Partida Rol por web

Amanda se acercó y te susurra, solo para tí.

-Se quien eres... y Langley lo sabe, eres la principal sospechosa... si alguno de tus tres cómplices desaparece y no asiste a la audiencia con el Príncipe, me aseguraré de que seas declara culpable sin dilación, o los cuatro os presentáis, o te aseguro Lauren Rienne que desearás la muerte definitiva como castigo...- y se retiró con una sonrisa de seguridad.

Esperó a que la vástago saliese de la sala, si hubiese tenido la necesidad humana de tragar saliva, tras aquella confidencia le hubiese costado tragar en exceso.

- Señores... - acertó a decir mientras los guardias comenzaban a invitarles a salir - Veo que la mayoría de ustedes son de fuera, - asintió con vehemencia - la situación en la que nos encontramos, aunque es totalmente confusa y absurda, es una situación peligrosa... - dijo exasperada - Asi que les invito a alojarse en mi casa hasta que el Principe nos haga llamar. - explicó caminando al lado de Bernard y tras Danton - Nos conviene mantenernos juntos, a ojos de Langley y sus agentes. - sentenció con gravedad - Creanme, es un Brujah a la antigua... Es mejor no enfurecerlo. - terminó agarrando su mano derecha con su mano izquierda mientras caminaba, esperando que todos aceptasen su oferta.

A pesar del profundo desagrado por Lauren Rienne, es lo más inteligente que ha dicho, y si lo piensas, hay bastante de peligro en esa situación, el orgullo puede que pese, pero esa mujer ha hecho un buen ofrecimiento y tiene sentido, conviene estar de acuerdo y no mostrarse tan hosco.

(Tú puedes o no saber lo que sucede, pero independientemente de eso, tu personaje empezará a pensar eso, y a estar a favor de Lauren Rienne. Quizás Will se entere, pero será posteriormente... de que ha sucedido)

Una invitacion encantadora, señora Rienne. Acepto si es que en ello no hay ningun inconveniente para usted. - Digo al ver que la primogenita y sus acompañantes emprenden la retirada. La escena habia acabado mucho mejor de lo que esperaba...

- Bah, lo que sea con tal de salir de este jodido antro. - Gruñó el hosco sujeto sin demasiado entusiasmo pero con grandes deseos de abandonar ese extraño lugar. Tendría que mantenerse alerta en todo caso de los demás y de la misma anfitriona. Se contentó por el momento con seguir a la mujer desde cierta distancia.

El hombre del sombrero meditó unos momentos. -Una idea atractiva... pero...- dudó unos instantes -...no es nada, supongo que este tema habrá que conversarlo... no puedo decir que me agrada la idea, y más cuando esto... sucedió de manera tan imprevista, agradecería que alguien tuviera la bondad de explicarme con más detalles... no termino de entender del todo.- Dijo arreglándose el sombrero y siguiendo a la comitiva de vástagos.

"No se a donde nos llevará todo esto, pero creo que esta mujer, Lauren Rienne, ha propuesto algo interesante e imprevisto... parece ser lo mejor... aunque..." observaba a los otros de manera intrigada. Eran un grupo bastante particular.

Los tres hombres salieron detrás de ustedes, acompañándolos en el camino de salida. El rubio se adelantó liderando la comitiva, el calvo y el otro, se quedaron en la retaguardia. Amanda se internaba hacia el centro del salón, mientras miradas curiosas iban de lado a lado. La música sonaba tan lejana, que parecía había un silencio mientras estos cuatro invitados, Lauren Rienne, Bernard Jones, Edward L'strange y William Danton. Estos dos últimos, desentonando con el aura y los dos primeros, tan elegantes y sofisticados...

La puerta de la Sala llegó antes ustedes y con ella, estaban fuera de la recepción, pero no del museo aún.

Bueno señora Rienne, al parecer estamos en una situacion algo complicada, ¿Esta segura que no hay inconvenientes en que nos alojemos en su residencia? - Digo mientras esperamos en la recepcion -

-  ¡Ninguno en absoluto! - sentenció sonriendo con amabilidad - Además, esto en parte es por mi culpa... - explicó sin dejar de caminar - Los Toreador de Philadelphia siempre han sentido una extraña aversión por los Ventrue. - continuó explicando - Digamos que hemos pasado unas cuantas decadas viviendo una guerra fría entre ambas castas. - sentenció meditabunda - Sería muy descortés por mi parte no alojarles, habiendose visto implicados en esta... "Guerra". - lanzó un suspiro innecesario pero realmente sentido - Y mi casa es grande. - sonrió poniendo su mano izquierda sobre su mano derecha mientras caminaba - También debo mostrar mis disculpas ante usted, señor Dalton. - inquirió girando levemente la cabeza para mirarlo - Fuí muy mal educada con usted cuando nos conocimos. - terminó volviendo a mirar al frente

Danton sonrió toscamente y sin demasiado entusiasmo ante las palabras de Lauren, con quién había discutido hace poco. Su humor había empeorado como el de la mayoría de los concurrentes. En su caso ahora tenía dos problemas sobre su espalda, uno más urgente e importante que el otro. La perspectiva no era la mejor para él entonces...

Edward escuchó con curiosidad. Había oído los rumores de que los Toreador, los Ventrue y los Brujah llevaban ya algún tiempo enfrascados en una lucha de poderes, o eso le había comentado Samantha en algún momento. Así que si ella era una Ventrue... Y todo el problema tenía sus raices en haberse visto involucrado en la lucha de clanes. Enarcó una ceja y calló por unos instantes.

-: Disculpe señorita... mmm... no recuerdo su nombre, podría explicarme quien era el muerto que ví arriba y como estoy yo, al menos, involucrado en todo esto? no me estoy enterando de mucho- dijo acercándose y  haciéndose al lado de Lauren Rienne. Quería al menos entender en que problema se había metido.

- Lauren... - señaló con una sonrisa - Mi nombre es Lauren Rienne. - explicó asintiendo al hombre - El fallecido era el protegido de Madame Kingsley, mi presencia en esta... Pantochada. - espetó algo molesta señalando la recepción de Amanda - Era debida a que mi sire, se encaprichó con un cuadro del fallecido. - continuó explicando mientras caminaba ahora con un vástago a cada lado - Me pidió que acudiese a recogerlo, pero Madame Kingsley, en su ávidez por demostrar su "superioridad" y "clase", - remarcó en un susurro - me retuvo prometiendo darme la obra de arte tras deleitarme con su gran recepción... - tomó aire para exhalarlo en un fuerte suspiro - Entonces me pidió que fuese al salón donde encontré al fallecido... Y acto seguido, como persona sin ningún tipo de cordura, me acusó a mí y a todos ustedes, del asesinato de su amado mortal. - sentenció con una mueca de desagrado - Para Kingsley, los Ventrue hemos orquestado esto y, ustedes son nuestros compinches. - continuó señalando a todos ellos - Por eso pienso es preferible que nos mantengamos juntos, - dijo ya llegando a la salida - de otro modo, nuestras no-vidas podrían peligrar... - terminó negando con la cabeza, mostrando lo molesta que se sentía por aquella situación.

Frenó en seco y se encaró a uno de los guardias - Necesito hacer una llamada telefónica... - solicitó manteniendo la mirada del hombre, con una sonrisa de amabilidad.