Partida Rol por web

Náhoda či Dopuštění

Viena, el principio

Cargando editor
23/05/2008, 11:08
Karin Salzgeber

Miro sus ojos, otra vez esta sensación: no nos entendemos, no nos comunicamos, no sé por qué, me duele mucho. Intento tranquilizarme, diciendo cosas que no siento no voy a ningún sitio, bueno, a uno en el que hago daño a Thomas y ahí no quiero volver nunca más. Me sorprende estar mucho mas mentalizada que él a mi propia muerte, pero eso es lo que parece, él no sabe que en su momento decidí que no quiero vivir a costa de ciertas cosas. Aunque lo entiendo, si a mi me hablaran de la muerte de Thomas…. tampoco creo que lo soportase…. Me consuela que nos queramos así, empiezo a entender la decisión equivocada que ha tomado, aunque creo que yo nunca la hubiese tomado por él. No, las tuyas lo ponen en peligro Karin, lo delatan, mucho mejor. Me muerdo el labio, por dios, que ciega he estado.

Su abrazo es mi mejor medicina, su arrullo, le correspondo aunque con menos fuerza por seguir dolorida, calma las lágrimas. ¿Por qué está pasando todo esto? ¿Tiene que ser así? ¿Por qué? Sólo quiero quererlo y que él me quiera a mi. Estar así siempre. Pelearme con él porque siempre me quiera invitar en el cine, dios, si pudiera pelearme por eso. Las lágrimas brillan de nuevo, ellas también quieren y se van porque saben que no va a pasar. Como yo.

Me separo a mirarle, menos mal, me equivoqué, su rostro vuelve a ser el de mi amado Thomas. Te pido disculpas por lo que he dado entender, bueno y por lo que he dicho. Sí que confío en ti, siempre lo he hecho, siempre con razón pero te escuché reconocer que me entregabas a alguien y deje de pensar, sentí un miedo que…. me cegó. No soporto la sensación de que pasan cosas a mi alrededor que ponen en peligro todo y ser la última en enterarme, al pensar que tu me ocultaste cosas… exploté. Siento tanto haberle dicho lo de que no me quiera. Thomas, no sé nada de lo que va a pasar en apenas unos instantes, sólo sé que necesito mirarte a los ojos y estar tranquila sabiendo que entre los dos lo superaremos, pero tengo que formar parte, aunque sólo sea asintiendo con la cabeza a lo que digas. Sólo tenemos eso en realidad, no sabemos si las decisiones serán correctas, pero, por lo menos las tomaremos juntos. Miro tus ojos, queriéndote tanto, tanto que me duele. Los hombres que vienen, son los que me han cuidado todo este tiempo, ¿no? ¿Por qué de repente pensaste que no podíamos esperar? ¿Está pasando algo? Mi promesa, no les pasará nada a las personas de esta casa. Por mi culpa no. Te lo dije, si me tengo que ir a cualquier sitio mientras Annek se recupera, para que tu familia no esté en peligro, lo haré sin rechistar Thomas,… bajando la mirada y casi en un murmullo, acabo la frase…. aunque sea a Zaire. Trago saliva. Busco sus ojos de nuevo, ojalá tengan esperanza.

Cargando editor
23/05/2008, 12:13
Thomas Krankl

No, no son los mismo, son los que te buscaban al principio, gente que no saben de tu poder, gente que te puede enseñar a usarlo, no a ocultarlo, los únicos que me ayudaron a encontrarte, pero no te harán daño, los que te cuidaron, no han contactado conmigo, yo tampoco he podido hacerlo con ellos no más mentiras, sólo la verdad, así lo ve, que sea lo que tenga que ser.

Eso significa que o bien están muertos, o que no saben donde estamos, lo cual nos deja una delicada posición, porque hay otra gente, que te busca para matarte, no se quienes son ni porque quieren hacerlo, por eso creo que ir con los primeros es una mejor opción, por lo menos para sobrevivir, luego veremos lo que pasa, tengo fe en los que te ha protegido siempre la miro serio, no se trata de una broma, ni de un juego, ni nada, sé que lo sabe, por desgracia lo sabe.

Ellos nos han localizado, los que querían matarte, vienen a por nosotros, a por ti, tenemos que irnos, recibí un mensaje, los “pacíficos” nos recogerán en unos minutos, tengo lo necesario preparado tristeza en mis ojos, la beso un instante, intentando transmitirle una fuerza que me cuesta encontrar, Todo va a ir bien, estamos juntos aprieto su mano, y luego la suelto, pero sonriendo.

No hay tiempo que perder, abajo está Kristana, ve con ella, te dará comida, y no te preocupes por la mujer, ella la cuidará, recojo unas cosas y nos vamos

Cargando editor
23/05/2008, 13:04
Karin Salzgeber

Intento hacerme un resumen mental de todo lo que me revela, ¿Cómo ha podido ocultármelo? Respira Karin. Se nota que ahora sí que no puedes hablar más de esa decisión. Conforme lo escucho empiezo a ponerme nerviosa, pero me alegro, tengo que saberlo. Como pensé en su día, saber por lo que puede que muera.

Parece que hay tres bandos, unos querían protegerme y dejarlo todo en secreto, otros matarme y otros que use la maldición esta. ¿Por qué no se habrán puesto en contacto con él? Espera, algo sé, algo que me dijo Annek. Quieren matarme porque soy una especie de…. llave y no quieren que ayude a abrir una puerta. Dios, me voy con los que quieren abrirla. Abro mucho los ojos, ¿LOS OTROS SABEN QUE ESTAMOS AQUÍ? Empiezo a temblar, pero no tengo tiempo para nada más, miro su rostro y rezo, que nunca nos separen. Su beso hace que sienta más miedo a perderlo, no puede pasarnos nada, tengo lágrimas en los ojos, no depende de nosotros. Correspondo a su mano, estoy aterrorizada Thomas. Aun así, asiento a todo, vámonos rápido que no pase nada en la casa, no por dios, ponte en marcha. Sólo quiero estar abrazado a él. Pues te aguantas.

Bajo las escaleras, ay Karin date prisa, a la mierda el pie y su dolor. Al llega a la planta baja veo a Kristana salir de un cuarto en el que se entreve una camilla, la miro significativamente ¿Annek?... ¿puedo ….un segundo? sólo uno, lo prometo. Me asiente, Gracias, mil gracias de nuevo. Ella va hacia la cocina. Entro rápido, la miro postrada, pero está mejor, tiene color, mucho mejor, me alegro de irme con esta imagen de ella y no con la otra. Sonrío, sabía que ganarías. Ojalá vuelva a verte. No tengo tiempo para más. Me giro y me marcho. ¿Cómo puede darme pena?

Al salir, vuelve el pánico, este pánico me está matando. Voy hacia la cocina, está ella, preparando la comida como él dijo, no hay rastro de Víktor, mucho mejor. Kristana, siento si os he puesto en peligro, de verdad, a todos. A Thomas. Yo… quiero que sepas que daría lo que fuese para que no estuviese pasando esto. No puedo hablar de esto, las lágrimas acuden, dios mío que miedo, todo por mi culpa. La miro, no quiero ponerla más en peligro, no voy a hacerlo, no le voy a decir nada que no sepa. Con la voz quebrada, continuo… Si tú… si sabes a donde voy, por favor, díselo a Annek, si no…. dile que…. que gracias, Aún llorando, sonrío al recordar algo, por cierto, tiene muy, muy mal genio.

Cargando editor
23/05/2008, 17:52
Kristana Biedrins

Kristana deja por un momento aquello que está haciendo, y se vuelve hacia ti, sus ojos son azules, como los tuyos, pero más parecidos al color del mar, más profundos, quizás sea por su edad, pero emanan comprensión, se acerca a ti, colocando su mano en tu hombro, Mi niña, nada de lo que pasa es culpa tuya, ni nada de lo que pueda pasar, te mueves con ella hasta que te sienta en uno de los altos taburetes junto a la encimera donde estaba terminado de preparar un par de bolsas de comida.

Hace nueve años, justo antes de que naciera Viktor, estaba ya de ocho meses, se me antojo uno de esos Strudel, era tarde, ya habían cerrado la pastelería, pero mi esposo, Carl, el único hombre al que he amado de verdad, el amor de mi vida, se ofreció a ir a por uno, conocía al marido de la pastelera, aquí todos nos conocemos, traga saliva, pero sigue mirándote, nunca volvió, un coche lo arrolló y lo mató, en el volante no iba un borracho, ni un delincuente, ni un loco, sólo un amigo suyo, del pueblo, alguien con quién iba de caza y jugaba al hockey, simplemente no lo vio, ni siquiera iba rápido, pero al caer por el impacto, se golpeo la cabeza, baja la mirada, entreteniendo las manos en cerrar la bolsa, Siempre me he culpado, en mi fuero interno, siempre lo he hecho, pero, en realidad, nadie tuvo la culpa, algunas veces, hay cosas que suceden, quise morir, todos los días, el único culpable, es el que no es capaz de levantarse y luchar por aquellos que quedan, que nos quieren, que nos necesitan, recordar a los muertos sin olvidar a los vivos, se fuerte mi niña, más que nadie en el mundo te tiende la bolsa, y se da media vuelta mirando a la ventana.

Buena suerte, yo cuidaré de Annek

Thomas te espera en la puerta, un par de mochilas, no muy grandes, de las cuales te tiende una, por el peso, parece que hay algo más aparte de la ropa, te pide la comida y grita un fuerte adiós, despidiéndose del lugar donde siempre termina regresando, de su hogar, os miráis, no hace falta hablar, juntos, siempre juntos, la puerta se abre y la suave luz del amanecer proporciona una agradable calidez, la iglesia esta frente a vosotros, así que cruzáis la plaza, justo en el momento en el que Thomas te detiene poniendo la mano a la altura.

Notas de juego

a la escena Plaza de iglesia, Hallstatt

Cargando editor
16/06/2008, 11:21
Director
Sólo para el director

Llegada de Liesel Van Troy desde Chemnitz.

Cargando editor
16/06/2008, 11:26
Director

Hace apenas media hora, la famosa modelo y actriz Liesel Van Troy, disfrutaba de una importante sesión fotográfica que relanzaría su carrera de nuevo, sus hijos la observaban jugueteando de manera totalmente ajena al horror que se desencadenó en apenas unos segundos. Ahora, conducía el coche de un desconocido en dirección a una ciudad casi desconocida, buscando un nombre, uno que no había oído en su vida.

A veces las cosas suceden sin más, los locos estaban en las noticias todos los días, ella misma había sufrido algún que otro acoso menor por parte de algún admirados, pero esto, esto era muy diferente, ese hombre había querido matarla, sin importarle a quien se hubiera tenido que llevar por delante en el intento.

La joven modelo conducía incansable, dejando atrás ciudades como Praga y Brno, las rápidas autopistas fueron quedando atrás, teniendo que internarse por carreteras menos fiables en la antigua Checoslovaquia, y tras una parada para repostar y comprar comida, y otra más para descansar un poco, pues la ruta tenía casi quinientos kilómetros, unas seis horas de viaje más o menos, lo cual, para una persona que apenas había conducido en su vida, eran una buena cantidad.

La lluvia que la acompañó durante el camino hizo que su concentración fuera extrema, evitando a su mente vagar por derroteros que nada bueno le reportarían, cansada, con la noche cerrándose tras ella, con su ropa aún manchada con algunos rastros de sangre, las luces de Viene la reciben.

Notas de juego

jajaaj, no entiendes el oju, suena en un idioma raro, y si, es un coñazo de canción.

Cargando editor
18/06/2008, 15:53
Liesel Van Troy

Liesel llegó a Viena sin poder apreciar la belleza de la ciudad. Lo que hizo inmediatamente al entrar fué parar en un puesto de prensa y buscar una guía telefónica. Al comprarla, de nuevo se atrincheró en el coche , aparcado en una zona apartada aunque no marginal, y empezó a revisarla en busca de un nombre: Josef Herzog...

Cargando editor
18/06/2008, 23:07
Director

No tuvo ningún problema para realizar su cometido, pero había demasiados Herzog en la guía de Viena, demasiados, así que procedes a intentar localizar a ese hombre, pero tras varios intentos infructuosos, la desesperación empieza a apoderarse de ti, el cansancio se hace mucho más acusado.

Entonces, cuando te dispones a realizar algún nuevo intento, es tu móvil el que suena, un número desconocido aparece en pantalla.

Cargando editor
20/06/2008, 12:50
Liesel Van Troy

Con la frente apoyada en el volante del coche, los ojos hinchados de llorar y aguantarse las lágrimas y la desesperación a flor de piel, Liesel coge el teléfono.

- ¿Quién es...? - pregunta sin mucha energía, haciendo algún que otro aspaviento por el llanto.

Cargando editor
20/06/2008, 13:25
Móvil

Herzog dice una voz masculina al otro lado de la línea Vaya en media hora Burgtheater, espéreme en la puerta lateral, sus palabras suena firmes.

Ah, y una cosa más, deshágase de su teléfono de una puta vez, o tardarán lo justo en localiza, y lo mismo con cualquier otra cosa que pueda identificarla, su coche, y no use las tarjetas de crédito, sea buena y no me llegue tarde a su cita tras lo cual, cuelga.

Notas de juego

puedes describir los alrededores del lugar y tal si quieres al llegar. Es de noche, pero el sitio esta bien iluminado y no es muy solitario.

Cargando editor
26/06/2008, 10:03
Director

La joven modelo arranca el coche y se dirige al lugar de la cita, el hermoso teatro de la capital vienesa destaca con su modesta iluminación en la noche que ya se cierne oscura, hace frío, aunque no más que su ciudad natal, pero la salida a la carrera tras los dramáticos acontecimientos no ha permitido que llevara ninguna ropa de abrigo, y ahora es que realmente empieza a sentirlo al bajar del coche y encaminarse al lugar de la cita.

Desde luego podía ser una trampa, pero las opciones que tenía no eran demasiadas, algunas personas se cruzan en el camino de la chica, a la que miran con cierta extrañeza, aunque ninguno parece dar muestras de reconocerla, vestida con el traje recién estrenado para la campaña publicitaria, el maquillaje bastante desmejorado por las lágrimas, y la ansiedad por la ausencia de sus hijos.

Cuando alcanzas la zona de la “cita”, caminas unos pasos a su alrededor, sin saber bien a quien buscar, a los pocos minutos una voz habla a tu espaldas.

Cargando editor
26/06/2008, 10:03
Josef Herzog

Liesel Van Troy, modelo y actriz, eso es lo que eres en este lugar, para mí, o para Kurlowitcz, eres un peligro que debe ser salvaguardado, y en caso de que fuera necesario, destruido al volverte, un hombre joven, de mirada azul intensa y gesto entre divertido y contrariado, ataviado con esmoquin y abrigo largo azul oscuro.

Soy Josef Herzog, no he tenido tiempo para cambiarme de ropa, vengo de una fiesta no te tiende la mano, simplemente te mira descaradamente, su sonrisa se amplía mientras se quita el abrigo que te tiende. Me gustabas más en ROAR que ahora, no sabes como me ponías cada vez que salías en el episodio de turno, te veo algo delgada, joder, quien me iba a decir que iba a conocer a Liesel Van Troy, hace un ademán para que lo acompañes.

¿Qué te ha contado tu querido amigo?, ¿y por qué estás aquí?,

Notas de juego

bueno, te he acelerado la escena, pero ya no lo haré más veces, tu turno.

Cargando editor
14/07/2008, 12:11
Liesel Van Troy

Liesel se sobresaltó al oir al hombre... No puede evitar apartarse en unos pasos de guardia de Herzog tras oir lo de que tenía que ser destruída.

- Me dijeron que te buscara... Que me ayudarías... No sé qué hago aquí... Una persona en quien confío me dijo... Que... - los labios le tiemblan y mira con desconfianza al hombre, como un animal acorralado... El nerviosismo siquiera le deja concluir la frase.

Cargando editor
14/07/2008, 13:39
Josef Herzog

Lo que haces aquí es algo complicado de explicar, pero trataré de darte algunos detalles dice mientras extrae de su bolsillo un cigarrillo, lo sostiene entre sus dedos, y luego lo enciende con calma.

Alguien te busca porque posees algún tipo de “poder”, si ya se que suena extraño y que probablemente no me crees, pero es la verdad, no sé de que poder se trata ni como usarlo da una calada y se acerca un paso más a ti para no levantar tanto la voz.

Quien te busca es una especie de organización secreta, de esas que sólo son leyendas, y han contratado a un asesino para matarte, un tal Templario, aunque no puedo decirte mucho sobre él se pasa la mano por el pelo, en un gesto nervioso. Por otro lado estamos Kurlowitcz, yo, y algún otro que somos los encargados de protegeros, pero las cosas no nos van demasiado bien últimamente, frunce el ceño Hay más como tú, y hemos perdido el contacto con dos de ellas, por eso es importante que confíes en mi, porque yo solo no puedo protegerte, ya no, y Kurlowitcz se encarga de tus hijos levanta sus cristalinos ojos azules buscando el verde de los tuyos que brilla ligeramente en la oscuridad.

Liesel, mírame, tienes que ser fuerte, hay dos opciones tal y como yo lo veo, podemos ir a la poli, a alguien importante, podría arreglarlo, o bien intentar ocultarnos durante un tiempo e intentar contactar con alguien que nos dijera algo más sobre tu “poder”

Cargando editor
18/07/2008, 09:54
Liesel Van Troy

Liesel se echó las manos a la cabeza con los puños cerrados y de nuevo los ojos empañados por las lágrimas. Nada de eso tenía sentido... ¿Un poder? ¿Sería aquello de ver... Lo que vió? Lo sintió tan claro, se puso tan cerca del alma humana... ¿O eran las alucinaciones de ese momento...?

- A veces creo que me ves el alma... Nunca me han querido tánto por mí mismo... Pero cuando te ví supe que tú eras especial y que estábamos hechos el uno para el otro...
- Yo también lo sabía, Ethan...
- Ojalá el destino se portara siempre tan bien...

- Kurlowitcz... ¿Quién es...? - ahora lo veía todo borroso, confuso - Poder... ¿Cómo que un poder...? Eso es un disparate... Tiene que serlo... Si hubiese tenido un poder... No habría dejado que él muriera... - profirió un sonido lastimero con la garganta, sin llegar a abrir los labios... Algo parecido a un sollozo.

Cargando editor
21/07/2008, 09:15
Josef Herzog

Aquello era inútil, esta mujer no está preparada para afrontar nada, por lo menos en este momento, y él tampoco se encontraba en condiciones de brindar un consuelo que parecía necesitar, no eran la pareja de baile más adecuada, pero no tenía otra alternativa, por lo menos durante esta noche, ya había cometido demasiados errores con Karin, no los repetiría.

No se a quien te refieres cuando dices que habrías podido salvarlo, pero no todos los poderes son capaces de ayudar a la gente, de hecho la gran mayoría son usados más bien para dañarla me acerco un paso a ella, pero manteniendo aún una distancia de casi un metro, Ray Kurlowitcz, tu “guardián”, el encargado de velar por tu seguridad, y puesto que estás viva, ha realizado su trabajo correctamente, pertenecemos a un grupo de gente cuya finalidad es esa, que las personas que tienen algún tipo de “don”, sean protegidas en caso de que este despierte, pues hay otros que no dudarían gustosos en usaros para sus propios fines demasiada información, no me siento seguro en este lugar.

Liesel, debemos descansar durante esta noche, ir a un hotel y mañana pediré ayuda, ¿de acuerdo?, podrás preguntarme más cosas, pero no aquí, no me siento tranquilo del todo da una última calada al cigarro y lo arroja al suelo, pisándolo para que se apague.

Cargando editor
21/07/2008, 13:23
Liesel Van Troy

¿Cómo era posible lo que el hombre decía? ¿Poderes que se pudieran usar con malas finalidades? Era algo horrible lo que estaba escuchando... ¿Tanta maldad había en el mundo en que nacieron sus preciosos Ethan y Johanna...?

¿...Será verdad...? Tú y yo, Ethan, siempre creímos en los cuentos de hadas...

Pero si su poder era lo que había experimentado cuando creía que moriría, si era cierto, habría podido hacer algo por Ethan... Y eso era lo que no le dejaba moverse de momento... ¿Realmente era aquello posible? ¿Un poder capaz de salvar al amor de su vida había despertado demasiado tarde...?
Tragó saliva, secándose las lágrimas delicadamente con el dedo índice, y con aquella mirada lastimera y quebradiza miró a Herzog.

Quiero Verte... Quiero saber realmente quién eres...

Cargando editor
21/07/2008, 17:43
Josef Herzog

Los ojos verdes de la modelo, aún algo nublados por las lágrimas, enrojecidos por el llanto, pero aún así verdaderamente hermosos y sinceros, se clavaron en la mirada provocativa y de cierto hastío que reflejaban los de Josef Herzog.

Aquello volvía a sucederte, aquella distorsión de la realidad, como si todo se volviera translúcido y pudieras ver el interior de cada persona, y detrás de aquella sonrisa que pretendía ser de ánimo, anidaba una inmensa sensación de tristeza y soledad, ese sentimiento te golpeo con fuerza, notándolo casi de manera física en tu pecho, impidiéndote casi respirar, empiezas a tener que luchas por cada bocanada de aire.

!LIESEL! un grito en la lejanía, angustia, la nitidez de las cosas regresa, tus piernas flaquean, el contacto de unos brazos que te sostienen, cierras los “ojos” para ver el rostro que antes tenías lejos, y ahora aparece junto a ti en tan solo un parpadeo, o eso es lo que te parece.

Cargando editor
21/07/2008, 18:00
Liesel Van Troy

- Oh... Dios mío... - aún no había salido de su estupor cuando lo decía, con lágrimas en los ojos, que pestañeaban haciéndose de nuevo a la luz del mundo real.

Era cierto. Estaba en ella... Y con eso podía haber salvado a su amor. Podría haber visto qué intentaba con esas pastillas que le mataron... ¿Se sentiría igual que Herzog...?

Se abrazó a la cazadora del hombre, sin razón ni siendo siquiera consciente de ello, y ahí se deshizo en lágrimas. Las piernas no le respondían... Jamás se imaginó una sensación peor que la que le invadía... La soledad... La terrible soledad... Y esa tristeza inmensa...

No puedo creer que ésto esté ocurriendo...

Cargando editor
22/07/2008, 09:50
Josef Herzog

El tacto del abrigo era suave, pero estaba frío, la presión de los brazos se afloja por un instante, un pequeño quejido parte de los labios del hombre, pero lo siguiente que sientes es como tus piernas se elevan en el aire, y tu cuerpo es sostenido en brazos, y empieza a moverse, no demasiado, quizás unos diez o quince metros, allí vuelve a bajarte, para sentaros al pie de un escaparate sin luces, uno de una tienda de música, sin dejar de acunarte en ningún momento.

No hay palabras de ánimo, ni caricias que busquen consolar, sólo el silencio, sus ojos se pierden en la oscuridad, dejando que el tiempo transcurra, que te desahogues, en aquel lugar desconocido de Viena, en los brazos de un hombre al que no conoces, de un hombre triste y abatido, que te ha rodeado con la parte baja de su abrigo.

Debemos marcharnos, hace frío y este lugar no es del todo seguro ahora si te mira, los ojos han regresado de donde fuera que estuvieran, en algún viaje al pasado, eso es lo más probable, ¿quién dice que los hombres no pueden viajar en el tiempo?.