Partida Rol por web

Pendiente como estaba de la pareja mientras Lizzy se acercaba a ver lo que estaba sucediendo en la piscina, a Julia no se le escapó la mirada de complicidad que se cruzaron aquellos dos y, sobre todo lo que más le preocupó, fue la más que notoria calma que mostraron a partir de ese momento. Aquello no podía indicar nada bueno, algo se traían entre manos que hizo que Julia se pusiera a la defensiva.

Y sus sospechas de que algo estaba sucediendo que jugaba en contra de las agentes se vieron confirmadas cuando la agente White regresó junto a ella. No le dijo nada de lo que había visto y que parecía habderla impactado demasiado, por lo visto Lizzy prefería que ella misma lo viera con sus propios ojos para demostrarle que no estaba loca.

Julia miró a su compañera con cierta incredulidad, preguntándose qué estaba pasando para haberla impactado de esa forma. Eso sumado a la relajación que mostraban los otros empezaba a darle demasiada mala espina. Le tendió su pistola a Lizzy dispuesta a averiguar lo que estaba sucediendo.

—No los pierdas ni un segundo de vista. Voy a ver qué pasa —le dijo, antes de dirigirse hacia la zona de donde salían los gritos de júbilo.

Cuando Harper se asoma de nuevo no puede dar crédito a lo que ve, la reja del pasaje por el que llega el agua de mar está abierta y una bestia se alza en el centro de la piscina. Está desnuda y no mide menos de tres metros, su piel es verdosa y parece cubierta de aceite, dejando ver la poderosa musculatura de sus brazos y piernas. Su enorme cabeza es la de un saurio anfibio, proyectada hacia delante, sin nariz, sin orejas, con unos ojos pequeños y negros como el olvido, y una mandíbula que se abre de lado a lado, con dos filas de dientes que parecen los clavos de un ataúd. La bestia anda ahora hacia los devotos y su enorme miembro comienza a endurecerse, amenazante.

Julia se acercó al lugar donde se encontraba la piscina sin tener muy claro qué esperar de todo aquello. Iba preparada para ver cualquier cosa rara, cualquier excentricidad o perversión que se le pudiera ocurrir a la mente humana, pues aquel caso estaba plagado de las mayores atrocidades que había visto en su carrera.

Pero desde luego con lo que no contaba era con ver lo que vio. Se quedó estupefacta, parada y sin saber muy bien cómo reaccionar, hipnotizada por la figura que acababa de salir del agua y se dirigía hacia los componentes de la orgía. Estaba claro que ni en la Academia ni en las calles los preparaban para esas cosas.

Aquel ser salido del mismo infierno, mitad anfibio mitad humano, no podía ser real y Julia pensó por unos momentos que tenía que haber algo en el aire que la hiciera tener alucinaciones. Se fijó en los músculos tan marcados de la bestia, pero sobre todo se fijó en el más que visible miembro de aquel monstruo que parecía más que dispuesto a entrar en acción de un momento a otro.

Así que de esto iba a ir la orgía. Se alegró de no haber seguido adelante con la pantomima pues estaba claro que aquella... cosa, estaba más que dispuesta a follarse todo lo que se le pusiera por delante. Un escalofrío recorrió a Julia sólo de pensar ser penetrada por semejante bestia, por muy bien dotada que estuviera.

Poco podía hacer en aquellos momentos así que, saliendo de su inicial estupor, volvió junto a Lizzy y el matrimonio dispuesta a sonsacarles toda la información que pudiera.

Antes de volver con White, Harper escucha como Trinh (el hombre de la pareja oriental) les dice a los otros: Voy a por Leonard y Joanny, seguro que han empezado con las nuevas sin nosotros y se lo van a perder.

Julia se disponía a regresar junto a su compañera cuando escuchó a uno de aquellos tíos decir que iba en busca de los que se habían quedado atrás. Eso sólo complicaría las cosa y la agente no podía permitir que el tipo diera la voz de alarma.

Se colocó de tal forma que, cuando el hombre saliera de la zona donde estaba la piscina, no la viera y así de esa forma poder cogerlo por sorpresa y neutralizarlo.

Quedo a la espera vigilando a la pareja. 

Esto es de locos, quizás tantas emociones últimamente me estén pasando factura y solo me lo haya imaginado ¿no?

Eso era lo que quería creer, pero en realidad, estaba muy segura de lo que había visto.

Justo cuando iba a hacer lo que tenía en mente, Julia se dio cuenta que fácilmente sería vista por el tipo que salía de la piscina así que, dudando unos leves instantes sobre lo que debería hacer, pensó que tenía que avisar a su compañera. Lizzy podía apuntar a Trinh mientras ella buscaba el cuchillo sujeto en su muslo para poder mantener a raya a la pareja.

Era algo arriesgado y seguramente Trinh los vería nada más traspasar la puerta que separaba la piscina de la habitación usada como vestuario, pero tenía que arriesgarse.

Harper mira a White y se señala los ojos con dos dedos, luego apunta hacia la sala y levanta un dedo para a continuación señalarse ella, hacer un círculo y señalar a White. Se separa de la puerta sacando la navaja oculta y acercándose ella a los Beeks mientras se lleva un dedo a los labios pidiendo silencio al matrimonio.

Capto los mensajes de mi compañera, así que con mi arma en la mano quito el seguro y camino hacia la puerta dejándola a ella al cuidado del matrimonio, una vez allí la abro y apunto a quien quiera que sea que intenta entrar en la habitación. Solo espero no volver a ver al monstruo ese, si es que fue real, porque yo ya no sé ni lo que veo.

Cuando Trinh va a empujar la puerta, ésta se abre y desde dentro White le apunta con el arma, el hombre se queda sorprendido y durante unos segundos parece que va a levantar las manos pero de pronto se abalanza a por White.

Trinh intenta golpear el brazo del arma de White pero le da de refilón, no parece preocupado en estar desnudo.

Intento golpearle dándole un puñetazo antes de dispararle pero con tantas emociones y el haber visto aquel extraño ser parece que no estoy del todo centrada y ni siquiera logro darle de refilón. Maldita sea Lizzy ¡céntrate de una vez!

Alentados por la llegada de uno de sus compañeros y que Harper solo tenga un cuchillo los Beeks se lanzan a por ella. Leonard roza la cara de la agente pero Joanny no parece acostumbrada al combate y Harper la evita fácilmente. En la puerta, Trinh sigue golpeando el brazo con el que White empuña el arma en un intento de que la suelte a la vez que chilla: ¡Ayuda! ¡Nos atacan!