Partida Rol por web

Lentamente me incorporo de mi lugar, con los ojos cerrados en señal de tedio - Muy bien, si me disculpan me ausentare por un momento - Mientras miro las caras al rededor y camino lentamente hasta el despacho del principe, acomodandome el traje al andar.

Lauren lo animó:

- No pasa nada querido, encontraré la manera de arreglar todo esto. Aunque tenga que ir a por un jodido mago para que averigüe lo sucedido... No permitiré que te ocurra nada.

Iban a tener que currarse mucho el juicio, sobre todo por que llevaban las de perder. Esos cabrones los tenian bien cogidos... Y alguien habia trazado minuciosamente esta trama. Deberian reconstruir la escena, quizás con ayuda de algun detective vampírico... Aun asi, la cosa se iba volviendo cada vez más complicada.

Caminas por el pasillo hasta la sala, están allí los dos guardias del Elíseo, quienes están silenciosos, no hay rastro de Lauren Rienne o de L'strange, Jones estaba solo aparentemente, hasta que ves que en una de las sillas está Cramer, el hombrecillo que recuerdas es el sire (o algo así) de la Ventrue. El hombre se sobresalta al verte, pero luego parece aliviarse, pronunciando algo en voz baja, algo como "solo es él". El vástago continúa silencioso, mientras observa, o aparenta observar, de forma distraída las decoraciones del sitio.

Solo las lejanas respiraciones de los dos humanos en la sala hacen ruido, el ascensor está callado, y tampoco hay rastro del guardián, mientras estabas adentro, tal parece que el aburrido ambiente tendrá que esperar hasta que Jones salga y Michaela decida hablar contigo...

Suspiró una vez más. -No pierdas tiempo entonces... lo que tengas que hacer hazlo... me has dicho que si algo te pasaba, algo me pasaría a mi... así que estás viva y estoy vivo... aunque prisionero...- parecía estar narrando una historia tristemente, pero luego levantó su mirada -Te juro que aquí te esperaré, no voy a dejar que ellos te ganen... estás a su nivel Lauren, eres una poderosa vástago... seguro que podrás solucionar esto...- dijo.

Un relámpago iluminó el cielo, dejando entrar luz por un momento, luego el eco ronco del rayo caído en algún lugar y la impresión sonora de que la lluvia había aumentado con el fenómeno. El clima estaba horrible y las perspectivas no eran las mejores.

-Estarás bien... - lo dijo, pero él, no alcanzaba a imaginarse la magnitud del problema, los cuatro (siendo sinceros) estaban con la mierda hasta el cuello y la única oportunidad, parecía una sonora burla a sus capacidades...

Regresas a la sala de la Audiencia. Ahora, en lugar de estar los tres antiguos, solo hay dos, el príncipe, quien desde que entras te observa fijamente, y Michaela Brown, la primogénita Brujah, que parece tener el mismo aspecto que cuando partieron, silenciosamente, te dejas caer sobre la silla. Los conoces a ambos, el príncipe te recibió y aceptó ofrecerte asilo en la ciudad, si te sometías a sus condiciones, sin tener muchas oportunidades de huir a otra parte, al menos no sin perder la cabeza, terminaste por aceptar.

Michaela era la que estaría a cargo, pero ella misma te había anunciado que estaba muy ocupada con otras cosas, y delegó a Wu, Leene Wu, para que rindieras cuenta solo a ella. Aunque te habían proporcionado refugio y cobertura, para pasar desapercibido para el resto del aparato burocrático, revelar tu existencia equivalía a incumplir tu pacto. Desde entonces eras el mandadero de los Brujah, del principado, y seguro que una audiencia a solas contigo no auguraba nada bueno.

Luego Langley empieza a hablar -Bien Kahn, según los informes de Leene Wu y de Michaela, su presencia en la reunión no ha servido para nada, es como si hubiésemos mandado a una mosca, y encima, es detectado y termina en medio de un lío político... empiezo a dudar que el beneplácito de la amnistía en Filadelfia que le otorgué haya sido una buena idea... su eficiencia está en duda, y me pregunto si deberíamos empezar a cuestionarnos sobre su lealtad a mi y a la Camarilla...- sus palabras fueron directas, Samantha Brown se quedó quieta observándote, en respaldo a las palabras del Príncipe.

No lo puede creer. Jorge sentía una ira inconmesurable mientras escuchaba cada palabra hueca del príncipe. La mano en su regazo comenzó a apretujar su vestimenta sin miramiento alguno. Era inevitable que el odio se convierta en un aura flotante en sus ojos. No podía evitar ver los lugares oscuros de la habitación y fantasear con algun acto violento. Sin embargo entendía su lugar y sabía que en estos momentos le convendría seguir jugando a ser Bernard Jones para evitar que su verdadera naturaleza triturara cualquier chance de supervivencia en esta ciudad.

Hijo de puta. Me mandas a una exposicion para ganado , donde resulta que habían unos cuantos lobitos ademas de la anfitriona. Ademas seguro que estaban al tanto de todo lo que iba a ocurrir y me mandaron para que puedan mearme en la cabeza con un buen pretexto. Hijos de puta, juro que algun día los hundiré tan profundo que no tendrán que preocuparse por el amancer.

-Con el debido respeto...- ( ni el se creyó esa parte) - Me enviaron a un lugar donde supuestamente iba a tener que demostrar que podía pasar desapercibido entre ganado. Luego me encuentro que ya me tenían conocido de antemano. ¡ Me buscaron directamene y sin rodeos y me dejaron en un cuarto con la niñita de las vasijas, un marica mal hablado y un cientifico harapiento. Ah ah pero eso no es todo. TIENEN LOS COLMILLOS TAN GRANDES COMO LOS MIOS.- Jorge recordó que ese tono de voz podría no ser el adecuado para su actual situación. Bajo la voz y la mirada para ocultar su cólera - Saben que no tengo nada que ver con esto. Si querían que cuidara alguno de los niñitos que participaron de este circo me lo hubiesen pedido directamente.- 

Ahora si, era hora de apaciguar la aguas.

-Por otro lado, entienda, no tengo lugar a donde ir y fui lo suficientemente inteligente para ayudarlo en el pasado. ¿ Cree usted que me animaría a desafiar abiertamente a la camarilla?. No se que está pasando aquí pero permitame decirle que alguien les está tomando el pelo y no soy yo. Por otro lado no creo que ninguno de los maricas que me acompañaron esa noche tenga las agallas para hacer semejante cosas. Ni que decir que si las tuvieran seguro la cagarían toda.-

El Príncipe frunció el ceño -: Recuerde con quien está hablando Kahn, puede que gracias a usted hayamos dado un golpe al Sabbat, o puede que no, mientras esté pisando el suelo de esta ciudad, usted no vale nada si yo no quiero que lo valga... recuérdelo- señaló a la cabeza -: No querrá que todos queramos degollarle al mismo tiempo... ni usted podría durar tanto tiempo huyendo...- dijo mientras miraba a Michaela Brown.

-: Deberá entender que la razón por la cual Michaela consideró oportuno, era para evitar un atentado en contra de Kingsley, cosa que como verá, sucedió, aunque fue sorpresivo. Ninguno de los tres vástagos que se encontró anoche, deberían haber estado allí... los "niñitos", como usted le llama, no eran los que tenía que cuidar... era a la anfitriona. Ahora creo que es evidente que el precio de su fracaso salta a la vista... no seré yo quien extienda mi mano para salvarle de nuevo- su tono era de sentencia.

-Cuestionamos su lealtad, pero más que eso, su disposición a ayudar al principado. Si hubiésemos sabido que esperar exactamente, no nos habríamos gastado con pistas vagas sobre lo que sucedería, y habríamos tomado el asunto directamente. En el fondo, este incidente nunca debió haber salido a la luz y ya lo ve usted, tuvimos a Lorene Cavarley exigiendo una audiencia contra la cuadrilla que atentó contra el clan Toreador- Brown no parecía tan prudente como el príncipe.

-¿Ahora, que vio usted exactamente? ¿Cómo está tan seguro de que ninguno de los otros tres vástagos fue el responsable directo? eso, claro, suponiendo que usted mismo no haya obrado como no debía...- comentó de forma maliciosa -Le recuerdo, que Leene Wu, estuvo esperando su reporte durante la madrugada de hoy Kahn, su desaparición incumple la forma como le ordenamos que procediera.- Eran demasiadas cosas en poco tiempo, el juicio parecía prolongarse, y ahora personalizado, solo para ti.

No importa que les diga, estos dos jamás reconoceran que me enviaron con escarbadientes a matar a un samurai.

Jorge procuró ir al grano. Esto de andar discutiendo le daba mas dolor de cabeza que hacer de amante del arte. Levanto las manos como resignandose a ser robado.

- Muy bien tienen razón. Soy un inepto, un incompetente , lo que se les ocurra. Si hubiesen querido liquidarme ya hubiesen podido haberme hecho responsable del asesinato y me mandaban a dormir como Bernard Jones y de paso se libraban de tener que dar explicaciones sobre uno de los mios trabajando para ustedes.-

Bajó los brazos mientras contenía su disgusto.

Joder,¿ se me habrá pegado lo marica de los otros tres?. Falta que me baje los pantalones y les diga que hagan lo que quieran conmigo.

- Yo llegué junto con el amigo cientifico. Nos llevaron a la habitación del hecho apenas ingresados. Solo tuve tiempo de intentar conseguir una camara y escuchar un par de estupideces. No hubo posibilidad de que Edward lo haya hecho. Por los otros dos no puedo dar ninguna razon, pero si puedo decirles que Danton es pura palabrería y la belleza tiene un comportamiento bastante considerado, a veces parece ganado. Le falta agallas. -

Luego de la explicación quiso respaldarse un poco a si mismo para asegurarse de tener mas tiempo. Nadie juega con Kahn, alguien lo inculpó de algo que no hizo y esa persona deberá pagar.

-Con respecto al  informe, me hubiese gustado que me atendiera esa retrograda cuando la llamé. ¿Ahora  quieren que resuelva todo esto?. No tengo inconveniente, pero esta vez me vendría bien algo para cubrirme la espalda. Llamese 9 mm o por lo menos una navaja.-

Kahn miró a ambos con una mirada que solo decía una cosa. "¿trato?".

Odio la espera, odio no hacer nada, odio este sitio.... Recorre en mi cabeza una y otra vez. Ya me acabé el cigarro y estoy tentado a fumarme otro, no paro de moverme por la habitación y mirar por la ventana, buscando algo que hacer...

-Tú eres Cramer, no?- Le pregunto finalmente, a ver si iniciando una conversación se me pasa antes el tiempo de espera....

Ambos, Príncipe y primogénita se mantuvieron en silencio, se hubiese podido esperar una mirada cómplice o quizás algo de acuerdo, más los dos pares de ojos se habían posicionado donde estabas tu. El trato con los antiguos era siempre igual, podía ser silencio o alguna vieja música de fondo, pero la sensación de ser carnada de anzuelo, era la misma. Aunque con toda la prepotencia, seguramente acabar con lo que representabas de una vez por todas, era demasiado sencillo para ellos... simplemente no hay quien entienda a estos vástagos tan viejos.

Ambos parecen meditar un momento, y es Michaela la que toma la palabra. -: Si podemos sacar algo de su actual lío, es que tiene una posición estratégica para vigilar a Rienne. Aunque nos indique que L'strange no pudo haberlo hecho, no podemos descartar que los tres hayan actuado en conjunción... para atentar y montar una cortina de humo. Se mantendrá usted donde está Kahn, como Bernard Jones- sentenció -Si quiere llevar armas, se lo permitimos, mientras su disfraz no se vea comprometido por las decisiones que tome... y mientras mantenga las Tradiciones en Filadelfia... o podría ser juzgado como traidor, acusación que pesa sobre sus "compañeros"- el tono denotaba el sarcasmo. Habían cedido muy rápido quizás... pero al menos tenías una facilidad más.

Cuando Michaela guarda silencio. El príncipe retoma la palabra con su tono ceremonioso e imperativo, casi militar, con su acento totalitario en su discurso. -Como debe ser consabido para usted, mi respaldo al proceder de Michaela es absoluto, repetir las instrucciones que le han sido entregadas, simplemente está fuera del lugar señor Kahn.- comenta sin ahondar demasiado en el tema.

-Sin embargo, debo advertirle: Si llegase usted a fracasar y este asunto llega a su más lógica conclusión, le será impuesto un castigo ejemplar, como a sus restantes virtuales asociados. Supondrá bien, que esto significa que por su propio bienestar, conviene que su utilidad para este pacto de amnistía al que accedió el principado se demuestra de una forma contundente- y quizás un leve arqueo de la comisura derecha de la boca del príncipe, demostraba una imperceptible sonrisa (o quizás solo te la imaginas). -Después de todo, usted debe su no-vida a mi magnanimidad y nobleza. Compórtese de acuerdo a esta deuda de honor Kahn.- Y seguramente, por dentro, esos dos estuvieran pensando que una criatura como tu, no podría comprender lo que significa el honor. Lo dicho, la mierda hasta el cuello y la bota de la corona tratando de hundirte más.

-Informe a Leene Wu de sus movimiento cada madrugada, no hay excusa que valga Kahn. ¿Entendido?- añadió Michaela con su tono de controladora, un aire de coincidencia entre las políticas del Príncipe y las decisiones de la Primogénita, todos en el mismo costal, y desde el Orgulloso mandamás de la ciudad, hasta la pedante oriental, con esa misma línea de prepotencia, todo por el poder.

Lauren, visiblemente consternada pero sin dejarse llevar mucho por el momento, le besó y le dijo:

- Descuida, si algo me pasara, ellos como mucho te pasarán al "cuidado" de una de esas Toreador.

- Su mirada reflejó un destello de celos.-

Te prometo que no te pasará nada, y no dejaré que te pase nada. Quisiera quedarme aqui un rato más contigo, aunque sea solo abrazados...

Las palabras retumbaron con cierta fuerza, como lo harían en una casa abandonado, con cierto eco incómodo y la sensación de que hay alguien allí, escuchando, aunque sea imposible percibirle. Esto mismo era lo que se manifestaba a través de Cramer, era como si verdaderamente no estuviese allí, y si era cierto que era el sire de esa ventrue, haciéndolo a él un Ventrue, no parecía tener la misma presencia...

-: Ejem, si, soy yo- respondió con ese tono monótono y carente de todo tipo de énfasis, seguramente oírlo hablar largamente sería el equivalente a provocar somnolencia entre humanos y cainitas -:Y debo suponer que usted es el ilustre...- Este sujeto tampoco parecía lograr un buen sarcasmo siquiera -... señor Danton?- terminó la frase.

Afuera, un relámpago iluminó la noche, y el lejano retumbar del trueno cayendo en algún sitio da un aire lúgubre al silencio, mientras el viento impulso a la cortina de lluvia sobre la ventana, dando la impresión de que la intensidad de la tormenta aumenta.

El silencio recae un momento, mientras sientes los nervios en Erik, su corazón late con fuerza, y hay cierta debilidad inherente en sus movimientos, la incertidumbre le afecta más a él que a ti, después de todo, tu ya no eres humana y tus sentimientos son débiles recuerdos que te esfuerzas por mantener vivos a partir de la adoración de quienes te admiran y te desean.

Por un instante solo son los latidos, la respiración, la lluvia...

Hasta que varios golpes suenan en la puerta, en la parte baja, como si la patearan para tocarla, de forma brusca. Luego la voz de Ramsey se oye desde afuera.

-: Eh, vosotros dos allá adentro, se os acaba el tiempo, como entre y estéis desnudos, apareándoos como ratas... os aseguro que el idiota humano va a perder calidad en su atención durante toooodo el tiempo que esté con nosotros- incluso sin verle, podías imaginarte la sonrisa imbécil que tendría el guardián.

-Eres el sire de Lauren? O su lacayo?- Le pregunto no intentando ser borde, aunque me da un poco igual. Pero por el amor del cielo o del infierno. -Éste cacho de carne muerta con sangre es un vampiro? un ventrue?- Piensa mi mente, viendo la fragilidad de éste.

Miro por la ventana y cierro las cortinas....

-Habeis abanzado en algo con la investigación? Sabeís dónde localizar al fotografo evadido? Tú Lauren ya se ha ido. Me lo puedes decir a mi, pues nuestros culos estan en juego....- Miro a ambos lados. -...Y el tuyo tambien, por lo que veo...- Le digo a ver si me entero de lo que han estado haciendo Lauren y Bernard.

-Su falta de cortesía deja mucho que desear señor Danton...- y la frase se corta abruptamente, por un momento tuviste la impresión de que iba a empezar con algún discurso aburridor. Pero la autocensura parece indicar que está diciéndote menos de lo que piensa, y por supuesto, no sería la primera vez que te pasa intentando llevar la conversación con alguien.

Pero tu última afirmación arranca una fugaz y pétrea sonrisa en el rostro del hombrecillo de lentes. Cada vez pareciera más uno de esos sujetos que llenan un espacio en la compañía para que obedezcan sin preguntas, como en las series de televisión y los culebrones de mala calidad.

-:Esa información no la tengo yo, todo este problema ha sucedido tan rápido que estoy apenas informado... aunque valoro ciertamente su interés. Quizás deba intentar preguntárselo a Lauren cuando ella regrese, aunque con su obstinación, dudo que quiera decirle algo... lo cual es comprensible, un hombre se mide por como se dirige a los otros, de acuerdo al lugar al que corresponden.- Parece el sermón de un maestro de escuela, ni siquiera esta pequeña frase parece tener el poder para motivar a nadie... ni siquiera a un Ventrue.

¡Que pesados!. Les estamparía la cabeza contra la pared a palazos.

-Denme un radio o un telefono de esos moviles y ella estará informada hasta de la situación de mi ropa interior.-

Jorge juraría que estos dos estan divirtiendose con todo esto. Es mas tiene la sensacion que todo lo planearon ellos para tener algo con que animar sus cuerpos vampíricos añejos. Ahora tendría que vigilar a la "dama de los jarrones". Pues bien, así será. Es hora de acabar con todo este embrollo.

 -¿Puedo retirarme ya?¿Algún aviso que no sea " si fracasas la jodes"?.- 

Jorge se levanta de la silla y se queda a su lado apoyando una mano en el respaldo. Solo espera que no abran mas la boca y lo dejen salir a hacer lo suyo.  

Espero, por su bien, que no me den mas razones para querer aplastarlos.

-Tiene el número de Leene Wu, desde un teléfono público Kahn, 50 centavos no son un reto ni siquiera para usted- responde Michaela. Ignoran tu petición de forma ampliamente deliberada. Recuerdas que aquello de la tecnología era uno de los puntos, que estando en los momentos lúcidos entre las cuadrillas del Sabbat, se decía era la debilidad de los vampiros ancianos.

El príncipe frunce el ceño mientras te lanza una mirada profunda, si estuviese a punto de lanzar una orden, sientes que te lanzarías a cumplirla de forma humillante, la autoridad que emana parece mezclarse con un aura de militarismo.

-Puede retirarse Kahn. - anunció ceremonioso el Príncipe. Dándote la retirada finalmente.