Partida Rol por web

Te quedas sola en aquella peculiar y fría habitación, la luz blanca que desprende el tubo es incómoda, así como aquellas armas que parecen vigilarte desde su posición, el cristal de la ventana está algo sucio, todo aquello te recuerda por momentos a una de esas estancias de películas de espías, donde nada era lo que parecía, ni siquiera el tenue reflejo de ti misma empuñando un arma.

Esperas un tiempo, pero no pasan ni diez minutos cuando el sonido de un disparo rasga el aire…tras él, un grito de una mujer y unos pasos que parecen penetrar en la cabaña…luego, una voz familiar te paraliza…se abre paso a través de las paredes…

¡KARIN!, ¿DONDE ESTAS?, SOY YO, SOY THOMAS

Me cuesta despertarme, como esta noche he dormido regular…. Annek ya se ha levantado, me visto mirando a todos lados, ¿Dónde estará? No, un arma, mis ojos se abren, la interrogo con la mirada, ¿Qué ocurre? No me asustes Annek. A A donde me…. NO, no quiero la pistola, me da mucho miedo mucho…. Ahh, esta bien, pero no, por favor no…. dios, Annek, no, no me dejes sola, vente conmigo, Annek, vámonos juntas, vámonos…..

Tranquilízate, Annek va a volver, va a volver y nos iremos juntas. Pero esta pistola, aquí, entre mis manos, me sigue dando miedo. Venga, ahora volverá y se la daras. Sí, eso es lo que va a pasar. Asiento para darme valor. Eso va a pasar. UN DISPARO… me quedo paralizada, los ojos muy abiertos, tensa… otra vez, disparos otra vez… no, por favor disparos otra vez no…..¿QUÉ? ¿ESA VOZ?, Thomas, Thomas ha disparado a Annek, oh, no, dios, no.... corro a la puerta, me quedo cogiendo el mango, apretándolo…. Annek dijo que una hora y te marchases….. Pero, es Thomas, puedo confiar en él, siempre lo he sabido, me hubiese podido hacer daño mil veces, me protegió en el cementerio…. es Thomas, está vivo, casi no puedo creerlo…. pero Annek dijo…. cuando sepa que Annek me cuida dejaran de dispararle, estoy segura, Thomas me hará caso, es Thomas… Karin no….. ES THOMAS. Tengo que evitar que disparen a Annek. Ella me ha protegido una semana, él todo este tiempo….. tengo que evitar que le haga nada a Annek…. Thomas, Thomas, estoy aquí, ¡no le dispares! ¡no le hagas daño a Annek! grito mientras salgo de la horrible sala….

Abres la puerta de golpe mientras el sonido de tu voz paraliza la escena que se muestra ante tus ojos, de pie no demasiado lejos de la puerta de entrada con una pistola en su mano derecha, vestido con un mono completo de color negro, de estilo militar, tras él, un cuerpo caído en el suelo, vestido de manera similar y con un impacto de bala en la cabeza.

Sigues la trayectoria de la punta del arma y descubre lo que sospechabas, en el suelo, con la espalda apoyada en la parte trasera del sofá donde descansabas hace pocos minutos, el cuerpo de Annek con una mancha de sangre que le cubre el pecho, a pesar de todo, este se mueve manera rítmica, a unos metros el rifle que sacó de la habitación de la que vienes.

Al abrir la puerta la mirada de Thomas se posa sobre ti…

Su voz, ¡está viva!, está bien, miro a la mujer que agoniza en el suelo, me vi obligado a hacerlo, demasiado tarde la advertencia su advertencia, miro la pistola en la mano de Karin, sorprendido, pero al cruzar nuestras miradas sonrío y me acerco a ella.

Ya estás a salvo digo mientras la abrazo, siento como las lágrima se agolpan en mis ojos, imposible de contener todas, el alivio es indescriptible, me separo de ella, lo siento, siento todo lo que pasado, la miro para asegurarme de que esta bien, tiene que estarlo, la quiero tanto…

Ese diablo de mujer parece preocuparla, giro la cabeza y al hacerlo mi cuerpo se tensiona, un rastro de sangre donde antes estaba aquella que ha eliminado a los que venían conmigo, interpongo mi cuerpo delante de Karin y levanto mi arma…

No puedo creerlo, sus ojos, los sinceros ojos de Thomas, no puedo evitar sonreírle….. oh, ESTOY BRAZANDO A THOMAS, abrázalo fuerte Karin, muy fuerte, temí tanto por ti, te lloré tanto…. me separo a mirarlo, a sonreírle otra vez….todo irá bien, pero… Annek, no, ¡no! no puede ser, ¿tú? ¿le has disparado tú?, mi mirada torna a la preocupación, mirando por encima de sus hombros, Annek, Annek, ¿Dónde está? Quieto Thomas, quieto.

Thomas quítate, yo la buscaré. Aquí no hay nada de que protegerme. Mierda, Annek, no le puede pasarle nada, no, por dios, nada. Me adelanto al cuerpo de Thomas y con la mano le bajo el arma, lo miro fijamente. Me alegro tanto de estar mirándolo, pero Annek…. Quédate aquí. Baja eso. No le puede pasar nada, nada Thomas. Me giro a intentar encontrarla, siguiendo la sangre, hablando en voz alta, estoy llorando, estoy llorando por mi reencuentro, porque sea tan triste, por Annek…. Annek todo está bien, es uno de los chicos que te conté, ¿recuerdas? Uno de los que me protegía el día del cementerio, por favor Annek, perdona que no me haya ido, pero sal, por favor, no te va a hacer nada. Él estaba preocupado por mi, por eso disparó, por favor Annek, voy hacia ti, soy yo, estoy buscándote. Es Thomas, ¿recuerdas que te preguntaba por ese nombre?…. esta angustia, ¿donde estás Annek? Voy mirando a todos sitios, buscándola con la mirada, sin miedo, hablando todo lo alto que puedo, aunque vaya llorando, tiene que oírme, tiene que escucharme, Annek….. No va a hacerte nada, sabe que me has cuidado, por favor Annek, sál, sál que te vea, estoy muy preocupada….. de verdad que no va a pasar nada. No puede pasar nada…. ya no….. tenemos que estar juntos, dios, tengo que ver a Annek, tengo que estar con ella.

Su mano en mi brazo, un contacto al que cedo quedando indefenso, la miro como avanza, con seguridad, con firmeza, entre lágrimas que me parten el corazón, yo sólo quiero verla sonreír, decirle que todo va a salir bien, pero tengo la certeza de que me costará volver a ver dibujada esa sonrisa que tanto he anhelado.

Debo hacerle caso, pero esa mujer…no preguntó, simplemente disparó, jamás le haría daño a Karin, antes desearía la muerte que tal cosa, poco más puedo hacer que permanecer en silencio, angustiado ante la posibilidad de que esa loca la mate, confiar en mi instinto y o en ella, una complicada elección.

Los músculos en tensión mientras elevo una silenciosa plegaria para no haber errado mi decisión.

Dolor, luz y oscuridad se suceden ante mis ojos, tengo frío, otra vez, oigo sus pasos, maldita sea, no he podido protegerla, termina de una vez con esto, los ojos clavados en aquel castaño que reflejaba un odio terrible, estoy cansada, espero que haya huido.

Ese hijo de puta la llama, dios Karin no vengas, no vengas, es una trampa, ¿a quién mejor que a él para enviar a por ti?, el sonido de la puerta al abrirse y su voz se me hace más dolorosa que le herida de bala en mi estómago, aprovecho las dudas de ese hombre para moverme, puede que no me queden más fuerzas, me arrastro hasta quedar protegida por los sillones, extraigo mi pistola de su funda, y la sujeto con la mano derecha, mientras la izquierda aprieta mi piel a través de la sangrante camiseta, siento el sabor de la misma en mis labios, he vuelto a fallar.

La oigo, no me busques, no lo hagas.

Su cuerpo apoyado en la pared y la pistola al final de su brazo extendido, apuntándote, un charco de sangre a su alrededor, roja, intensa, dicen que los es más cuando pasas mucho tiempo en altitud, un extraño pensamiento, Lárgate… no… un tos que pinta carmesí sus labios de manera grotesca.

No te fíes, debiste haber huido, estúpida niña el brazo se desploma pesadamente sobre el suelo y el arma golpea la madera con un ruido sordo, su cuerpo se inclina levemente hacia delante, sus ojos parecen cerrarse…

¿Dónde está? La veo, tiro el arma Annek, por favor dim….. ANNEK. me quedo paralizada mirándola, estoy aterrada… Sus.... sus palabras....me hacen mucho daño, pero estás equivocada Annek, te lo demostraré….. corro hacia ella, no…. no….. ANNEK… me inclino a su lado, llorando más….. Annek, Annek intento comprobar si tiene pulso, si respira, ¿Qué hago dios mío? Por favor, que me diga algo…….

Un médico, pero ¿a cuál puedo llevarla? Me va a matar, pero tiene que verla un médico. ¿un hospital? ¡Thomas! ¡ven! Ayúdame, tenemos que llevarla a que la curen. Sigo llorando, pobre Annek. Espero a tenerlo a la vista. Dios, estoy mirando a Thomas, ojalá me consolase, pero Annek está demasiado mal. Con cuidado, hay que cogerla y llevarla al coche, creo que está inconsciente.

Maldita sea, acudo a la llamada de Karin, pistola en mano que enfundo al ver la situación, no me parece una buena idea, pero tampoco es cuestión de dejarla morir, parece que a ella le importa, y después de todo, no soy un asesino.

Tranquila, la ayudaremos, se donde podemos llevarla le digo devolviéndola la mirada con seguridad, me acerco a ella, un vendaje en la mano, el pelo corto, manchada con la sangre de aquella mujer, diferente, parece tan lejano aquel último beso que me regaló, sus lágrimas no hablan de debilidad, sino más bien de todo lo contrario, recojo a la mujer con delicadeza, su herida pinta mal, pero hay que intentarlo.

¿Hay algún vehículo en el que pueda ir tumbada? le pregunto mientras vuelvo a mirar aquel hermoso azul empañado por el dolor, Todo va a ir bien, estamos juntos Karin, todo saldrá bien

¿Sabes a dónde….? Lo miro esperanzada, pero también asustada, nunca llegué a imaginar que pudiese saber algo así…. La coge, menos mal, yo con la mano y el pie mal no puedo aportar mucho. Dios, es Thomas….. En…. En una habitación que hay he visto un todoterreno, sígueme, tengo las llaves. Annek me las dió para que huyera y no le hice caso, pero estoy segura de que no me equivoqué, ojalá ella llegue a saberlo….. por favor…. se tiene que curar…. Todo saldrá bien…. no sé Thomas, ya no sé, recuerdo cuando pensaba eso…. pero ya….. Me quito las lágrimas con el brazo. Aguanta Karin.

Voy delante, cojeando otra vez, uf, encima…. Miro constantemente hacía atrás, viendo como van. Por aquí. Si supieses lo que pasó en esta habitación Thomas…., me recorre un escalofrío. Dios, los delaté. LOS. Trago saliva…. No está aquí….. ay,… ay, lo miro, completamente aterrorizada por la posible respuesta, me falta el aire…. Thomas, ¿Dónde….. Josef?

Detengo por un momento mis pasos, he escuchado la pregunta, pero no quiero responder, sin embargo lo hago, No lo sé, nos separamos en el cementerio, respondo despacio, no pienso decirle que probablemente esté muerto, que gracias a él yo sigo vivo, no hasta que no tenga la certeza de que lo está.

Pero estoy seguro de está bien es un deseo sincero ese que pronuncio mientras deposito el cuerpo moribundo de la mujer que ella llama Annek, la sangre lo mancha todo, miro a Karin, su cara, yo pensaba que la estaba ayudando, que nuestro reencuentro sería de otra manera, temí no volver a verla.

Yo conduciré, no se te ve demasiado bien, ¿qué sucedió después de marcharte? un intento de distraerla, de mantener nuestra mente en otro lugar, rozo su manos, el contacto de su piel, esta mujer no debe morir, no, no lo hará.

¿No lo sabe? Bajo los ojos, muy muy triste…. Me voy a echar a llorar, cuanto tiempo más durará esta agonía? Pero si Thomas esta vivo…. Hay esperanza, la hay Karin, que estéis juntos lo demuestra. Por favor, que Josef este vivo. Suspiro, ten fuerza, piensa en Annek.

Al darle las llaves siento nuestra conexión, casi no puedo creer que esté aquí. Le asiento con la cabeza, sí, que él conduzca. Iré detrás con ella. ¿Qué te diga que pasó? ¡Encima! Me enfada lo que dice, no Thomas, no te voy a decir nada hasta que no me lo digas tú. No, eres tú el que me va a decir lo que sucedió, lo que sucedió todo ese tiempo que pensé que eras un violinista, explícame por qué una desconocida ha tenido que revelarme cosas de mi vida que por lo visto tú sabías. Sé que mi tono es duro, pero me da igual, él me lo va a decir a mí. Sólo faltaba esto. Relájate Karin. Miro a Annek, medio muerta, otra vez estoy en vilo por la vida de alguien, otra vez sin entender por qué ha tenido que pasar algo así. Le aparto el pelo de la cara, mirándola preocupada…. Aguanta Annek, vamos, tienes que aguantar…. Levanto la vista, lo miro a los ojos por el espejo retrovisor. Mi mirada no es enfada, pero es firme. Puedes empezar.

La débil respiración de aquella mujer contrasta con la explosión producida por parte de Karin, siempre pensé que tenía carácter, mucho más del que aparentaba, siento no haber podido explicarle nada, entiendo su enfado, ojalá nunca hubiéramos tenido que pasar por esto, todo iba bien, todo empezaba a ser maravilloso.

Conduciendo deprisa por un camino que simplemente se intuye, casi por inercia y apremiado por la vida que se escapa de Annek, así era como se llamaba, suspiro sin saber bien lo que decir, sin poder darle ninguna explicación lógica, sin querer proferir una disculpa que está fuera de lugar, puesto que no la entendería.

Soy un violinista, todo lo que te ha sucedido, todo hasta aquella mañana, era cierto, mi labor en un principio era protegerte, lo mismo que la de Josef, pero nunca hemos intervenido o hecho algo que no sintiéramos el temor de que piense que lo que siento por ella no es sincero nubla mi forma de expresarme, de las cosas que debo decirle, Era mejor que no supieras nada, no era necesario, antes hubo otras como tú que nunca supieron de su capacidad, y como ya has comprobado, vivieron más felices, palabras duras y ciertas, difíciles de asimilar pero reales, querrá más explicaciones, pero es todo de momento, urge llegar a nuestro destino, piso el acelerador.

Los árboles se deslizan veloz y peligrosamente ante nosotros, hasta que finalmente salimos a una carretera asfaltada, no en muy buen estado, pero mucho menos peligrosa.

No me vale, lo siento pero no me vale. ¿Esto me va a decir? Un violinista no dispara Thomas. Tono muy enfadado. Sigue ocultándome cosas y me enfada tener que preguntárselas. Mierda. Sí, mucho mejor que no sepa nada, así cuando pasan cosas que no entiendo, pues no se lo digo a nadie y vienen a matarnos a un cementerio, mucho mejor, donde va a parar. Como Josef muera por mi culpa….. pensar que mi madre estuvo a punto de quedarse en el cementerio…. Ni a mis padres, todos en peligro por culpa de…. Pufff. Sentirse con derecho a decidir sobre mi vida de esa manera. Y él, ¿Cómo pudo? Bajo la vista, todo me decepciona, todo. Me coloco de rodillas en el suelo del vehículo, con la espalda hacia la parte del conductor, mirando a Annek. Nada es como yo pensaba. Es un desconocido, todo es mentira, pensar que quería que estuviésemos juntos…. Las lágrimas afloran otra vez, siento un dolor casi físico, mejor que no me vea. Mi pecho sufre y…. Annek, ay, Annek.

Le agradezco que este conduciendo con tanto cuidado y a la vez tan rápido, pero poco más. El cambio de carretera le vendrá bien, un mínimo de alivio, por fin. Me siento más unida a Annek que a Thomas, es surrealista. Tienes que curarte, así podré gritarle. Y si hace falta, irnos juntas.

Un violinista hace lo que tenga que hacer respondo y luego me concentro en la conducción, estoy seguro de que Kristana nos ayudará, eso espero, el tiempo transcurre lento y la carretera cada vez en mejores condiciones, el silencio comienza a ser un tanto opresivo, y tras casi media hora un pequeño pueblo se abre ante nosotros a la orilla de un lago.

Hallstatt reza el cartel en la entrada del hermoso pueblo alpino, es como uno de esos pueblos que siempre aparecen en la imagen mental de la gran cordillera, reduzco la velocidad mientras voy dejando atrás la calle principal buscando la iglesia al final de la misma, casi en la misma orilla del lago, aparco el coche justo en la parte de atrás, donde hay una pequeña casa.

Espera aquí digo a Karin antes de bajar del coche, miro la puerta de la casa, una placa donde el nombre de Doctor Biedrins, si está me ayudará, odio que no hablemos, ¿por qué cojones ha tenido que pasar todo esto? volveré enseguida casi de un salto me encamino hacia la puerta.

El rostro de Annek ha perdido todo color, su respiración es muy espaciada y débil, la sangre ha manchado gran parte de la tapicería de moqueta del vehículo, sus ojos cerrados y sus manos apoyadas sin vida en el suelo la asemejan más a un cadáver que a otra cosa, hace frío, no llevas abrigo y la temperatura de la tarde que se pierde empieza a ser bastante desagradable.

No pasan ni cinco minutos cuando la puerta por donde se perdió Thomas vuelve a abrirse y él sale de la misma acompañado de una mujer, mayor que él, más cercana a los cuarenta, pelo rubio oscuro, ojos azules, un gorro de lana sobre la cabeza y ropa abrigada.

Ambos avanzan con rapidez hasta el coche y abren la puerta trasera del mismo, Thomas te mira e inmediatamente sientes unos ojos fríos que te observan de manera distante, él recoge el cuerpo de Annek con cuidado, Ella es Kristana, dice mirándote, y ella es Karin, mira ahora a la recién llegada, pero luego vuelve a ti, Es médico, la ayudará

No me fastidies Thomas, no me fastidies. Ni me vuelvo ni le contesto, no tengo ganas. Caen algunas lágrimas, pero me las quito sin hacer ruido. No me creo nada ya, nada. El silencio no me consuela, pero eso no importa ahora. ¿Quedará mucho? Me estoy desesperando. Un poco más Annek, por favor….

Las dos solas otra vez, ay, no te mueras, Annek. No consigo que las lágrimas dejen de deslizarse, mirando su rostro, buscando la más leve mejoría, algo que me indique que hay esperanza. Para cuando vienen, estoy muy muy nerviosa, muy preocupada, me han parecido años, el frío que hace me da igual, sólo una cosa es relevante. Veo como se acercan, gracias al cielo... Con…. Con cuidado por favor…. ….la voz delata lo mal que lo estoy pasando …Enc… encantada señora. Por favor… Cálmate Karin, es médico. El alivio de que sea medico hace que quiera relajarme a llorar mucho más, pero no puedo, tengo que aguantar.

Asiento con un breve movimiento de la cabeza a las palabras de la nerviosa chica, la sangre que lleva encima no parece suya, se la ve joven, miro por un momento a Thomas, su expresión al hablarme de ella antes, su angustia, ahora comprendo que no es sólo por la mujer herida.

Le sonrío con dulzura, un intento de tranquilizarla, tendiéndole la mano para que baje del coche, pero no debo perder el tiempo, mis ojos se centran en la persona que yace entre los brazos de aquel chico, analíticos y apasionados, parece grave, le tomo el pulso en el cuello mientras andamos, débil, demasiado, y aquí todo es demasiado precario.

¡Viktor! llamó en un grito antes de entrar en la casa, al poco aparece en la puerta, pequeño y con cara de no haber roto un plato, de no más de diez años, rubio y de ojos claros, encantador cuando quiere, mirada ausente, Ve corriendo a avisar a Wolf y Annie, diles que dejen lo que estén haciendo, que los necesito sin más dilación lo veo partir, no es la primera vez, no le asusta la sangre, está acostumbrado a ella.

Entramos en la casa y le indico a austriaco la habitación del fondo, allí, un improvisado quirófano suficiente para lesiones no demasiado graves, suficiente para un pueblo pequeño, la deposita en la camilla, me giro hacia los dos.

Thomas, salid de aquí, enseguida vendrán quien me ayude, llévala a la cocina e intenta que se tranquilice no parece estar en muy buen estado, debería tomarse un calmante, luego se lo daré.

Los nervios de Karin, esa congoja en su mirada, me siento roto, vacío, siento haberle causado todo esto, pensé que estaba en peligro, maldita sea, siempre lo ha estado, siempre lo ha estado, y me relajé, y por eso, Josef me advirtió, pero fui un estúpido, debo redimirme, debo encontrarlo, no puede estar muerto, y esta mujer tampoco debe morir, no puede hacerlo.

La suelto con delicadeza en el lugar que me indica Kristana y luego, con un movimiento afirmativo de mi cabeza me doy media vuelta para encararme con Karin y sacarla de la habitación, no me importa que no quiera, pero ella parece haber comprendido, me alegro, eso significa que aún se mantiene con un mínimo de fuerza.

La tomo de un brazo, suavemente, casi sin mirarla, hasta llevarla a la habitación contigua, le indico un sillón para que se siente, cojea, su brazo, su mano, parece que viene de la guerra, me acuclillo frente a ella, mirando sus ojos llorosos, trago saliva, le toma la mano sana, sintiendo el contacto de su piel, deslizando mis dedos entre los suyos, sin perder su mirada.

Karin, lo siento apenas un susurro, lo sentía tanto que era incapaz de expresarlo, en silencio siento las lágrima agolparse pidiendo paso, unirme a ella en su lamento, por todo lo sucedido, por los que no están, por lo que deben seguir.

Mi misión era vigilarte, estar atento a una posible manifestación de tu supuesto poder, ni yo mismo sé a que se referían con eso, pero, me gustaba mi vida como músico, soy músico aprieto la mandíbula frenando el llanto, relajándola en una esquiva sonrisa reemplazada por un gesto más acorde con las circunstancias, circunspecto, y además Karin, me enamoré de ti no es el momento ni el lugar, el mayor error que he cometido, el más dulce sabor que he probado, complicada simplicidad el amor, inevitable.

Me dejo llevar, bajo del coche, todo tiene que ser ya, ¡Reacciona Karin! Bajo como puedo, uff, el pie otra vez. Los sigo a la casa, ¿Van a operar a Annek ahí? Ay, por dios….. miro preocupada, pero no voy a protestar, esta mujer quiere salvarla, lo he visto en su mirada.

En la cocina, sí, vayamos, allí no molestaremos. Siento como entro en calor, estoy más calmada, Annek está con un médico, luchará, la conozco, si hay alguien que tenga fuerza es ella. Está en forma, nos sacó del lago y luego…..

Mirando a mis manos veo como otras se entrelazan con una mía, es una unión dulce, tierna, sentida, sólo puede ser una persona, casi sonreiría. Levanto la vista, su disculpa me lo corrobora todo, él también está pasándolo muy mal. Lo miro, como si fuese la primera vez desde el cementerio, puede que la sea. No podía saberlo y desde que lo ha sabido, a hecho todo lo posible por arreglarlo. Te lo prometo Thomas, no te culparé pase lo que pase. Supongo que creía que hacia lo correcto ocultándome esas cosas, como todos, pero me siento traicionada, todo el mundo en peligro por mi culpa, por eso que no sé ni que es, él lo llamo capacidad pero para mi es una maldición.

Y entonces, llega la luz, sus palabras consiguen que deje de llorar, veo sus labios mientras me nombra. Karin, me enamoré de ti ¿Cómo puedo sentir algo parecido a la alegría estando tan triste? Miro sus ojos, también tienen miedo. Otra vez tu y yo, juntos ¿Podremos intentarlo alguna vez? ¿Podremos? No me importa, sólo me importa verlo ahora, tenerlo aquí, vivo, mis lágrimas lo corroboran. Separo mi mano, dejando las suyas en mi regazo y le acaricio la cara, le sonrío, me alegro de estar junto a ti. Necesito estarlo más, acerco su cara hacia mi, me inclino a la vez y rozo mis labios con los suyos unos segundos sin ver nada, sin sentir dolor, un beso muy tenue, pero beso al fin y al cabo. Me separo y lo miro de nuevo, no me he despertado, no es un sueño. Apoyo mi frente en su hombro, mi mano vuelve a unirse a las suyas, no quiero dejar de estar así nunca. Lo siento muchísimo Thomas.