todo el trayecto, sin mirarte, sin hablar, perdido en su mundo.

La comisaría no tarda demasiado en aparecer, puesto que la velocidad es elevada, aparca en un sitio reservado y abandonáis el coche, el teniente abre un momento el maletero, y saca una bolsa con una botella dentro, la destapa y le da un trago para luego volver a colocarla en donde estaba, cierra y busca la puerta lateral para acceder a la misma, y siguiendo el pasillo lateral, como si no estuvieras, va directo a la sala de video, que se encuentra desocupada, una mesa y un par de sillas tras ella, delante la pantalla y el reproductor, Steffan deposita las cintas sobre la mesa, y por fin se vuelve a hacia ti.

¿Por qué no vas a por un par de cafés nena?, esto va a ser largo te pregunta mientras va colocando la primera de las películas en el aparato.

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30/07/2008, 18:17
Madeleine Strindberg

De nuevo en la comisaría, al menos creí que ahí estaríamos más tranquilos. Y aunque no me agradó que me llamara nena nuevamente, fui a por los cafés, porque realmente yo estaba necesitando uno. Me acerqué a la habitación dónde cogíamos el café, serví dos pero no puse ázucar en el mío, para el de él cogí dos sobres y volví con ellos a la sala de proyección. Me senté a su lado y le puse el café enfrente.

-Ahí tiene, su majestad-mi voz tenía un cierto tono de hastío.

Crucé mi pierna y me dispuse a esperar que las cintas pasaran, mostrándonos cualquier cosa que no hubieramos visto en la escena del crimen. Di un sorbo largo a mi café y saqué un cigarrillo de mi pequeño bolso, lo di vuelta entre mis dedos, lo miré, lo volví a girar y busqué el encededor. Y esperaba que no durara mucho, a ver si Takeshi me llamaba justo en el mejor momento de las proyecciones; a mí, como a Steffan, tampoco me hacía gracia tener que compartir mis datos con la Interpol pero eran órdenes de arriba o al menos eso creía; se lo preguntaría a mi jefe en cuanto terminaramos con esto.

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04/08/2008, 12:04
Director

El silencio es la única respuesta que obtienes por parte del teniente, que en cuanto has entrado en la sala, ha pulsado el botón de reproducir para que las cintas empiecen a desfilar ante vosotros, promete ser un rato no demasiado entretenido, no todo en este trabajo iba a ser movido.

Todo parece ir con normalidad, un desfile de gente guapa, de agentes, y gran cantidad de gente que entra y sale de la planta baja del local, a la parte de arriba, sólo acceden aquellos que el guardia de seguridad permite pasar, el criterio de selección parece ser el reconocimiento de la persona, aunque en algunas ocasiones, muestran algo que no se distingue, aunque debe de ser una especie de pase, no hay una excesiva vigilancia, pero tampoco puede subir cualquiera.

En la escena aparece entonces el señor Heller, el cual logra deambula por el lugar un rato, como si estuviera evaluando la posibilidad de algo, y en un momento de descuido, uno muy breve que se produce durante el cambio de vigilante, aprovecha con cierta habilidad para acceder a la planta superior. No hay ni rastro del tipo con sombrero, ni nadie que responda a las características del hombre que buscáis.

No mucho después de que suceda la subida de Heller, veinte minutos y cuarenta segundos después exactamente, varias personas comienzan a bajar las escaleras corriendo y a toda prisa, Heller lo hace al cabo de dos minutos y quince segundos desde que comenzaran las primeras carreras, herido en una pierna, cojeando de manera ostensible, y a los cuatro minutos y doce segundos, Liesel Van Troy también usa las escaleras para llegar hasta esta planta. Ni rastro del tipo anteriormente mencionado.

También observáis la ausencia de un ascensor para acceder al piso superior, y únicamente esa escalera conduce a él, aunque bien es cierto que no te pareció excesivamente grande cuando estuviste allí.

Notas de juego

Tira advertir, contra dif 18, tanto si lo sacas como si no postea normal.

Cargando editor
04/08/2008, 21:19
Madeleine Strindberg

Observo con detenimiento el video, la verdad es que allí no hay mucho más que podamos ver. Excepto que las cosas no cuadran bajo ningún punto de vista: Van Troy sale después de Heller. Y allí vienen muchas interrogantes para mí, aunque no me atrevo a decirle más nada a Schwarz. Intento concentrarme en los detalles, en las miradas y sin duda, a ese Heller las sospechas lo hunden cada vez más. De suerte que aún está en el hospital o de lo contrario, estaría preocupándome. Si hubiera habido otra entrada, el señor Tajmachi no los habría dicho, al menos eso quiero creer. O bien, si no es Heller, quiere decir que el asesino ya estaba dentro. Estoy segura que de ahora en adelante, si la compañía sigue trabajando, tendrán especial cuidado de quién entra y quién sale de sus instalaciones.

Me reacomodo en la silla, las cosas no tienen sentido pero supongo que eso es normal, dada la magnitud del caso. Quizás mi compañero tenga una idea pero preguntarle en este momento es un tanto incomodo, en fin, que lo tengo que hacer. Detengo la cinta y me vuelvo a él.

-¿Qué opina, teniente?

- Tiradas (1)